Título Original Django Unchained (2012)
Director Quentin Tarantino
Guión Quentin Tarantino
Actores Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson, Don Johnson, Walton Goggins, James Remar, Dennis Christopher, Michael Parks, Bruce Dern, Franco Nero, Jonah Hill, Tom Savini, M.C. Gainey, RZA, Todd Allen, James Russo, Tom Wopat, Misty Upham, Gerald McRaney, Cooper Huckabee, Laura Cayouette
Posiblemente sin Quentin Tarantino yo no estaría aquí escribiendo esto. Allá por 1996 descubrí su obra gracias a Reservoir Dogs, el que sigue siendo para mí su mejor film. Puede que algunos no lo recordéis, pero en los 90 la gente de a pie no tenía internet ni programas de descarga, de modo que para buscar un largometraje teníamos que tirar de centros comerciales, tiendas o videoclubs para así dar con las películas que queríamos y que la televisión no emitía. Fue curioso cómo encontré en su momento el VHS de la ópera prima de Tarantino que me descubrió su obra, en la parte baja de la recóndita estantería de una tienda de videojuegos y películas, el tipo de establecimiento donde el mismo director forjó su pasión por el sépitmo arte.
Gracias a él me metí en el mundillo de los directores de cine y en un efecto dominó cinematográficó descubrí a autores como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Abel Ferrara, Oliver Stone o subgéneros como el exploit de todo tipo o la serie B. Le debo mucho al realizador de Deatn Proof y aunque ya no es "mi director favorito" le sigo teniendo en mucha estima, me parece un cineasta vital para entender la evolución del cine de autor desde los principios de los 90 hasta la actualidad y siempre espero el estreno de una de sus criaturas con mucha ilusión y expectativas altas, porque sabe tocarme la fibra sensible como pocos realizadores actuales.
Desde sus primeros años como cineasta Quentin Tarantino siempre había mostrado harto interés por realizar un western, género al que admiraba y rendía tributo en muchos de sus proyectos. En 2011 saltó la noticia de que el eternamente pospuesto largometraje sobre el lejano oeste titulado Django (en homenaje al film homónimo dirigido por Sergo Corbucci y protagonizado por Franco Nero) empezaba su rodaje. Tras cientos de nombres que supuestamente iban a protagonizar la cinta para posteriormente caerse de la misma, el de Knoxville encontró a su trío principal en los norteamericanos Jamie Foxx y Leonardo DiCaprio y el austriaco Christoph Waltz, así como presupuesto para llevar a la realidad el film en sus amigos los hermanos Weinstein, que le deben casi la vida. El resultado es un festín cinematográfico 200% Tarantino, pero el Tarantino post Jackie Brown, que no es el mismo de sus dos insuperables primeras producciones.
Durante el año 1858 el esclavo negro Django (Jamie Foxx) es liberado por el Doctor King Schultz (Christoph Waltz) un cazarecompensas alemán que busca objetivos a los que ejecutar por remuneraciones económicas. Ambos emprendarán un largo viaje por el sur de Estados Unidos en plena época del esclavismo para dar con Broomhilda (Kerry Washington) la mujer de Django que está ejerciendo como sierva en la casa de un negrero. Finalmente dan con el paradero de la mujer, que se encuentra en la localidad de Candy Land, regida por Calvin Candie (Leonardo DiCaprio) el sádico dueño de una enorme plantación.
Django Desencadenado es una extensión coherente del anterior trabajo de Quentin Tarantino, la magnífica Malditos Bastardos. Con aquella comparte en gran parte estructura, desarrollo, algunos personajes bastante similares y homenajear con su título a otra película previa dentro del cine de culto europeo. Pero lo es sobre todo por ser, como aquella, una revisión pulp de un género cinematográfico muy concreto. Si bien la cinta protagonizada por Brad Pitt era una visión irónica de los films más o menos exploits de corte bélico sobre el nazismo mayormente ideados en Europa como El Pasaje de J. Lee Thompson, su última obra es un homenaje por parte del norteamericano al western mestizo y bastardo.
