jueves, 19 de marzo de 2020

Me Tragaré Tu Alma: La Historia de la Saga Evil Dead



Edición Nacional/España Applehead Team Creaciones
Autor Álvaro Ruíz de Gauna
Formato Rústica
Páginas 298 páginas
Precio 24,95€

La editorial española Applehead Team Creaciones inauguró hace poco más de un año una interesante colección titulada Noche de Lobos en la que se englobarían ensayos dedicados a algunas de las sagas cinematográficas de terror más famosas del cine contemporáneo. Demons: La Pesadilla Retorna, Las Noches de Halloween: La Saga de Michael Myers o Magnífico Día para un Exorcismo: La Saga Completa de El Exorcista son algunos de los trabajos dentro de este sello, cuyo título rinde tributo al famoso programa cinematográfico de Antena 3 presentado por Joan Lluís Goas durante los años 90, en el que distintos profesionales diseccionan franquicias creadas por autores capitales como Lamberto Bava, Dario argento, John Carpenter, Debrah Hill, William Friedkin o William Peter Blatty. También dentro de Noche de Lobos se engloba el trabajo al que vamos a dedicar la siguiente entrada y es que Me Tragaré Tu Alma: La Historia de la Saga Evil Dead, cuya autoría recae en el escritor alavés Álvaro Ruíz de Gauna, es una muestra cristalina del buen hacer de Applehead Team Creaciones a la hora de elegir temáticas y conocedores del medio para acometer los proyectos dentro de esta colección.

Con Me Tragaré Tu Alma: La Historia de la Saga Evil Dead Álvaro Ruiz de Gauna realiza un pormenorizado repaso, no sólo de la saga cinematográfica y televisiva creada por Sam Raimi, Bruce Campbell y Robert Tapert, sino también de su legado, de las galaxias cercanas en las que se ha sumergido la franquicia y de su merchandising, entro otras variaciones. De esta manera y después de un nostálgico prólogo a manos de Luis M. Rosales o una introducción que contextualiza la obra a manos de su autor el ensayo comienza, como no podía ser menos, con un breve repaso biográfico por la vida de Raimi, Campbell y Tapert para narrar más tarde el génesis de la amistad entre los tres cineastas regida por el amor al cine de terror y la comedia de Los Tres Chiflados (The Three Stooges). Tras varias páginas dedicadas a los primeros trabajos del trío y el rodaje del cortometraje Within the Woods, que en cierta manera supondría el origen de la saga Evil Dead, el ensayo se adentra en su parte más interesante, la dedicada a las andanzas homicidas y sobrenaturales de Ashley Joanna “Ash” Williams.

El libro dedica un episodio con una media de cuarenta páginas a cada una de las películas de la trilogía. De esta manera Posesión Infernal (The Evild Dead, 1981), Terroríficamene Muertos (Evil Dead II, 1987) y El Ejército de las Tinieblas (Army of Darkness, 1993) son analizadas exhaustivamente por Álvaro Ruíz de Gauna mientras se adentra en profundidad en los entresijos de la trilogía. Lo hace hablando del origen, la producción y el estreno de las tres partes de la franquicia aportando copiosos e interesantes datos, no todos ellos conocidos por el grueso del fandom, que ayudan a enriquecer su visión de la famosa franquicia. Imágenes inéditas, productos de marketing y una gran variedad de arte conceptual sobre los films ilustran los textos aportados por el autor para ofrecer una visión entre objetiva y mitificadora de las tres obras de culto rodadas por Sam Raimi entre los años 80 y 90. Dentro de estos episodios los apartados más destacables son los “despedazamientos” en los que se narran las distintas tramas de los largometrajes añadiendo información a cada uno de los bloques desglosados.

