sábado, 14 de abril de 2012

Shame, the loneliness of the long distance runner





Título Original Shame (2011)
Director Steve McQueen
Guión Abi Morgan, Steve McQueen
Actores Michael Fassbender, Carey Mulligan, James Badge Dale, Nicole Beharie, Jake Richard, Jake Richard Siciliano, Hannah Ware, Alex Manette, Chris Miskiewickz, Jay Farraro, Anne Rose Hopkins, Eric Miller





Desde que se estrenara en el festival de Venecia de 2011, Shame, la segunda película del director británico Steve McQueen tras su debut, Hunger, no ha hecho más que recibir elogios por parte de la crítica y premios en los certámenes cinematográficos, sobre todo para la labor de su actor protagonista, el intérprete irlandés de ascendencia alemana Michael Fassbender. Una vez vista la cinta debo admitir que no me parece la pieza maestra que muchos promulgan, pero tampoco me parece una obra desdeñable, es más, hay en ella momentos de cine purísimo y emocionante que merecen la pena ser vistos.




Brandon Sullivan (Michael Fassbender) es un apuesto neoyorkino con éxito en su trabajo y entre sus amigos que esconde una insaciable adicción al sexo. Cuando llega la noche Brandon queda con solteras de la ciudad o prostitutas para saciar sus instintos, si no lo consigue se alivia practicando el onanismo viendo una ingente cantidad de pornografía en la red. Un día su hermana Sissy decide hacerle una visita e instalarse un tiempo en su casa. Tal hecho impedirá a Brandon mantener su incontenible y autodestructiva vida sexual que finalmente la pasará factura.




Shame es un intenso drama de tono elegantemente crepuscular en el que el co guionista y director Steve McQueen por medio de un personaje adicto al sexo ofrece al espectador un retrato de cierto arquetipo de hombre del siglo XXI. Un individio que ha hecho de la asepsia vital, la incomunicación y la soledad un modo de vida que sin percibirlo lo deshumaniza hasta extremos enfermizos. La cinta es un certero análisis de los estragos que una enfermedad como esa puede producir en la persona que la padece, pero el hecho de que Brandon sea un individuo obsesionado con mantener relaciones sexuales sirve también como simbología de la perdida de la personalidad del ser humano contemporáneo.




Shame tiene un tempo reposado, no es una cinta que se deba ver con prisas ni impaciencia. Aquellos que busquen un largometraje para pasar un rato divertido no tienen nada que que hacer aquí, pero posiblemente los espectadores que acudan a ella en busca de una película erótica saldrán aún más escaldados. Para ser una obra que habla de la satiriasis no hay en su metraje tanto sexo como cabría suponer y el mismo no está expuesto en pantalla de manera sensual. McQueen no busca la excitación del espectador, su tratamiento de los coitos en pantalla es frío, distante y aséptico, marcando las distancias y acentuando el carácter de afección psicológica que debe transmitir la historia de Brandon.




Pero tampoco está expuesto de manera sucia o enfermiza, es más, muchos espectadores y la prensa especializada hablan por la red de la supuesta incomodidad que la cinta exhala por su tratamiento del sexo, malestar que un servidor no ha encontrado por ninguna parte. El director ciertamente consigue transmitir más compasión por su criatura que rechazo, angustia o prejuicios, pero en eso tiene mucho que decir el impresionante trabajo del intérprete de Malditos Bastardos o X-Men: Primera Generación que se entrega sin miramientos para dar vida a este hombre en caída libre hacia los infiernos.




Shame es Michael Fassbender, la cinta sin él quedaría reducida al 20% de su capacidad como obra cinematográfica. Desde el minuto uno el actor aparece completamente desnudo delante de la cámara (mucho se ha hablado del tamaño de sus atributos, incluso George Clooney hizo una simpática broma sobre el tema al recoger el globo de oro por su labor en Los Descendientes) y no es baladí tal hecho, porque el actor lo da todo en un rol considerablemente complicado al que saca oro llevando su labor más lejos que el mismo guión.




Brandon es un hombre que de cara al público aparenta ser totalmente normal, elegante, educado, amable, amigo de sus amigos. Pero cuando se encierra en las cuatro paredes de su hogar y nadie puede verlo se comporta como un enfermo que debe desfogarse continuamente, un hombre tan obsesionado con el extasis sexual que llegado un punto su adicción es tan brutal que deja de mirar género o número, su imperiosa necesidad de alcanzar el orgasmo es tan enfermiza que en ocasiones podemos ver en la sobreprotección que tiene hacia su hermana cierto tono oscuro que bordea en el incesto.