La octava película de Quentin Tarantino es una oda al tipo de western que en su momento idearon y encumbraron Sergio Leone (la Trilogía del Dólar, Hasta que Llegó Su Hora) o Sergio Corbucci (El Gran Silencio, Django) en Europa o Sam Peckinpah (Grupo Salvaje, Patt Garret y Billy the Kid) en Estados Unidos. El spaguetti western en el caso del primero o el western crepuscular en el del segundo, dando una visión alejada del clasicismo impoluto que previamente habían ofrecido cineastas estadounidenses como John Ford, Fred Zinnemann o Howard Hawks sobre este tipo de cine. Pero por el camino el director de Pulp Fiction incluye referencias a films sobre el oeste más modernos, pasando de Sin Perdón, Wild Bill o Forajidos de Leyenda a productos exploit como Rápida y Mortal o decididamente malos como Relampago Jack.
Porque Quentin Tarantino sigue siendo un director multireferencial, que bebe de cientos de fuentes cinematográficas para enriquecer su estilo, que finalmente se muestra como un homenaje a obras previas pero con una personalidad propia muy definida e inconfundible en fondo y forma. Porque Django Desncadenado no sólo tiene una deuda con el western, en su metraje hay apuntes que recuerdan a series folletinescas como Norte y Sur o Ráices e incluso a cintas que sin haber sido dirigidas por él tienen guiones o argumentos iniciales salidos de su mano, ya que el tiroteo final bebe indudablemente de Grupo Salvaje y la Scarface de los 80, pero también tiene planos de violencia estilizada calcados de Amor a Quemarropa (True Romance) de Tony Scott y Asesinos Natos (Natural Born Killers) de Oliver Stone, mal que le pese esta última.
Pero si hay un segundo referente directo para la última película de Tarantino ese es el cine blaxploitation americano de los años 70, aquel subgénero urbano hecho por y para negros que superó la barrera racial y llegó a una gran cantidad de público gracias a largometrajes como Shaft y Foxy Brown. Este es terreno conocido y transitado previamente por Tarantino, ya que en su momento demostró su devoción por este tipo de films en esa nunca suficientemente reivindicada joya llamada Jackie Brown, su tercer film y el que supondría el último del anterior estilo de su creador. Aquella pieza no sólo sería un rendido tributo al blaxploitation, también y de manera curiosa la mejor cinta jamás rodada dentro de ese estilo.
Aunque en Django Unchained ese aroma a blaxpolitation es más grandguiñolesco, exagerado e hiperbólico, como el mismo cine de Tarantino desde Kill Bill. El díptico protagonizado por La Novia supuso un punto de inflexión y ruptura tonal dentro de la obra del cineasta, escribiendo films (y personajes) menos realistas, más pulp y mucho más deudores de obras de serie B que sus tres primeros trabajos. El Tarantino post Jackie Brown hace un cine que, como bien dijo él mismo en su momento, verían los personajes de Reservoir Dogs o Pulp Fiction en un cine de sesión doble al más puro estilo grindhouse. Por eso un servidor sabe con toda seguridad que por muy buenas que sean las cintas nuevas del bueno de Quentin jamás llegarán al nivel de sus dos primeros films, eso es algo que hay que asimilar desde ya.
Django es una película totalmente hija de su creador. Un trabajo hecho con cariño y afecto por los referentes en los que se refleja, con un reparto de magníficos actores llevados con mano maestra y una galería de personajes inolvidables que dan lugar a momentos memorables y que se quedan grabados en la retina largo tiempo. Hay violencia, más que nunca en una película de Tarantino (que ya es decir) porque la de Kill Bill era casi caricaturesca por exagerada, pero la de Django duele, también es hiperbólica (balas de colt que revientan cabezas enteras) pero mucho más cruenta y real, por ello más cruda y drástica en su ejecución formal en pantalla, deudora tanto de la de Sam Peckinpah como de la del John Woo de su etapa china.
