Director: Philip Kaufman (2000)
Guión: Doug Wright basado en su obra de teatro
Actores: Geoffrey Rush, Kate Winslet, Joaquin Phoenix, Michael Caine, Billie Whitelaw, Patrick Malahide, Amelia Warner, Jane Menelaus, Stephen Moyer, Tony Pritchard
El Marqués de Sade, Donatien Alphonse François era un noble que desde su mas tierna infancia desarrolló un depravado sentido de la ética y la moral obsesionado hasta los dias de su muerte con la perversión sexual y la herejía. Demostró su lascivo talento narrativo en obras como Justine, Filosofía en el Tocador o Los 120 dias de Sodoma (llevada al cine por Pasolini). Quills es la adaptación cinematógrafica de la obra de teatro de Doug Wright con guion del mismo autor y dirección de Philip Kaufman.
Kaufman, junto a James Ivory, el mas europeo de los directores norteamericanos, director de La Invasión de los Ultracuerpos excelente remake de la cinta de Don Siegel o la dadaptación al cine de la novela de Milán Kundera, La Insoportable Levedad del Ser crea con Quills una película que consigue homenajear a Sade un ser abominable y terrible pero lleno de inteligencia y vitalidad.
Ya desde el inicio con la voz en off de Sade diciendo proclamando "Querido lector voy a contarte un relato picante...", Kaufman nos muestra su puesta en escena, una película de época sucia y truculenta con la revolución francesa de fondo. Después del excelente prólogo nos introducimos en la institución de Charenton donde el Marqués de Sade se encuentra recluido pasando los días entre sus intentos de arrebatar la virginidad a la lavandera Madeleine y sus rencillas y conversaciones con el Abad Coulmier, director del centro, pero todo empeora cuando hace aparición el doctor interpretado por Michael Caine que tratará de domar al libertino Marqués utilizando metodos poco humanitarios.
A parte de la excelente ambientación y el guión de Wright debemos destacar el excelente reparto. La carnal Kate Winslet, un excelente Joaquin Phoenix entre la inocencia y la sexualidad desatada, Michael Caine genial como siempre pero esta vez realizando el papel mas desagradable de su carrera y una bellísima Amelia Warner.
Nota a parte para Geoffrey Rush. El verdadero marqués era un hombre de una gran obesidad, de manera que la figura escualida de Rush no era la mas adecuada para el papel, pero el actor australiano se mimetiza con maestria haciendo creíble desde su primera aparición la carcterización del noble francés. Mejor que nunca en este rol el ganador del Oscar por Shine, que consigue su mejor interpretación hasta la fecha, consiguiendo lo increible, llenar de carisma un personaje tan desgradable como este, haciendo que el espectador llegue a empatizar, en parte, con él, su trabajo le hizo merecedor de una nominación al premio de la cademia que le fue arrebatado injustamente por el simplemente correcto Russel Crowe de Gladiator.
Kaufman con brio y un ritmo excelente imprime una carga sexual omnipresente pero nunca excesiva y una acerada dirección de actores dando lugar a su mejor y mas lacerante obra. Poco conocida pero benerada incluso por los amantes de la obra de Sade, Quills es una obra maestra que auna, sexo, libertad y blasfemia a partes iguales siendo un fiel retrato de la Francia post revolucionaria y del falso puritanismo de la Europa del siglo XVIII.
No hay comentarios:
Publicar un comentario