lunes, 16 de abril de 2012

Grupo 7




Título Original Grupo 7 (2012)
Director Alberto Rodríguez
Guión Rafael Cobos y Alberto Rodríguez
Actores Mario Casas, Antonio de la Torre, Inma Cuesta, Joaquín Núñez, José Manuel Poga, Julián Villagrán, Estefanía de los Santos, Lucía Guerrero, Diana Lázaro





Recuerdo lo indignado que me sentí cuando hace unos años terminé de ver 7 Vírgenes, la segunda cinta en solitario del realizador sevillano Alberto Rodríguez. No porque la cinta fuera mala, todo lo contrario, sino porque el retrato que hacía de los adolescentes andaluces de principios del siglo XXI era tan veraz que me jodía considerablemente ver reflejada en aquellas imágenes una realidad que yo he vivido de cerca y unos personajes alienados y sin rumbo fijo a los que he llegado incluso a conocer. El mal cuerpo que se me quedó viendo el film me confirmó que su director era un tipo que sabía lo que hacía y al que era bueno seguir de cerca.






Con Grupo 7 el cineasta Alberto Rodríguez hace su versión cinematográfica de unos hechos reales que tuvieron lugar en la Sevilla pre Exposición Universal de 1992 cuando un grupo de la policía (Grupo 10) se hizo famoso por imponer su cuestionable y muy personal manera de mantener la justicia por medio de la tortura, la a extorsión y todos los métodos expeditivos que les permitían "limpiar" la calle del mercado de los estupefacientes cercando a los traficantes que hacían negocio con dichas sustancias, utilizando siempre acciones más propias de mafiosos que de agentes de la ley, todo para que Sevilla fuera supuestamente purgada antes de que el mundo entero pusiera sus ojos sobre ella.




A pesar de que muchos de sus apuntes recuerdan al cine policiaco de Sidney Lumet y que su manera de estar rodada remite a la soberbia serie The Shield, la estructura central de Grupo 7 es completamente heredera de la primera Tropa de Élite del director carioca Jose Padilha, cinta sobre un grupo de asalto de la policía de Río de Janeiro que por medio de la fuerza y la violencia limpiaba las favelas de "escoria" para quitar de la vista de la opinión pública el narcotráfico justo antes la llegada de Juan Pablo II. Pero si la cinta de Padilha se movía en una ambigüedad moral con la que a veces incluso justificaba las acciones deplorables de sus protagonistas, Alberto Rodríguez mete el dedo en la herida y hace el retrato más duro que un servidor ha visto de la policía dentro del cine español.






Grupo 7 toma un punto de partida (chico joven que llega a grupo de policías veteranos de vuelta de todo) tan clásico como manido para a los pocos minutos salirse por la tangente y dar la primera en la boca al espectador. El personaje de Mario Casas no debatirá consigo mismo durante mucho metraje sobre si caer o no en la corrupción manteniendo su integridad como agente de la ley, ya que se meterá de lleno en el conjunto y aceptará de buena gana ser uno más dentro de ese equipo de policías que hacen de la ilegalidad y el abuso de autoridad su modo de vida.





De esta manera el guión esquiva ciertos tópicos del género y toma dos vertientes encomiables y arriesgadas. Una es deshacerse del típico personaje que estando dentro de la inmundicia moral lucha contra ella para finalmente rendirse y caer en su interior o vencerla y dos, de esta manera Alberto Rodríguez pone claramente las cartas sobre la mesa y nos dice que todos los policías a los que retrata, sus personajes principales, están sumidos en un pozo de amoralidad que tiene un efecto vírico tanto en ellos como en los que mantienen negocios con el Grupo 7.






Cuando el director nos ha dicho de qué va la cosa y nos expone claramente que estos hombres no son buenas personas, que son capaces de torturar, engañar, robar y hasta matar por mantener su peculiar y destructivo modo de vida, siempre con el respaldo de un gobierno que mira para otro lado y permite lo impensable con tal de guardar las apariencias, riza el rizo y los humaniza, hace cercanos, creíbles, los muestra con sus muchas sombras y pocas luces y por ello consigue mostrarlos desnudos emocionalmente en pantalla, haciendo que el espectador vea una impagable tonalidad de grises en vez de colores blancos o negros.






