lunes, 29 de julio de 2024

Deadpool & Lobezno


Título Original
Deadpool & Wolverine (2024)
Director Shawn Levy
Guion Rhett Reese, Paul Wernick, Ryan Reynolds, Zeb Wells, Shawn Levy, basado en los cómics de Fabián Nicieza y Rob Liefeld
Reparto Ryan Reynolds, Hugh Jackman, Emma Corrin, Morena Baccarin, Matthew Macfadyen, Rob Delaney, Karan Soni, Leslie Uggams, Stefan Kapicic, Brianna Hildebrand. Aaron Stanford

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El 20 de marzo de 2019 saltaba la noticia. En su afán por absorber la mayor cantidad de compañías relacionadas con el ocio, ya sea secuencial o audiovisual, Disney compraba por 71.300 millones de dólares toda la división de entretenimiento de 21st Century Fox, incluyendo los estudios cinematográficos y de televisión, y canales de cable/satélite de Estados Unidos. Este movimiento por parte de la compañía creada por Walt Disney fue seguido muy de cerca por parte de los fans del Universo Cinematográfico Marvel, ya que el mismo permitía la inclusión de los mutantes desarrollados entre 2000 y 2020 dentro de la cronología actual de las producciones de Marvel Studios. Pero también despertó las suspicacias de los seguidores de Deadpool, ya que el tono más bronco y explícito de sus aventuras en pantalla grande podía verse perjudicado al tener que entrar a formar parte del UCM, donde Kevin Feige y sus colaboradores facturaban un cine más familiar. 




Por suerte y gracias a la influencia de Ryan Reynolds dentro de una franquicia en la que él ejerce como principal impulsor, la calificación R se confirmó bien pronto con respecto a la cinta que daría continuación a Deadpool y Deadpool 2. La otra noticia bomba con respecto al proyecto de esta tercera parte salta en diciembre de 2022 cuando el mismo Reynolds saca de su retiro a Hugh Jackman para volver a interpretar a Lobezno. Recordemos que Jackman y el director James Mangold dieron una despedida excelsa al personaje en la brillante Logan, pero ya sabemos que el actor canadiense es muy persuasivo y la amistad de más de 20 años que ambos comparten es la que, suponemos que junto a un buen puñado de millones de dólares en la cuenta del protagonista de Los miserables, ha hecho posible la existencia de esta Deadpool & Lobezno que en Transgresión Continua ya hemos podido ver y de la que vamos a hablar a continuación.



Contando en su casting con los habituales Morena Baccarin, Rob Delaney, Karan Soni, Leslie Uggams, Stefan Kapicic o Brianna Hildebrand y sumándose a este Emma Corrin (The Crown) Matthew Macfadyen (Succesion) y otro puñado de intérpretes que no conviene desvelar Deadpool & Lobezno sigue manteniendo en su guion a Rhett Reese, Paul Wernick y Ryan Reynolds, a los que se suman el escritor de cómics Zeb Wells y Shawn Levy, realizador que tras dirigir a su compatriota en Free Guy y El proyecto Adam parece haberse ganado su confianza, ya que no solo interviene en la escritura de la obra, también la dirige y produce. Todo este equipo da empaque a una de las películas sensación de la temporada y la única pieza cinematográfica del Universo Cinematográfico Marvel que veremos este 2024 tras varios traspiés de sus últimas superproducciones. ¿Está el resultado a la altura de las muy altas expectativas depositadas en un proyecto tan esperado por fans de los cómics, las películas del Marvel Studios o las del mercenario bocazas? la respuesta es un rotundo sí, pero hay carencias, que serán debidamente mencionadas.



De manera que dejad de apretar el culo, porque sí, Deadpool & Wolverine nos da todo lo que esperábamos de ella (no poco, precisamente) y mucho más. Es un orgiástico festival de humor negro, acción, sangre, vísceras y una cascada incesante de metareferencialidad que va desde coñas con Disney, Fox, Kevin Feige, Hugh Jackman o Ryan Reynolds hasta un desfile de guiños a los cómics que tiene su culminación en un pasaje que recrea algunas de las portadas más icónicas de los X-Men. ¿Recordáis aquel tráiler en el que decían que iban a respetar lo acontecido en Logan? Pues no solo no lo respetan, sino que lo profanan de la manera más divertida y salvaje, pero que esto no nos lleve a engaño, porque Deadpool & Lobezno, más que la inclusión de ambos personajes dentro del Universo Cinematográfico Marvel o un gran paso hacia delante hacia el futuro, es un homenaje al pasado.



