miércoles, 25 de abril de 2012

El Declive del Imperio Americano, protégera nos foyers et nos droits



Título Original Le Déclin de L'empiere Américain (1986)
Director Denys Arcand
Guionista Denys Arcand
Actores Dominique Michel, Dorothée Berryman, Louise Portal, Geneviève Rioux, Pierre Curzi, Rémy Girard, Yves Jacques, Daniel Brière




Quinto largometraje detrás de las cámaras del director canadiense Denys Arcand. Autor que curiosamente aquí en España se hizo famoso como cineasta tras el éxito de Las Invasiones Bárbaras, tardía (y superior) secuela de esta El Declive del Imperio Americano que nos ocupa. Cinta de 1986 que supuso uno de los mayores éxitos del cine de Canadá durante los años 80 y que estuvo incluso nominada al Oscar a la película de habla no inglesa, perdiendo en favor de la hoy bastante olvidada cinta holandesa El Asalto del realizador Fons Rademaker.




Un grupo de amigos de mediana edad residentes en Montreal debaten en un chalet sobre su vida sexual y sentimental jactándose de los escarceos amorosos que tienen extramaritalmente y aireando qué es lo que no funciona con sus respectivas parejas. Mientras las mujeres de ellos hacen lo propio en un gimnasio hablando de sus experiencias que van desde orgías, locales para swingers o sadomasoquismo, sacando a la luz las bajezas de sus maridos. Mas tarde hombres y mujeres se reunirán en el chalet para comer juntos y pasar el resto del día charlando y confesando algunos secretos ocultos que harán mella en el grupo de amigos.




Retrato de una cierta sociedad burguesa del Montreal de los años 80 marcada a fuego por la ideología del Mayo del 68 francés, El Declive del Imperio Americano es un tratado sobre la hipocresía social y sentimental en la que estaban (y siguen estando los de la actualidad) los cuarentones canadienses que llevados por el aburrimiento y la comodidad habían caído en una rutina marital de la que sólo podían escapar por medio del adulterio. Individuos de un nivel intelectual considerable que aún sabiendo disertar con bastante raciocinio sobre política o filosofía a la hora de la verdad se veían controlados por sus más bajos instintos cuando se encontraban delante una jovencita (o jovencito, en el caso de Claude) de buen ver que accedía a mantener relaciones sexuales con ellos.




Arcand acierta a la hora de retratar tanto a hombres como mujeres y no duda en mostrar en pantalla los excesos tanto de unos y otras sin importar el género. Pero se deja lo mejor para la recta final cuando "varones" y "hembras" comparten escenas y comienza no tanto la guerra de sexos como la de egos. Ahí es cuando el quebequés nos deja ver la hipocresía el egoísmo y la dudosa moralidad de una sociedad centrada en el yo. Que detrás de cenas, buenos vinos y citas de Sartre sólo hay un grupo de personas hastiadas de su vida que necesitan una vía de escape que en la mayoría de las ocasiones es de carácter sexual




No es difícil ver la influencia de Claude Chabrol a lo largo de todo el metraje o las magníficas dotes para la dirección de actores y el hallazgo de que por medio de un tono cercano y cálido el director de Jesús de Montreal ejerza de entomólogo que consigue diseccionar a una generación o clase social a la que él mismo pertenece y que va adentrándose en cierto tono de pesimismo (en el que estarán todos los personajes sumergidos en Las Invasiones Bárbaras) que sólo hace que salgan a la luz sus complejos, miedos y prejuicios que son muchos más de los que ellos piensan.




El Declive del Imperio Americano es una interesante cinta que mezcla con inteligencia el humor con el drama, el despotismo con la bondad, las ganas de vivir con el desencanto y que finalmente sirve para retratar a un grupo de personas que más allá de rencillas, infidelidades, secretos a gritos y pueriles rivalidades de corte intelectual comparten un verdadero sentimiento de amistad que los convierte, más que en un grupo de allegados, en una verdadera familia. Pero eso queda mucho mejor retratado y expuesto en esa secuela llamada Las Invasiones Bárbaras que supera considerablemente a esta primera entrega y que comentaré en la siguiente entrada.



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