Mostrando entradas con la etiqueta remake. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta remake. Mostrar todas las entradas

jueves, 30 de diciembre de 2021

Berserk. La Edad de Oro I,II,III – El Huevo del Rey Conquistador/La Batalla de Doldrey/El Advenimiento



Título Original  Berserk: The Golden Arc (ベルセルク 黄金時代篇, Hepburn: Beruseruku Ōgon Jidai-hen) (20212-2013)
Dirección Toshiyuki Kubooka
Guion Ichiro Okouchi. Manga: Kentaro Miura

 


Aunque la decisión de abarcar con el primer anime de 1997 La Edad Dorada, considerada de manera casi unánime la mejor etapa del manga por los lectores del mismo, fue bien recibida y todo un éxito tanto para los fans de la obra de MIURA Kentaro como para los espectadores casuales que se quedaron prendados con aquellos 25 episodios repletos ruido y furia, la imposibilidad de ver adaptada la extensa etapa posterior a El Eclipse transmitió cierta decepción generalizada. Durante muchos años se esperó que un nuevo anime continuara las aventuras de Guts, Casca, Grifiith y compañía posteriores a la ofrenda de este último a los componentes de la Mano de Dios, suponiendo la brutal destrucción de la Cuadrilla del Halcón y la mayoría de sus miembros. Por fin en 2010 comenzaron a correr por redes sociales y distintas publicaciones especializadas las noticias sobre un nuevo anime que daría continuación a lo narrado en el de finales de los 90 partiendo del volumen 35 del manga, algo que alegró a los muchos seguidores del famoso seinen. Un año después se confirmó que ni sería un anime serializado, ni una continuación del original, sino una trilogía de películas que revisarían, una vez más, La Edad Dorada.



Con producción de Studio 4°C y dirección de Toshiyuki Kubooka las tres películas se titularon Hao no Tamago (El Huevo del Rey Conquistador), Doldrey Kōryaku (La Batalla de Doldrey) y Kōrin (El Advenimiento). Las dos primeras llegaron a los cines nipones en febrero y junio de 2012 respectivamente y la tercera se exhibió en febrero de 2013. En la mayoría del resto de países fue estrenada directamente en formato doméstico y plataformas digitales. La excusa que la productora puso para volver a adaptar el mismo arco que ya pudimos ver en el anime fue la de mejorar la animación que en esta ocasión mezclaría el el 2D y el 3D. Con respecto a esta afirmación el resultado es irregular, como más tarde pasaremos a mencionar, pero es ineludible que este "remake" de The Golden Arc en formato largometraje es un producto de notable calidad con muchas más virtudes que carencias.



El Huevo del Rey Conquistador abarca desde el encuentro y posterior reclutamiento de Guts en la Cuadrilla del Halcón hasta que este se ve obligado a matar a Adonis y descubre mediante una conversación con Charlott, la princesa del reino de Midland, la idea poco altruista que tiene Griffith sobre la amistad y los componentes de su banda. La Batalla de Doldrey, como su propio nombre indica, toma como epicentro el famoso enfrentamiento bélico que termina por encumbrar a la Cuadrilla del Halcón con Griffith hecho prisionero por el rey de Midland en la Torre del Renacimiento después de haber sido sorprendido manteniendo relaciones sexuales con la princesa. El Advenimiento narra los hechos acontecidos en El Eclipse con Griffith liberado por Guts después de un año de encierro repleto de torturas y ofreciendo en sacrificio a la Cuadrilla del Halcón, mediante el beherit, para convertirse en el quinto dedo de la Mano de Dios.



Lo primer que llama la atención de esta trilogía de la largometrajes es que quince años después del primer anime todavía sigue siendo una adaptación del manga que reduce en mucho las cantidades de violencia y sexo. Es cierto que en ese aspecto muestra más que aquella producción de Oriental Light And Magic de 1997, pero aun así queda lejos de extrapolar de manera verdaderamente fidedigna lo descarnado del manga. Esta afirmación no es una queja, más si cabe teniendo en cuenta que Berserk posiblemente sea una de las obras más estilísticamente sádicas del arte secuencial nipón y que llevar todas las enfermizas situaciones planteadas por MIURA Kentaro se antoja harto difícil, pero sigue llamando la atención cómo otros animes sí se han atrevido a adentrarse en terrenos más complicados que cualquiera de las adaptaciones de Berserk. Con esto no queremos decir que en esta nueva versión de La Edad Dorada no haya sangre, vísceras y sexualidad, pero es exigua con respecto a su fuente de origen.



Solo con visionar la primera de las tres películas salimos de dudas sobre aquella afirmación por parte de la gente de Studio 4°C con respecto a que una mejoría en la animación era el motivo principal para adaptar de nuevo la famosa etapa del manga. Ciertamente Toshiyuki Kubooka y su equipo técnico ejecutan una labor excelsa en lo referido al diseño de personajes, la fluidez con la que se mueven en pantalla y el desarrollo de secuencias dinámicas con especial hincapié en unas batallas campales de factura casi impecable o lo que viene a ser lo mismo, toda la animación en 2D es de un nivel casi sobresaliente. No así ocurre con el 3D, focalizado principalmente en los paisajes y fondos que como suele suceder choca frontalmente con la técnica tradicional y no sólo eso, sino que al poco tiempo de su estreno envejece de manera alarmante. Esta idea de mezclar el 2D con el pixel se ha convertido en un mal endémico en el anime que ha hecho mermar las virtudes de productos tan destacables como Ghost in the Shell 2: Innocence entre otros. La presente trilogía de Berserk no es una excepción a esa regla.



La trilogía cinematográfica de La Edad Dorada funciona donde el anime de los 90 fallaba, pero cae en algunas carencias que aquel sabía esquivar con acierto. Por suerte sus responsables son lo suficientemente profesionales para diseñar un producto muy estimable que dejó notoriamente satisfechos a los fans del manga de MIURA Kentaro, aunque una vez más se quedaron sin ver en la pantalla grande o la pequeña las aventuras posteriores del Guerrero Negro. Por suerte la recompensa mereció la pena y si es cierto que El Huevo del Rey Conquistador y La Batalla de Doldrey son dos cintas con numerosos aciertos y hallazgos es El Advenimiento, con su traslación de El Eclipse, la que mejor partido saca a la fuerza narrativa inyectada por el autor de Japan en su obra de más relevancia en el mundo del arte secuencial, aunque una vez más el 3D juegue en contra del conjunto de la obra. Con todo, los seguidores de Berserk siguieron añorando ver una pieza audiovisual que se acordara de las historias de Guts post Edad Dorada y tres años después la espera terminó, para bien o para mal.




sábado, 28 de diciembre de 2019

El Resplandor (1997)



Título Original Stephen King's The Shining (1997)
Director Mick Garris
Guión Stephen King, basado en su propia novela
Reparto Steven Weber, Rebecca De Mornay, Courtland Mead, Melvin Van Peebles, Wil Horneff, Elliott Gould, John Durbin, Stanley Anderson, Pat Hingle, Cynthia Garris, Mickey Giacomazzi, Tomas Herrera, Tim Perovich


