Título Original: Poltergeist (1982)
Director: Tobe Hooper
Guión: Steven Spielberg, Michael Grais y Mark Victor
Actores: Craig T. Nelson, JoBeth Williams, Beatrice Straight, Dominique Dunne, Heather O'Rourke, Oliver Robins, Zelda Rubinstein, Michael McManus
Los 80 pertenecieron indudablemente a Steven Spielberg. A parte de sus trabajos como director el norteamericano cultivó una copiosa obra en labores de producción. Uno de sus mayores éxitos como productor y guionista (y puede que algo más como luego comentaré) fue Poltergeist, estrenada con gran éxito el año 1982. Cinta de género sobre sucesos paranormales y presencias fantasmales en el hogar de una familia de clase media/alta americana. Un film que arrastró dos secuelas, una serie de televisión y una insulsa fama de maldita que sólo alimentaba el morbo hacia ella.
La supremacía del terror rural antropocentrista de las 70 había pasado (aunque hoy vive una interesante resurrección) y el director de Encuentros en la Tercera Fase quería experimentar dentro de un cine de género más sobrenatural. Para ello inició un proyecto sobre una familia que habita en un adosado en el que empiezan a sucerder actividades paranormales. Spielberg contrató los servicios como director de Tobe Hooper, por aquel entonces muy célebre por haber realizado entre otras obras como Salem's Lot o Trampa Mortal, aquel impagable clásico llamado La Matanza de Texas.
Desde el mismo estreno de la película se puso en duda la autoría como director de Hooper, comentándose que la sombra de Spielberg fue tan alargada que la realización del film era practicamente suya. Yo le tengo un especial cariño a Hooper, porque me parece un director que no pasa casi nunca de correcto, pero que ha tenido momentos puntuales de puro genio. Lo que sí es cierto es que a parte de en el guión (que co escribió con Michael Grais y Marck Victor) la impronta de Spielberg se deja ver mucho en la realización del film. Es cierto que hay ramalazos del Hooper de La Casa del Horror, ese payaso de juguete, las puntuales escenas sangrientas, pero no hay duda de que hay mucho más eco del autor de El Imperio del Sol.
Poltergeist toma como base los "supuestos" y clásicos hechos paranormales de muebles que se mueven, paredes que crujen, aterradoras psicofonías procedentes de aparatos electrónicos y las hiperboliza al más puro estilo holywoodiense. De fondo tenemos el tema más recurrente dentro de la carrera de Spielberg, al menos cuando hace cine dirgido a todos los públicos, la incursión de un objeto exterior que intenta, de buena o mala manera, desestabilizar la unión dentro de una familia típicamente americana a la que el director de Munich siempre retrata como un enorme e indestructible totem que finalmente consigue salir al paso a pesar de la gravedad del problema al que tengan que hacer frente.
Perfectamente realizada, sin importar realmente en quién recaiga la autoría del trabajo, en Poltergeist se dan la mano logradísimas escenas y algunas de carga dramática muy considerable, aunque bordeando en ocasiones el sentimentalismo spielbergiano. Un guión con muchos aciertos, muy bien escrito, con pasajes aterradores (el monólogo de Tangina a mí me los sigue poniendo de corbata) y un humor muy sutil, cohesionando una historia que serviría posteriormente de referencia no sólo a otros films de casas encantadas, sino también a aquella mítica serie llamada Cuentos Asombrosos producida por el mismo Sipelberg junto a otros directores.
Poltergeist es un clásico moderno del cine de terror. Una obra que ya forma parte del inconsciente colectivo y la cultura pop, ¿quién no recordaba el film cuando veía una canal sin emisión en la antigua televisión analógica?, con un muy competente reparto, una sutil pero acertada crítica a la especulación inmobiliaria y unos efectos especiales que aún hoy llaman poderosamente la atención. De las dos innecesarias secuelas (la primera muy fiel a la primera cinta, con casi el mismo reparto, pero fallida por su tendencia a lo grotesco y la segunda tan pasable como intrascendente, aunque con algún momento memorable) la serie y sobre todo, de actores del film primigenio muertos por asesinatos, cáncer o extrañas enfermedades, hablaré en otro momento que tenga más ganas de entregarme a lo sensacionalista.
