Título Original Perfectos Desconocidos (2017)
Director Álex de la Iglesia
Guión Jorge Guerricaechevarría y Alex de la Iglesia, basado en el guión de Paolo Genovese, Filippo Bologna, Paolo Costella, Paola Mammini, Rolando Ravello
Reparto Belén Rueda, Eduard Fernández, Ernesto Alterio, Juana Acosta, Eduardo Noriega, Dafne Fernández, Pepón Nieto, Beatriz Olivares
Álex de la Iglesia es uno de nuestros directores más prolíficos y reconocidos, convirtiéndose en un pequeño acontecimiento cada estreno de una de sus nuevas obras. Este 2017 el cineasta bilbaíno ha realizado una jugada inusual en su filmografía ofreciendo dos películas en una misma temporada. El pasado mes de Marzo llevó a las carteleras El Bar, una típica muestra de su vertiente de humor negro y trasfondo de género que aunque se desvirtuaba en cierta manera en la recta final se engrandecía gracias a su realización y la destacable labor de un excelente reparto formado por Blanca Suárez, Mario Casas, Carmen Machi, Jaime Ordóñez, Secun de la Rosa, Joaquín Climent o la tristemente desaparecida Terele Pávez entre otros. Poco después de la puesta de largo del largometraje saltaba la noticia de que Álex de la Iglesia estaba implicado en otro proyecto, el primer remake de su carrera, que se estrenaría a finales de año. Lo que pocos sabían es que esa producción más modesta era con la que el autor de Mirindas Asesinas iba a triunfar en 2017.
A día de hoy y con más de un millón y medio de espectadores desde su estreno el pasado día 1 de diciembre Perfectos Desconocidos se ha convertido en uno de los éxitos más inesperados del celuloide patrio. El largometraje, como hemos apuntado brevemente, es un remake de la película italiana homónima que se estrenó en 2016 con gran repercusión de crítica y público y llevándose para casa el David di Donatello, equivalente italiano a nuestros Goya o los César franceses, a la mejor película. Esta adaptación española cuenta con un excelente reparto en el que podemos ver caras como las de Belén Rueda, Eduard Fernández, Ernesto Alterio, Juana Acosta, Pepón Nieto, Dafne Fernández o Eduardo Noriega y cuenta con guión del mismo Álex de la Iglesia y su habitual colaborador Jorge Guerricaechevarría que trasladan el libreto a diez manos de Paolo Genovese, Filippo Bologna, Paolo Costella, Paola Mammini, Rolando Ravello a nuestro contexto patrio.
La historia es sencilla y está centrada en un grupo de siete viejos amigos, seis de ellos formando sus correspondientes matrimonios y uno más en soltería, que quedan para pasar una apacible noche cenando juntos. En un momento dado uno de los comensales tiene la idea de realizar un juego que consiste en dejar todos los teléfonos móviles encima de la mesa y cuando a cualquiera de los aparatos llegue un mensaje de WhatsApp o una llamada hacerlos públicos para el resto de invitados. Este juego supuestamente inofensivo y un extraño eclipse lunar que parece hacer caer a las personas bajo un extraño influjo se convertirán en el caldo de cultivo que sacará los instintos más bajos de este grupo de allegados descubriendo al final de la velada que no se conocen tan bien como pensaban guardando no pocos secretos de naturaleza bastante cuestionable.
Un servidor no ha visto la película italiana original, de modo que solo puedo hablar de la versión de Álex de la Iglesia sin saber hasta qué punto toma material prestado del film de Paolo Genovese, por el trailer de este último parece que no poco, pero lo que sí puedo afirmar es que esta Perfectos Desconocidos de 2017 es una de las propuestas más interesantes y atractivas de la cinematografía patria de esta temporada gracias a su excelente trabajo de escritura y dirección, pero sobre todo a la enorme labor de un reparto en estado de gracia que consigue sacar oro del material que Álex de la Iglesia y Jorge que Guerricaechevarría ponen en sus manos para que construyan todo un recital interpretativo convirtiendo la obra ineludiblemente en una película de actores. De esta manera el cineasta de El Día de la Bestia o Balada Triste de Trompeta aborda un tipo de cinta alejada de la aparatosidad de sus habituales producciones, teniendo que adaptarse a un entorno nuevo para él.
Perfectos Desconocidos es casi una pieza de naturaleza teatral, con una exigua localización como un apartamento y siete personajes interactuando en el mismo gracias a un guión repleto de diálogos brillantes que no sólo ofrecen momentos de humor intachables, sino un retrato de las bajezas morales más notables del ser humano, sin importar su género o condición social. Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría utilizan como efectivo McGuffin un objeto tan en apariencia inofensivo como nuestro teléfono móvil a modo de contenedor de actividades impropias de personas civilizadas como ocultar relaciones adúlteras, escarnios hacia personas a las que consideramos amigos o allegados, mentiras familiares o secretos con respecto a nuestra vida sentimental que al ser sacados a la luz comienzan a menoscabar la supuesta relación ideal que sustentaba matrimonios de supuesta solidez o amistades construidas a lo largo de décadas.