En el año 1997 el escritor Stephen King y el director Mick Garris ya habían colaborado estrechamente en dos adaptaciones de los textos del autor de Rabia o La Larga Marcha. Primero lo hicieron con Sonámbulos, una novela inacabada de King convertida por él mismo en el guión original sobre el que se sustentó esta cinta de terror centrada en una madre (Alice Krige) y su hijo (Richard Krause) pertenecientes a una estirpe de criaturas con aspecto felino y practicantes de incesto que se alimentaban de la energía vital de los seres humanos, concretamente de la de Tanya (Mädchen Amick). Se trataba de una cinta violenta, alocada y anárquica repleta de cameos de iconos del cine fantástico y de terror (Mark Hammill, Clive Barker, Tobe Hooper, Joe Dante, John Landis) muy denostada en su época, pero con notable encanto. Después aunaron fuerzas en un proyecto mucho más ambicioso como fue llevar a formato televisivo una de las novelas más descomunales del autor de Maine. Apocalipsis (The Stand) conoció una muy digna y competente traslación audiovisual a modo de miniserie de cuatro episodios. Gary Sinise, Molly Ringawald, Ray Walston, Laura San Giacomo, Ruby Dee, Ossie Davis, Miguel Ferrer, Corin Nemec, Matt Frewer, Rob Lowe o un inolvidable Jamey Sheridan en la piel del diabólico Randall Flagg ofrecieron una fiel versión del extenso libro que, una vez más, King se ocupó de adaptar para la pequeña pantalla. De manera que para entonces la relación personal y profesional de ambos autores estaba más que afianzada.




El buen feeling entre la pareja y, sobre todo, lo contento que King quedó con la miniserie de Apocalipsis seguramente fueron los motivos por los que el novelista depositó en Garris la responsabilidad de dirigir otra miniserie para el medio televisivo, en esta ocasión una convertida en deuda pendiente para el marido de Tabitha King. El Resplandor, su famosa novela adaptada, de manera muy sui generis, por el gran Stanley Kubrick y tansformada en un clásico del cine de terror iba a conocer una nueva versión a manos de su propio creador con el respaldo de Warner Bros, poseedora de los derechos del célebre trabajo literario. Jack Nicholson, Shelley Duvall y Danny Lloyd iban a ser sustituidos por Steven Weber (Por Trece Razones) Rebecca de Mornay (Jessica Jones) y Courtlan Mead (Hellraiser 4) a los que sumarían Melvin Van Peebles, Elliot Gould, Pat Hingle, Stanley Anderson o John Durbin entre otros. De todos ellos el trabajo más complicado lo tenía Weber, ya que debía afrontar el desafío de interpretar a un personaje al que en su primera encarnación le dio vida un titán como Jack Nicholson, pero a eso volveremos un poco más tarde.




Uno de los primeros síntomas que convertían esta nueva versión de la famosa novela en una obra en la que King tenía todo el control creativo es que su nombre acompañaba al título de la miniserie. Stephen King’s The Shining se ceñía tanto a lo acontecido en el libro original que hasta el Overlook utilizado en su producción es el Hotel Stanley de Estes Park, Colorado, el auténtico edificio que inspiró a King a la hora de escribir la historia de la famila Torrance y cuya fachada es usada para los planos exteriores de esta nueva El Resplandor. Tomando como partida ese detalle de vital importancia King escribió un guión dividido en tres partes, porque ese era el número de episodios del que constaba la miniserie, en el que recuperaba todo aquello que Stanley Kubrick había desechado para su película de 1980 convirtiendo así esta nueva adaptación en un trabajo escrupulosamente fiel a la palabra escrita, con todo lo bueno y malo que ello implica. Una vez el libreto estaba listo Mick Garris, sus actores y el equipo técnico se pusieron manos a la obra con el rodaje.




La versión de 1997 de El Resplandor es un producto meritorio en no pocos aspectos y eso que fue gestado y estrenado poco antes de que series como Oz o Los Soprano, ambas de HBO y por tanto también de Warner Bros, dieran el pistoletazo de salida a lo que hoy se conoce como la Nueva Edad Dorada de la ficción televisiva estadounidense. Desde el minuto uno se percibe el dinero invertido por los productores para llevar a buen puerto el deseo de Stephen King de realizar la adaptación más fiel posible de su propia novela. Los tres episodios en los que se divide el proyecto suman unas cuatro horas de metraje que en ningún momento se hacen plomizas o aburridas y eso es gracia a la labor de un artesano curtido en mil batallas como Mick Garris. El creador de Masters of Horror nunca ha facturado grandes producciones cinematográficas o televisivas, de hecho en no pocas ocasiones ha bordeado una más que contrastada mediocridad. Pero, de la misma manera que Frank Darabont entiende perfectamente la letra del autor de Maine a la hora de llevarla a la pantalla grande, Garris hace lo propio cuando es el medio televisivo el receptor de dicho material literario.




El director de Piscosis IV: El Comienzo ejecuta una labor encomiable detrás de las cámaras construyendo una clásica historia de casas encantadas apelando acertádamente a los lugares comunes propios del subgénero. La naturaleza sobrenatural del Overlook y los espíritus que en él habitan van haciéndose presentes de manera gradual, con un tempo bien dosificado aunque en ocasiones el director abuse del recurso de mover objetos cuando los personajes han abandonado el encuadre. Garris apela a una puesta en escena elegante y unos movimientos de cámara bien insertados que acrecientan la sensación de amenaza latente en el edificio supuestamente deshabitado. De su labor técnica sólo podemos desacreditar algunos recursos visuales como las apariciones de Tony levitando, que más que aterrar incitan a la risa, o lo obsoletos que han quedado los efectos digitales, ya bastante pobres cuando se estrenó la miniserie, por suerte no muy abundantes a lo largo del metraje. Más allá de eso y teniendo en cuenta las limitaciones conceptuales y narrativas que la pequeña pantalla proporcionaba por aquel entonces a sus autores Garris cumple su cometido de manera harto profesional.




El guión de Stephen King no deja nada en el tintero con respecto a la novela. Aquí profundizamos adecuadamente en los problemas de alcoholismo de Jack Torrance, en su truncada carrera como escritor y los episodios de malos tratos que protagonizó en el pasado volviendo cuando el Overlook comienza a dominar su psique. La mala relación del protagonista con Stuart Ullman, que no quiere a un “borracho” cuidando de su valioso hotel, la importancia capital en la trama de la caldera averiada que finalmente hará explotar el edificio o la relevancia de un personaje como Horace Derwent, el pervertido dueño del hotel, son muchas de las señas de identidad de la novela original que King consideraba necesarias para llevar a cabo una fiel traslación de la misma. Como es lógico hablamos de un producto para la televisión en abierto y por mucho que su calificación moral la convierta en una miniserie dirigida al público adulto esa personalidad sórdida, visceral y enfermiza que rara vez es llevada al medio audiovisual cuando se adaptan los escritos de King tampoco hace acto de presencia aquí aunque Mick Garris no escatima violencia e incluso cierto sadismo a la hora de ejecutar los pasajes en los que Jack Torrance trata de asesinar a su familia.




En cuanto al reparto un servidor opina que Steven Weber compone un Jack Torrance ejemplar, no sólo más cercano al de la novela de King, sino también alejado radicalmente del interpretado por Jack Nicholson en 1980. Evidentemente sería de necios comparar las dotes interpretativas de ambos actores, porque el protagonista de Infiltrados (The Departed) devoraría impunemente a su oponente. Pero es un hecho que la composición de Weber sí muestra de manera clara y gradual la caída en la locura de un buen hombre superado por los acontecimientos y con la sombra del alcoholismo siempre sobrevolándole. Su inmersión en el papel es cada vez más intensa y cuando su personalidad finalmente deriva en un homicida cuya única intención es matar a su mujer y entregar su hijo a los espíritus del Overlook da lo mejor de sí mismo. Para el que suscribe Steven Weber es lo mejor de esta versión de El Resplandor y siempre he lamentado que a un profesional con tanto talento como él nunca le hayan ofrecido un papel protagonista con el que pudiera demostrar su valía. Como muchos otros actores que han interpretado a personajes nacidos de la literatura del autor de La Niebla Weber reincidió apareciendo en las adaptaciones de Desesperación, de nuevo bajo las órdenes de Mick Garris, y en un episodio de la serie de televisión inspirada en la recopilación de relatos Pesadillas y Alucinaciones.




