Título Original Oblivion (2013)
Director Joseph Kosinski
Guión Joseph Kosinski, Michael Arndt y Karl Gajdusek basado en el cómic de Joseph Kosinski y Arvid Nelson
Actores Tom Cruise, Olga Kurylenko, Andrea Riseborough, Morgan Freeman, Nikolaj Coster-Waldau, Zoe Bell, Melissa Leo, Lindsay Clift, Jaylen Moore, Julie Hardin, Paul Gunawan, Jay Oliver, Jason Stanly
Hace tiempo que Tom Cruise pasó de ser un actor a convertirse en una marca, un comerciante o una empresa dentro del mundo del séptimo arte. El protagonista de Nacido el 4 de Julio es el productor de la mayoría de los largometrajes que protagoniza y como tal se los realiza a su propia medida, normalmente mirando más por el box office que por la calidad artística de los proyectos, pero lo cierto es que la taquilla rara vez se resiste a sus productos. Las distintas entregas de Misión Imposible, El Último Samurai o Jack Reacher son films cuyos papeles principales están ajustados a Cruise para que le queden como un guante a sus limitadas pero esforzadas aptitudes interpretativas.
Oblivion no es uno de esas producciones (el actor no ha puesto un duro del presupuesto, al menos oficialmente), pero podría serlo. El film gira alrededor de Tom Cruise y su personaje, de modo que su comercialidad está fuera de toda duda porque ha sido creado para llegar al mayor número de público posible. La cinta es el segundo trabajo como director dentro del mundo del largo por parte de Joseph Kosinski tras aquella polémica Tron Legacy que aún no he visto ya que prefiero revisar la primera parte de 1982 que vi hace demasiados años y de la que recuerdo sólo lo básico del argumento. Aquella secuela de 2011 gustó a algunos pero desagradó a otros cuantos de los fans de la producción de culto ideada por la Disney dirigida y escrita por Steven Lisbeger.
La obra que nos ocupa está basada en una novela gráfica escrita por el mismo director y guionista y dibujada por el ilustrador Arvid Nelson, aunque aún no ha visto la luz oficialmente (mala señal, supongo). El resultado es como ya he mencionado un producto hecho para barrer en taquilla, una cinta que hace tantas referencias a películas, libros, cómics e incluso videojuegos dentro del género de ciencia ficción que sería difícil enumerarlos todos. Pero está rodado con oficio, su puesta en escena es interesante y aunque empieza de una manera bastante fría va tomando interés gracias a un in crescendo de intriga y solidez en la trama que llega hasta el climax final del largometraje.
En el año 2077 la población de la Tierra ha sido practicamente erradicada tras una invasión alienígena. Jack Harper (Tom Cruise) y su colaboradora y compañera sentimental Victoria (Andrea Riseborough) forman un equipo de ingenieros que reparan unos robots llamados Drones cuya misión es buscar los pocos recursos vitales que quedan en el planeta. Jack, con la supervisión de Victoria hace patrullas diarias para controlar el buen funcionamento de las máquinas para que cumplan su cometido. Un día ambos encontrarán una nave espacial derribada en cuyo interior hay seres humanos. El único que sobrevive al accidente es una mujer llamada Julia (Olga Kurylenko) que tiene mucho que ver con el pasado de los dos ingenieros y la empresa para la que trabajan ambos que está comandada por Sally (Melissa Leo).
Oblivion es un producto bien realizado que aún siendo una obra de naturaleza poco ambiciosa se aleja en cierta manera del cine de ciencia ficción comercial actual que abusa de montajes precipitados, cámaras lentas, explosiones llenas de de artificio y crear mucho estruendo para intentar tapar la más pura y llana de las nadas argumentales. De hecho prefiere mirarse más en clásicos dentro del género cinematográfico al que se adscribe aunque lo hace en demasiados y en ocasiones tantísima referencia (el mismo prólogo es deudor del mediometraje La Jetée de Chirs Marker que inspiraría años después aquella obra maestra llamada 12 Monos salida de la mano de Terry Gilliam) distrae a un espectador que está a veces más pendiente de descifrar todos los homenajes que hay en la trama que en la estructura argumental del film que si bien poco original no tiene nada de desdeñable.