Tenemos breves apariciones de actores forjados en el western como Bruce Dern, James Remar o el indispensable Franco Nero; díalogos ágiles que tienen puntos álgidos en momentos como el monólogo de Calvan Candie con el craneo y la tensión que destila; un metraje extenso que en ningún momento se hace pesado porque da un ritmo adecuado a la historia (en ese sentido es mejor que Malditos Bastardos, aunque aquella me parezca superior como película), una banda sonora con una exquisita elección de temas musicales (con una omnipresencia lógica de Ennio Morricone y derivados) y unos personajes rematados por un grupo de actores maravillosos con un Christoph Waltz carismático y entrañable, un Jamie Foxx muy adecuado en su papel protagonista haciendo el mejor trabajo de su carrera, un sádico Leonardo DiCaprio clavando un villano que hubiera bordado el mismo Franco Nero en su juventud y un Samuel L. Jackson al que no se le puede hacer justicia con palabras dando vida a un radicalizado Tío Tom que odia a los negros y ama a los blancos.
Por últimoTarantino también aborda el proyecto con una brutal incorrección política a la hora de exponer el tema del racismo, retratando a los blancos esclavistas como hijos de perra explotadores y racistas (enorme el pasaje del Ku Klux Klan) y a los negros como una raza que se divide en dos facciones: la de los sometidos que tienen miedo a pasar a la acción y la de los valientes que se enfrentan a sus amos para conseguir su libertad, reivindicación blaxploitation 100% con algunos apuntes del cine de Spike Lee. El director no deja títere con cabeza y en ocasiones llega a sobrepasar la línea de la moralidad por medio de la venganza (tema central de prácticamente toda su filmografía) como con la escena final de la hermana de DiCaprio que a mí me hizo carcajearme de la risa en la sala de cine.
Django Desencadenado, que sólo falla en que su metraje se alarga un poco y que el guión estructuralmente es algo disperso, es la primera película indispensable de este 2013, una obra en la que Quentin Tarantino da lo que se le pide: Violencia, personajes inolvidables, momentos de alto voltaje, diálogos divertidos homenajes cinematográficos (esos zooms, esas cámaras lentas adecuadísimas, esos primerísimos planos a lo Sergio Leone) añadiéndole al conjunto una visión valiente y lacerante del tema de la esclavitud (que paradójicamente se muestra más interesante que la tibia y panfletaria de Lincoln de Steven Spielberg) y sobre todo buen cine, el mejor que se puede ver en la actualidad salido de Hollywood. Si es verdad que se va a retirar de la dirección esperemos que lo haga a lo grande, no llegando al nivel de sus dos primeros films, algo imposible como ya he comentado, pero sí ofreciéndonos un festín fílmico como el que nos ocupa, que merece completamente la pena.
Entre el dialogo de los sacos, la sublime escena de la entrada a la plantación, el bestial trabajo de Samuel (cuando tiene la conversación en la biblioteca, he visto a acotres ganar oscar con menos) y el de Leonardo, una peli para la historia.
ResponderEliminarPero entre que el final es muy precipitado, en plan hay que terminar esto como sea, algunos homenajes que cantan un poco (el de Sin perdón o algunos a Leone son tremendos) y algunos diálogos que parecen que no van a ninguna parte, enfean un tanto el resultado final
Tiene sus puntos flacos, pero se suplen con una ingente cantidad de cine enorme, un ejemplo:
ResponderEliminarSOPILER
Cuando Django encuentra a Broomhilda en la cabaña y tras decirle "Soy yo niña" empiezan a sonar los coros a lo Morricone y se ve la sombra del protagonista reflectada en la pared remitiendo al John Ford de Centauros del Desierto y la carne se pone como escarpias.