Rebecca De Mornay da la réplica muy dignamente a Steven Weber componiendo una Wendy Torrance que también se acerca a la retratada por Stephen King en la novela original asumiendo un rol mucho más activo a la hora de defender la integridad física y psiológica de su hijo, Danny, frente a los arrebatos parricidas de su esposo. La nota negativa la pone el pequeño Courtland Mead, un repelente niño de voz irritante que a pesar de poner todo su esfuerzo por resultar creíble sólo transmite al espectador una terrible sensación de rechazo que casi nos hace desear su no supervivencia a la encrucijada familiar en la que se ve envuelto. Veteranos como Melvin Van Peebles, Elliot Gould o Pat Hingle o Stanley Anderson entre otros completan un reparto muy competente con caras conocidas del cine y la televisión. Como en otros producciones de Mick Garris, estén o no adaptadas de novelas de King, tenemos varios cameos entre los que podemos distinguir las caras de Sam Raimi, Frank Darabont, los mismos Garris y King o la inconfundible voz de Miguel Ferrer al que los fans irredentos de Twin Peaks siempre recordaremos como el inolvidable agente del FBI Albert Rosenfield.




Como era de esperar la vendetta personal de Stephen King contra Stanley Kubrick se resolvió con una clara victoria de este último, porque como dicta la lógica la versión del director de Senderos de Gloria o Barry Lyndon, a pesar de sus numerosas y molestas licencias con respecto al libro, está a años luz de la ideada por el escritor y su amigo Mick Garris. Con todo un servidor sigue recomendando encarecidamente esta más que competente miniserie de 1997 con la que podemos acercarnos a una perspectiva mucho más fiel a la fuente literaria original aunque su calidad como producto audiovisual no se adentre en ningún momento en los terrenos de lo excepcional y esté rematado con un innecesario y lacrimógeno epílogo. La colaboración entre Stephen King y Mick Garris continuó con nuevas traslaciones de sus textos al medio televisivo como más miniseries y tv movies tomando inspiración en trabajos del autor de Maine como Desesperación, Riding the Bullet o Un Saco de Huesos. Contra todo pronóstico esta no fue la última vez que el cine o la televisión recibieron la visita de algún miembro de la famulia Torrance. Porque en el presente 2019 Mike Flanagan se ocupó de adaptar a la pantalla grande Doctor Sueño, la secuela literaria de El Resplandor publicada por King seis años antes y de ella también hablaremos.


lunes, 22 de abril de 2019

Cementerio de Animales



Título Original Pet Sematary (2019)
Director Dennis Widmyer y Kevin Kölsch
Guión Matt Greenberg y Jeff Buhler, basado en la novela de Stephen King
Reparto Jason Clarke, John Lithgow, Amy Seimetz, Jeté Laurence, Hugo Lavoie, Lucas Lavoie, Naomi Frenette, Alyssa Brooke Levine, Maria Herrera, Obssa Ahmed, Bailey Thain





Aunque desde mediados de los 70 han sido cientos las adaptaciones cinematográficas y televisivas de obras literarias de Stephen King es desde hace un par de años cuando estas se suceden en cascada. El descomunal éxito de la nueva versión de It, el interés de plataformas como Netflix por la producción literaria del escritor de Maine con films como El Juego de Gerald y 1922 o la llegada de nuevas series como Mr Mercedes, La Niebla, 22.11.63 o Castle Rock dan buena muestra de la excelente salud de las traslaciones audiovisuales de los libros del autor de Rabia o La Mitad Oscura. A eso habría que sumar un King cada vez más benévelo a la hora de dar opinión de estos proyectos (recordemos sus buenas palabras hacia la fallida La Torre Oscura), sabiendo que la publicidad amable como compañera de los mismos juega también a su favor, y quedando así lejano en el tiempo aquel Stephen con predisposición a poner de vuelta y media piezas como El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980), Los Chicos del Maiz (Fritz Kiersch, 1984) o El Cortador de Césped (Brett Leonard, 1991) o llegando incluso a implicarse como productor o guionista en varias de ellas. Pero sería la soberbia versión de It a manos del argentino Andrés Muschietti la que abriría la puerta a una nueva ola de revisiones de libros de King conocedores de anteriores visiones para la pantalla grande y pequeña. Debido a ello el pasado año saltaba la noticia del desarrollo de una nueva película basada en Cementerio de Animales, que vería la luz 30 años después de la anterior adaptación.





La dirección fue asignada a Kevin Kolsch y Dennis Widmyer, cineastas curtidos en el género y habituales colaboradores en films como Starry Eyes o series como Scream, basada en la saga de culto ideada por Wes Craven y Kevin Williamson. Del guión se encargan Matt Greenberg (1498, Halloween H20) y Jeff Buhler (Nightflyers, The Prodigy) basándose, lógicamente, en la novela de Stephen King. El reparto está formado por Jason Clarke (Terminator: Génesis), Amy Seimetz (Alien: Covenant), John Lithgow (El Origen del Planeta de los Simios), Jeté Laurence (El Muñeco de Nieve) y los gemelos Hugo y Lucas Lavoie incursionando en su doble debut cinematográfico. Tras su paso por el Festival SXSW (South by Southwest) a finales del mes de marzo los elogios hacia le película se sucedieron tildándola de aterradora y una de las mejores producciones de lo que llevamos de 2019. Ya en el mes de abril con su paso por la cartelera estadounidense las reseñas de la prensa especializada se revelaron notablemente más tibias, algo que se acerca más a la realidad.




Durante su primera mitad Cementerio de Animales es una prototípoca cinta adscrita a la vertiente más contemporánea del género de terror. Se trata de un producto manufacturado con inexistente personalidad y una propensión por el ritmo acelerado cuya intención es impedir que haya un sólo pasaje a lo largo del film en el que no suceda algo impactante para atraer la atención del espectador. Esta delectación por el efectismo gratuito sustentado en paupérrimos jump scares a base de golpes de banda sonora anula casi toda posibilidad de progresión dramática o desarrollo adecuado de los perfiles de los personajes. Pareciera somo si Kevin Kolsch y Dennis Widmyer desearan quitarse pronto de en medio el “peaje” que supone rodar las escenas de interactuación entre sus protagonistas, de vital importancia para crear empatía con ellos, y así “pasar a la acción”. De esta manera, con el escaso bagaje añadido a los roles principales o lo mal definidas que están las relaciones afectivas entre los mismos, cuando empiezan a sucederse los hechos trágicos relacionados con los Creed resulta una ardua tarea identificarnos con ellos o sus traumas.




