Título Original Doctor Sleep (2019)
Director Mike Flanagan
Guión Mike Flanagan, basado en la novela de Stephen King
Reparto Ewan McGregor, Rebecca Ferguson, Zahn McClarnon, Carl Lumbly, Alex Essoe, Bruce Greenwood, Jacob Tremblay, Catherine Parker, Robert Longstreet, Carel Struycken, Emily Alyn Lind, Selena Anduze, Jocelin Donahue, Chelsea Talmadge, Juan Gaspard, Kyliegh Curran, Deadra Moore, David Michael-Smith, Kevin Petruski Jr., Mistie Gibby, Met Clark
Aunque por aquel entonces ya era un artesano curtido dentro del género de terror con largometrajes como Hush, Oculus, Before I Wake o Ouija: Origin of Evil el año 2017 marcó un punto de inflexión en la carrera del productor, guionista y director estadounidense Mike Flanagan. Ese año estrena El Juego de Gerald, su primera colaboración con Netfilx y a su vez la primera adaptación de una novela de Stephen King en la que se sumergía. Aquella cinta protagonizada por Carla Gugino y Bruce Greenwood supuso el puente para que Flanagan ideara sólo un año después su opus magna, la brillante serie La Maldición de Hill House inspirada en la clásica novela de Shirley Jackson, también para Netflix que lo consolidaría como uno de los nombres más talentosos dentro del cine de género y abriría las puertas de otra traslación literaria nacida de la pluma del autor de Maine, en esta ocasión notablemente más ambiciosa.
Poco después de que las correrías dramáticas y sobrenaturales de la familia Crain se convirtieran en un éxito saltaba la noticia de que Mike Flanagan iba a realizar, en colaboración con Warner Bros, una versión cinematográfica de Doctor Sueño, la novela de 2013 con la que Stephen King daba continuación a los hechos acaecidos en El Resplandor, una de sus novelas más reconocidas y admiradas. De manera que, una vez más, la maquinaria hollywoodiense se puso en funcionamiento y actores como Ewan McGregor, Rebecca Ferguson, Zahn McClarnon, Carl Lumbly, Alex Essoe, Jacob Tremblay o los habituales en la filmografía del realizador, Carel Struycken y Bruce Greenwood, comenzaban a sumarse al extenso reparto del film mientras Flanagan se encargaba del guión, la dirección e incluso el montaje de la obra. Algo poco usual dentro del cine comercial norteamericano y que confirmaba la confianza de los productores en la labor del cineasta dándole una más que notable libertad creativa a la hora de acometer su rol de hombre orquesta.
Tres tramas que discurrirán paralelas, desde los 80 hasta inicios de la presente década, antes de converger en una sola conforman Doctor Sueño. La primera se centra en Danny Torrance (Ewan McGregor) después de vencer su alcoholismo y trabajando en la localidad de Frazier, New Hampshire, como celador de un Hospital de Cuidados Paliativos en el que ayuda a enfermos terminales a morir ayudado por los poderes que le confiere el Resplandor y ganándose así el apodo de Doctor Sueño. La segunda sigue los pasos de Abra Stone (Kyliegh Curran), una niña con el mismo don que Danny dando muestras desde su mismo nacimiento de cuán poderoso es en ella para asombro de su familia. La tercera toma como epicentro a Rosie the Hat (Rebecca Ferguson) y los miembros del “Nudo Verdadero”, un grupo de personas también poseedores del Resplandor que se dedican a matar, principalmente a niños, que al igual que ellos lo poseen para consumirlo como una especie de vapor una vez han torturado y asesinado a la víctima.
Con su versión de Doctor Sueño Mike Flanagan realiza un doble salto mortal sin red, no sabemos si por decisión propia o con la intención de dejar satisfechos a todo tipo de fans. Por un lado los dos primeros actos de su último largometraje conforman una fidelísima adaptación de la novela de Stephen King en los que algunos cambios con respecto a la misma no deslucen una extrapolación ejemplar del espíritu y el mensaje contenido en las páginas redactadas por el creador de Pennywise o Roland Deschain. Por otro en la recta final deja un poco de lado al novelista y centra sus energías en rendir tributo a la versión de El Resplandor de Stanley Kubrick rodada por este en 1980 y para ello utiliza la excusa de que el hotel Overlook sigue en pie, aunque en estado de abandono, para ejecutar en dicha localización el clímax final del film y con ello un homenaje sincero y mitificador a dicha obra maestra protagonizada por Jack Nicholson, Shelley Duvall y Danny Lloyd. Ese último acto deja de lado la fidelidad a la novela expuesta en los dos primeros y desemboca en un desenlace con poco que ver por el narrado por King en su novela de 2013.