Situar la historia pocos años antes de la Expo 92 es un acierto mayúsculo, por un lado para contextualizar la historia y hacer un retrato social de la España de finales de os 80 y por otro para con ello sacar toda la mierda y la inmundicia urbana que se esconde detrás de la Andalucía oculta, la que no se ve detrás de capillas, bares, pasos de semana santa (que maravillosamente acertado lo del bar de hermandad que vende droga, que poderosa la imagen de los componentes del grupo caminando de rodillas con las manos detrás de la cabeza emulando una procesión) y que está corrupta hasta el tuétano llenando los bolsillos de los mandatarios políticos mientras la gente del extrarradio tiene que salir adelante por medio del narcotráfico porque no tiene donde caerse muerta.






Al Grupo 7 le dan vida un casting de cuatro actores que hacen un trabajo magnífico. Del gran Antonio de la Torre no voy a decir nada ya que no haya comentado alguna vez en este blog, es uno de los mejores actores españoles del momento y con su personaje puede pasar de romperle la boca a patadas a un delincuente en una escena a dar todo lo que tiene por la chica con la que vive en la siguiente. Mario Casas, que estará todo lo estigmatizado que queramos por ser un fenómeno fan de quinceañeras, hace un muy buen trabajo (y no es la primera vez) no yéndole a la zaga a De la Torre. José Manuel Poga y sobre todo Joaquín Núñez como Mateo dan un tono de frescura al resto de componentes del grupo y las guapas Inma Cuesta y Lucía Guerrero interpretan con convicción y bastante talento a la mujer del protagonista la primera y a la amante del personaje de Antonio de la Torre la segunda.






La dirección y escritura de Alberto Rodríguez son para nota alta y lo confirman como un muy bien cineasta atóctono. Su realización es tan sólida como nerviosa, sabe utilizar con soltura la cámara al hombro y hacer que la acción sea cercana y palpable. También entiende y guía a los actores y en el guión perfila magnificamente a los personajes, ofrece díalogos realistas, con jerga de los barrios marginales sevillanos, pero también se permite introducir de manera nada impostada sentencias en la boca de los protagonistas llenas de dobles sentidos o un tono profético con respecto a lo que irá sucediendo en el devenir de la historia.






Siguiendo la estela de ese interesante resurgir del thriller español que hemos podido ver con obras previas como Celda 211 de Daniel Monzón, Carne de Neón de Paco Cabezas o No Habrá Paz Para los Malvados de Enrique Urbizu, pero desde mi punto de vista superando a estas dos últimas, Grupo 7 ofrece un directo a la mandíbula en forma de buen cine, rematado de manera astuta tanto artística como técnicamente, pero también (y sobre todo) una reflexión sobre el lado más oscuro tanto de las fuerzas de la ley como de los hombres que nos gobiernan al sur de España e incluso de nosotros, los ciudadanos de a pie, que tampoco estamos libres de pecado como para tirar a estas alturas la primera piedra. Andalucía por desgracia no es la excepción, ni mucho menos.



6 comentarios:

  1. Y como ya he comentado el fenómeno fan que sigue a Mario Casas (sobre todo desde que protagonizara la adaptación de 3 Metros Sobre el Cielo de Federico Moccia) a mí me repele considerablemente, pero tiene el olfato para elegir algunos papeles (este de Grupo 7, Carne de Neón) y se esfuerza el chaval.

    Ya te digo, Grupo 7 a mí me ha parecido magnífica, un thriller excelentemente realizado e interpretado que tratando el tema que trata, a mí como andaluz, me llega e interesa bastante.

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  2. Posiblemente, pero a nivel nacional la he ido muy bien, superando el millón de espectadores en su primera semana.

    http://www.tublogdecine.es/noticias/grupo-7-recaudo-un-millon-de-euros-en-su-primera-semana-de-exhibicion-en-nuestro-pais/44140

    Pd. En caso de que la veas y no te guste, siempre será culpa de Mario Casas, no mía :)

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  3. Intocable iría a verla al cine, pero joder, es que ver cine francés doblado me resulta tan blasfemo como ver doblado el británico, me parece que la veré de manera pecaminosa pero en V.O.S que la diferencia es considerable.

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  4. Esta peli me llama la atención, así que en cuanto pueda la veré y no,no por Mario Casas, si fuese Hugh Jackman pues si, pero no es el caso XD.

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  5. Tu hermana, ella sí lo vería por su Mario Casas.

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