La apatía en una puesta en escena falsamente malsana y enfermiza, los sustos de baratillo eclipsando los pocos realmente efectivos o el triste trabajo con los personajes hacen que esa primera mitad del largometraje sólo pueda sustentarse en su pericia para que su naturaleza formulaica no aburra en casi ningún momento al espectador. Pero justo cuando pasamos el ecuador del metraje y acontece el accidente en la carretera, una de las secuencias más decentes del proyecto, Cementerio de Animales comienza a desangrarse profusamente hasta su final. La decisión de que en esta nueva versión sea Ellie, y no Gage, la que muera atropellada por el camión y posteriormente resucite mediante su entierro en el cementerio Micmac a manos de su padre no tendría porque ser una mala elección siempre que los guionistas supieran abordar con acierto el material y añadieran a este hallazgos que sustituyeran todo lo deshumanizador y terrible que había en ver a un niño de dos años convertido en un muerto viviente antropófago y homicida. El problema es que Matt Greenberg y Jeff Buhler dan muestra de una ineficacia total a la hora de realizar ese intercambio de roles entre Ellie y Gage, alumbrando como resultado un desastre mayúsculo.




En el mismo momento en el que Ellie vuelve a la vida y comienza a hacer vida normal con su padre Cementerio de Animales deja de ser una película de terror rudimentaria para, en no pocas ocasiones, abrazar el ridículo. Los pasajes en los que Louis intenta, sin éxito, que su hija vuelva a ser la de antes de su fallecimiento se adentran en terrenos de la comedia involuntaria como puede verse en el del ballet, el baño o la noche en la que duermen juntos. Aquel hombre destrozado por la pérdida de su hijo viendo volver a este como una aberracción inhumana por su propia imprudencia y egoismo que encontrábamos en la novela de Stephen King o la primera película de Mary Lambert queda reducido aquí a un desubicado progenitor interactuando con una primogénita más parecida a una precoz toxicómana que a un muerto en vida. El penoso y escaso maquillaje que acompaña a la actriz adolescente o el exceso de diálogo tampoco ayudan a hacer creíble o coherente un tercer acto en el que las arbitrariedades, los giros pueriles de guión y las situaciones sonrojantes desfilan en sesión continua por la pantalla hasta su penoso remate final, una vez más incitándonos irremisiblemente a la carcajada por culpa de su resolutividad insustancial e innecesaria.




Por desgracia la ya mencionada apatía o el tono desangelado de la dirección y la escritura es extensible a la labor del reparto. Jason Clarke es un actor al que guardo cierta estima por sus excelentes trabajos en La Noche Más Oscura (Zero Dark Thirty) o El Amanecer del Planeta de los Simios, pero, a pesar del esfuerzo, su Louis Creed queda lejos de cumplir su cometido como núcleo dramático de la historia. Amy Seimetz por su parte parece totalmente desubicada con su personaje, como si por mucho que lo intentara este quedara fuera del relato adquiriendo un tono más testimonial que protagónico, aun contando con muchos minutos de metraje. Como era de esperar John Lithgow es el que sale mejor parado del casting y no precisamente porque la versión de Jud Crandall que ponen los guionistas y directores en sus manos sea merecedora de mucho elogio, pero el veterano actor de Dexter o En Nombre de Caín sabe salir airoso del envite. Hace un momento mencionábamos lo fallida que es la elección de Ellie como el personaje clave de la historia con respecto a su regreso de entre los muertos, enorme carencia de la que también es responsable el insuficiente trabajo de Jeté Laurence. La pequeña actriz no resulta creíble en ningún momento, haciéndonos echar mucho de menos al inmenso Miko Hughes que con una década menos de edad ejecutó una labor inmensamente más destacable que la de ella treinta años después.




Cementerio de Animales es una aproximación fallida a la novela de Stephen King. Lo es como adaptación de dicho trabajo literario y como largometraje, mostrando inexcusables carencias tanto en uno como en otro aspecto. Aunque nunca llega a abandonar el pedregoso terreno de la mediocridad el interés que podían haber ofrecido sus primeros cincuenta minutos de metraje se despeñan por un insalvable barranco en los cincuenta restantes por culpa de los declamatorios fallos ya mencionados y enumerados. Por lo tanto para un servidor esta nueva Pet Sematary no puede adscribirse a la lista de adaptaciones actuales de libros de Stephen King por las que merece la pena pagar la entrada del cine. Podemos salvar los pasajes protagonizados por Zelda, algún momento truculento, ciertas virtudes dentro del diseño de producción, el medido uso de los efectos digitales o el score del veterano de Christopher Young, pero más allá de eso poco o nada más. Los directores (parece ser que ya inmersos en la preproducción de Mamá 2, la exitosa cinta producida por Guillermo del Toro y dirigida por Andrés Muschietti) han mostrado su interés por rodar una precuela para narrar con ella el origen del célebre cementerio Micmac colindante al de mascotas. Esperemos que si deciden hacerlo el resultado sea algo más estimulante que el de esta olvidable nueva visión audiovisual de la célebre novela del marido de Tabitha King.



domingo, 31 de diciembre de 2017

Perfectos Desconocidos



Título Original Perfectos Desconocidos (2017)
Director Álex de la Iglesia
Guión Jorge Guerricaechevarría y Alex de la Iglesia, basado en el guión de Paolo Genovese, Filippo Bologna, Paolo Costella, Paola Mammini, Rolando Ravello
Reparto Belén Rueda, Eduard Fernández, Ernesto Alterio, Juana Acosta, Eduardo Noriega, Dafne Fernández, Pepón Nieto, Beatriz Olivares





Álex de la Iglesia es uno de nuestros directores más prolíficos y reconocidos, convirtiéndose en un pequeño acontecimiento cada estreno de una de sus nuevas obras. Este 2017 el cineasta bilbaíno ha realizado una jugada inusual en su filmografía ofreciendo dos películas en una misma temporada. El pasado mes de Marzo llevó a las carteleras El Bar, una típica muestra de su vertiente de humor negro y trasfondo de género que aunque se desvirtuaba en cierta manera en la recta final se engrandecía gracias a su realización y la destacable labor de un excelente reparto formado por Blanca Suárez, Mario Casas, Carmen Machi, Jaime Ordóñez, Secun de la Rosa, Joaquín Climent o la tristemente desaparecida Terele Pávez entre otros. Poco después de la puesta de largo del largometraje saltaba la noticia de que Álex de la Iglesia estaba implicado en otro proyecto, el primer remake de su carrera, que se estrenaría a finales de año. Lo que pocos sabían es que esa producción más modesta era con la que el autor de Mirindas Asesinas iba a triunfar en 2017.




A día de hoy y con más de un millón y medio de espectadores desde su estreno el pasado día 1 de diciembre Perfectos Desconocidos se ha convertido en uno de los éxitos más inesperados del celuloide patrio. El largometraje, como hemos apuntado brevemente, es un remake de la película italiana homónima que se estrenó en 2016 con gran repercusión de crítica y público y llevándose para casa el David di Donatello, equivalente italiano a  nuestros Goya o los César franceses, a la mejor película. Esta adaptación española cuenta con un excelente reparto en el que podemos ver caras como las de Belén Rueda, Eduard Fernández, Ernesto Alterio, Juana Acosta, Pepón Nieto, Dafne Fernández o Eduardo Noriega y cuenta con guión del mismo Álex de la Iglesia y su habitual colaborador Jorge Guerricaechevarría que trasladan el libreto a diez manos de Paolo Genovese, Filippo Bologna, Paolo Costella, Paola Mammini, Rolando Ravello a nuestro contexto patrio.




La historia es sencilla y está centrada en un grupo de siete viejos amigos, seis de ellos formando sus correspondientes matrimonios y uno más en soltería, que quedan para pasar una apacible noche cenando juntos. En un momento dado uno de los comensales tiene la idea de realizar un juego que consiste en dejar todos los teléfonos móviles encima de la mesa y cuando a cualquiera de los aparatos llegue un mensaje de WhatsApp o una llamada hacerlos públicos para el resto de invitados. Este juego supuestamente inofensivo y un extraño eclipse lunar que parece hacer caer a las personas bajo un extraño influjo se convertirán en el caldo de cultivo que sacará los instintos más bajos de este grupo de allegados descubriendo al final de la velada que no se conocen tan bien como pensaban guardando no pocos secretos de naturaleza bastante cuestionable.




Un servidor no ha visto la película italiana original, de modo que solo puedo hablar de la versión de Álex de la Iglesia sin saber hasta qué punto toma material prestado del film de Paolo Genovese, por el trailer de este último parece que no poco, pero lo que sí puedo afirmar es que esta Perfectos Desconocidos de 2017 es una de las propuestas más interesantes y atractivas de la cinematografía patria de esta temporada gracias a su excelente trabajo de escritura y dirección, pero sobre todo a la enorme labor de un reparto en estado de gracia que consigue sacar oro del material que Álex de la Iglesia y Jorge que Guerricaechevarría ponen en sus manos para que construyan todo un recital interpretativo convirtiendo la obra ineludiblemente en una película de actores. De esta manera el cineasta de El Día de la Bestia o Balada Triste de Trompeta aborda un tipo de cinta alejada de la aparatosidad de sus habituales producciones, teniendo que adaptarse a un entorno nuevo para él.




Perfectos Desconocidos es casi una pieza de naturaleza teatral, con una exigua localización como un apartamento y siete personajes interactuando en el mismo gracias a un guión repleto de diálogos brillantes que no sólo ofrecen momentos de humor intachables, sino un retrato de las bajezas morales más notables del ser humano, sin importar su género o condición social. Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría utilizan como efectivo McGuffin un objeto tan en apariencia inofensivo como nuestro teléfono móvil a modo de contenedor de actividades impropias de personas civilizadas como ocultar relaciones adúlteras, escarnios hacia personas a las que consideramos amigos o allegados, mentiras familiares o secretos con respecto a nuestra vida sentimental que al ser sacados a la luz comienzan a menoscabar la supuesta relación ideal que sustentaba matrimonios de supuesta solidez o amistades construidas a lo largo de décadas.




Los autores del guión plantan bien pronto la semilla de la discordia, ya que desde el mismo arranque del film, en el que un montaje paralelo va presentando al grupo de personajes, se nos van ofreciendo pistas que confirman a todos y cada uno de ellos como portadores de algún secreto que irá descubriéndose gradualmente a lo largo del metraje ofreciendo más de una sorpresa a la platea cuando vayamos descubriendo lo que sospechábamos acabando por no corresponderse con la realidad. Ese in crescendo de tensión que comienza cuando el personaje de Blanca propone el juego de los teléfonos móviles aunado al discurrir de diálogos chispeantes cargados de ironía y un naturalismo con el que cualquier tipo de espectador puede identificarse da pie a momentos de humor hilarantes, unos pocos pasajes dramáticos muy bien llevados y situaciones de intriga remarcables conformando una mixtura genérica que engrandece el largometraje.




Aunque contiene su sarcástica mirada y el humor negro del que suele hacer gala en su filmografía podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Perfectos Desconocidos es una película bastante alejada del sello autoral de Álex de la Iglesia, pero el bilbaíno afronta el reto y aprueba con nota. La habitual puesta en escena grandilocuente, con un apartado técnico más que notable, del autor de Muertos de Risa o La Comunidad se ve reducida esta vez al mínimo exponente con un control ferreo de la única localización en la que tiene lugar el grueso de la trama y una dirección de actores sobresaliente que tampoco le es ajena a lo largo de su carrera como hemos podido ver en ocasiones previas. En esta ocasión es el De la Iglesia director el que se adapta al material narrativo que tiene en las manos y el triunfo se antoja total, algo que no sucedió en un caso parecido como el de La Chispa de la Vida, un film de encargo en el que tuvo que trabajar con un guión ajeno ofreciendo una de sus producciones más descafeinadas e insatisfactorias.




Pero como es lógico, y sin querer desmerecer la labor de Álex de la Iglesia detrás de las cámaras, con un reparto como el de Perfectos Desconocidos, que ofrece la película prácticamente hecha a su responsable, era difícil que el proyecto saliera mal parado. Todos y cada uno de los siete actores principales, y hasta Beatriz Olivares que tiene un breve papel, realizan una magnífica labor interpretativa haciendo creíble en todo momento no sólo que funcionan como matrimonios o amigos, sino que se conocen desde hace años, algo que sucede en la vida real con algunos de los miembros del cast que son pareja o compañeros de trabajo desde hace años en cine o televisión, destilando una química que el espectador percibe a lo largo del metraje. De esta manera el pequeño microcosmos de personalidades que De la Iglesia y Guerricaechevarria han diseñado en el papel se ve potenciado hasta el límite gracias a la profesionalidad de este grupo de actores.




Desde el matrimonio formado por Eduard Fernández y Belén Rueda, pasando por la pareja de fogosos recién casados de Eduardo Noriega y Dafne Fernández o la de Ernesto Alterio y Juana Acosta que comienzan a lanzarse puñaladas verbales desde el mismo arranque del metraje llegando al susceptible y estrambotico Pepón Nieto todos tienen su momento de gloria, funcionan bien con sus partenaires asignados, pero también destilan soltura cuando interactúan con el resto del reparto. Los veteranos muestran oficio, los jóvenes voluntariosidad y a ninguno de ellos se le puedo hacer algún reproche, pero un servidor se queda con Ernesto Alterio, una especie de evolución de su personaje de El Método (2005), una tipo rastrero y cobarde bordeante la sociopatía que da lo mejor de sí mismo cuando embauca al personaje de Pepe con todo lo que conlleva el furtivo complot al que los dos dan forma a espaldas del resto de invitados a la cena.




Esta mezcla entre Diez Negritos, El Ángel Exterminador y Un Dios Salvaje que Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría han extraído del film de Paolo Genovese es una de las mejores películas patrias del 2017, la demostración de que tenemos tanto la materia prima como los profesionales adecuados para que hasta una pieza tan modesta como la que nos ocupa pueda atraer a los espectadores para hacerlos pasar 97 minutos en los que la tensión entre intriga y humor construyan una producción por la que merezca la pena el desembolso de la entrada de cine. Como única mácula me queda esa resolución final, bastante previsible desde el mismo inicio del film, que rompe un poco el tono naturalista de la prepuesta, pero cuando la misma llega ya hemos disfrutado de una velada cargada de veneno e inquina que una vez se encienden las luces de la sala nos hacen mirar con desconfianza a nuestra pareja cando recibe en su móvil un mensaje de texto haciéndola sonreír entre dientes.


lunes, 4 de diciembre de 2017

Asesinato en el Orient Express (2017)



Título Original Murder on the Orient Express (2017)
Director Kenneth Branagh
Guión Michael Green, basado en la novela de Agatha Christie
Reparto Kenneth Branagh, Penélope Cruz, Willem Dafoe, Judi Dench, Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Daisy Ridley, Josh Gad, Derek Jacobi, Leslie Odom Jr., Lucy Boynton, Sergei Polunin, Tom Bateman, Olivia Colman, Miranda Raison, Chico Kenzari, Manuel García-Rulfo