FIN SPOILERS.
coincido también con la crítica; sin duda es una peli que hay que ver; tremendamente divertida (hilarante la escena de los sacos y casi todos los diálogos de waltz) y magistralmente interpretada (waltz/dicaprio/l.jackson, no sabría deciros cual de los tres está más enorme) aunque, para mi gusto, el tramo final peca de excesivo (aunque últimamente eso ya es sello del director).
ResponderEliminardos cosas más:
una) coincidiendo con que, tras las tres primeras, tarantino ya no ha sido el mismo yo, al contrario que tu, no pierdo la esperanza de una que vuelva a regalarnos otra joya como aquellas.
dos) os percatasteis de la aparición de don johnson (siguiendo la costumbre de q.t. de recuperar viejas glorias)? yo no me dí cuenta que era él hasta leer alguna crítica más tarde.
Ojo, que no digo que Tarantino ya no haga grandes películas, es más, para mi todas las suyas lo son excepto Death Proof, que sin parecerme mala sí peca de excesivamente dialogada y apología onanista por parte del Quentin.
ResponderEliminarCuidado, que a Don Johnson el que lo recuperó fue Robert Rodriguez en Machete, Tarantino lo ha metido en Django porque todo queda en casa, eso sí, aún haciéndolo muy bien el amigo Sonny Crockett ese papel lo hubiera bordado mi idolatrado Jeff Bridges, no me cabe duda.
Si, a lo gran Lebowski, pero hubiera quedado excesivo por todas partes XD
ResponderEliminarmachete no la he visto, no he tenido valor; y otro tanto de lo mismo me pasa con death proof, tan mal se ha hablado de ella que no he querido tumbar un ídolo por su culpa; tan terrible es (death proof) o tiene un pase?
ResponderEliminarSi en lugar de poner dirigida por Tarantino, pusiera cualquier otro nombre, magnífica película, con sus numerosos fallos y enormes aciertos, pero...
EliminarDrummer, Death Proof no es mala ni mucho menos, es un buen homenaje a Kill, Kill, Faster Pussycat de Russ Meyer y el cine de John Carpenter, pero abusa de metraje dialogado en el que sólo vemos a chicas guapas diciendo vacuidades, es más, en el díptico Grindhouse es en el único momento en el que he visto mejor a Rodriguez que a Tarantino, ya que Planet Terror me parece mucho mejor y una joyita paródica, hasta Machete me gusta más que Death Proof, pero mala no es.
ResponderEliminarPd: Yo también vi a Tom Savini, sí señor.
con menuda pelí has ido a comparar. Planet Terror es una joya disfrutable al máximo, con actores malísimos en estado de gracia, escenas asquerosas, chistes brutales (aun recuerdo el enfado del respetable porque faltaba el rollo siete XDDDDDDDDDDD que hartón a reír por dios, uno llego a gritar que "que era esa puta mierda" mientras yo me partía de la risa), y un prota que sería Dios en cualquier peli de zombies.
EliminarFrases lapidarias, personajes exagerados, muertes estúpidas, humor cafre, planos de culos y tetas gratuitos unos Josh Brolin, Freddy Rodriguez y Bruce Willis memorables, una película divertida como pocas, de mis favoritas de Rodriguez y del género zombie.
EliminarY un Jeff Bridges, puede que no como en EL Gran Lebowski, pero sí como Valor de Ley, hubiera estado genial en la escena del Ku Klux Klan.
ResponderEliminarok, gracias juan y juan luis; le daré un pase a ver (y ya metidos en harina igual me atrevo hasta con machete)
ResponderEliminarhey! me encanta la nueva cabecera del baile de los vampiros; la mejor de las que te recuerdo. muy guapa.
ResponderEliminarEs un cartel sencillamente brillante y una de mis pelis favoritas de Polanski, de humor, de vampiros, de terror, europeas, rodadas en scope...
ResponderEliminarVeo que ha sido una buena elección, me alegro.
ResponderEliminar