viernes, 16 de julio de 2010

Patrick, mentes criminales



Título Original:
Patrick (1978)
Director: Richard Franklin
Guión: Everett De Roche
Actores: Susan Penhaligon, Robert Helpmann, Rod Mullinar, Bruce Barry, Julia Blake, Helen Hemingway, María Mercedes, Robert Thompson


Trailer


En mi niñez, uno de mis hábitos favoritos era acompañar a mi padre a los videoclubs a alquilar su dosis semanal de hostias cinematográficas a manos de los Van Damme, Stallone o Norris de turno. Allí podía ver extensas estanterías con cientos de películas en formato Beta y VHS que me llamaban profundamente la atención o me atemorizaban sólo con sus carátulas como las de Pesadilla en Elm Street. Un día en concreto (de ese momento exacto recuerdo muy vivamente un cartel que anunciaba el próximo estreno de Platoon en vídeo, fijaos si ha llovido ya) en una de mis visitas descubrí una película que sólo con su portada y la única foto de su contenido en la parte trasera de la funda consiguió acojonarme considerablemente, tanto como para no recordar el título de la cinta, pero sí para que esas dos imágenes se quedaran grabadas a fuego en mi, por aquel entonces, impresionable mente.




Los años pasaron y aunque intenté buscarla posteriormente, al no tener datos sobre ella no di con su paradero, incluso con internet ya en casa no tuve la suerte de econtrarla debido a la practicamente nula información que poseía sobre la cinta. Pero por circunstancias de la vida hace unos días visitando una de esas maravillosas páginas para descargar cine (tengo unas 2.000 películas en formato digital originales, pero eso no quita que no me baje material de la red, le pese o no a Ramoncín) vi esa carátula inolvidable y una sensación entre repulsión y excitación me recorrió la espina dorsal, más de 20 años después conseguí dar con Patrick, que así se llamaba la película. Esta mañana he tenido el gusto de verla por primera vez y de alguna manera cerrar una etapa que se inició en mi niñez.




Patrick, que fue rodada en 1978 por Richard Franklin es una muestra de ese cine australiano fantástico y de terror que despuntó a finales de los 70 y principios de los 80 con obras como Picnic en Hanging Rock de Peter Weir o Mad Max de George Miller. Un producto de genuina serie B sin muchas pretensiones estilísticas, de efectividad considerable y resultados bastante meritorios a pesar de la notable escasez de medios con los que fue concebido. Una mezcla entre el Cronenberg de sus primeras obras, con un suspense a lo Hitchcock y una estética muy del Brian de Palma de la efectista pero entrañable La Furia.




Patrick en principio parece tratar sobre un joven parricida en estado de coma profundo que puede seguir cometiendo fechorías por medio de la psicoquinesis que posee y que le permite mover objetos. Más tarde, de manera gradual y nada impostada, descubriremos que hay algo más y todo se descubrirá con la aparición de la enfermera Jacquard, de la que Patrick acabará enamorándose. Para que un film como el de Richard Franklin sea debidamente digerido el espectador tiene que aceptar alguna licencia. Se sabe en cierta manera que la psicoquinesis o telequinesis permite (presumiblemente) mover objetos del ambiente, del lugar que se habita en ese mismo instante, aunque su inductor se encuentre en estado catatónico. En cambio lo de que pueda utilizar su don en la otra punta de Australia sin ver nada de lo que allí ocurre, o se acepta y se deja pasar por alto al guión o nunca entraremos en el juego que nos ofrece la película.




Bien resuelta, muy entretenida, con una intriga que se tensa debidamente a lo largo de todo el metraje y una mirada descreída hacia el sistema sanitario de Australia, Patrick es un producto entrañable, que ha envejecido, pero que mantiene bien la compostura a pesar de sus limitaciones y algunos fallos como ese susto final metido con calzador y que da más risa que otra cosa. Existe también, una falsa secuela italiana titulada Patrick, Aún con Vida, que utiliza el mismo punto de partida de la cinta que nos ocupa para crear un festín de gore, erotismo softcore y disparates interminables. Por puro morbo la veré, que el eurotrash tiene un importante lugar en mi corazón de cinéfilo. Al igual que esta entrañable Patrick que ha merecido la pena descubrir después de tantos años.



2 comentarios:

  1. Me averguenza decir que, siendo fan fatal del cine australiano de esa época, todavía no la he visto. Ya no tengo excusa.
    De Franklin si que vi la siguiente a esta, una curiosa película de carretera con psyco-killer que se tituló Road Games y que está editada en DVD en España. Realmente divertida y con ese raro plus que la da su "australianidad".
    Por cierto (toma publicidad) en el artículo que le dediqué a Harlequín de Simon Wincer hago una panorámica (obligatoriamentev incompleta)de toda aquella época, quizás encuentes cosas de interés (para muchas hay enlaces, para casi ninguna hay subtítulos): http://esbilla.wordpress.com/category/harlequin/

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  2. Publicidad la que quieras, gracias a ti estoy descubriendo mucho cine interesante, de modo que no te cortes. Echaré un vistazo a ver qué tal y me apunto Road Games, que incluso diría que la he llegado a ver.

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