Los autores del guión plantan bien pronto la semilla de la discordia, ya que desde el mismo arranque del film, en el que un montaje paralelo va presentando al grupo de personajes, se nos van ofreciendo pistas que confirman a todos y cada uno de ellos como portadores de algún secreto que irá descubriéndose gradualmente a lo largo del metraje ofreciendo más de una sorpresa a la platea cuando vayamos descubriendo lo que sospechábamos acabando por no corresponderse con la realidad. Ese in crescendo de tensión que comienza cuando el personaje de Blanca propone el juego de los teléfonos móviles aunado al discurrir de diálogos chispeantes cargados de ironía y un naturalismo con el que cualquier tipo de espectador puede identificarse da pie a momentos de humor hilarantes, unos pocos pasajes dramáticos muy bien llevados y situaciones de intriga remarcables conformando una mixtura genérica que engrandece el largometraje.
Aunque contiene su sarcástica mirada y el humor negro del que suele hacer gala en su filmografía podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Perfectos Desconocidos es una película bastante alejada del sello autoral de Álex de la Iglesia, pero el bilbaíno afronta el reto y aprueba con nota. La habitual puesta en escena grandilocuente, con un apartado técnico más que notable, del autor de Muertos de Risa o La Comunidad se ve reducida esta vez al mínimo exponente con un control ferreo de la única localización en la que tiene lugar el grueso de la trama y una dirección de actores sobresaliente que tampoco le es ajena a lo largo de su carrera como hemos podido ver en ocasiones previas. En esta ocasión es el De la Iglesia director el que se adapta al material narrativo que tiene en las manos y el triunfo se antoja total, algo que no sucedió en un caso parecido como el de La Chispa de la Vida, un film de encargo en el que tuvo que trabajar con un guión ajeno ofreciendo una de sus producciones más descafeinadas e insatisfactorias.
Pero como es lógico, y sin querer desmerecer la labor de Álex de la Iglesia detrás de las cámaras, con un reparto como el de Perfectos Desconocidos, que ofrece la película prácticamente hecha a su responsable, era difícil que el proyecto saliera mal parado. Todos y cada uno de los siete actores principales, y hasta Beatriz Olivares que tiene un breve papel, realizan una magnífica labor interpretativa haciendo creíble en todo momento no sólo que funcionan como matrimonios o amigos, sino que se conocen desde hace años, algo que sucede en la vida real con algunos de los miembros del cast que son pareja o compañeros de trabajo desde hace años en cine o televisión, destilando una química que el espectador percibe a lo largo del metraje. De esta manera el pequeño microcosmos de personalidades que De la Iglesia y Guerricaechevarria han diseñado en el papel se ve potenciado hasta el límite gracias a la profesionalidad de este grupo de actores.
Desde el matrimonio formado por Eduard Fernández y Belén Rueda, pasando por la pareja de fogosos recién casados de Eduardo Noriega y Dafne Fernández o la de Ernesto Alterio y Juana Acosta que comienzan a lanzarse puñaladas verbales desde el mismo arranque del metraje llegando al susceptible y estrambotico Pepón Nieto todos tienen su momento de gloria, funcionan bien con sus partenaires asignados, pero también destilan soltura cuando interactúan con el resto del reparto. Los veteranos muestran oficio, los jóvenes voluntariosidad y a ninguno de ellos se le puedo hacer algún reproche, pero un servidor se queda con Ernesto Alterio, una especie de evolución de su personaje de El Método (2005), una tipo rastrero y cobarde bordeante la sociopatía que da lo mejor de sí mismo cuando embauca al personaje de Pepe con todo lo que conlleva el furtivo complot al que los dos dan forma a espaldas del resto de invitados a la cena.
Esta mezcla entre Diez Negritos, El Ángel Exterminador y Un Dios Salvaje que Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría han extraído del film de Paolo Genovese es una de las mejores películas patrias del 2017, la demostración de que tenemos tanto la materia prima como los profesionales adecuados para que hasta una pieza tan modesta como la que nos ocupa pueda atraer a los espectadores para hacerlos pasar 97 minutos en los que la tensión entre intriga y humor construyan una producción por la que merezca la pena el desembolso de la entrada de cine. Como única mácula me queda esa resolución final, bastante previsible desde el mismo inicio del film, que rompe un poco el tono naturalista de la prepuesta, pero cuando la misma llega ya hemos disfrutado de una velada cargada de veneno e inquina que una vez se encienden las luces de la sala nos hacen mirar con desconfianza a nuestra pareja cando recibe en su móvil un mensaje de texto haciéndola sonreír entre dientes.