Porque sí, Deadpool & Lobezno es un rendido tributo y una declaración de amor a todas las películas inspiradas en personajes de Marvel Comics desarrolladas por Fox, con algún añadido sorpresa nacido en otra compañía, que cierra un ciclo de más de veinte años de aventuras en celuloide protagonizadas por los Hijos del Átomo. Curiosamente esa mirada cariñosa y nostálgica hacia atrás no solo apunta hacia los proyectos que fueron grandes éxitos, sino también a aquellos que se revelaron como rotundos fracasos, a los que no tuvieron la oportunidad de ser ni una cosa ni otra, porque quedaron en el limbo, e incluso a algún sueño húmedo, más de actualidad, que pillará por sorpresa al más pintado. Esta idea queda plasmada en una gran cantidad de cameos que producirá orgasmos freaks, viendo desfilar por la pantalla a un reparto de intérpretes del que es conveniente no saber nada, de manera que hasta que no veáis la película procurad huir de las redes sociales, porque los enemigos de los spoilers corréis grave peligro.



Pero el mayor atractivo de Deadpool & Lobezno es, como era de esperar, la bestial química que destilan Ryan Reynolds y Hugh Jackman en pantalla. Porque aunque ya hay quien está vendiendo la película como la más épica del UCM desde Vengadores: Endgame o Spider-Man: No Way Home, la cinta de Shawn Levy no es más que una divertidísima buddy movie cuyo epicentro narrativo es la interacción entre sus dos personajes protagonistas. Una vez más, aflojad el esfinter, porque esta película hace que desaparezca el mal sabor de boca que X-Men Orígenes: Lobezno nos dejó cuando enfrentó a los dos canadienses más carismáticos de Marvel Cómics. Si bien todas las conversaciones, chascarrillos, discusiones y constantes enfrentamientos con enemigos son divertidísimos, son las dos grandes secuencias de combate entre los dos roles las que más sacan provecho, junto a los pasajes dramáticos, del lujo que supone ver a estas dos estrellas del cine hacer lo que mejor saben.




Aunque no es oro todo lo que reluce, ya que Deadpool & Lobezno tiene una flaqueza bastante reseñable que no debemos dejar pasar. Es evidente que el ritmo endiablado, los protagonistas entregándolo todo para no dar un respiro al espectador y los cameos estrella en cascada perdonan el hecho de que el guion escrito a diez manos es, sin lugar a dudas, el más flojo de las tres entregas que llevamos de películas protagonizadas por Masacre. La inconsistencia narrativa, las arbitrariedades innecesarias, las endebles excusas argumentales para que los guionistas lleven la historia por donde quieren y la acumulación de deus ex machinas confirman que Reynolds y sus muchachos deberían haber pulido bastante más un libreto que contaba con mucho potencial, ya que la misión encomendada a Wade Wilson por la TVA recuerda mucho a la saga de Landau, Luckman y Lake, una de las mejores del personaje, escrita por el gran Joe Kelly, que aquí sirve como una pobre justificación para materializar la inclusión de los personajes en el UCM casi a martillazos y con bastante caos.



Pese a que hemos afirmado que queda lejos de la épica de la culminación de Vengadores: Endgame o de la que aconteció con la reunión de los tres Spider-Man cinematográficos en Spider-Man: No Way Home, la misma tiene presencia en no pocos pasajes de Deadpool & Lobezno, porque como sucedía en las otras dos entregas protagonizadas por Wade Wilson esta tercera tiene corazón. Sí, bajo la violencia gratuita, los chistes sexuales y la zafiedad festiva hay un trasfondo dramático compartido por los dos personajes principales que culmina en el tercer acto con un par de secuencias diseñadas para hacernos soltar la lagrima. En el trayecto los dos antihéroes se enfrentan a sus propios demonios, los mismos a los que apela Cassandra Nova para mermar sus voluntades, interpretada esta por una muy solvente y disfrutona Emma Corrin, que sin caracterizar a uno de esos villanos genéricos y olvidables de Marvel Studios, tampoco es aprovechada desde la escritura para estar a la altura de su contrapartida nacida en las viñetas de la mano de Grant Morrison y Frank Quitely en la mítica colección Nuevos X-Men. Algo parecido sucede con un divertido Matthew Macfadyen al que para interpretar a Paradox básicamente le han pedido que repita su papel del pusilánime Tom Wambsgans en la magistral Succesion.



