Título Original Tengo Ganas de Ti (2012)
Director Fernando González Molina
Guión Ramón Salazar basado en el libro de Federico Moccia
Actores Mario Casas, Clara Lago, María Valverde, Marina Salas, Nerea Camacho, Diego Martín, Andrea Duro, Lucho Fernández, Antonio Velázquez, Cristina Plazas, Carme Elias, Ismael Martínez, Álvaro Cervantes, Carles Francino, Jordi Bosch, Joan Crosas, Ferran Vilajosana
Sí, aquí la tenéis, sé que la estabais esperando como agua de Mayo, de modo que pongo a vuestra disposición la crítica de Tengo ganas de Ti la secuela de 3 Metros Sobre el Cielo, la adaptación española de la novela homónima del escritor italiano Federico Moccia que en 2010 Mario Casas y María Valverde protagonizaron para suerte de sus cuentas corrientes y desgracia de sus filmografías. Después de más de 700 entradas resulta que la dedicada a la película de Fernando González Molina es la más leída de la historia de Transgresión Continua. Por poneros un ejemplo, si la segunda entrada más visitada del blog es la de 300, de Zack Snyder, con 11.950 visitas la de 3MSC, o sea, tía, tiene 49.512. Sobran las palabras y escasean las neuronas, las mías incluidas.
Como comenté en su momento cuando hablé de ella, 3 Metros Sobre el Cielo me pareció uno de los engendros más grandes que ha dado el cine español reciente y con mucha diferencia. Una apología del machismo, el maltrato físico y psicológico a la mujer por parte del inefable rol del Macho Alpha y una reivindicación ultraconservadora y arcaica de que el género femenino necesita al masculino para que sea su protector y vigilante con pectorales de ensueño, moto trucada y arranques de psicópata violento venido a menos, por mucho que al final nos trataran de decir que la actitud del personaje era inadecuada, esto siempre después de cruzarle de un bofetón la cara al supuesto amor de su vida.
La cinta reventó las taquillas españolas y arrastró a millones de adolescentes a los multicines ávidos de ver a Mario Casas y María Valverde protagonizar una historia de amor que hace que la de Crepúsculo parezca Cumbres Borrascosas. Ellas querían parecerse a Babi, una niña bien, pija, que se bañaba en perfume Don Algodón y que decía "bruto" a su violento novio para segundos después caer rendida en sus poderosos brazos. Ellos querían ser como Hache (abreviatura de "Héroe", ¿Héroe de qué?), un empollón que se quedó p'allá al ver como su madre echaba una canita al aire y por ello decidió abandonar una prometedora carrera como devoralibros con flequillo para convertirse en un machista adicto a las competiciones de abdominales, las carreras ilegales de motos y a pegarle a todo el mundo, desde su novia, pasando por su hermano y llegando a la moto de su fallecido amigo "Pollo".
Pero contra todo pronóstico esta Tengo ganas de Ti me ha dejado bastante descolocado, porque estando indudablemente sumergida en una más que notable mediocridad supera en cordura y decencia a su hermana mayor en todos los aspectos y por el camino trata de enmendar el terrible mensaje que aquella quería transmitir a la platea con respecto a lo que es el amor verdadero y lo que hay que hacer para conseguirlo. El resultado es lo que yo esperaba de la primera entrega, una cinta romántica venida a menos para que quinceañeros de los dos sexos humedezcan su ropa interior durante el visionado de la obra y de la que reírse por sus dosis de almíbar alternadas con momentos de chulería de extrarradio. A partir de aquí spoilers a todo trapo.
Tras darle de hostias a su novia y descubrir que ser un macarra machista no es el mejor camino para llegar al corazón de una niña pija, Hache (Hugo de toda la vida de dios) ha pasado un tiempo en Londres (lo sabemos porque la primera imagen del film es un plano cenital de nuestro protagonista ya descamisado y tumbado en una toalla con la bandera del Reino Unido) supongo que porque allí entre Hoolligans se sentirá como en casa. Pasado un tiempo decide volver a Barcelona, juntarse con los viejos colegas, y recordar la muerte de su amigo "Pollo" que se comió tres toneladas de asfalto practicando carreras ilegales de motos a toda hostia y sin casco. Allí conocerá a Gin, una chica fortógrafa, sexy, chunga, ladrona y más chula que el picaporte de Kit, el Coche Fantástico, que te pueda dar de hostias (literalmente) si te metes con su abuela o su verdadero nombre, que es Ginebra.
Por suerte este Hache no es el que conocíamos de la otra película. Supongo que el buen chaval ingresó en "Proyecto Asesino en Potencia" y se desintoxicó de los malos hábitos, ya que ahora es un tío que no siente la necesidad de reventarle la cabeza a pobres transeuntes, poner en peligro la vida de personas realizando persecuciones descerebradas con su moto y que tampoco ve como obligación humillar a la chica que le gusta, algo en lo que era experto en su aventuras pretéritas. Pero si todo esto ha cambiado en Tengo Ganas de Ti es en gran parte por la presencia del personaje de Clara Lago, actriz que devora la película y la hace suya eclipsando al resto del reparto y sacando adelante un personaje tan simpático como plano y esquemático.
