Título Original: The Serpent and the Rainbow (1988)
Director: Wes Craven
Guión: Richard Maxwell y Adam Rodman basado en la novela de Wade Davis
Actores: Bill Pullman, Cathy Tyson, Zakes Mokae, Paul Winfield Badja Djola, Brent Jennings, Conrad Roberts, Theresa Merritt, Michael Gough
Trailer
Al director Wes Craven se le podrán echar muchas cosas en cara, que es un oportunista, el amo del efectismo y hasta cierto punto un artesano algo impersonal, pero nunca que sea un director acomodaticio dentro del género de terror o que recurrentemente relate la misma historia. Siempre ha investigado dentro de un amplio abanico de producciones muy diferentes las unas de las otras, no triunfando en todas las ocasiones, pero sí consiguiendo los suficientes films memorables como para darle un cierto nombre dentro del cine de culto americano de género totalmente merecido.
Para mi sorpresa una cinta semidesconocida del director de La Última Casa a la Izquierda como La Serpiente y el Arco Iris resulta ser uno de sus mejores films y una de sus obras más logradas y completas. Basada en la novela de Wade Davis esta producción de 1988 es un excelente ejercicio de terror en estado puro sobre muertos que vuelven a la vida, maldiciones, vudú, posesiones demoniacas y magia negra, supuestamente basado en unos poco creíbles hechos reales, aunque eso, siempre desde mi punto de vista, es lo de menos.
The Serpent and the Rainbow es un film que indudablemente respira por todos y cada uno de sus fotogramas el clásico dirigido por Jacques Tourner al que hago alusión en la entrada que nos ocupa, tomando de él mucha simbología y todo lo realcionado con el ocultismo y la brujería. El director sitúa su film durante la revuelta de 1985 acaecida en aquel país y da bastante entidad y rigor a su relato, con un conseguido guión y una dirección por su parte de las mejores que yo he podido ver salidas de su mano.
Craven con un pulso muy firme, algo bastante inusual en él, rueda algunas de las escenas más logradas de su carrera y consigue en varias ocasiones impactar al espectador con secuencias oníricas poseedoras de un acabado impecable. Aunque lo que sí es cierto es que si bien Craven está mejor que nunca en la realización, también es justo destacar que un actor bastante mediocre y con una irregular carrera como Bill Pullman, ayuda considerablemente al conjunto de la película entregándose con bastante mérito en el apartado interpretativo, para dar un matiz realista a su personaje protagonista.
Una excelente producción con muchos hallazgos y momentos excelentes que no conisgue redondearse como una obra completamente perfecta por culpa de esa alucinógena y demasiado flipada resolución que rompe abruptamente con la seriedad e incluso cierta profundidad histórica que destilaba la cinta desde su inicio. La Serpiente y el Arco Iris se puede considerar un muy buen producto que merece ser redescubrido dentro de la carrera de un director al que le debemos más de lo que creemos, aunque ahora mismo esté embarcado en una Scream 4 que nadie estaba pidiendo y que si envejece tan mal como las tres anteriores (que ojo, en su momento disfruté bastante) por mí se la podían haber ahorrado.
Para mi sorpresa una cinta semidesconocida del director de La Última Casa a la Izquierda como La Serpiente y el Arco Iris resulta ser uno de sus mejores films y una de sus obras más logradas y completas. Basada en la novela de Wade Davis esta producción de 1988 es un excelente ejercicio de terror en estado puro sobre muertos que vuelven a la vida, maldiciones, vudú, posesiones demoniacas y magia negra, supuestamente basado en unos poco creíbles hechos reales, aunque eso, siempre desde mi punto de vista, es lo de menos.
The Serpent and the Rainbow es un film que indudablemente respira por todos y cada uno de sus fotogramas el clásico dirigido por Jacques Tourner al que hago alusión en la entrada que nos ocupa, tomando de él mucha simbología y todo lo realcionado con el ocultismo y la brujería. El director sitúa su film durante la revuelta de 1985 acaecida en aquel país y da bastante entidad y rigor a su relato, con un conseguido guión y una dirección por su parte de las mejores que yo he podido ver salidas de su mano.
Craven con un pulso muy firme, algo bastante inusual en él, rueda algunas de las escenas más logradas de su carrera y consigue en varias ocasiones impactar al espectador con secuencias oníricas poseedoras de un acabado impecable. Aunque lo que sí es cierto es que si bien Craven está mejor que nunca en la realización, también es justo destacar que un actor bastante mediocre y con una irregular carrera como Bill Pullman, ayuda considerablemente al conjunto de la película entregándose con bastante mérito en el apartado interpretativo, para dar un matiz realista a su personaje protagonista.
Una excelente producción con muchos hallazgos y momentos excelentes que no conisgue redondearse como una obra completamente perfecta por culpa de esa alucinógena y demasiado flipada resolución que rompe abruptamente con la seriedad e incluso cierta profundidad histórica que destilaba la cinta desde su inicio. La Serpiente y el Arco Iris se puede considerar un muy buen producto que merece ser redescubrido dentro de la carrera de un director al que le debemos más de lo que creemos, aunque ahora mismo esté embarcado en una Scream 4 que nadie estaba pidiendo y que si envejece tan mal como las tres anteriores (que ojo, en su momento disfruté bastante) por mí se la podían haber ahorrado.
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