Unas ochenta novelas respaldan la tayectoria literaria de la escritora británica Agatha Christie (1890 – 1976), una de las más prolíficas de su época y especializada en el género detectivesco o policíaco. A ella debemos la creación de varios personajes icónicos dentro de este tipo de relatos como Hércules Poirot, Miss Marple o el matrimonio formado por Tommy y Tuppence Beresford que protagonizaron no pocos de sus libros. Debido al éxito de la obra de Christie fueron incontables las adaptaciones cinematográficas y catódicas que se hicieron de su prosa, tanto de trabajos más conocidos como Diez Negritos, Muerte en el Nilo, La Ratonera, El Asesinato de Roger Ackroyd, como de otros no tan célebres para el gran público que fueron trasladados, principalmente, a la pequeña pantalla con tv movies o series protagonizadas por David Suchet dando vida al detective belga del peculiar bigote, Joan Hickson o Geraldine McEwan en la piel de la anciana investigadora o James Warwick y Francesca Annis ofreciendo físico y voz al famoso “matrimonio de sabuesos”. Posiblemente la novela más conocida de la autora de Cianuro Espumoso o Tragedia en Tres Actos sea la célebre Asesinato en el Orient Express, publicada en 1934 y que como es lógico ha contado con varias traslaciones al medio audiovisual. Dos de ellas se diseñaron para la televisión, una de 2001 con Alfred Molina y otra en 2010 con el habitual David Suchet, pero la más celebrada es la que Sidney Lumet rodó para la pantalla grande con un enorme reparto encabezado por un pletórico Albert Finney encarnando a Hércules Poirot, un pequeño clásico que se encuentra entra las mejores adaptaciones de una novela de la autora que nos ocupa y una de las piezas más recordadas dentro de la carrera del director de La Noche Cae Sobre Manhattan o El Príncipe de la Ciudad.




Este año 2017 20th Century Fox y Scott Free Films (productora perteneciente al director Ridley Scott) han unido fuerzas para dar forma a una nueva versión de Asesinato al Orient Express para trasladar a la narrativa cinematográfica del siglo XXI la más famosa de las novelas de Agatha Christie. Para encangarse del proyecto se han solicitado los servicios del cineasta Kenneth Branagh, que como viene siendo habitual en gran parte de su carrera detrás de las cámaras (Hamlet, Frankenstein, Mucho Ruído y Pocas Nueces) también ejerce de protagonista reservándose del papel de Hércules Poirot. Respaldando su labor como jefe de ceremonias tenemos al guionista Michael Green (Blade Runner 2049, Logan, Green Lantern) y a un reparto a la altura de las circunstancias en el que podemos ver rostros tan relevantes como los de Johnny Depp, Penélope Cruz, Michelle Pfeiffer, Willem Dafoe, Judi Dench o Daisy Ridley entre otros, para dar vida a la ecléctica y variopinta fauna que puebla el famoso tren de larga distancia en la fatídica, y ya célebre, noche en la que Samuel Edward Ratchett fue misteriosamente asesinado. Recibida con poco entusiasmo por la prensa especializada, pero con un buen resultado de taquilla, el pasado día 24 de noviembre esta renovada Murder on the Orient Express llegó a España y su resultado ya puede evaluarse.




La versión de 2017 de Asesinato en el Oriente Express es acometida como una mezcolanza conceptual y formal por su cineasta Kenneth Branagh. Por un lado el director de Los Amigos de Peter mantiene el clasicismo narrativo propio de la novela de Agatha Christie apoyándose en el guión de Michael Green que se mantiene escrupulósamente fiel a la obra literaria. De este modo escritura y dirección de actores se aunan para ejecutar una pieza que se desarrolla adecuadamente sin estridencias de ningún tipo y siempre con una estructura muy ortodoxa a la hora de plantearse narrativamente como propuesta cinematográfica. Por otro evidentemente nos encontramos con una producción del Hollywood de 2017 y por mucho que se trate de la más reciente traslación a imagen real de una novela con más de ochenta años de vida encontramos en el largometraje algunos añadidos innecesarios para darle más “espectacularidad” como puntuales aparatosas escenas de acción (con alguna secuencia de lucha tan inverosímil como fuera de lugar) y un especial énfasis para convertir la escena del puntual descarrilamiento del Orient Express en un pasaje que parece haber sido sacado de una cinta de catástrofes e introducido grandilocuentemente en la obra que nos ocupa.




Si hay algo de Kenneth Branagh que llamó la atención desde sus inicios como cineasta es su puesta en escena, que casi siempre se ha alejado del conocido “academicismo inglés” haciendo un uso notablemente vivaz de la realización técnica en sus largometrajes más deudor de la impronta hollywoodiense que de la tradición fílmica británica. Esta seña de identidad estilística de Branagh que se fue estilizando con el paso de los años, como dejan ver su remake de La Huella (Sleuth), Thor o Cenicienta, y Asesinato en el Orient Express también da buena muestra de ello. El autor británico muestra un impresionante poderío visual con una cámara de suma inteligencia que sabe cuando tiene que permanecer en una contemplativa quietud a la hora de que los personajes intercatúen entre ellos por medio de los diálogos y transformarse en una demiurgo viviente cuando las secuencias más dinámicas exigen un ritmo más agradecido. Sirvan como ejemplo dos de los pasajes más brillantes del largometraje, el enorme plano secuencia que sigue a Hércules Poirot cuando entra por primera vez en el Orient Express y que sirve a Branagh para mostrar al espectador la localización espacial en la que va a acontecer el resto del metraje y la toma cenital con la que se descubre el asesinato de Ratchett dejando el cadáver del mismo fuera de plano.




Michael Green, que ha demostrado una sobrada versatilidad a lo largo de su carrera con distintos géneros, acomete la adaptación de Asesinato en el Orient Express con una profesionalidad casi intachable. El autor de American Gods o Alien: Covenant traslada con fidelidad la letra de Agatha Christie al celuloide manteniendo la esencia del mismo y aunque atenúa un poco la pátina xenófoba y clasista propia de la novelista británica nunca traiciona su discurso. De este modo el libreto se muestra sólido y eficaz a la hora de contextualiar espaciotemporalmente el relato, acierta a la hora de presentar con elegancia a los personajes que pulularán por el Orient Express a lo largo del metraje y dedica el tiempo necesario para que todos ellos tengan su pequeño momento de gloria que los actores del reparto saben aprovechar adecuadamente para su propio lucimiento. Más allá de alguna floritura para adaptar a la vacua inmediatez de la narrativa cinematográfica del siglo XXI la historia de Christie poco más podemos achacar a un trabajo por parte de Michael Green que no está exento de solidez, coherencia y un conocimiento notable tanto de la novela que se adapta en la película como de la idiosincrasia propia de la obra literaria de Agatha Christie.




Como es evidente un reparto como el de Asesinato en el Orient Express lleno de veteranos y jóvenes talentos de varias nacionalidades iba a revelarse como uno de los alicientes más interesantes de la propuesta de Kenneth Branagh y como es lógico el resultado al ver el largometraje respalda dicha teoría. Todos los actores no sólo exprimen al máximo sus minutos en pantalla y dan lo mejor de sí mismos cuando la trama se detiene de manera individual en cada uno de ellos, también demuestran una considerable humildad a la hora de dar vida a personajes que en en el pasado fueron interpretados por pesados pesados de la edad dorada del séptimo arte como Richard Widmark, Ingrid Bergman, Lauren Bacall, Jacquelline Bisett, Vanessa Redgrave, Sean Connery, John Gielgud o Anthony Perkins con los que van a ser inevitablemente comparados y desde una perspectiva no precisamente positiva. Pero si tenemos que destacar una labor por encima de las del resto del cast es precisamente la de un memorable Kenneth Branagh dando vida a un Hércules Poirot que si bien no llega al nivel de los interpretados por otros titanes como Albert Finney, Peter Ustinov o David Suchet demuestra un perfecto equilibrio entre carisma y determinación desde la primera escena del film en la que hace acto de presencia.