Gin (leído Yin, que mola más) no sólo es una chica con carácter, mala hostia y naturaleza buscalíos, vamos, una Hache con pechos, o lo que es lo mismo, una "Hacha". También tiene como mayor aliciente que de su boca salgan comentarios acerca de ideas que los espectadores con más o menos entendederas ven como gilipolleces supinas dentro de este díptico fílmico, sobre todo en lo referido al protagonista masculino. La intérprete de la entrañable El Viaje de Carol parece que en ocasiones habla en mi nombre cuando le dice al rol de Mario Casas que Hache es una gilipollez de nombre, que llevar una moto poligonera no te hace especial, que no hay nada más cobarde que ponerle la mano encima a una mujer y que estas no necesitan a un caballero andante para que las proteja. Sí, ella al final cae en las garras de nuestro ciclado amigo, pero sin ceder como una estúpida sumisa a todas sus peticiones, como si hacía la insufrible Babi a la que daba vida la pobre María Valverde.
Es curioso ver como en pantalla la relación de supuesto amor entre los personajes de Mario Casas y Clara Lago se muestra en todo momento más creíble (sin rasgarnos las vestiduras tampoco) que la que compartía el primero con María Valverde en la anterior entrega y más si tenemos en cuenta que el actor de Grupo 7 y la intérprete de La Flaqueza del Bolchevique son pareja en la vida real. A esto ayuda indudablemente el talento de Clara Lago, una chica de una naturalidad desarmante que enamora a la cámara desde el primer minuto y que sabe sacar adelante un personaje divertido y carismático (la típica chicazo que no tiene problema en decir burradas delante de un grupo de tíos desnudos) pero unidimensional y simple (nunca llegamos a saber nada de su vida y sus motivaciones más allá de su relación con el protagonista y la que mantiene con un hermano flipado con ínfulas de DJ a lo Paquirrín).
De modo que todo va bien. Hache no se cree un cavernícola que puede permitirse arrastrar por el pelo a su pareja, sus instintos violentos los desfoga en el gimnasio y hasta evita darse de hostias con el chulo de gimnasio, el "Serpiente", que le provoca mazo, tía. Se compadece de su padre borracho, tiene visiones de camaradería con su amigo muerto, pasa de carreras de motos que ponen en peligro su vida y la de otras personas y sobre todo hace las paces con su madre, dándose cuenta sólo cuando la mujer estás más p'allá que p'acá que hacerle la cruz y casi matarla por haberse acostado con un colombiano de buen ver estando casada fue una gilipollez de proporciones catedralicias. Que la señora ya tiene una edad y puede hacer lo que le dé la gana por muy reprobable que sea, hijo mío.
Hasta aquí a un servidor no se le va de la cabeza que los productores están intentando desdecirse o arreglar todo lo que de ponzoñoso tenía el mensaje de la anterior entrega. Como no he leído ninguna de las dos novelas de Federico Moccia (ni ganas) no sé si esto está en el libro o se lo ha inventado el bueno de Ramón Salazar en el guión, pero es como si intentaran arreglar el desaguisado moral de 3 Metros Sobre el Cielo convirtiendo al protagonista, no en un buenazo, pero sí en una persona con dos dedos de frente que no piensa que lo mejor que hay en la vida es poner a tu "jaca" en tu "burra" y hacer con ella lo que te salga de la bolsa escrotal porque si no te enfadas.
Pero entonces tenemos un momento aterrador, Hache se cruza con Babi en un local y donde hubo fuego musculado siempre quedan cenizas mojigatas. Al muchacho le da un pronto tó loco y se pone a gritar el nombre de su ex como un condenado cuando cree haberla visto en la discoteca. Poco después cuando ella se encuentra en un momento de debilidad al enterarse de que su hermana pequeña (terrible la subtrama de una perdidísima Nerea Camacho que merece mejores papeles que este, estúpida la escena del aniversario truncado por la noticia que da la chica y el colmo del disparate querer hacernos creer que hay una edición en formato digital de El Violinista en el Tejado con tres dvds de extras con más de 10 horas de contenidos adicionales, ¿qué hay metido en esos discos, por dios, el bautizo y la boda de Norman Jewison?) se ha quedado embarazada por haber mantenido relaciones íntimas estando hasta el culo de psicotrópicos con un tío que ni recuerda, se vuelven a encontrar y consuman un acto sexual playeronostálgico. Lo mejor de todo es que el personaje que en esta ocasión lleva los cuernos es el que se llama Ginebra, el Rey Arturo debe estar riéndose de esta paradoja desde su tumba.
