Título Original: Paranoid Park (2007)
Director: Gus Van Sant
Guión: Gus Van Sant basado en la novela de Blake Nelson
Actores: Gabe Nevins, Taylor Momsen, Jake Miller, Dan Liu, Lauren McKinney, Scott Green
Gus Van Sant sigue con su vertiente de cine independiente anticomercial con Paranoid Park, cuarta entrega (tercera para otros) sobre el tema universal de la muerte que iniciara con Gerry, que tuvo su continuación en la genial Elephant, seguida esta de Last Days y que por ahora acaba con la obra que nos ocupa. Después vendría y ya dentro del cine mainstrean la excelente y estremecedora Mi Nombre es Harvey Milk, pero esa es otra historia que incluso ya comenté en este santo foro hace un tiempo.
Basada en la novela de Blake Nelson, Paranoid Park supone la vuelta de Van Sant a ese tipo de cine minimalista, introspectivo y de un naturalismo extremo pero distante. Mirada quirurjicamente analítica sobre la adolescencia y la incursión inesperada de la violencia y la muerte en un marco gélido pero humanista. La penúltima cinta del director de Drugstore Cowboy reincide en lugares comunes de su discurso autoral, encuadra e ilumina con delicadeza, estiliza sus imágenes y se toma todo el tiempo del mundo para resolver secuencias que en apariencia no dicen nada o parecen carecer de profundidad alguna.
Lo que en un principio parece ser el relato de un trágico hecho en el que se ve involucrado un skater adolescente llamado Alex y como la culpa y los remordimientos de conciencia merman su psicología, se transforma sutilmente y desde la primera secuencia (aunque no lo sepamos) en un retrato inmisericorde sobre el egoísmo de una generación de chavales vacíos por dentro e incapaces de asumir un mínimo de responsabilidad, si con ello ven perjudicada su situación social o su estatus de inmerecido bienestar.
Alex en verdad es una nueva raza de sutil villano cinematográfico. Un niñato de rostro angelical en cuyo interior no late nada más que un frío e inerte témpano de hielo. Van Sant nos lo deja claro en numerosas ocasiones, destacando la escena de sexo con su novia Jennifer, que es esclarecedora sobre la personalidad del personaje a muchos y distintos niveles. El autor de Mala Noche nos ofrece una pequeña muestra de como los futuros ciudadanos que regirán nuestra sociedad se alejan de comprender o defender ideal alguno y de como practican un aislamiento peligroso, por hermético, que los aboca a la más pura decadencia ética o moral.
Van Sant no se traiciona a sí mismo. Su trabajo detrás de la cámara vuelve mostrar un talante contemplativo sin apenas implicación emocional con sus personajes. El director mira, pero no intercede ni juzga. Sólo algo chirría en su labor, esa escena en las vías de tren de corte grotesco y hasta ligeramente gore. Pasaje que no sólo entronca con el resto del film sino que que también nada completamente desubicado dentro la filmografía de un autor que siempre ha sabido mostrar la repentina irrupción de distintos tipos de violencia de manera mucho más sutil y menos sensacionalista, como pudimos ver en el anticlimax final de Elephant, por poner un ejemplo.
Lo cierto es que a pesar de que admiro a Van Sant por ser un autor que hace el cine que le apetece y que sus últimas obras en mayor o menor medida me han parecido muy interesantes por arriesgadas y conceptualmente coherentes, Paranoid Park me ha cogido un poco desganado y visonándola no he conseguido descifrar todas sus virtudes y hallazgos, que los tiene. Con la revisión seguramente acentúe me opinión sobre ella, que con todo es bastante positiva.
Basada en la novela de Blake Nelson, Paranoid Park supone la vuelta de Van Sant a ese tipo de cine minimalista, introspectivo y de un naturalismo extremo pero distante. Mirada quirurjicamente analítica sobre la adolescencia y la incursión inesperada de la violencia y la muerte en un marco gélido pero humanista. La penúltima cinta del director de Drugstore Cowboy reincide en lugares comunes de su discurso autoral, encuadra e ilumina con delicadeza, estiliza sus imágenes y se toma todo el tiempo del mundo para resolver secuencias que en apariencia no dicen nada o parecen carecer de profundidad alguna.
Lo que en un principio parece ser el relato de un trágico hecho en el que se ve involucrado un skater adolescente llamado Alex y como la culpa y los remordimientos de conciencia merman su psicología, se transforma sutilmente y desde la primera secuencia (aunque no lo sepamos) en un retrato inmisericorde sobre el egoísmo de una generación de chavales vacíos por dentro e incapaces de asumir un mínimo de responsabilidad, si con ello ven perjudicada su situación social o su estatus de inmerecido bienestar.
Alex en verdad es una nueva raza de sutil villano cinematográfico. Un niñato de rostro angelical en cuyo interior no late nada más que un frío e inerte témpano de hielo. Van Sant nos lo deja claro en numerosas ocasiones, destacando la escena de sexo con su novia Jennifer, que es esclarecedora sobre la personalidad del personaje a muchos y distintos niveles. El autor de Mala Noche nos ofrece una pequeña muestra de como los futuros ciudadanos que regirán nuestra sociedad se alejan de comprender o defender ideal alguno y de como practican un aislamiento peligroso, por hermético, que los aboca a la más pura decadencia ética o moral.
Van Sant no se traiciona a sí mismo. Su trabajo detrás de la cámara vuelve mostrar un talante contemplativo sin apenas implicación emocional con sus personajes. El director mira, pero no intercede ni juzga. Sólo algo chirría en su labor, esa escena en las vías de tren de corte grotesco y hasta ligeramente gore. Pasaje que no sólo entronca con el resto del film sino que que también nada completamente desubicado dentro la filmografía de un autor que siempre ha sabido mostrar la repentina irrupción de distintos tipos de violencia de manera mucho más sutil y menos sensacionalista, como pudimos ver en el anticlimax final de Elephant, por poner un ejemplo.
Lo cierto es que a pesar de que admiro a Van Sant por ser un autor que hace el cine que le apetece y que sus últimas obras en mayor o menor medida me han parecido muy interesantes por arriesgadas y conceptualmente coherentes, Paranoid Park me ha cogido un poco desganado y visonándola no he conseguido descifrar todas sus virtudes y hallazgos, que los tiene. Con la revisión seguramente acentúe me opinión sobre ella, que con todo es bastante positiva.
tienes idea de donde puedo encontrar la novela de blake nelson?
ResponderEliminarPues creo que en España no está editada en España pero si te defiendes con el inglés aquí la tienes bien baratita:
ResponderEliminarhttp://www.amazon.es/Paranoid-Park-Blake-Nelson/dp/0142411566
es lo qe qeria saber, gracias.
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