Título Original: Escape From New York (1981)
Director: John Carpenter
Guión: John Carpenter & Nick Castle
Actores: Kurt Russell, Lee Van Cleef, Ernest Borgnine, Donald Pleasence, Isaac Hayes, Season Hubley, Harry Dean Stanton, Adrienne Barbeau, Tom Atkins
En 1981 y tras los éxitos que supusieron tanto La Noche de Halloween como La Niebla, la tristemente desaparecida productora Debra Hill y el director John Carpenter, pareja sentimental por aquel entonces, decidieron adaptar a la gran pantalla un guión de este último que databa de 1974 y estuvo largo tiempo en un cajón sin ninguna productora que se interesara por él. Su título fue 1997 Rescate en New York (Escape From New York) a día de hoy toda una obra de culto dentro del género de ciencia ficción y uno de los trabajos más reconocidos del director de Fantasmas de Marte.
Escape From New York es un producto 100% John Carpenter. Una extravangente pero sólida mixtura de distintos tipos de géneros, sustentándose principalmente en dos, el western, subgénero omnipresente en mayor o menor medida en toda la obra de este realizador (de ahí también la presencia de Lee Van Cleef y Ernest Borgnine en el reparto) y la sátira postapocalíptica. El director de Starman decide parodiar los films patrióticos sobre héroes a los que les asignan la misión de salvar al presidente de Estados Unidos y lo hace con mucha sorna, incluyendo en su trama personajes amorales que se mueven por el egoísmo y el interés material. Aunque también se permite meter incluso referencias a las míticas cintas aztecas protagonizadas por el luchador wrestling, El Santo o al blackexploitation con la presencia de un memorable Isaac Hayes en la labor de excéntrico villano.
El personaje en el que se sustenta la trama es posiblemente el más conocido y característico de los salidos del imaginario carpenteriano, pero también sería justo decir que hubo mucha mano en su creación por parte tanto de la productora Debra Hill como del actor que lo interpretó. Snake Plissken es el típico protagonista de (spaghetti) western. Carísmático, seco, irónico y solitario. Al mismo le da cuerpo y voz un Kurt Russell inolvidable, realizando el protagonista de Death Proof uno de sus roles más recordados que repetiría años más tarde en la secuela (de la que ya hablaré) e influenciando mucho en la creación del Solid Snake que protagonizaba el videojuego Metal Gear Solid de Hideo Kojima.
Como fan del cine fantástico y de terror es un verdadero honor que John Carpenter se entregara de pleno a este tipo de celuloide No sólo porque sea un género al que yo le tengo especial cariño, sino también porque me parece realmente encomiable que un señor que tiene unas aptitudes como director tan sólidas y en ocasiones magistrales que le podrían permitir hacer unos largometrajes más ambiciosos y trascendentes en otros ámbitos cinematográficos cercanos a un tipo de películas más serias, se haya dedicado en cuerpo y alma a esta clase de films. Su trabajo en 1997, Rescate en New York, sin ser de los mejores de su carrera, contiene momentos realmente solventes, habituales en su impronta segura y muy clasicista. Con un uso magnífico de la por aquel entonces novedosa steadicam y de la profundidad de campo en las desérticas calles de un falso Manhattan muy bien acabado gracias al diseño de producción y la dirección artística.
1997, Rescate en New York para mí no está en la élite de maravillas de Carpenter como La Noche de Halloween, La Niebla, Vampiros o La Cosa. Pero sí es un trabajo memorable, acertado, muy irónico tanto con la política americana (ese presidente cobarde y rastrero que borda Donald Pleasence) como con los grupos revolucionarios de corte comunista tan de moda en los 70. Un delicioso western postacoalíptico, nihilista y desesperanzador que muestra un futuro regido por un estado totalitario que es capaz de recurrir a criminales para mantener un falso status quo muy cercano a la autarquía. Todo ello envuelto en cine de acción ligero para que no notemos, como espectadores, que nos están dando un puñetazo directo a la cara.
Escape From New York es un producto 100% John Carpenter. Una extravangente pero sólida mixtura de distintos tipos de géneros, sustentándose principalmente en dos, el western, subgénero omnipresente en mayor o menor medida en toda la obra de este realizador (de ahí también la presencia de Lee Van Cleef y Ernest Borgnine en el reparto) y la sátira postapocalíptica. El director de Starman decide parodiar los films patrióticos sobre héroes a los que les asignan la misión de salvar al presidente de Estados Unidos y lo hace con mucha sorna, incluyendo en su trama personajes amorales que se mueven por el egoísmo y el interés material. Aunque también se permite meter incluso referencias a las míticas cintas aztecas protagonizadas por el luchador wrestling, El Santo o al blackexploitation con la presencia de un memorable Isaac Hayes en la labor de excéntrico villano.
El personaje en el que se sustenta la trama es posiblemente el más conocido y característico de los salidos del imaginario carpenteriano, pero también sería justo decir que hubo mucha mano en su creación por parte tanto de la productora Debra Hill como del actor que lo interpretó. Snake Plissken es el típico protagonista de (spaghetti) western. Carísmático, seco, irónico y solitario. Al mismo le da cuerpo y voz un Kurt Russell inolvidable, realizando el protagonista de Death Proof uno de sus roles más recordados que repetiría años más tarde en la secuela (de la que ya hablaré) e influenciando mucho en la creación del Solid Snake que protagonizaba el videojuego Metal Gear Solid de Hideo Kojima.
Como fan del cine fantástico y de terror es un verdadero honor que John Carpenter se entregara de pleno a este tipo de celuloide No sólo porque sea un género al que yo le tengo especial cariño, sino también porque me parece realmente encomiable que un señor que tiene unas aptitudes como director tan sólidas y en ocasiones magistrales que le podrían permitir hacer unos largometrajes más ambiciosos y trascendentes en otros ámbitos cinematográficos cercanos a un tipo de películas más serias, se haya dedicado en cuerpo y alma a esta clase de films. Su trabajo en 1997, Rescate en New York, sin ser de los mejores de su carrera, contiene momentos realmente solventes, habituales en su impronta segura y muy clasicista. Con un uso magnífico de la por aquel entonces novedosa steadicam y de la profundidad de campo en las desérticas calles de un falso Manhattan muy bien acabado gracias al diseño de producción y la dirección artística.
1997, Rescate en New York para mí no está en la élite de maravillas de Carpenter como La Noche de Halloween, La Niebla, Vampiros o La Cosa. Pero sí es un trabajo memorable, acertado, muy irónico tanto con la política americana (ese presidente cobarde y rastrero que borda Donald Pleasence) como con los grupos revolucionarios de corte comunista tan de moda en los 70. Un delicioso western postacoalíptico, nihilista y desesperanzador que muestra un futuro regido por un estado totalitario que es capaz de recurrir a criminales para mantener un falso status quo muy cercano a la autarquía. Todo ello envuelto en cine de acción ligero para que no notemos, como espectadores, que nos están dando un puñetazo directo a la cara.