El quinto capítulo, titulado “El Universo Expandido Kandariano”, es el dedicado a la aparición de la saga Evil Dead en otros medios, a los formatos físicos en los que ha sido recogida y a su merchandising. En primer lugar Ruiz de Gauna habla de las andanzas en viñetas de nuestro amigos Ash con las distintas colecciones que protagonizó, para editoriales diferentes como Dark Horse Comics o Dynamite Entertainment, y los variados crossovers en los que incursionó viéndose las caras con otros iconos del cine de terror como Jason Voorhes, Freddy Krueger o Herbert West. Seguidamente encontramos un apartado centrado en los videojuegos inspirados en la creación de Sam Raimi, Bruce Campbell y Robert Tapert para distintas plataformas y con calidad variada dependiendo a cual de ellos nos refiramos. Más tarde son las figuras de coleccionista diseñadas por célebres compañías como McFarlane Toys, NECA o Funko las que son analizadas por el autor, seguidas estas por una mirada a las distintas versiones internacionales de las ediciones en vhs, dvd y bluray de las entregas de la trilogía entre las que destacan ediciones coleccionista que harán las delicias de los fans de Posesión Infernal y sus secuelas, cerrando así uno de los capítulos más completos del ensayo.´

Por último el capítulo sexto está dedicado al regreso de Evil Dead refieriéndose al brillante remake de 2013 dirigido por el uruguayo Fede Álvarez y a la desopilante y divertidísima serie Ash vs. Evil Dead emitida por el canal de pago Starz y cuyos derechos de emisión posee actualmente Netflix, al menos en España. Mientras la revisión de la primera entrega de 1981 producida por Ghost House Pictures, empresa fundada por los mismos Sam Raimi y Robert Tapert, es acometida casi con la misma profundidad que la trilogía original se echa de menos dedicar más tiempo a la serie de televisión cuyas tres temporadas hubieran dado mucho juego a la hora de indagar un poco más, no sólo en el legado que toma de la trilogía primigenia, sino en cómo extiende y enriquece la cosmogonía adherida a esta por medio de una brutal mezcla entre acción, terror, comedia, gore e incorreción política que durante treinta episodios regaló a los fans de Evil Dead un producto que no sólo estaba a la altura del material audiovisual de partida, sino que en ocasiones llegaba a superarlo en ciertos aspectos. Más allá de esa pequeña mácula se agradece este capítulo dedicado a las producciones más recientes relacionadas con la franquicia.

Tras un “Glosario Kandariano” en el que encontramos los nombres más relevantes, delante o detrás de las cámaras, relacionados con Evil Dead el último gran aporte del ensayo es una batería de breves, pero muy concisas y bien aprovechadas, entrevistas a muchos de los implicados en la creación de la trilogía o sus derivados. Betsy Baker, Tom Sullivan, Danny Hicks, Joseph Loduca o Roque Baños entre otros son varios de los actores, encargados de efectos especiales o compositores musicales que responden a las preguntas de Álvaro Ruiz de Gauna para arrojar luz en lo referido a sus respectivas implicaciones en las distintas obras relacionadas con la creación de Sam Raimi y asociados. Dentro de esta parte del ensayo las dos entrevistas más interesantes son las realizadas a Scott Spiegel, productor, guionista y director estrechamente relacionado con Evil Dead y sobre todo la que tiene como protagonista al productor Robert Tapert, después de Sam Raimi y Bruce Campbell la persona de más importancia dentro de este microcosmos ficcional y miembro por derecho propio de lo que se conoce como “El Triunvirato de Roal Oak”. Unas cuantas imágenes, fotocromos, agradecimientos e ilustraciones de Manuel J. Iniesta cierran el libro.

Abordado con franca devoción, pero también con el distanciamiento necesario para ejercer su labor con profesionalidad, Álvaro Ruiz de Gauna construye con Me Tragaré Tu Alma: La Historia de la Saga Evil Dead un indispensable ensayo que no debería faltar en la estantería de un verdadero fan de los “deadties” creados por Sam Raimi, Bruce Campbell y Robert Tapert. Es de agradecer que los responsables de Applehead Team Creaciones hayan incluido una saga tan querida como la que nos ocupa dentro de la colección Noche de Lobos que en el caso de mantener el nivel de calidad del presente ensayo todavía puede depararnos más de una sorpresa cuando en un futuro próximo volvamos a hablar de alguno de sus productos relacionados con la fantasía y el terror tan necesitados de profesionales que se ofrezcan para desentrañar las bondades de estos géneros, en muchas ocasiones excluidos dentro del mundo de la crítica y la reseña cinematográfica por su vocación popular y de consumo masivo. Algo que no debería menoscabar la calidad cinematográfica adscrita a dichos proyectos, tan merecedores de elaborados ensayos como cualquier otro tipo de celuloide, independientemente de su naturaleza o contenido.