Desde Minority Report hasta 2001: Odisea en el Espacio pasando por Soy Leyenda, El Planeta de los Simios, Star Wars, Serenity o Star Trek e incluso Up de Pixar. Bebiendo también del mundo del cómc añadiendo referencias a las obras ilustradas por el gran dibujante francés Jean Girard "Moebius". A lo largo del metraje podemos pensar en Philip K. Dick, Isaac Asimov, Ray Bradbury o Frank Herbert pero siempre en unas vertientes mucho más simplistas y menos elaboradas argumentalmente. De todas formas este collage multireferencial aunque nos hace pensar inevitablemente en que no estamos viendo nada nuevo también nos confirma el buen gusto de Kosinski y sus colaboradores en el guión del largometraje.
Al inicio la puesta en escena aséptica de Kosinski nos impide empatizar con sus criaturas por mucho que quiera humanizar por medio del guión al personaje de Jack con las referencias al mítico partido de fútbol americano o lo de la planta que regala a Victoria. Esas localizaciones frías, de blanco artificial del todo impoluto son muy adecuadas para la historia que se nos narra, pero impide que el producto transmita algo de calidez ya que el conjunto peca de gélido. Por suerte esto va cambiando cuando el personaje de Kurylenko entra en escena y se resuelve el secreto de los Scavengers, ya que estas revelaciones personales hacen que la cinta vaya ganando en calado humano aunque nunca llega a una trascendencia verdaderamente notable, vamos, que no estamos hablando de Blade Runner.
El trabajo como realizador de Kosinski es junto al diseño de producción, la banda sonora (que parece mezclar las de Hans Zimmer y James Newton Howard para los Batman de Nolan con composiciones de Vangelis) y los efectos digitales lo mejor de Oblivion. El tipo sabe dónde colocar el objetivo, que en los momentos de calma los planos reposen, sean estáticos y elaborados (visualmente muy logrado el pasaje de la cena entre Jack y Victoria que culmina en el baño en la piscina) y en los de acción que las secuencias sean claras, cristalinas nada aparatosas y que no lleguen a saturar por medio del abuso del nervio o la saturación de movimientos de cámara. Sabe contraponer la limpieza artificial de las localizaciones de los protagonistas con la suciedad más sensitiva de la guarida de los Scavengers e incluso en ocasiones se marca algún momento memorable, como ese travelling lateral que sigue al Dron en llamas entrando en la torre donde habitan Jack y Victoria, un momento deudor (salvando mucho las distancias, huelga decírlo) de Stanley Kubrick.
El guión carece de una originalidad al menos en un sentido ortodoxo, pero se guarda algunos giros argumentales bastante logrados e inesperados pero también otros innecesarios que incluso se introducen en cierto sexismo simplista (el giro radical de actitud por parte de uno de los personajes femeninos es una estupidez argumental indigna del logrado conjunto de la historia). El reparto está formado por un grupo de actores que cumplen con su cometido como un Tom Cruise haciendo lo que se espera de él en este tipo de papeles, unas Olga Kurylenko y Andrea Riseborough bastante acertadas dándole la réplica, un Morgan Freeman haciendo un rol que es una rara avis dentro de su filmografía, pero vuelven a fallar cuando no le dan demasiada cancha a Nikolaj Coster-Waldau (Jamie Lannister en Juego de Tronos) y Zoe Bell (Death Proof) dos actores que físicamente pueden dar mucho más de lo que ofrecen a lo largo del metraje, sobre todo esta última, especialista en escenas de riesgo en la vida real.
Oblivion ofrece dos horas de digno entretenimiento para todo tipo de espectadores. Sin pretensiones que puedan mermar su humilde misión de ser una cinta rematada con profesionalidad cuya idea es divertir a la platea la segunda obra cinematográfica de Joseph Kosinski se deja ver con simpatía y un interés que va a aumentando hasta ese epílogo final que por su naturaleza de descarado happy end nos vuelve a confirmar que aunque su nombre no aparezca como productor en los títulos de crédito Tom Cruise es el amo y señor de este producto, una vez más, hecho sobre todo para su propio lucimiento, el de su bien conservado cuerpo y dotes interpretativas cada vez más entregadas a cierta acomodaticia actitud que puede que en un futuro le pase factura como artista, pero que en la actualidad le está haciendo inmensamente rico como profesional.