Sissy, es otro punto interesante dentro de la trama y el personaje catalizador de la desestructuración de la peculiar rutina dentro del día a día de Brandon. Todo un acierto por parte de McQueen y su co guionista Abi Morgan mostrar al personaje de una vulnerable y magnífica Carey Mulligan como una chica descentrada y débil que ni aún conociendo la enfermedad de su hermano podría servirle de apoyo por ser ella una persona del todo inestable. Esa escena en la que ella canta New York, New York en el restaurante mientras él llora apunta a una vida compartida llena de tristeza o algún hecho traúmatico entre ambos que confirmaría el matiz incestuoso que he mencionado anteriormente.




Con todo, media hora antes de acabar la película un servidor confirma que Shame no es ninguna pieza de orfebrería, sino una competente cinta que hace un retrato bastante desolador de un hombre que necesita, en resumidas cuentas, follar para vivir porque realmente es incapaz de amar. Pero entonces llega la escena del menashatrua, que supondría el clímax de la cinta y hay un plano en ese pasaje que hace que me recorra un escalofrío por la espina dorsal y que me confirma que ha merecido mucho la pena ver esta cinta con sus fallos (pocos) y virtudes (varias, pero tampoco enormes).





En el momento del éxtasis, cuando el protagonista va a llegar al orgasmo McQueen hace un primero plano del rostro de Fassbender y lo que vemos en su cara es una mezcla entre placer y llanto, entre vida y muerte, aceptación y penitencia, la confirmación de que por fin Brandon ha tocado fondo, toma conciencia de la realidad y admite por fin que está enfermo y que si sigue por ese camino de autodestrucción nunca podra salir del pozo existencial en el que se ha introducido, todo esto sin decir una palabra, sólo dejando salir de su boca un gemido que se quiebra. Una vez más el actor principal impulsa el conjunto de la película y ofrece una escena de pureza cinematográfica que a mí al menos me dejó completamente descompuesto.





Shame es una obra difícil, no es tan dura como la venden, ni siquiera ofrece verdadero o abundante sexo explícito, pero a mí al menos me recompensó con creces, sobre todo su recta final. Una cinta interesante y bien realizada, con una magnífica banda sonora y una dirección elegante alcanza la excelencia gracias a un actor que parece no estar interpretando. La segunda cinta de Steve McQueen merece la pena por el simple hecho de mostrar los estragos de una enfermedad con la mirada de un hombre completamente perdido e incapaz de amar que, como podemos ver en ese plano final que cierra la obra, sabemos que podrá salir del infierno, pero no el precio que deberá pagar por ello.


8 comentarios:

  1. Y no he puesto el título en español precisamente para evitar el chiste, pero ya viene un mal pensado como tú y la suelta XD

    Pues la verdad es que sí, le tengo ganas a Hunger y caerá pronto, fijo.

    Nos vemos.

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  2. Me resulto una película muy difícil, pues nunca supe que quería contarme exactamente el director o el guionista.

    Y no sé quien la pudo ver escandalosa, o la obra maestra que comentan que es y no vi por ninguna parte, pues quitando las soberbias interpretaciones, y alguna escena (cuando el prota se marcha a correr, por ejemplo) no vi el resto estuviese a la altura

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  3. Lo cierto es que el hype lo han disparado con la película, me parece buena e interesante y con algún momento memorable, pero yo tampoco veo que sea una cinta magistral ni comprendo demasiado que la crítica la haya ensalzado tanto. Nunca diré que es mala, pero una obra maestra tampoco.

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  4. Yo a los 20 pasos estaría infartado, hablo de cuando corre por la calle, en el sexo lo dejaría a la altura del betún, pero no es cuestión de proclamar a los cuatro vientos que soy el amante perfecto, pobre Fassbender, no se merece eso.

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  5. En palabras de George Clooney Fassbender puede jugar al golf sin palo y con las manos en las espaldas y viendo en el plano de Shame en el que está orinando desnudo como se le ve colgando el cimbel entre las piernas, aún estando de espaldas, uno no es quien para quitarle la razón al director de Los Idus de Marzo.

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  6. El prota esta bueno y se le ve la chorra¿ se puede pedir algo más? XD
    No es serio,me llama la atención y tiene pinta de durilla, la veremos pues.

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  7. Es interesante, pero tampoco el acabose, es el mismo actor el que hace que merezca la pena verla.

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