Deadpool & Lobezno ha hecho que la espera de años por ver a los dos personajes repartir hostilidades, propias y ajenas, en pantalla grande haya merecido la pena. Ryan Reynolds, Hugh Jackman, Shawn Levy y compañía, que aman profundamente estos personajes y el microcosmos ficcional en el que se mueven, han hecho el «máximo esfuerzo» para que esta sea la película que todo fan quería y lo digo yo, que mientras escribo estas líneas ya la he visto dos veces, una en la madrugada del miércoles al jueves y otra el mismo jueves, esta vez en VOSE. Ahora mismo no tengo números a mano, pero estoy seguro no solo del éxito de la película, sino de su potencial para convertirse en el film con calificación R más taquillero de la historia, con nuestro Marvel Jesus como serio aspirante para destronar al de Mel Gibson, que es el que actualmente posee el título. Ahora, si Deadpool & Lobezno va a salvar el UCM de su actual bache es difícil saberlo, porque sus vínculos con el mismo son más bien tangenciales y de no demasiada importancia, algo que confirman sus dos escenas post créditos.



miércoles, 31 de enero de 2024

Thor: Love and Thunder

 



Título Original Thor: Love and Thunder (2022)
Director Taika Waititi
Guion Taika Waititi, Jennifer Kaytin Robinson, basado en los personajes de Marvel Cómics
Reparto Chris Hemsworth, Natalie Portman, Christian Bale, Tessa Thompson, Chris Pratt, Taika Waititi, Jaimie Alexander, Karen Gillan, Dave Bautista, Pom Klementieff, Russell Crowe, Sean Gunn, Akosia Sabet,




No hay más que echar un vistazo a la reseña que escribí de Thor: Ragnarok en Transgresión Continua hace casi siete años para comprender que un servidor se sintió bastante decepcionado con la tercera aventura en solitario del Dios del Trueno, suponiendo también la primera incursión del cineasta neozelandés Taika Waititi en Marvel Studios. Yo no pude subirme al carro de aquellos que recibieron con los brazos abiertos el cambio de rumbo que el director de Lo que hacemos en las sombras imprimió en aquella producción de 2017, ya que para mí el viraje excesivamente radical del personaje de Chris Hemsworth hacia la comedia algo infantilizada supuso un obstáculo para disfrutar adecuadamente de la película. 




Uno meses después, cuando adquirí el largometraje en formato físico, decidí revisarlo y ya sabiendo lo que había supe disfrutarlo mucho más y potenciar sus virtudes audiovisuales, como el acabado técnico de Waititi en los pasajes de acción y la clara influencia del trazo colorido y en ocasiones psicotrónico que Jack Kirby insufló en las aventuras más clásicas del hijo de Odín. Algo parecido llevé a la práctica cuando fui al cine a ver Thor: Love and Thunder, apliqué la relativización con respecto al material que iba a ofrecerme esta cuarta película al saber ya lo que iba a a encontrarme teniendo en cuenta que el autor de JoJo Rabitt seguía al frente de este nuevo proyecto.




Como era de esperar esta predisposición por mi parte hizo que disfrutara Thor: Love and Thunder mucho más que Thor: Ragnarok, no solo por ser consciente del tipo de propuesta que me iba a encontrar, sino porque objetivamente, y siempre desde mi punto de vista personal e intransferible, la segunda incursión en Asgard de Taika Waititi es superior en no pocos aspectos a la primera. Esta nueva aventura de Thor está inspirada, principalmente, en el arco argumental El Carnicero de Dioses, escrito por el guionista Jason Aaron y dibujado por Esad Ribic, Jackson Guice y Nic Klein y en toda la etapa escrita también por el autor de Scalped e ilustrada por Russell Dauterman en la que Jane Foster portaba Mjölnir para pasar a convertirse en Mighty Thor, la nueva Diosa del Trueno.




Thot: Love and Thunder es, al igual que Thor Ragnarok, una space opera barroca, exagerada y autoparódica, pero en esta ocasión Taika Waititi ha sabido mezclar con más acierto los elementos narrativos de los que disponía. Es de recibo mencionar que el prólogo del film, que llega a pelo y sin haber aparecido ni siquiera el logo de Marvel Studios en pantalla, asienta las bases de la vertiente más dramática de la obra que irá siempre vinculada a la historia de Gorr, el villano al que da vida Christian Bale. Esos escasos minutos en pantalla sirven para dar una motivación interesante al Carnicero de Dioses que nos hace incluso llegar a empatizar con su cruzada. De esta manera el guionista y director elude ese mal endémico del UCM a la hora de perfilar enemigos de los superhéroes que, salvo en contadas ocasiones, rara vez están a la altura de los acontecimientos.




