miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Matanza de Texas III, oxidado retorno al pasado



Título Original: Leatherface, The Texas Chainsaw Massacre III (1990)
Director: Jeff Bur
Guión: David J. Schow
Actores: Kate Hodge, Ken Foree, Viggo Mortensen, R.A. Mihailoff, William Butler, Joe Unger, Tom Everett, Miriam Byrd-Nethery, Jennifer Banko, David Cloud




Cuatro años después de la primera secuela llegó la también innecesaria tercera parte. Lo mejor que puedo decir de La Matanza de Texas III es que está a años luz de la segunda entrega, pero aquella era tan horrenda que esto no es ni siquiera un halago o una virtud. Su director Jeff Bur y el guionista David J Schow inteligentemente obvian por completo todo lo acontecido en la nefasta segunda parte y se centran en repetir las constantes del primer film, pero de mala manera y con mucha torpeza.




La Matanza de Texas III recupera en parte el tono austero y seco de la primera parte y huye totalmente de la ¿ironía? de la segunda entrega, aunque hay un cameo de la actriz Caroline Williams a modo de homenaje. Para ello sus máximos responsables evitan poner roles exagerados o paródicos y vuelven utilizar como carnaza a personajes hasta cierto punto creíbles que sirven como desvalidas víctimas para la familia de matarifes. Pero nada tiene consistencia, hay una total carencia de personalidad por parte de los autores, no hay un verdadero intento por crear una historia sólida que aporte algo a la saga o destaque en manera alguna.




Se les agradece a Jeff Bur y David J. Schow incluir referencias a al primer film de Tobe Hooper, pero las mismas no tiene justificación, están metidas con calzador y pecan de forzadas. Sólo sirven como apunte curioso de naturaleza caprichosa. También hay una enorme metida de pata cuando hacen que la familia acepte de buena gana ciertos aparatos electrónicos que simbolizan un progreso del que siempre habían renegado, ya que ahí estaba gran parte del poso del film inicial, la negativa por parte de este núcleo familiar ante cualquier avance tecnológico procedente de una sociedad que les era ajena y a la que no querían pertenecer, precisamente porque solían devorarla.




Pocos aciertos reales hay en La Matanza de Texas III. Si acaso la inclusión por primera vez de personajes femeninos en la familia, que en cada película está formada por miembros distintos, contando también una niña pequeña, a la que retratan con acertada morbidez; ver al gran Ken Foree dando vida a un simpático secundario o a Viggo Mortensen en sus inicios hacer el ridículo con mandil, labios y uñas pintadas, haciendo de "cocinera" de la familia o algún apunte del argumento que más tarde de nuevo tomaría Rob Zombie para su díptico de la familia Firefly. Lo más destacado, conceptualmente, sigue siendo ese respeto por la primera parte, respeto que ni el mismo Tobe Hooper tuvo consigo mismo cuando hizo la primera secuela.




La Matanza de Texas III es un producto de usar y tirar para pasar el rato una noche en la que no se tenga nada mejor que ver o hacer. A pesar de querer ser consecuente con su principal referente no consigue nunca tomar entidad y se antoja dispersa y poco acertada. Seguiré con la cuarta y vapuleada entrega así como con el remake y su precuela, que a mí particularmente me gustan bastante y, desde mi punto de vista, respetan más la esencia de la cinta pionera de 1974 que cualquiera de las secuelas de la saga original que yo haya visto hasta ahora.


2 comentarios:

  1. De esta cosa ni me acuerdo, y hasta aquí llegan mis conocimientos de la franquicia, no he visto nada más, a pesar de que dicen que el remake está bastante bien, no sé, igual las voy viendo poco a poco, está de momento ya la estoy bajando.

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  2. Yo sinceramente, sin haber visto La Matanza de Texas, la Nueva Generación que tiene fama de infumable, a parte de la primera película, que me parece un clásico, sólo salvo el remake de Marcus Nispel y la precuela del mismo a manos de Jonathan Liebesman. De la saga original ninguna secuela (por ahora) me parece digna.

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