domingo, 13 de septiembre de 2009

Promesas del Este



Director: David Cronenberg
Guión: Steven Knight
Actores: Viggo Mortensen, Naomi Watts, Vincent Cassel, Armin Mueller-Stahl, Sinéad Cusack, Donald Sumpter





Los que somos fans de Cronenberg y lo seguimos desde hace tiempo jamás nos llegamos a imaginar que su obra, la de un autor inclasificable que hablaba de enfermedades, análisis freudianos del sexo, pústulas y seres infectados llegaría a depurar tanto su estilo como para hacer en sus últimas tres películas (Spider, Una Historia de Violencia y esta que nos ocupa) un cine de un clarísimo aire clásico, que bebe en su mayoría de maestros del séptimo arte de la primera mitad del siglo XX.




Cronenberg es el mejor, más arriesgado, original y pesimista de los autores actuales dentro del mundo del séptimo arte. Muchos creen que sus dos últimos films son de un marcado estilo comercial y que ha renegado de su visión quirúrgica y analítica de las miserias del ser humano vendiéndose a un cine más comercial.




Para nada, el cine de Cronenberg es el mismo y su mensaje no ha cambiado un ápice. Si bien ahora esa descomposición de la cultura occidental que lo hizo famoso no se muestra de manera física, es porque la evolución de su mirada ha llevado al plano psicológico tal lectura misántropa del ser humano, mostrándose como un director en plena madurez autoral




Puede que lo de que su obra sea ahora más comercial sea cierto, pero como cineasta el de Ontario no ha dado un solo paso atrás, se ha adaptado a los grandes presupuestos y al cine menos underground (tipo de celuloide del que realmente salió tras el éxito de La Mosca) pero manteniendo sus demonios interiores y pensamientos retorcidos, plasmándolos con un estilo mucho más elegante y si se me permite la expresión, más cinematográfico. Sólo Tim Burton, a parte de Cronenberg, supo, en su momento, mantener su estilo impoluto trabajando para la maquinaria de Hollywood (aunque Cronenberg no trabaja en la meca del cine ya que sus presupuestos son pagados en coproducciones entre Francia, Inglaterra y Canadá)




Promesas del Este es una película bestial, poderosa, sincera y seca, como todo el cine de su autor. Una obra que muestra la violencia de manera visceral sin sensacionalismos con la sincera intención de asquear al espectador, dándole a entender que este acto primario no debe ser mostrado en una pantalla como una estúpida coreografía grandilocuente para el disfrute del personal y el goce de la platea.




Los que ya vimos y disfrutamos Una Historia de Violencia nos preguntamos como sería la visión de Cronenberg sobre un mundo tan singular, sucio y a la vez comprometido como el de la mafia. El resultado es una de las mejores películas sobre el mundo del hampa que se han realizado en años, pero lo que más sorprende es que el director de Scanners no se alimenta de Scorsese, ni de Tarantino (ni si quiera de Los Soprano), lo hace del Coppola de El Padrino y del William A. Wellman de películas como El Enemigo Público, de ahí que el film sea un manifiesto de cine clásico de la mejor casta, pero todo filtrado por el matiz y la personal mirada de este hombre antaño enfant terrible del cine moderno.




Si me centro en en el plano técnico y artistico del film me encuentro por un lado una dirección de acero, la manera en la que está narrada y ejecutada la ya mítica escena del baño es la de un director que está tan seguro de sus dotes cinematográficas que da miedo, y un guión milimétrico (Steven Knight se ha sacado de la manga un libreto perfecto) y por otro un reparto excelente. Desde un Viggo Mortensen lleno fuerza con su mirada de hierro, pasando por un Vincent Cassel glorioso como Kirril hasta un Armin Mueller-Stahl a la altura de los grandes actores que han dado vida a los líderes del mundo de la mafia. La única un tanto desúbicada es la guapa Naomi Watts, que hace un buen trabajo pero se nota que la utilización de su personaje es hasta cierto punto secundaria ya que su presencia y acciones solo sirven para que la trama avance en favor de los otros componentes de la historia.





Promesas del Este, confirma lo que es un secreto a voces. Cronenberg está en su mejor momento, es un cineasta respetado que está disfrutando de una madurez artística que lo sitúa en lo más alto del panorama cinematográfico actual. Sus dotes como narrador, su mensaje nihilista y desesperanzador, su análisis crítico  de la burguesía es más fuerte que nunca y según los entendidos cada obra que realiza es un paso más para convertirse en uno de los grandes, pero claro, es que este hombre siempre ha sido uno de ellos y lo demostró hace casi veinte años con la a día de hoy aún intocable Inseparables. Los días de la Nueva Carne pasaron, pero si este canadiense sexagenario nos regala películas como la que nos ocupa, nadie los echará de menos o puede sí, el tiempo lo dirá.


1 comentario: