sábado, 27 de noviembre de 2021

Ojo de Halcón (Hawkeye), the most wonderful time of the year


"Cuando llevé ese traje hice un montón de enemigos"



Quinta y última serie de Marvel Studios estrenada en Disney Plus este 2021 perteneciente a la Fase 4 del Universo Cinematográfico Marvel. Después de WandaVision, The Falcon And The Winter Soldier, Loki y What If…? le toca a la ficción protagonizada por Ojo de Halcón, la versión cinematográfica del alter ego vengador de Clint Barton interpretada por el actor estadounidense Jeremy Renner. Con claras influencias, en ocasiones más estilísticas que argumentales, de la icónica etapa escrita por Matt Fraction y dibujada por nuestro David Aja Hawkeye ha llegado a la plataforma de streaming con sus dos primeros episodios. Del desarrollo y la escritura del proyecto se encarga Jonathan Igla (Mad Men) y de la dirección de los distintos episodios Rhys Thomas (Chad) y la pareja de realizadoras Bert y Bertie (Kidding) mientras se suman al reparto Hailee Steinfeld, Vera Farmiga, Tony Dalton, Fra Fee o Linda Cardellini entre otros.



Como un servidor viene recordando cada vez que se embarca en una de estas reseñas en las que solo comentamos una o dos entregas de un producto más extenso la opinión aquí vertida está limitada por el escaso metraje visionado, que sin darnos una visión global de lo que sera Hawkeye, sí ofrece unas primeras impresiones de hacia dónde se encaminará la ficción. Aunque el potente arranque, localizado durante la invasión chitauri de New York que aconteció en 2012 durante la primera película de Los Vengadores, asienta unas bases dramáticas vinculadas con el personaje de Kare Bishop, lo cierto es que la serie protagonizada por Clin Barton posee un tono ligero que juguetea a placer con ser un producto netamente navideño en el que la acción, la comedia y el espíritu indisivible a la concepción relamida que tienen los estadounidenses de esta festividad congenian adecuadamente, manteniendo el interés y el entretenimiento en todo momento.



Estos dos primeros capítulos, Never Meet Your Heroes y Hide And Seek, recuperan el tono de héroe cansado y de vuelta de todo metiéndose en líos durante Navidad de La Jungla de Cristal (Die Hard) con un producto más a pie de calle y "working class" que se emparenta así con la ya citada etapa de Fraction y Aja controlando el porvenir del personaje en los cómics. El Macguffin que supone la recuperación del traje de Ronin, la presentación de la carismática y entrañable Kate Bishop de Hailee Steinfeld (aunque a un servidor le hubiera gustado ver a Katherine Langord ejerciendo dicho rol, sobre todo después de ver lo divertida que puede llegar a ser en películas como la explosiva Spontaneous) la dinámica que establece con Clint Barton, las eficientes secuencias de acción y el humor bastante bien llevado suponen alicientes suficientes para depositar nuestra confianza en una propuesta como Hawkeye que no ha empezado con mal pie.



Por ahora la primera toma de contacto con Hawkeye se antoja estimable y hasta cierto punto prometedora, pero viendo lo ocurrido con algunas de las otras series de Disney Plus y Marvel Studios conviene no bajar la guardia a ese respecto. Por último no me gustaría dejar pasar la oportunidad de acordarme de David Aja, uno de los mejores dibujantes actuales del mundo del cómic que hizo una labor mayúscula, ganadora del Eisner, con la ya citada etapa del los cómics en los que se encargaba de los lápices. Me parece vergonzoso que viendo cómo la serie saquea las planchas del vallisoletano, el opening es brillante precisamente por eso; Disney, Marvel Studios y Kevin Feige no correspondan económicamente o hayan solicitado los servicios, como sí lo han hecho con Matt Fraction; de la principal fuente de inspiración estilística de la producción. Aquella anécdota que relató el mismo Aja en Los Felices Veinte sobre cómo fueron los cámaras de la serie los que le pagaron de su bolsillo un dibujo para la claqueta que utilizan el rodaje lo dice todo con respecto a lo mal que se está tratando a un autor indispensable como el de Semillas.




Después de dos primeros episodios adentrándose en los terrenos de lo cumplidor y funcional es el tercero, titulado Echoes, el que pone las cartas en la mesa suponiendo una notable subida de calidad con respecto a esta Hawkeye que comienza a encontrar su propio equilibrio y haciéndolo cuando llegamos al prematuro ecuador de la miniserie producida por Disney y Marvel Studios. Las dos primeras entregas sirvieron para darnos a conocer la actual sitación profesional y personal de un Clint Barton de vuelta de todo y de paso presentar a los nuevos personajes con la Kate Bishop de Hailee Steinfeld a la cabeza, cambiando su génesis en la ficción con respecto a las viñetas, pero ofreciéndole cierto poso dramático que no desentonaba en pantalla y estaba estrechamente vinculado con hechos previos del Universo Cinematográfico Marvel.