martes, 17 de marzo de 2020

Aves de Presa (Y la Fantabulosa Emancipación de Harley Quinn)



Título Original Birds of Prey (And the Fantabulous Emancipation of One Harley Quinn) (2020)
Directora Cathy Yan
Guión Christina Hodson, basado en los personajes de DC Comics
Reparto Margot Robbie, Mary Elizabeth Winstead, Ewan McGregor, Jurnee Smollett-Bell, Rosie Pérez, Chris Messina, Derek Wilson, Steven Williams, Ali Wong, Matthew Willig, Charlene Amoia, François Chau, Greice Santo, Eric Michael Cole, Nico Greetham, Judy Kain, Eddie J. Fernandez, Robert Catrini, Dana Lee, Anthony Molinari, Ego Mikitas, Michael Masini, Gerald Downey, David Bianchi, Sara Montez, Mike Ferguson, Lenora May, Dominic Pace, David Anthony Buglione, Jeff Lipary, Joe Bucaro III, Eddie Alfano, Ryan Wicks, Pramod Kumar, Paul Lasa, William Guirola, Bruno Oliver, Karen Teliha, Zack Whyel, Julian Garcia, Nick Phillips, Bojana Novakovic, Jenelle McKee, Luis Richard Gomez, Ryan Watson, David Ury, Shad Gaspard, Adinett Nsabimana, Jason Catron, Jack Dourakos, Diezel Ramos





Después de la bestial recaudación de Aquaman y el buen recibimiento de Shazam muchos teníamos esperanzas con respecto a que el Universo Extendido de DC se enderezara después de tantas idas y venidas con sus primeras producciones cinematográficas. Pero el enorme éxito de Joker, cinta planteada como un elseworld ajeno a la coronología iniciada por El Hombre de Acero (Zack Snyder, 2013), acentuaba los problemas del microcosmos cinematográfico que DC Entertainment y Warner Bros llevan más de siete años construyendo con unos cimiento incapaces de sustentar lo que a estas alturas ya debería ser una franquicia más que asentada de cara a espectadores y prensa especializada. Por desgracia Aves de Presa (Y la Fantabulosa Emancipación de Harley Quinn) sólo certifica el caos en el que sigue sumergido el DCEU para desconcierto casi generalizado.




Aunque Escuadrón Suicida recibió más golpes que alabanzas y no estuvo a la altura de lo que se esperaba fue la interpretación de la actriz australiana, Margot Robbie, dando vida a Harley Quinn elegida unanimemente como la mayor virtud del largometraje escrito y dirigido por David Ayer. Su versión del personaje creado por el guionista Paul Dini y el ilustrador Bruce Timm para la icónica serie Batman: La Serie Animada, recuperaba mucho de su esencia aunando demencia, ternura, descaro y picardía. Por lo tanto al poco de estrenarse la cinta los rumores sobre nuevos proyectos individuales o colectivos centrados en la doctora Harleen Frances Quinzel se sucedieron sin control hasta que el pasado 2019 se confirmó la producción en la que volveríamos a ver a la intérprete de El Lobo de Wall Street vestir el atuendo de la trastornada novia del Joker.




Aves de Presa (Y la Fantabulosa Emancipación de Harley Quinn) fue el resultado de esta nueva aventura del ya citado personaje, acompañado en esta ocasión por una versión del famoso grupo de heroínas creado por los guionistas Chuck Dixon y Jordan B. Gorfinkel junto al dibujante Gary Frank en 1995 dentro de las páginas de Black Canary/Oracle: Birds of Prey #1. A Margot Robbie le acompañan Rosie Pérez (Renée Montoya), Mary Elizabeth Winstead (La Cazadora), Jurnee Smollett-Bell (Canario Negro), Ella Jay Basco (Cassandra Cain) y del lado de los villanos tenemos a Ewan McGregor (Máscara Negra) y Chris Messina (Victor Zsasz). Dirige la desconocida cineasta Cathy Yan (Dead Pigs) y escribe Christina Hodson (Bumblebee) con lo que se confirma un proyecto con mayoría de mujeres en varios de los puestos de más importancia dentro del proyecto.




