Condenados (Atom Egoyan, 2013) - Aunque en su arranque aparenta volver a los terrenos de la gloriosa El Dulce Porvenir (1997), pronto delata su naturaleza de tibio drama judicial con reparto desperdiciado y la justa implicación de un Atom Egoyan con el piloto automático activado.
Exótica (Atom Egoyan, 1994) - Aunque no consigo implicarme del todo con su historia debido a la gelidez formal del conjunto y a algunas subtramas innecesarias, me siento atraído por el triángulo emocional formado por unos impecables Elias Koteas, Bruce Greenwood y Mia Kirshner.
El Liquidador (Atom Egoyan, 1991) - Influenciada por Twin Peaks, de cuya segunda temporada es coetána, su surrealismo distante confirma mi incapacidad para empatizar con Atom Egoyan. Elias Koteas, infravaloradísimo actor, convierte en virtudes la contención y el gesto minimalista
Malasaña 32 (Albert Pintó, 2020) - Emparentada con Verónica y heredera de la escuela James Wan Malasaña 32 incide en los tópicos del género y abusa de un efectista diseño sonoro. Pero su puesta en escena exhala dignidad y el buen reparto hace el resto. Disfrutable y sin innecesarias pretensiones.
Oldboy (Spike Lee, 2013) - Quedando lejos de la obra maestra de Park Chan-wook, inspirada a su vez en el manga de Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi, este remake funciona gracias a su notorio casting y al oficio de un Spike Lee acometiendo con profesionalidad un proyecto ajeno.
Jojo Rabbit (Taika Waititi, 2019) - En Wes Anderson, Terry Gilliam, Jacques Tati o Ana Frank encuentra Taika Waititi el equilibrio perfecto entre comedia negra y drama para que Jojo Rabbit se convierta en una tierna, a la par que dura, sátira hacia la inmundicia propia del nazismo y los pensamientos totalitarios.
Kamikaze (Didier Grousset, 1986) - Con un planteamiento tan inverosímil como original y muy deudor de The Twilight Zone, Videodrome o Network esta producción de Luc Besson, dirigida por Didier Grousset, se sigue con agrado gracias a su brutalidad estilística y mixtura genérica.
15:17 Tren a París (Clint Eastwood, 2018) - Con estética de docudrama televisivo es imposible encontrar la mano de un genio como Clint Eastwood en esta plana y anodina recreación de unos hechos verídicos protagonizados en pantalla por las personas que los vivieron realmente
Verano del 84 (RKSS, 2018) - Simpático cruce entre Los Goonies (Richard Donner, 1985) y Noche de Miedo (Tom Holland, 1985) bien empaquetado y con un desenlace impropio de este tipo de films. Se ve con agrado, pero queda a años luz de Turbo Kid, anterior trabajo de sus directores.
Gotti (Kevin Connolly, 2018) - Trata de emular a Uno de los Nuestros (Martín Scorsese, 1990) o El Príncipe de la Ciudad (Sidney Lumet, 1981) quedando en rudimentario biopic sobre el conocido capo mafioso. Un esforzado John Travolta bordea la caricatura en más de un momento.
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