Aunque este episodio tiene como epicentro la puesta de largo de Echo como villana y sus vínculos con un personaje en la sombra, que según gran parte del fandom podría ser el Kingpin que Vincent D’Onofrio interpretó magistralmente en la serie de Daredevil para Netflix, son la acción y el ritmo medidamente frenético los que campan a sus anchas a lo largo de los poco más de 40 minutos de metraje del capítulo. Con respecto a esto tienen mucho que decir la pareja de directoras Bert y Bertie, responsables de una puesta en escena alejada de la procedimental y demasiado encorsetada de Rhys Thomas en Never Meet Your Heroes o Hide And Seek apelando esta vez a unos pasajes audiovisuales dinámicos en los que tienen cabida planos secuencia a lo Children of Men (Alfonso Cuarón, 2006), aunque salvando las distancias; movimientos de cámara imposibles y persecuciones automovilísticas manteniendo la deuda de la serie con John McLane y sus correrías cinematográficas.




El equilibrio entre el actioner con ramifiaciones superheróicas, la comedia ligera para todos los públicos y el drama bien planteado, aunque algo sensiblero; encuentran en el tercer episodio la armonía necesaria para que esta adaptación apócrifa y muy libre de la etapa de Matt Fraction y David Aja siga por el camino correcto sin caer en la pretencisidad y la exageración. Con buenas sensaciones, una ficción ahora más prometedora que después de dar sus primeros compases y las elucubraciones o múltiples teorías fan que siempre dan mucho juego al debate sobre las series adscritas al UCM Hawkeye se adentra en su segunda mitad de manera reseñable, con mucho todavía por contar, pero también con la posibilidad de que este magnífico capítulo haya sido un espejismo a punto de desvanecerse en las próximas semanas. Esperemos que no se de el caso y las andanzas de Clint Barton y Kate Bishop sean una digna despedida del 2021 por parte de Marvel Studios.




Después del repunte que supuso el tercer episodio de la pasada semana, Echoes, un servidor no las tenía todas consigo en lo referente a que se mantuviera el nivel de Hawkeye en este cuarto teniendo en cuenta precedentes de otras de las recientes series de Disney Plus y Marvel Studios como son los casos de The Falcon And The Winter Solider, Loki o What If…?; en los que la irregularidad entre un capítulo y otro se hacía patente transmitiendo una sensación de inestabilidad narrativa que jugaba en contra de dichos proyectos. Por suerte esta cuarta entrega no ha supuesto una decepción con respecto a su predecesora y aunque cambia notoriamente el tono y baja la intensidad el resultado sigue siendo más que óptimo gracias a un tratamiento muy interesante de los dos personajes principales.




Las directoras Bert y Bertie vuelven a ponerse detrás de las cámaras después del magnífico resultado de su anterior incursión en Hawkeye y esta vez lo hacen levantando el pie del acelerador y reducienda esa acción que tan bien saben poner en escena para localizarla en el último acto del episodio. En Partners, Am I Right?, título de este cuarto capítulo, cobra relevancia el guionista y showrunner Jonathan Igla, encargado de dedicar gran parte del metraje a desarrollar con mucho encanto y algún apunte moderadamente emotivo la relación entre Clint Barton y Kate Bishop cuando ambos asumen que pasarán las navidades juntos si quieren resolver el caso en el que se ven implicados con Jeremy Renner y Hailee Steinfeld conectando cada vez mejor al compartir pantalla.




En el último acto la acción se apodera del episodio con la aparición de Echo y un personaje recuperado del cine, cuya presencia era un secreto a voces, encarrilando lo que serán los dos últimos capítulos de una serie que por el momento funciona de manera más que adecuada sin desfallecer y superando a la mayoría de las series presentadas por Marvel Studios este año dentro de la plataforma de Disney, pero sin convertirse en una pieza de calidad sobresaliente como sí lo era la todavía imbatida WandaVision. Dos entregas más, tramas todavía por desarrollarse y esperar a la confirmación de si veremos al Wilson Fisk de Vincent D’Onofrio en pantalla (todo apunta a ello, viendo los comentarios con doble sentido que lanza actualmente el actor en su cuenta de Twitter sobre su personaje y otros de la serie de Daredevil) o alguna sorpresa más nos dirá si este viaje navideño por New York con Clint Barton y Kate Bishop ha merecido la pena. Por ahora la respuesta sería afirmativa, pero sin volvernos locos.




Quinto y penúltimo episodio, titulado Ronin, con el que por fin Jonathan Igla, Bert y Bertie el resto de colaboradores dan un puñetazo en la mesa y ofrecen a los espectadores todo lo prometido anteriormente e incluso mucho más. La cuarta entrega acababa con la aparición de la Yelena Belova de Florence Pugh, la contrapartida en imagen real del personaje de Marvel Comics que debutó en pantalla grande con Viuda Negra, y ya en este capítulo se introduce completamente en la trama. Debuta con un prólogo en el que se hace el uso audiovisual más ingenioso del lapso que un servidor ha visto hasta el momento seguido de una larga secuencia, que podía haber durado todo el metraje sin ninguna queja por mi parte, en la que conversa con Kate Bishop confirmando las toneladas de carisma, simpatía y sorna que destilaba el rol de la actriz de Mujercitas en el film protagonizado por Scarlett Johanson.