El mayor fallo de Aves de Presa (Y la Fantabulosa Emancipación de Harley Quinn) se adscribe a un plano ajeno a su naturaleza cinematográfica y es que su campaña publicitaria y de marketing la ha vendido como algo que no es, una película feminista. Mis compañeros Mónica Rex y Jordi T. Pardo comentaban en su interesante reseña sobre el film para Zona Negativa que el mensaje transmitido por Cathy Yan y Christina Hodson estaba lejos de promulgar el empoderamiento e independencia de su personaje principal. Un servidor va más allá y afirma que no había intención alguna de ofrecer esa perspectiva por parte de sus máximas responsables y en el que caso de que quisieran hacerlo no han podido llevarlo a cabo de manera más deficiente. Hasta Capitana Marvel con su feminismo mainstream y dosificado para no molestar demasiado era mucho más reivindicativa en ese sentido. En todo caso los de siempre han vuelto a mostrar su desconocimiento sobre la materia lloriqueando por el supuesto mensaje extremista contra los hombres de la cinta. Nada nuevo en el horizonte.




Adentrándonos ya en el terreno de lo estrictamente cinematográfico Aves de Presa (Y la Fantabulosa Emancipación de Harley Quinn) sólo funciona como cinta protagonizada por Harley Quinn y, por lógica, como vehículo para el lucimiento de una Margot Robbie que tampoco ha dudado en intervenir como productora en el largometraje a sabiendas de que ella iba a ser el principal atractivo del mismo. Esto que comentamos queda patente no sólo por el hecho de que la obra se viene abajo siempre que la actriz de El Escándalo (Bombshell) no está en pantalla, sino también porque el guión se centra tanto en ella y sus aventuras que en el proceso construye subtramas muy deficientes (de hecho mantengo que la de Renée Montoya se podría amputar de la película sin que esta se resintiera en demasía) centradas en personajes secundarios pobremente perfilados y notoriamente alejados del espíritu de sus contrapartidas en viñetas.




Porque cuando Aves de Presa (Y la Fantabulosa Emancipación de Harley Quinn) trata de ser algo más que ser el one woman show para el que ha sido diseñada se le notan las costuras en no pocos de sus apartados. A la plana definición de personajes secundarios se suma una estructura narrativa muy irregular con un ritmo dinámico y eficiente que se ve quebrado en varias ocasiones por culpa de las incursiones de flashbacks excesivamente largos denotando una escritura insuficiente y un montaje incapaz de sacar de donde no hay. La aleatoriedad a la hora de saltar de una de las aves de presa a otra no obedece a una coherencia interna lógica y gradual, sino a una serie de gags o set pieces mal ensambladas por culpa de la escasa elaboración de un libreto más pendiente de entretener al espectador con todo tipo de ocurrencias y artificios que de mantener una solidez argumental que ofrezca empaque al conjunto de la obra.




En el apartado técnico el proyecto funciona bastante bien gracias a una estética anárquica y chillona heredada de Escuadrón Suicida bastante más justificada aquí por el tono de la propuesta. También son destacables la mayoría de secuencias de acción, nada extraño si tenemos en cuenta que estas han sido supervisadas por Chad Stahelski, director de la trilogía John Wick, conocido realizador de segunda unidad y especialista en secuencias de riesgo. La inexplicable y perjudicial decisión de dar calificación R a Aves de Presa (Y la Fantabulosa Emancipación de Harley Quinn) permite que sus autoras puedan incluir secuencias de violencia más explícita, pero no lo aprovechan al máximo reduciéndose estas a puntuales roturas de huesos y alguna salpicadura de sangre incapaces de justificar dicha elección de cara a los espectadores de Estados Unidos, que podrían haber sido muchos más con esa PG13 que no se alejaría demasiado del resultado final visto en pantalla.




Como era de esperar Harley Quinn es el principal y mayor atractivo del producto y Margot Robbie a estas alturas ya ha hecho suyo el personaje aunque encarne una versión algo diferente a la que conocemos de la animación o el arte secuencial. La australiana acomete aquí su trabajo con una clara influencia del Deadpool de Ryan Reynolds, rompiendo la cuarta pared e interpelando directamente con el espectador, insuflando a su rol todas las características que ya le hicieron destacar dentro de Escuadrón Suicida. Sus compañeras de viaje no lo hacen mal en ninguno de los casos, pero sus ya mencionados personajes entregados al estereotipo no destacan, más allá de la Cazadora de Mary Elizabeth Winstead, y en casos como el de la veterana Rosie Perez se antoja hasta incómodo verla sufrir para ejecutar las secuencias de acción. Los Black Mask y Victor Zsasz de Ewan McGregor y Chris Messina no tienen nada que ver con los de los cómics, pero se nota a kilómetros lo bien que ambos lo pasaron interpretando a estos sobreactuados villanos.




Aves de Presa (Y la Fantabulosa Emancipación de Harley Quinn) es un proyecto fallido e hipertrófico que certifica no sólo cómo DC Entertainment y Warner Bros siguen sin saber qué hacer con el Universo Extendido de DC, sino que esa indecisión cristaliza hasta en la construcción de una película como la que nos ocupa, incapaz de saber qué tipo de producto quiere ser. La escasa recaudación internacional del proyecto pone en peligro una posible secuela en la que, de una manera u otra, podríamos ver por fin a las Aves de Presa ejercer como tales, algo que sólo acontece en el film de Cathy Yan en el último cuarto de hora de metraje. En todo caso la última adaptación de personajes de DC Comics a la pantalla grande confirma la buena salud de la Harley Quinn de Margot Robbie a la que volveremos a ver en ese reboot de Escuadrón Suicida cuyo rodaje terminó James Gunn hace unos días y con el que el DCEU sigue dando palos de ciego a diestro y siniestro sin tomar un rumbo fijo.


sábado, 14 de marzo de 2020

Transgresión Continua Express 2020 - Febrero II


Centauros del Desierto (John Ford, 1956) - El western como viaje a las tinieblas de un derrotado fuera de su tiempo. La búsqueda como árida redención de agridulce recompensa. John Ford haciendo lo que mejor sabía, capturar lo insondable y convertirlo en imagen cinematográfica.



La Hoguera de las Vanidades (Brian de Palma, 1990) -  Un diluido Brian de Palma del que sólo se perciben leves apuntes de lucidez en la puesta en escena acomete esta voluntariosa, pero insuficiente, adaptación de la novela de Tom Wolfe. Meritoria labor del ecléctico reparto.



El Infierno Verde (Eli Roth, 2013) - Homenaje al subgénero de tribus antropófagas, execrable como pocos, en el que Eli Roth despliega su conservadurismo contra latinos, indígenas y ecologistas. Ni el buen ritmo, el escaso gore o la agonía de los personajes salvan la velada.




Sin Control (Mikael Håfström, 2005) - Telefim venido a más, de mensaje moralista y puritanismo formal, teje una endeble trama previsible desde su arranque. Como era de esperar Vincent Cassel no deja ni las migajas al resto del reparto con un personaje plano del que él saca oro.



Crash! (Harley Cokliss, 1971) - Cortometraje escrito y protagonizado por J.G. Ballard basado en su propia novela. Peculiar ejercicio de estilo que captura eficazmente la sexualidad aséptica del libro. Perfecto complemento para la versión cinematográfica de David Cronenberg.