Pero claro, por haber tenido este desliz eróticofestivo por los viejos tiempos (sí, el mismo que cometió su madre y él casi mata a palos su amante delante de ella) Hache llega in extremis para salvar a Gin de los abusos sexuales de los malvados empresarios del mundo del espectáculo para los que trabaja (la subtrama de nepotismo y referencias inintencionadas a Showgirls de Paul Verhoeven me la he saltado, pero es que lo único interesante de la misma es el buen papel de Ismael Martínez) y que quieren pasársela por la piedra sin (ojo, importante saberlo para cuando vayáis a practicar el coito con otra persona) el consentimiento de ella. Entonces el bueno de Hugo se pone en plan Steven Seagal y se lía a barrazos de acero con sus propios jefazos por querer forzar a su chica. La sombra del troglodita que protagonizó 3 Metros Sobre el Cielo vuelve a amenazarnos.
Entonces por un momento volvemos a ver a nuestro Hache, el pasado de rosca, el matón violento, el que casi le abre la cabeza al "Serpiente" cuando lo ve aparecer con la moto de su amigo Pollo, sí, aquella con la que se lío a hostias en la primera parte y con la que se ve que quiere hacer las paces. Para conseguir el vehículo de su colega fallecido decide echarse una carrera ilegal con el ya mencionado chulo (al que da vida un Antonio Velázquez que está de pasada, pero no tanto como Carles Francino o al que la cámara llega a grabarlo de puro milagro y eso que es el prometido del personaje de María Valverde). Por suerte al final de la competición ellos quedan en paz, intercambian las motocicletas, el protagonista hace las paces con su amigo Pollo (escena casi emotiva) y se tira al agua para celebrarlo con la moto que ya es su amiga.
Todo ha terminado, pero Hache tiene un dilema que ni el Príncipe Hamlet. Se debate entre dos amores, el de la chunga stalker adicta a la fotografía o el de la pava en huevos con más tonterías que el bolsillo de Doraemon que fue su primer amor. Finalmente Hugo deja marchar a Babi para que pueda casarse con Francino Jr y tener muchos hijos a los que vestirán con trajes blancos con flecos rosas y azules rematados con zapatos de charol y con los que aisistirán a cenas en restaurantes pijos. Con ello decide intentar arreglarlo con la bohemia Gin, que es más de su estilo porque le mete caña, le roba la gasolina, practica boxeo con él, no le deja pasar ni una y le regala sexo en baños públicos
Cinematográficamente hablando la factura es correcta, Fernández Molina se aleja del tonyscottismo de baratillo de la primera parte y lo muestra todo de manera más naturalista. Mario Casas se esfuerza y trata de que sus omnipresentes pectorales no sean siempre el centro de atención (no consiguiéndolo en todo momento) teniendo situaciones de dramatismo aceptables, pero su labor aquí esta lejos de las que le quedaron tan bien en Carne de Neón o Grupo 7. Clara Lago como ya he comentado se lleva la película a su casa cuando no decide cantar y María Valverde es un pegotazo, la chica hace lo que puede pero su Babi sigue siendo un personaje terrible y una mera excusa para dar más chicha a la relación de los verdaderos protagonistas. Marina Salas está desperdiciada, Nerea Camacho más aún y una muy buena actriz como Carmen Elías no sé ni que hace aquí.
Pues eso es todo, amigos. Una sensación agridulce invade todo mi ser, ya que ayer me puse a ver por fin la película esperando que fuera un detritus fílmico como la primera parte y mi decepción ha sido mayúscula al ver que me he encontrado con una cinta romántica del montón que esta vez huye (casi del todo) de apologías falocéntricas de la supremacia del hombre con respecto a la mujer y se acaba convirtiendo en una mediocre película de supuesto amor para adolescentes que a diferencia de su predecesora no insulta (en demasía) la inteligencia del espectador, el sentido común y la integridad del ser humano. Pero como es lógico eso no es una mala noticia, compañeros, ya que esta Tengo Ganas de Ti es más asumible como film de romance que aquella 3 Metros Sobre el Cielo que quería vender una gran historia de amor cuando lo que nos ofrecía es la idea de que no hace falta ser una persona inteligente para tener picores inguinales.
Tienes los huevos cuadráos, macho, un aplauso por tí Armin xDDDD
ResponderEliminarPD: Aún encantándome tu crítica, me quedo con las ganas de que Jorgenexo analaizase esa maravilla que es la primera parte.
Al pobre Jorge le explotaría la cabeza viendo, no sé si esta, pero sí la primera como bien dices, él no se merece eso XD
ResponderEliminarQue raro, las críticas que leí en su días aseguraban que era como la primera, pero doblado
ResponderEliminarHombre, a mí me ha parecido Casablanca en comparación con la primera.
ResponderEliminarHola, Armin. Soy de Venezuela y nos gustaría publicar tus escritos en una página que administro. Quisiera tu aprobación y un usuario twitter con qué relacionarlos. Mi user es @BrujaReal. Estoy a la orden
ResponderEliminarSiempre y cuando se indique la fuente de donde vienen no hay problema. Aunque me gustaría saber qué pagina es, evidentemente. Lo de Twitter ya es más complicado, no tengo cuenta y soy poco amigo de hacérmela.
EliminarUn saludo!