La supremacía del terror rural antropocentrista de las 70 había pasado (aunque hoy vive una interesante resurrección) y el director de Encuentros en la Tercera Fase quería experimentar dentro de un cine de género más sobrenatural. Para ello inició un proyecto sobre una familia que habita en un adosado en el que empiezan a sucerder actividades paranormales. Spielberg contrató los servicios como director de Tobe Hooper, por aquel entonces muy célebre por haber realizado entre otras obras como Salem's Lot o Trampa Mortal, aquel impagable clásico llamado La Matanza de Texas.
Desde el mismo estreno de la película se puso en duda la autoría como director de Hooper, comentándose que la sombra de Spielberg fue tan alargada que la realización del film era practicamente suya. Yo le tengo un especial cariño a Hooper, porque me parece un director que no pasa casi nunca de correcto, pero que ha tenido momentos puntuales de puro genio. Lo que sí es cierto es que a parte de en el guión (que co escribió con Michael Grais y Marck Victor) la impronta de Spielberg se deja ver mucho en la realización del film. Es cierto que hay ramalazos del Hooper de La Casa del Horror, ese payaso de juguete, las puntuales escenas sangrientas, pero no hay duda de que hay mucho más eco del autor de El Imperio del Sol.
Poltergeist toma como base los "supuestos" y clásicos hechos paranormales de muebles que se mueven, paredes que crujen, aterradoras psicofonías procedentes de aparatos electrónicos y las hiperboliza al más puro estilo holywoodiense. De fondo tenemos el tema más recurrente dentro de la carrera de Spielberg, al menos cuando hace cine dirgido a todos los públicos, la incursión de un objeto exterior que intenta, de buena o mala manera, desestabilizar la unión dentro de una familia típicamente americana a la que el director de Munich siempre retrata como un enorme e indestructible totem que finalmente consigue salir al paso a pesar de la gravedad del problema al que tengan que hacer frente.
Perfectamente realizada, sin importar realmente en quién recaiga la autoría del trabajo, en Poltergeist se dan la mano logradísimas escenas y algunas de carga dramática muy considerable, aunque bordeando en ocasiones el sentimentalismo spielbergiano. Un guión con muchos aciertos, muy bien escrito, con pasajes aterradores (el monólogo de Tangina a mí me los sigue poniendo de corbata) y un humor muy sutil, cohesionando una historia que serviría posteriormente de referencia no sólo a otros films de casas encantadas, sino también a aquella mítica serie llamada Cuentos Asombrosos producida por el mismo Sipelberg junto a otros directores.
Poltergeist es un clásico moderno del cine de terror. Una obra que ya forma parte del inconsciente colectivo y la cultura pop, ¿quién no recordaba el film cuando veía una canal sin emisión en la antigua televisión analógica?, con un muy competente reparto, una sutil pero acertada crítica a la especulación inmobiliaria y unos efectos especiales que aún hoy llaman poderosamente la atención. De las dos innecesarias secuelas (la primera muy fiel a la primera cinta, con casi el mismo reparto, pero fallida por su tendencia a lo grotesco y la segunda tan pasable como intrascendente, aunque con algún momento memorable) la serie y sobre todo, de actores del film primigenio muertos por asesinatos, cáncer o extrañas enfermedades, hablaré en otro momento que tenga más ganas de entregarme a lo sensacionalista.
Yo también dejé de leer Spiderman aunque lo hice en mitad de la etapa Straczynski. Jeje, he leído tu comentario en Zona Negativa.
ResponderEliminarJa,ja,ja, gracias por la contestación y eso que esa etapa me parecía la más digna del personaje en años.
ResponderEliminarPoltergeist tiene un estilo de dirección que ya no se ve, lamentablemente. Es el tono que caracterizó el cine de los 70 y las primeras películas del amigo Steven.
ResponderEliminarY es que, antes de que se pusiera melodramático, su dedicación al cine de entretenimiento digno y de calidad era más que encomiable.
Añadir a eso que Poltergeist era la película que veíamos en Burgos cuando nos reuníamos primos y tíos, y la emitían a las 16:00 de la tarde de un domingo. Y esos recuerdos son impagables.