domingo, 6 de septiembre de 2009

Buffalo Soldiers, Ray Elwood vendió su fusil



Director: Gregor Jordan (2003)
Guión: Gregor Jordan, Eric Axel Weiss, Nora Maccoby basado en la novela de Robert O'Connor
Actores: Joaquin Phoenix, Anna Paquin, Ed Harris, Scott Glenn, Dean Stockwell, Elizabeth McGovern, Gabriel Mann





En el año 2002 en plena paranoia post 11S a Hollywood le dio la vena patriotera y estrenó en breve periodo de tiempo una ingente cantidad de cintas bélicas de un tufo imperialista y conservador exasperante como Black Hawk Derribado de Ridley Scott, Cuando Éramos Soldados de Randall Wallace o Windtalkers de John Woo.




Pero una pequeña producción basada en el libro (inspirado en hechos reales) del escritor Robert O'Connor que narra las descerebradas desventuras del ejército americano en tierras alemanas días antes de la caída de aquella aberración hecha de hormigón llamada el muro de Berlín, fue la que dio más que hablar.




Buffalo Soldiers es sin lugar a dudas el mazazo más bestia y directo que se ha hecho jamás al ejército de los Estados Unidos, retratando a los mismos como un grupo de tipos aburridos que al no poder encontrar alguna motivación o entretenimiento (ya que en época de paz no entran en combate) se dedican a traficar con sustancias ilegales, meterse en peleas, emborracharse y sembrar el caos por donde pasan.




Con una visión ácida llena de humor negro Gregor Jordan pasa de lecturas pacifistas utópicas e infantiles o de críticas antibelicistas maniqueas metiéndose en el complicado terreno del antimilitarismo puro y duro y claro, a los americanos les tocó los huevos el retrato tan divertido como crítico que se hace de sus adalides de la libertad y la democracia en la obra que nos ocupa, según parece en el estreno oficial de la película la actriz Anna Paquin fue agredida por uno de los manifestantes que se quejaban por la proyección de la cinta.




Una dirección tan nerviosa como segura de sí misma, un guión sólido lleno de diálogos memorables y situaciones descacharrantes, un reparto solvente con un Joaquin Phoenix carismático y canalla, una Anna Paquin que saca adelante un personaje interesante pero no demasiado definido ni debidamente desarrollado y unos Ed Harris y Scott Glenn que se llevan la palma como los dos altos mandos, el bonachón que no se entera de nada y el hijo de puta veterano del Vietnam demente y con brotes psicóticos.




Cachondísima, arriesgada de cojones, con toques de otras cintas que satirizan los ambientes bélicos (Dr Strangelove, Trampa 22, M.A.S.H) y una mala hostia que se agradece sobremanera, conviertiéndose en la cinta que Jarhead de Sam Mendes quiso ser y no pudo.


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