Como ya hemos mencionado Asesinato en el Orient Express no ha sido muy bien recibida por la crítica, pero su rendimiento en taquilla ha sido excelente a nivel internacional gracias a que la propuesta de Kenneth Branagh ha atraído a espectadores de todas las edades para disfrutar de la nueva traslación de la célebre novela de Agatha Christie. De hecho los números han sido tan buenos que hace poco se ha confirmado que nos encontramos ante el inicio de una nueva franquicia, ya que una secuela trasladando al celuloide Muerte en el Nilo, casi con toda seguridad contando de nuevo con el intérprete de Dunkerque en el papel de Hércules Poirot, ha comenzado a idearse en las oficinas de 20th Century Fox y Scott Free. Nuestra opinión a cerca de esta versión de 2017 del caso más famoso del meticuloso y recto detective belga es que nos encontramos con una pieza cinematográfica estimulante, entretenida y con un exquisito acabado en todos sus apartados. Como es lógico queda lejos de ser la mejor adaptación de la novela de Agatha Christie, pero gracias a sus aciertos y hallazgos se erige como una pieza estimable, interesante y atractiva dentro de nuestra cartelera. La autora de Un Cadáver en la Biblioteca sigue muy viva en pleno siglo XXI y la cinta que nos ocupa puede suponer, para bien o para mal, una nueva edad dorada de las adaptaciones de sus libros a la pantalla grande. Sólo el tiempo lo dirá.



sábado, 23 de septiembre de 2017

It



Título Original It (2017)
Director Andrés Muschietti
Guión Chase Palmer, Cary Fukunaga, Gary Dauberman, basado en la novela de Stephen King
Reparto Bill Skarsgård, Jaeden Lieberher, Sophia Lillis, Finn Wolfhard, Wyatt Oleff, Jeremy Ray Taylor, Jack Dylan Grazer, Chosen Jacobs, Nicholas Hamilton, Jake Sim, Logan Thompson, Owen Teague, Jackson Robert Scott, Javier Botet, Stephen Bogaert, Stuart Hughes, Geoffrey Pounsett, Megan Charpentier





En 1986 Stephen King ya era uno de los escritores más exitosos a nivel mundial convirtiendo en best seller prácticamente toda novela que publicaba. Por aquel entonces trabajos como Carrie, El Misterio de Salem's Lot, El Resplandor o Cementerio de Animales ya eran clásicos de la literatura de terror contemporánea, pero sería en aquel año cuando el de Maine editara la que para muchos seguidores de su carrera y entendidos en el medio es su mejor obra. It (Eso) como relato era un proyecto ambicioso en el que se daban la mano todas las virtudes como narrador de King y prácticamente ninguna de sus carencias, creando una historia que contenía no pocas de sus inquietudes personales (la infancia, el alcoholismo, la amistad, la desestructuración del núcleo familiar, el metalenguaje con respecto a la creación literaria) y una clara influencia del "terror cósmico" de H.P. Lovecraft o el goticismo de Edgar Allan Poe. El resultado es una obra maestra y uno de los puntos más altos de la carrera del autor de La Larga Marcha o La Mitad Oscura.




Sólo cuatro años después de la publicación de la novela Warner Bros adquirió los derechos y se puso manos a la obra para adaptarla al medio audiovisual. Después de desechar la idea de llevarla a la pantalla grande por su considerable extensión como obra literaria (superando holgadamente las 1000 páginas) se decidió que una miniserie televisiva de dos episodios de 90 minutos de duración sería la mejor opción para poder trasladar con más fidelidad la palabra escrita a la imagen en movimiento. Con Tommy Lee Wallace (habitual ayudante de dirección de John Carpenter) como realizador, Lawrence D. Cohen (que ya había trasladado una obra de King al celuloide con Carrie y volvería a hacerlo en el futuro con Tommyknockers) al guión, un desdoblado reparto de rostros habituales del tubo catódico de la época y Tim Curry dando vida al payaso Pennywise la versión televisiva de It (Eso) se convirtió en un clásico moderno y la encarnación del actor de Rocky Horror Picture Show o Legend del diabólico clown en una de las que más horas de sueño robó a los niños que, como un servidor, crecieron a caballo entre los 80 y los 90.




La idea de realizar una nueva adaptación de It (Eso), esta vez directamente para la pantalla grande, se llevaba fraguando años, pero no sería hasta 2009 cuando Warner Bros se pusiera oficialmente en marcha para sacarla adelante. Tras varias idas y venidas en 2012 un Cary Fukunaga recién salido, por patas, de True Detective se subió al carro como co guionista y director. Cuando todo parecía preparado para iniciar la producción del largometraje el cineasta de Beasts of No Nation abandonó su puesto por supuestas diferencias con los productores con respecto al tono que debía tener el film. Todo parecía apuntar a que a Warner Bros no le gustaba la excesiva truculencia de la visión de Fukunaga, pero si hacemos caso a información relaciona con el guión que había co escrito con Chase Palmer era una excesiva y constante intención por incluir secuencias de sexo enfermizo y drogadicción, muchas de ellas gratuitas, la que daría al traste con la buena relación entre el director de Jane Eyre y sus jefes que finalmente prescindieron de él aunque permaneciendo su acreditación como co guionista.




Rápidamente Warner Bros buscó sustituto para Cary Fukunaga y fue el argentino András Muschietti el que ocupó la silla del director. Abalado por el buen recibimiento que tuvo su ópera prima Mamá en Estados Unidos (gracias también a la labor de Guillermo del Toro como productor) Muschietti y su hermana Bárbara se subieron al carro de It y con ello comenzó el rodaje de la película que se inició en junio de 2016 y finalizó en septiembre del mismo año. El pasado día 8 la cinta llegó a las carteleras españolas y al igual que en las de el resto de países en los que se ha estrenado fue un enorme éxito de público muy bien recibido también por la prensa especializada que no dudaba en confirmarla como una de las mejores adaptaciones cinematográficas de una novela de Stephen King jamás realizadas. Lo cierto es que no andan nada desencaminados con su afirmación ya que el largometraje de Andres Muschietti es una de las piezas de género más destacables salidas de Hollywood durante el presente 2017.




It sigue los pasos del "Club de los Perdedores"un grupo de amigos adolescentes que estrechan fuertes lazos afectivos durante el verano de 1988 en el pueblo de Derry cuando se enfrentan a una entidad sobrenatural que, tomando la forma de un amenazante payaso llamado Pennywise, los aterra utilizando los miedos más profundos de cada uno de ellos para torturarlos psicológicamente. Más tarde los protagonistas descubrirán que "Eso", como ellos lo llaman, es un ser cuyo origen es más viejo que el mismo hombre despertándose cada 27 años de su letargo para alimentarse matando, o haciendo desaparecer, a los niños de dicha población localizada en el estado de Maine. El Club de los Perdedores unirá fuerzas para enfrentarse a Pennywise poniendo en riesgo sus propias vidas, pero con la firme idea de acabar con la criatura que lleva siglos convirtiendo Derry en una localidad bajo el influjo de una maldición que parece no tener fin y que acabará por eliminar todo rastro de infancia en el lugar.