Thor: Love and Thunder sabe equilibrar con más acierto la comedia y el drama que su predecesora y eso puede ser debido al fichaje de Jennifer Kaytin Robinson (Ojo de Halcón) para co escribir el guion junto a Waititi. Aunque el tono más solemne lo lleva sobre sus hombros la subtrama de Gorr o la dedicada al cáncer de Jane Foster, la alternancia de estas con la ligereza de las correrías de Thor junto a los Guardianes de la Galaxia primero y sus amigos asgardianos más tarde funciona de manera mucho más orgánica y cohesionada que en Ragnarok, donde solo la muerte de Odin y algún que otro pasaje más grave eran devorados por la sesión continua de chistes y chascarrillos lanzados por el director de Hunt for the Wilderpeople contra el espectador.




Curiosamente donde Thor: Love and Thunder no supera a su predecesora ese en el acabado técnico. Es evidente que Taika Waitii ha vuelto a contar con los holgadísimos medios que Disney y Marvel Studios suelen poner a disposición de sus proyectos para el cine o la plataforma de streaming que acoge el grueso de su producción para la pequeña pantalla y que su acabado visual es impecable en casi todo momento, pero carece esta última entrega del UCM de secuencias de acción épicas como las de Ragnarok. Posiblemente la del arranque, durante la que sonará el primero de los muchos temas de Guns'n Roses que el director ha metido de manera tan agradecida como a martillazos en la película, sea el más reseñable, pero queda lejos de, por poner un solo ejemplo, del flashback de la batalla de las valkirias de la cinta que contaba cono la Hela de la gran Cate Blanchett como villana.




Natalie Portman se fue por la puerta de atrás de Marvel Studios y eso era algo que se transmitía al espectador durante el visionado de Thor: El Mundo Oscuro. La marcha de la directora Patty Jenkins en favor de Alan Taylor y el tratamiento paupérrimo de su personaje lógicamente debió enfadár a la actriz se El Profesional (León). Por ello a muchos extrañó que la israelí decidiera volver a Marvel Studios para dar vida nuevamente a su alter ego en la ficción, pero cuando se confirmó que Thor: Love and Thunder iba a inspirarse en la etapa de Jane Foster como Mighty Thor todo cobró sentido. Portman aprovecha el canto de cisne que Taika Waitti ha regalado a su rol y lo exprime todo lo que le permiten enamorando a la cámara con cada una de sus apariciones y destilando una química con Chris Hemswoth que nunca tuvo en las dos anteriores entregas en solitatio de Thor. 




Como era de esperar el actor australiano mantiene el tono cómico que se volvió indivisible a su perfil psicológico desde Ragnarok, pero que los hermano Anthony y Joe Russo atenuaron en cierta manera durante Infinity War y Endgame. Thor vuelve a ser aquí una máquina imparable de hacer comedia, siendo artífice o diana de todas las chaladuras que a Taika Waititi se le pasan por la cabeza. Como suele pasar con el siempre controvertido humor de las películas de Marvel Studios este unas veces funciona y otras no. Para el que suscribe en esta ocasión la chanza y la befa está mejor llevada y si bien nos depara algún pasaje divertido, como por ejemplo todo el relacionado con el Zeus de Russell Crowe, también es cierto que en ningún momento se antoja memorable. 




En las antípodas del personaje de Chris Hemsworth se encuentra el mejor de toda la película, el Gorr de Chrstian Bale. No podemos decir que el villano de Thor: Love and Thunder sea brillante por su tratamiento desde el papel, que es muy decente y acertado, pero nada original; sino por la enorme labor que el actor galés hace dándole vida. A Bale le importa un carajo que Taika Waititi esté haciendo una comedia superheróica con apuntes de drama, él cree estar haciendo Shakespeare y recurre a toda la intensidad que le permite un blockbuster para todos los públicos como este. Con una de esas transformaciones físicas que deben estar haciendo millonario a su endocrino y una caracterización brillan la labor de Bale es todo un regalo para Love and Thunder y el espectador que encuentra su culmen en el tercer acto del film.




Thor: Love and Thunder es la muestra quintaesencial de lo que suele ser la maquinaria de Disney y Marvel Studios, puro entretenimiento y escapismo que no aspira a nada más. Queda muy lejos de ser una de las mejores propuestas del Universo Cinematográfico Marvel, pero confirma tanto la buena forma de Thor como de Taika Waititi a la hora de dar su personalísima visión del personaje. Parece ser que no ha sido recibida por el fandom con el entusiasmo de Thor: Ragnarok y puede que en ello haya influido la ausencia del factor sorpresa que sí acompañó a aquella. Sea como fuere un servidor disfrutó enormemente con la película y quedé con ganas de más después de ver las dos escenas post créditos que apuntan a un giro interesante dentro de esta Fase 4 que se encarrilará dentro de poco en su fase final.