Una vez la trama pone el foco sobre Clint Barton vemos al personaje de Jeremy Renner tomar la drástica decisión de enfundarse de nuevo el traje de Ronin para enfrentarse a Echo y los Tracksuits, no con la intención de eliminarlos como hacía en el pasado cuando llevaba dicho uniforme y sembraba el terror en el mundo del hampa impulsado por la desaparición de su familia tras el chasquido de Thanos durante Vengadores: Infinity War, sino para convencer al personaje de Alaqua Cox para que cese en su empeño y se aleje de la familia y amigos del protagonista. Unas palabras de Barton con respecto al padre de la villana hacen sembrar la duda en esta y sirve de catalizador para la revelación final del episodio cuya conexión directa se establece con Eleanor Bishop, la madre de Kate interpretada por Vera Farmiga.




Porque sí, este penúltimo episodio llega a su clímax final confirmando lo que era un secreto a voces, el Kingpin de Vincent D’Onofrio conspiraba desde las sombras y su presencia, ingeligentisimamente desvelada en parelelo a las sorpresas que se nos desvelarán en Spider-Man: No Way Home, abren la puerta a un nuevo mundo de posibilidades en el Universo Cinematográfico Marvel que podría suponer la llegada de varios de los personajes de las series de Netflix a las producciones de Marvel Studios para Disney Plus con el Daredevil de Charlie Cox a la cabeza y en el que a un servidor no le disgustaría ver al resto de secundarios de la serie protagonizada por Matt Murdock o a Jon Bernthal y Krysten Ritter repitiendo como Fank Castle y Jennifer Jones respectivamente.




So This Is Christmas? pone punto y final a Hawkeye. Un sexto y último episodio en el que se conjuran todos los aciertos de la serie de Disney Plus y Marvel Studios, que no son pocos. Una vez desvelada la identidad de Kingpin como figura que movía los hilos desde las sombras la presencia del personaje interpretado por Vincent D’Onofrio ejerce un rol capital en el clímax de la serie. Ofreciendo una versión de Wilson Fisk que mantiene la rotunda presencia ofrecida en Daredevil, pero con una fuerza física y estética más cercana a los cómics, el pasaje en el que pelea con Kate Bishop supone uno de los momentos álgidos de este capítulo. Otro de ellos sería el esperado enfrentamiento entre Clint Barton y una Yelena Belova con la que Florence Pugh se ha robado el protagonismo desde que se revelara su identidad en el cierre del cuarto episodio. Esta resolución de la serie discurre por el camimo esperado, transfigurándose en un homenaje a Natasha Romanoff.




La season finale de Hawkeye condensa toda su esencia como ficción audiovisual, haciendo que sus poco más de 60 minutos de metraje, en los que Rhys Thomas vuelve a ponerse al frente de la dirección después de la muy superior labor de Bert y Bertie, supongan un compendio en el que conviven la acción, el humor y los pasajes dramáticos en un contexto navideño que han sobrevolado toda la propuesta diseñada por Jonathan Igla y su equipo de colaboradores. El enfrentamiento de Clint y Kate contra los miembros de la Trucksuit Mafia en el Rockefeller Center, la divertida pelea en las oficinas entre los personajes de Hailee Steinfeld y Florence Pugh o el cara a cara de este último con el de Jeremy Renner ofrecen todo lo que ha hecho de Hawkeye una propuesta tan acertada como humilde sin mayores aspiraciones que las de entretener con una historia sencilla de aprendizaje, amistad y legado que ha cumplido en casi todo momento con lo prometido.




Con una total ausencia de pretensiones, tomando como inspiración una etapa de los cómics recordada con cariño por el gruseso de los aficionados, aunque lo que le han hecho a David Aja sigue siendo un atraco, y con un reparto en estado de gracia Hawkeye ha hecho de la humilidad y la cercanía sus mayores virtudes. Ahora el camino queda abierto para la llegada tanto de los Jóvenes Vengadores como de los Thunderbolts, aunque todavía queda recorrido para que ambo grupos tomen forma y vayan presetándose más de sus componentes. La serie de Jonathan Igla cierra un 2021 en el que Disney Plus y Marvel Studios han estrenado cinco series pertenecientes a la Fase 4 del Universo Cinematográfico Marvel y aunque la calidad ha sido irregurlar, WandaVision nos malacostumbró desde el principio, hemos estado entretenidos casi un año completo con productos más o menos disfrutables que daban mucho pie a elucubrar y teorizar sobre un microcosmos que ya ha empezado a introducirse en el inhóspito terreno del Multiverso. Veremos hacia dónde nos lleva este viaje.


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