Todo lo Que Tú Quieras (Achero Mañas, 2010) - Para su tercer largo como director Achero Mañas aborda un tema complejo y repleto de peligrosas aristas. El resultado es digno y valiente, en gran parte gracias al equipo artístico y a la luz en la mirada de la pequeña Lucía Fernández



Horse Girl (Jeff Baena, 2020) - Horse Girl es una aproximación elegante y empática a los problemas mentales, ofreciendo un retrato verosímil sobre cómo el entorno puede beneficiar o perjudicar a las personas que los padecen. Alison Brie, una de las impulsoras del proyecto, compone su mejor papel hasta la fecha



Son of a Gun (Julius Avery, 2014) - Thriller criminal de trama manida, puesta en escena plana y personajes estereotipados sin un arco dramático que nos permita empatizar con sus logros o fracasos. Ni el interesante reparto consigue sacar el producto del pozo de la mediocridad.



La Gran Aventura de Mortadelo y Filemón (Javier Fesser, 2003) - Más que una adaptación del cómic la incursión de los personajes de Ibáñez en el universo Fesser. Visualmente resultona y con un casting perfectamente elegido, fracasa como traslación de las viñetas al celuloide.

miércoles, 11 de marzo de 2020

Transgresión Continua Express 2020 - Febrero I


Condenados (Atom Egoyan, 2013) - Aunque en su arranque aparenta volver a los terrenos de la gloriosa El Dulce Porvenir (1997), pronto delata su naturaleza de tibio drama judicial con reparto desperdiciado y la justa implicación de un Atom Egoyan con el piloto automático activado.




Exótica (Atom Egoyan, 1994) - Aunque no consigo implicarme del todo con su historia debido a la gelidez formal del conjunto y a algunas subtramas innecesarias, me siento atraído por el triángulo emocional formado por unos impecables Elias Koteas, Bruce Greenwood y Mia Kirshner.




El Liquidador (Atom Egoyan, 1991) - Influenciada por Twin Peaks, de cuya segunda temporada es coetána, su surrealismo distante confirma mi incapacidad para empatizar con Atom Egoyan. Elias Koteas, infravaloradísimo actor, convierte en virtudes la contención y el gesto minimalista



Malasaña 32 (Albert Pintó, 2020) - Emparentada con Verónica y heredera de la escuela James Wan Malasaña 32 incide en los tópicos del género y abusa de un efectista diseño sonoro. Pero su puesta en escena exhala dignidad y el buen  reparto hace el resto. Disfrutable y sin innecesarias pretensiones.



Oldboy (Spike Lee, 2013) - Quedando lejos de la obra maestra de Park Chan-wook, inspirada a su vez en el manga de Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi, este remake funciona gracias a su notorio casting y al oficio de un Spike Lee acometiendo con profesionalidad un proyecto ajeno.



Jojo Rabbit (Taika Waititi, 2019) - En Wes Anderson, Terry Gilliam, Jacques Tati o Ana Frank encuentra Taika Waititi el equilibrio perfecto entre comedia negra y drama para que Jojo Rabbit se convierta en una tierna, a la par que dura, sátira hacia la inmundicia propia del nazismo y los pensamientos totalitarios.



Kamikaze (Didier Grousset, 1986) - Con un planteamiento tan inverosímil como original y muy deudor de The Twilight Zone, Videodrome o Network esta producción de Luc Besson, dirigida por Didier Grousset, se sigue con agrado gracias a su brutalidad estilística y mixtura genérica.



15:17 Tren a París (Clint Eastwood, 2018) - Con estética de docudrama televisivo es imposible encontrar la mano de un genio como Clint Eastwood en esta plana y anodina recreación de unos hechos verídicos protagonizados en pantalla por las personas que los vivieron realmente



Verano del 84 (RKSS, 2018) - Simpático cruce entre Los Goonies (Richard Donner, 1985) y Noche de Miedo (Tom Holland, 1985) bien empaquetado y con un desenlace impropio de este tipo de films. Se ve con agrado, pero queda a años luz de Turbo Kid, anterior trabajo de sus directores.



Gotti (Kevin Connolly, 2018) - Trata de emular a Uno de los Nuestros (Martín Scorsese, 1990) o El Príncipe de la Ciudad (Sidney Lumet,  1981) quedando en rudimentario biopic sobre el conocido capo mafioso. Un esforzado John Travolta bordea la caricatura en más de un momento.