A un nivel genérico y estructural Mike Flanagan lleva Doctor Sueño a su terreno, el de un terror que en la novela original sólo hacía acto de presencia tangencialmente dentro de lo que nunca dejaba de ser un drama con tintes sobrenaturales. El cineasta consigue construir notables secuencias de horror deudoras de la construcción audiovisual que tan buenos resultados le dio en La Maldición de Hill House, producto del que esta Doctor Sueño es una lógica y digna heredera dentro de la impronta de un autor que poco a poco va definiendo su voz y personalidad. Flanagan no sólo sabe capturar con su cámara las resoluciones estilísticas de la novela, también se embriaha del lirismo y la melancolía que aquella desprendía en sus pasajes más emocionales, los relacionados con la labor de Danny Torrance ejerciendo de Doctor Sueño, con un in crescendo dramático encontrando su culminación en el hotel Overlook durante los últimos compases de la obra. Pero a un nivel de puesta en escena el director sabe que está dando continuación a una película de Stanley Kubrick y si en la parte central del relato inyecta su propio sello el prólogo y la conclusión del film son herederos naturales de la mirada milimétrica y aséptica del responsable de El Beso del Asesino y Eyes Wide Shut alumbrando una pieza multiforme y mutante no poco ambiciosa en lo narrativo y formal.
A nivel de guión Mike Flanagan acomete con éxito la ardua tarea de conseguir que una cinta de 151 minutos de metraje se revele siempre entretenida gracias a un tempo medido con metrónomo y a un perfil de personajes perfectamente definido que sin llegar a poseer la profundidad psicológica destilada en la novela original nos resultan carismáticos y empáticos a distintos niveles. Argumentalmente ya hemos afirmado que las dos primeras horas son enfermizamente fieles al libro de King, pero esto no impide que se anulen personajes, se quite relevancia a otros importantes, se unifiquen varios en uno sólo o Flanagan asesine con una resolutividad heredera de la del mismo Kubrick en El Resplandor a un puñado que en las páginas sobrevivían en el desenlace de la historia. Pero como hemos mencionado Mike Flanagan sale airoso de la acometida ofreciendo un libreto sólido, metódico y con el don de dosificar adecuadamente los pasajes de terror o acción cuya única misión es enriquecer lo que realmente se revela como un drama, algo que ya llevó a cabo el realizador con la citada The Haunting of Hill House utilizando los resortes propios del género al que se adscribía para envolver un trabajo haciéndose fuerte al tomar como epicentro las emociones de los criaturas ficcionales que poblaban su microcosmos.
Otra seña de identidad de Mike Flanagan que cristalizó al 100% en su adaptación de la novela de Shirley Jackson para Netflix es su sobrado talento como director de actores. En Doctor Sueño también asistimos a su buena mano con un reparto que, es justo mencionarlo, sabe hacer su trabajo de manera harto profesional incluyendo unos secundarios perfectamente elegidos. Ewan McGregor es tan indentificable con algunos papeles icónicos de su carrera, como el Obi Wan Kenobi de Star Wars o el Mark Renton de las dos entregas de Trainspotting, que en ocasiones no es fácil asimilar su labor en otros roles por muy buen trabajo que el intérprete escocés lleve a cabo. Por suerte en Doctor Sueño sabe insuflar fuerza y vulnerabilidad a un Danny Torrance muy cercano al de la versión literaria. Pero a nivel de interpretación es Rebecca Ferguson la revelación de la película convirtiendo a Rosie the Hat no sólo en una villana memorable moviéndose entre la fascinación y la repulsa, sino también la mejor extrapolación de un personaje del relato de King al medio cinematográfico en el que se aunan el brillante tratamiento desde la escritura y la superlativa labor de la actriz británica a la hora de meterse en la perversa y atractiva piel de la líder del Nudo Verdadero. Dentro del triángulo de protagonistas el vértice más endeble es la joven Kyliegh Curran, esforzada como Abra Stone, pero necesitada de muchas tablas todavía para ofrecer su mejor perfil en pantalla.
En esta nueva etapa dorada de las adaptaciones de novelas de Stephen King en las que han vuelto a lo grande, tanto en pantallas cinematográficas como en las plataformas digitales de pago, después de años vagando sin rumbo fijo entre los estrenos directos al videoclub o las tv movies y en el que ya hemos podido disfrutar, o sufrir, producciones como las dos entregas de It, La Torre Oscura, 1922, la serie de La Niebla o la ya referenciada El Juego de Gerald esta Doctor Sueño destaca como una de las mejores muestras de dicho periodo. Un producto que consigue congraciar a los fans de la novela que adapta y a los de la versión cinematográfica de El Resplandor ofreciendo una película de terror que elude transitar los lugares comunes más afines a dicho género con inteligencia y profesionalidad. Desgraciadamente ni la destacable labor de Mike Flanagan con el guión y la dirección o la entrega del reparto han podido evitar que Doctor Sleep no haya rendido en la taquilla internacional lo esperado, denotando así su naturaleza de rara avis dentro del terror que cada vez ofrece productos más acomodaticios y de consumo rápido mientras da de lado a piezas tan estimables como la que nos ocupa, más propensa a exigir al espectador que ha reconfontarlo por medio del artificio y lo rudimentario.