Título Original: True Grit (2010)
Director: Joel Coen
Guión: Ethan y Joel Coen basado en la novela de Charles Portis
Actores: Jeff Bridges, Matt Damon, Hailee Steinfeld, Josh Brolin, Barry Pepper, Paul Rae, Ed CorbinTrailer
En 1969 el veterano realizador Henry Hathaway dirigió Valor de Ley (True Grit). Una adaptación a imágenes de una la novela de Charles Portis inspirada en el viejo oeste y que narraba como una niña de fuerte carácter contrataba los servicios de un sheriff tuerto para cazar al asesino de su padre. El film fue un éxito de público y crítica y le dio a John Wayne un Oscar al mejor actor prinicpal, regalándonos también la obra la presencia como secundarios de unos por aquel entonces poco conocidos Robert Duvall y Dennis Hooper que empezaban a despuntar en esto del cine.
Tras la desconcertante, por lo extrañamente indiferente que me dejó, Un Tipo Serio, los Coen vuelven a realizar un remake, como ya hicieran en 2004 con Ladykillers. Revisión del film británico homónimo (aunque en España recibió el título de El Quinteto de la Muerte) de Alexander MacKendrik protagonizado por Alec Guinness, Peter Sellers, Hebert Lom o Jack Warner entre otros. Valor de Ley recupera a unos Coen que todos conocemos, pero que esta vez se dejan imbuir por el western clásico de autores como John Ford o Howard Hawkes, sin olvidar como es lógico al ya mencionado Henry Hathaway.
Con Valor de Ley los Coen no quieren realizar la reformulación de un género, como sí hicieron por ejemplo con el cine mafioso en Muerte Entre las Flores (Millers Crossing), sino construir un producto clasicista con el que rendir tributo a westerns pretéritos pero sin perder ese sello que se han ido labrando con los años y que los distingue como unos cineastas únicos y con un toque genial a la hora de hacer cine. En ese sentido Valor de Ley cumple su cometido como tributo al western americano, al film original en el que se basa y gracias a ello se confirma como un producto cinematográfico de calidad incuestionable.
El viaje emprendido por la obstinada y muy inteligente Mattie Ross (una Hailee Steinfeld sensacional a la que seguir la pista y que si elige bien sus papeles tendrá un muy buen futuro delante de las cámaras) en pos de conseguir vengar a su padre del criminal, Tom Chaney, que le quitó la vida, torna en viaje de duro aprendizaje e incluso en ritual inciático de madurez al lado del sheriff Cogburn, Jeff Bridges genial, inmenso, con un marcadísimo acento, mejorando con los años y otra vez en armoniosa comunión con los Coen tras esa comedia impagable llamada El Gran Lebowski. Les acompaña un Matt Damon sorprendente como LaBoeuf, también acertando en su composición y el uso del deje sureño. Incluso Josh Brolin y Barry Pepper están magníficos con sus muy breves apariciones.
Los Coen aunan el estilo contemplativo y de ritmo pausado de No Es País Para Viejos con otro más accesible y comercial, justamente el que más se alimenta de los clásicos del género, para que todo tipo de espectador puede deleitarse con su trabajo. Un western bien construido, con planos generales realizados con un seco lirismo (grande Roger Deakins), unos personajes creíbles y bien perfilados, un guión sólido y todo ello acariciado por la magnífica partitura de Carter Burwell que recuerda al no menos genial score que realizó también para los Coen en la ya mencionada Muerte Entre las Flores.
No he leído la novela de Charles Portis y la versión de Henry Hathaway la vi hace tantos años que de ella sólo queda en mi memoria alguna imagen aislada y el carisma de un John Wayne memorable y crepuscular. Ciñéndome sólo a Valor de Ley, versión 2010, puedo hablar de otra certera muesca en el revólver de los hermanos Coen. Un producto realizado con oficio y considerable autoría que se ve con harto interés y que consigue algo que a pesar de dejar un sabor agridulce se agradece y que no es muy común en el cine de autor contemporáneo. Que su metraje se pase en un suspiro y que gracias a ello el espectador se quede con ganas de más.
Tras la desconcertante, por lo extrañamente indiferente que me dejó, Un Tipo Serio, los Coen vuelven a realizar un remake, como ya hicieran en 2004 con Ladykillers. Revisión del film británico homónimo (aunque en España recibió el título de El Quinteto de la Muerte) de Alexander MacKendrik protagonizado por Alec Guinness, Peter Sellers, Hebert Lom o Jack Warner entre otros. Valor de Ley recupera a unos Coen que todos conocemos, pero que esta vez se dejan imbuir por el western clásico de autores como John Ford o Howard Hawkes, sin olvidar como es lógico al ya mencionado Henry Hathaway.
Con Valor de Ley los Coen no quieren realizar la reformulación de un género, como sí hicieron por ejemplo con el cine mafioso en Muerte Entre las Flores (Millers Crossing), sino construir un producto clasicista con el que rendir tributo a westerns pretéritos pero sin perder ese sello que se han ido labrando con los años y que los distingue como unos cineastas únicos y con un toque genial a la hora de hacer cine. En ese sentido Valor de Ley cumple su cometido como tributo al western americano, al film original en el que se basa y gracias a ello se confirma como un producto cinematográfico de calidad incuestionable.
El viaje emprendido por la obstinada y muy inteligente Mattie Ross (una Hailee Steinfeld sensacional a la que seguir la pista y que si elige bien sus papeles tendrá un muy buen futuro delante de las cámaras) en pos de conseguir vengar a su padre del criminal, Tom Chaney, que le quitó la vida, torna en viaje de duro aprendizaje e incluso en ritual inciático de madurez al lado del sheriff Cogburn, Jeff Bridges genial, inmenso, con un marcadísimo acento, mejorando con los años y otra vez en armoniosa comunión con los Coen tras esa comedia impagable llamada El Gran Lebowski. Les acompaña un Matt Damon sorprendente como LaBoeuf, también acertando en su composición y el uso del deje sureño. Incluso Josh Brolin y Barry Pepper están magníficos con sus muy breves apariciones.
Los Coen aunan el estilo contemplativo y de ritmo pausado de No Es País Para Viejos con otro más accesible y comercial, justamente el que más se alimenta de los clásicos del género, para que todo tipo de espectador puede deleitarse con su trabajo. Un western bien construido, con planos generales realizados con un seco lirismo (grande Roger Deakins), unos personajes creíbles y bien perfilados, un guión sólido y todo ello acariciado por la magnífica partitura de Carter Burwell que recuerda al no menos genial score que realizó también para los Coen en la ya mencionada Muerte Entre las Flores.
No he leído la novela de Charles Portis y la versión de Henry Hathaway la vi hace tantos años que de ella sólo queda en mi memoria alguna imagen aislada y el carisma de un John Wayne memorable y crepuscular. Ciñéndome sólo a Valor de Ley, versión 2010, puedo hablar de otra certera muesca en el revólver de los hermanos Coen. Un producto realizado con oficio y considerable autoría que se ve con harto interés y que consigue algo que a pesar de dejar un sabor agridulce se agradece y que no es muy común en el cine de autor contemporáneo. Que su metraje se pase en un suspiro y que gracias a ello el espectador se quede con ganas de más.