Esta nueva versión audiovisual de It recurre a una estructura narrativa diferente a las de la novela o la miniserie de 1990 que eran prácticamente idénticas. En esa ocasión no seguimos los pasos de los personajes adultos y por medio de ellos recordamos gracias a flashbacks su adolescencia en Derry y su enfrentamiento con Pennywise, sino que se narra dicha etapa adscrita a 1988 (tanto en el libro como en la mencionada obra para la televisión tenían lugar a finales de los 50 principios de los 60) de manera íntegra para poder dividir con precisión el largometraje en dos capítulos que no interactúan directamente el uno con el otro. De modo que, como acabamos de apuntar, esta primera entrega abarca la etapa de adolescencia de Bill, Beverly, Richie, Eddie, Ben, Stanley y Mike y su enfentamiento con el retorcido personaje al que da vida Bill Skarsgård. En este tablero Andrés Muschietti, sus guionistas y el reparto de actores deberán trabajar para ejecutar sus jugadas y vistos los resultados la partida la han ganado casi con jaque mate en el primer movimiento.




La primera, e icónica, secuencia de Georgie Denbrough con su impermeable amarillo persiguiendo bajo la lluvia el barco de papel que su hermano Billy le ha hecho y que le llevará a la alcantarilla donde encontrará la muerte a manos de Pennywise sirve como carta de presentación de la naturaleza virulenta del film y declaración de principios por parte de Andrés Muschietti. Ver al pequeño niño arrastrase agonizante por el suelo tras haber perdido un brazo mediante una dentellada del siniestro personaje deja claro que esta It para la pantalla grande se va a dejar de sutilezas en cuanto a la violencia explícita y que va a tratar de hacerse grande a la hora de mostrar sin reservas muestras palpables de lo que es "corromper la inocencia" (el uso perverso que se hace a lo largo de todo el metraje del menudo cuerpo del mencionado Georgie, que culminará con su utilización como marioneta en el sótano por parte de Pennywise, transmite una incomodidad considerable a la platea) y profanar la infancia, uno de los temas clave tanto de la novela como de esta versión cinematográfica.




Esta morbidez sirve a Andrés Muschietti para ejecutar no pocas secuencias de terror puro que se revelan como lo mejor de la velada y curiosamente no sólo con la presencia física de Pennywise de por medio. Amparándose en que cada uno de los personajes adolescentes tiene una tipología de miedo diferente los autores del largometraje disparan su imaginación tomando pasajes del libro y otros inventados para regalarnos presencias perturbadoras como la del leproso (nuestro Javier Boter triunfando desde hace años en Hollywood) que acosa a Eddie o la mujer del cuadro de la sinagoga que se aparece a Stanley (personaje que asustó hasta al mismo Stephen King y al que esto firma, persona curtida en mil batallas dentro del género de terror) hasta en dos ocasiones. Todas ejecutadas con una precisión milimétrica por el cineasta argentino que ya se vislumbrara en algunos de los mejores pasajes de su ya mencionada, y muy recuperable, ópera prima Mamá o en el mismo cortometraje que le dio origen a esta.




Pero evidentemente es el enorme Pennywise de Bill Skarsgård el que roba los momentos más inquitantes de It gracias a una enorme labor conjunta a la hora de engendrarlo. El actor de Atomic Blonde o Hemlock Grove sabía que la sombra de la enorme y mítica labor de Tim Curry en la miniserie de 1990 iba a sobrevolar toda su interpretación del personaje y por suerte decidió no reflejarse directamente en ella y dar vida a una encarnación del payaso mucho más visceral y menos teatral, con ninguna concesión al humor y siempre abordándolo como una presencia sobrenatural aterradora. Su enorme trabajo con el lenguaje gestual y corporal, el timbre de voz, la sonrisa diabólica y la espectacular mmuestra de fiereza subrehumana que se produce cuando los departamentos de efectos digitales y maquillaje trabajan como uno sólo, enfatizando siempre el ligero estrabismo que el actor tiene en la realidad hasta límites bestiales, el Pennywise del actor sueco es uno de los mejores hallazgos de la cinta de Andrés Muschietti.




Lo más interesante con respecto al perfil más de género de It es que el terror no sólo se consigue por medio de las escenas de sobresaltos (que las hay y muy efectivas la mayoría de ellas) protagonizadas por Pennywise o las entidades y representaciones físicas a las que da forma, sino también gracias a la excelente y muy retorcida atmósfera que consigue Andres Muschetti gracias a su visión y a la ayuda del destacable diseño de producción y la dirección de fotografía. De este modo el largometraje consigue plasmar con una fidelidad intachable el tono lascivo, lacerante y reptiliano de la novela, algo poco usual relacionado con los films que trasladan la obra de Stephen King al medio audiovisual que independientemente de si nacen en el seno de la pequeña o gran pantalla siempre reducen los niveles de perversión (altos en toda la obra literaria de King) y que en pocas ocasiones ha sido fidedignamente extrapolados al medio audiovisual, curiosamente después de esta It sería sólo Ojos de Fuego (Firestarter),  concretamente por medio del personaje de George C, Scott, la única película que se atrevió a tal "osadía moral" extrañamente más permitida en el papel escrito que en el fotograma proyectado.




Pero si hay algo en lo que prácticamente todo el mundo se ha puesto de acuerdo a la hora de valorar It es en el magnífico acierto de casting que ha supuesto la elección de los actores adolescentes que dan vida al Club de los Perdedores y la profesionalidad y naturalidad con la que abordan sus roles interpretativos. Todos y cada uno de los niños no sólo se sumergen con una eficiencia impropia de su bisoñez en los papeles que deben ejercer, sino que también consiguen aunar la química necesaria como grupo para que al compartir plano ante la cámara parezcan realmente una pandilla de amigos inseparables, con sus subidas y bajadas, que están viviendo el verano de sus vidas. Aunque todos hacen una enorme labor se ven más desdibujados los roles de Stanley y Mike, aunque los actores están a la altura, y destacan Finn Wolfhard (Stranger Things) como Richie (algunos golpes de humor negro que tiene me hicieron llorar de la risa), Jeremy Ray Taylor (True Detective) como Ben y sobre todo una superlativa Sophia Lillis como Beverly a la que le aguarda un prometedor futuro como actriz si sabe elegir sus papeles.




En un año especialmente fertil para las adaptaciones de la literatura de Stephen King al cine con La Torre Oscura en pantalla grande y próximamente Castle Rock en la televisión o El Juego de Gerald y 1922 dentro de la plataforma Netflix It ha conseguido un éxito sin precedentes dentro de este tipo de films que ya es casi un género en sí mismo. La labor de Andrés Muschietti y sus colaboradores ha dado un resultado inmejorable convirtiendo su trabajo en la película de terror más taquillera de todos los tiempos superando hace un par de días a la imbatible El Exorcista (números que por otro lado no todo el mundo da por ciertos) y méritos no le faltan como obra cinematográfica. Ahora sólo queda esperar el montaje del director cuando el film se estrene en formato doméstico y sobre todo estar muy pendiente de la segunda entrega, ya protagonizada por los personajes adultos, en la que un servidor espera ver a Amy Adams en la piel de Beverly en vez de a la favorita Jessica Chastain. Minucias futuras que no empañan el éxito de una obra de género muy estimable que pone de nuevo en la primera línea al autor que me descubrió el placer de la lectura gracias a los terrores primigenios que habitan en una sociedad tan engañósamente idílica como la nuestra.