Pagafantas, y no dejas aire que respirar

Director: Borja Cobeaga (2009)
Guión: Borja Cobeaga y Diego San José
Actores: Gorka Otxoa, Sabrina Garciarena, Julián López, Kiti Manver, Oscar Ladoire, María Asquerino, Michel Brown, Teresa Hurtado de Ory, Bárbara Santa Cruz, Ernesto Sevilla

Pagafantas es el entrañable y sincero debut en la dirección del vasco Borja Cobeaga. Con menos pretensiones que sus compañeros Koldo Serra o Nacho Vigalondo (directores de la notable Bosque de Sombras y de la excelente Los Cronocrímenes respectivamente) pero con un toque más cercano y realista, más nuestro, aunque suene a tópico esto último.



El director del corto La Primera Vez nos lo pone fácil, ya que desde los primeros cinco minutos tiene al espectador (al masculino al menos) metido en el bolsillo por su sencilla a la par que original puesta en escena, los insertos a modo de documental sobre la naturaleza son impagables, y por hacer un retrato tan acertado de la juventud actual y su concepto de salir de fiesta.

A pesar de que por culpa de un grupo de exaltados violentos hijos de puta muchos tengan miedo a ir a Euskadi, a mí por ejemplo me gustaría conocer esa tierra y sus gentes, pero bien es cierto que el Bilbao que Cobeaga retrata en Pagafantas es muy triste, al menos entre semana, con calles solitarias sin gente paseando o de bares. Pero esos detalles tan peculiares y en principio sin importancia hacen que una cinta como esta, cuya trama, seamos sinceros, de original tiene poco, se enriquezca como producto cinematográfico, es más, yo soy un gran fan de Héroes del Silencio, pero la coña que se traen durante todo el metraje con Enrique Bunbury me parece tronchante desde principio a fin y no está nada forzada.




Gorka Otxoa tiene el cielo ganado son su papel de Chema, confirma lo que vimos en numerosas ocasiones en el programa Vaya Semanita, que es un fenómeno para la comedia. Pero es que el plantel de secundarios es muy destacable. Como la delciosamente odiable Sabrina Garcienaga, una María Asquerino genial como la tocapelotas Señora Begoña, un Julián López descacharrante o el mejor de todos ellos, un Oscar Ladoire, en el sin lugar a dudas, mejor papel de su vida, interpretando a otra generación de Pagafantas (en verdad es un reflejo maduro del mismo Chema) que siempre han estado ahí desde tiempos inmemoriales.




Aunque no todo es perfecto en Pagafantas, se dejan ver en la trama algunos tópicos y el guión hacia el final se desboca un poco o su director nos regala alguna escena no muy realista demasiado cercana al slapstic, como la del barco. Cobeaga triunfa aún con algún fallo, con su debut se abre el pecho (la escena de la conversación en el aeropuerto me parece una de las más crueles que he visto en mi vida), y retrata certeramente una raza universal de hombres que siempre han existido y que están continuamente al acecho en busca de nuevas presas, sin saber que ellos mismos son las víctimas.




Por cierto, yo he tenido trato con (que las hay mujeres también, que nadie lo dude) y he sido alguna vez de Pagafantas, por suerte a día de hoy no me hace falta ejercer tan peculiar papel en esta estereotipada, hipócrita y materialista sociedad en la que nos ha tocado vivir.