viernes, 8 de abril de 2022

The Batman

 


Título Original The Batman (2022)
Director Matt Reeves
Guion Peter Craig, Matt Reeves, basado en el personaje creado por Bill Finger y Bob Kane
Reparto Robert Pattinson, Zöe Kravitz, Jeffrey Wright, John Turturro, Paul Dano, Colin Farrell, Andy Serkis, Peter Sarsgaard, Jayme Lawson, Con O'Neill, Barry Keoghan, Gil Perez-Abraham, Peter McDonald, Alex Ferns, Rupert Penry-Jones, Kosha Engler, Janine Harouni




En 2017 saltaba la noticia y no éramos pocos los que la celebrábamos. Ben Affleck, que venía de interpretar por primera vez al Hombre Murciélago en Batman v. Superman: El Amanecer de la Justicia, se encargaría de producir, escribir, dirigir y protagonizar una película en solitario del alter ego superheróico de Bruce Wayne. Si sumamos su encarnación del icono creado en 1939 por Bill Finger y Bob Kane, uno de los mayores aciertos de la muy irregular cinta de Zack Snyder, al más que desmotrado talento detrás de las cámaras de Affleck con proyectos tan reseñables como Adios Pequeña Adiós, Ciudad de Ladrones (The Town), la oscarizada Argo o la minusvalorada Vivir de Noche la buena nueva no podía ser recibida con más entusiasmo por gran parte del fandom.




El problema es que el multifacético protagonista de Persiguiendo a Amy se encontró con un muro infrancleable, el del caos que ya por aquel entonces comenzaba a gestarse dentro de las oficinas de Warner Bros y DC Entertainment con respecto al adecuado discurrir de un universo cinematográfico cuyas endebles bases no habían sido adecuadamente asentadas con El Hombre de Acero y la ya citada Batman v. Superman: El Amanecer de la Justicia. De manera que después de que Affleck cediera la silla de director a Matt Reeves (Déjame Entrar, El Amanecer del Planeta de los Simios) finalmente se desvinculó totalmente del proyecto cuando el realizador rechazó su guion pasando así el proyecto a localizarse fuera de la cronología establecida por los films de Zack Snyder y ha posponerse durante años.




Finalmente y después de una producción problemática debido a varios contagios de COVID-19 durante el rodaje, entre ellos el del mismo actor protagonista, The Batman llegaba a cines de todo el mundo el pasado 4 de marzo con Matt Reeves como realizador y co guionista, compartiendo labores de escritura junto a Peter Craig, y Robert Pattinson encabezando un reparto en el que reconocemos los rostros de Zöe Kravitz, Jeffrey Wright, John Turturro, Paul Dano, Colin Farrell, Andy Serkis o Peter Sarsgaard entre otros. Las alabanzas por parte de la prensa especializada internacional fueron de proporciones mastodónticas, algunas de ellas posicionándola como la mejor película de Batman jamás rodada, algo que, para un servidor, dista mucho de la realidad.




The Batman arranca con un prólogo brillante, posiblemente uno de los pasajes cinematográficos más interesantes de la historia cinematográfica del personaje. Por fin parecía que un director, en este caso uno con tanto talento como Matt Reeves, conseguía capturar en poco menos de diez minutos la iconocidad universal del guardián de una Gotham crorrupta, oscura y peligrosa. En esos primeros compases Batman es expuesto en pantalla casi como un concepto, una entidad demiúrgica moviéndose entre las sombras y cuya potencial presencia hiela la sangre a unos críminales que parecieran considerarlo el Hombre del Saco. La atmósfera propia de cine de terror, la tan eficiente como desvergonzada banda sonora de Michael Giacchino y esa voz en off afrmando que la Batseñal no solo es una llamada, sino también una advertencia, parecen prepararnos para lo mejor.




Si The Batman hubiera sido un cortometraje centrado en esos primeros minutos podría haberse revelado como una de las piezas audiovisuales más potentes y definitorias de Batman y con su presencia física casi sin materializarse en pantalla. El problema es que Matt Reeves y Peter Craig no solo no consiguen matener ese nivel tan alto, sino que después del arranque traicionan su poderosísimo punto de partida. Si acabas de ilustrar a Batman como una presencia que "infunde terror en sus enemigos" pasajes como el de la primera visita a la sala Iceberg o su irrupción en la escena del crimen con criminales y agentes de la ley respectivamente mirándole por encima del hombro e increpándole lo único que consigues es desmontar el impecable andamiaje sobre el que ibas a construir tu historia.




Una vez hemos asumido que todo lo visto en el inicio ha sido un espejismo no podemos negar que The Batman todavía contiene suficientes alicientes para revelarse como una notable película protagonizada por el superhéroe de DC Comics. Es ineludible que la labor técnica detrás de The Batman es sobresaliente y que en ella Matt Reeves ha depositado más de diez años de profesionalidad demostrada detrás de las cámaras. El cineasta estadounidense se aleja del procedimental discurrir del celuloide superheróico hegemónico para abrazar la vertiente detectivesca y noir de su protagonista y ofrecer una pieza que a nivel de puesta en escena o diseño de producción tiene más que ver con Seven o Zodiac que con cualquier otra obra pretérita centrada en el Cruzado Enmascarado.




Como era de esperar todos los pasajes de acción están ejecutados con suma eficiencia. Matt Reeves consigue la proeza de que una película con una calificación PG13 destile una violencia física cruda, seca, con golpes impartidos y recibidos por Batman transmitiendo una orgánica sensación de brutalidad animal. También sería de recibo mencionar la parte desarrollada en el funeral con una tensión magníficamente construida gracias a la labor tanto de Reeves como de sus actores, como la de un desaprovechado Peter Sarsgaard. Pero en lo referido a este tipo de secuencias es de recibo destacar la persecución entre Batman y el Pinguino en la que el Batmóvil cobra todo el protagonismo, consiguiendo algo inusual como tranmitir claustrofobia con dos vehículos en continuo movimiento y con uno de ellos como salido del mismísimo infierno. 




En lo referido al reparto encontramos grandes nombres, pero no interpretaciones que se ajusten a los mismos. Es cierto que la labor del cast es encomiable con todos los interpretes ejerciendo su oficio con soltura, pero ninguno realiza una trabajo para el recuerdo y el único que está a punto de conseguirlo es boicoteado por el guion. Robert Pattinson da vida al Bruce Wayne más triste, grave y dramático, pero como eso es lo que Matt Reeves le habrá exigido no se puede poner ninguna pega a su composición y Jeffrey Wright está a la altura dándole la replica como James Gordon. Zoe Kravitz cumple sobradamente con su versión de Catwoman, John Turturro hace lo propio con Carmine Falcone y Colin Farrell se divierte de lo lindo con su Oswald Cobblepot, pero este podía haber pasado por cualquier mafioso genérico ya que poco tiene de la esencia del villano que todos conocemos, algo aplicable también al despersonalizado e infrautilizado Alfred Pennyworth de Andy Serkis




Es Paul Dano, un titán al que hemos visto lucirse en obras como There Will Be Blood, el que mejor trabajo realiza configurando su peculiar versión de El Acertijo. Este Edward Nigma vuelve a hundir sus raíces en la filmografía de David Fincher y es que si su estética y modus operandi nos retrotraen al Asesino del Zodiaco hay en su personalidad algo del John Doe de Kevin Spacey para Seven, pero sobre todo nos recuerda su brillante Alex Jones de la no menos excelsa Prisioneros. Todo lo relacionado con esta contrapartida de Edward Nigma transmite interés y sirve como acertada lectura sobre el actual mundo streamer, pero lo inteligentemente planteado hasta la escena de su detención se ve ensombrecido con su carácter volátil e histriónico una vez mantiene la conversación con Batman en Arkham. Aquí la encomiable construcción del rol se desinfla y acaba derivando en otro más desdibujado y alejado del asesino a sangre fría que habíamos visto previamente.




Pero mi mayor problema con The Batman es con su construcción narrativa y su trama detectivesca. Celebro la decisión de Matt Reeves y su equipo de entragrarse al thriller policíal con asesino serial, pero esta elección requiere una solidez en el guion de la que el largometraje carece. Se antoja poco creíble que el primer enigma sea resuelto por Batman y Gordon con inmediatez cuando el de la "rata alada" se alarga en exceso en el tiempo pese a su simpleza. Casualidades repartidas por toda la trama como la sonrojante de la moqueta o decisiones inverosímiles como Falcone encerrándose en su despacho solo con Selina sin haberla registrado o toda la policía de Gotham, con Gordon a la cabeza, dejando acercarse a la alcaldesa al atril para hablar a los ciudadanos sin la compañía de nadie de seguridad en una situación de máximo peligro son trampas que  menoscaban la credibilidad del film en favor de encarrilar la historia hacia donde necesitan sus autores.




The Batman muestra un reinicio de franquicia con gran potencial que al menos en su primera incursión no ha sido aprovechado. A estas alturas lamentar lo que podría haber sido ese proyecto con Ben Affleck como hombre orquesta es una futilidad, pero se antoja imposible no pensar en ello y los resultados que hubiera ofrecido. Al film de Matt Reeves le sobra metraje y le falta solidez como historia, pero su acabado estilístico y un reparto destacable nos hacen no perder la esperanza con respecto a esa secuela que vistos los buenos resultados en taquilla no se hará mucho de rogar. Antes de ella nos esperan dos spin off  en forma de serie para HBO Max,  Gotham PD: centrada en los cuerpos policiales de la ciudad y otro con el Pinguino de Colin Farrell como protagonista que a un servidor sobre el papel llaman poco o nada la atención. Veremos si el tiempo me hace cambiar de opinión.