lunes, 7 de septiembre de 2009

Están Vivos, anticapitalismo contra los invasores alienígenas



Director
: John Carpenter (1988)
Guión: John Carpenter
Actores: Roddy Piper, Keith David, Meg Foster, John Lawrence, Raymond St. Jacques, Peter Jason




Están Vivos es una obra menor de John Carpenter, está basada en un relato corto de Ray Nilson y vendría a ser una especie de homenaje a la serie La Dimensión Desconocida, pero en manos del director de El Príncipe de las Tinieblas o Christine se convierte en una película marcadamente política.




John Nada (interpretado por el carismático Roddy Piper El Gaitero ex luchador de wrestling en los años ochenta), un trabajador de clase baja, descubre por medio de unas gafas especiales que la ciudad en la que vive está infestada de extraterrestres que tienen sometidos a la población por medio de mensajes subliminales en la publicidad y la televisión.




Este argumento tan tontorrón convierte a They Live en un jodido, inusual, deliciosamente obvio y americano panfleto izquierdista que enorgullecería a Eisenstein. Es decir, un obrero, no de clase obrera, no, un obrero en sentido literal, como David Bustamante, descubre la verdad, referencia un tanto cutre al mito de la caverna de Platón, sobre un complot en el que el capitalismo y la sociedad de consumo están convirtiendo a los humanos en seres zombieficados. Con esta trama central no sé cómo coño dejaron a Carpenter estrenar esta cinta en su país de origen.




La utlización de los extraterrestres por parte del director y guionista es una crítica semioculta a la globalización americana (al igual que los aliens en Body Snatchers el remake de Abel Ferrara basado en la película original de Don Siegel eran una pulla contra los militares de los Estados Unidos) con un toque ácido, cómico y muy en línea de su autor.




Con escenas geniales como la de la exagerada, trabajadísima e insultantemente alargada pelea en el callejón, ¡¡con llaves de Catch clásicas como el suplex!!, la del tiroteo en el banco (este director ama el western sobre todas las cosas) y ese final cachondísimo con destete gratuito que cierra el film, esta macarrada anticapitalista, por lo tanto gamberra y combativa, está desde ya entre lo más entrañable, que no lo mejor, de la obra de su impagable realizador.


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