Título Original Orígenes Secretos (2020)
Director David Galán Galindo
Guión Fernando Navarro y David Galán Galindo, basado en la novela de este último
Reparto Javier Rey, Verónica Echegui, Brays Efe, Antonio Resines, Ernesto Alterio, Carlos Areces, Leonardo Sbaraglia, Álex García, Roman Rymar, Fran Bleu
En el año 2016 David Galán Galindo publicaba una novela titulada Orígenes Secretos (Alianza Editorial) en la que volcaba toda su pasión por el mundo del cómic, principalmente el superheróico. Curtido como guionista en excelentes programas de humor como Sé Lo Que Hicisteis o En El Aire, en los que en ocasiones trabajaba a contrarreloj, ya en el medio audiovisual llamó la atención con varios cortometrajes amateur que dieron paso a otros ya de un cariz más profesional como Push Up u Hostiable en los que el madrileño ya marcaba las pautas del tipo de humor que se adscribiría a su discurso como guionista y director cinematográfico. Después de formar parte de un par de largometrajes colaborativos como Pixel Theory (2013) o Al Final Todos Mueren (2013) Galán Galindo por fin puede debutar en solitario como realizador, precisamente adaptando su novela Orígenes Secretos con el respaldo de RTVE y la plataforma de streaming Netflix, que se ocupa de estrenarla el día 28 del mes de agosto.
Contra todo pronóstico David Galán Galindo consigue atraer para su ópera prima a algunos de los actores españoles, y de habla hispana, más importantes de la actualidad. Javier Rey (Fariña), Brays Efe (Paquita Salas), Verónica Echegui (La Niebla y la Doncella), Antonio Resines (Celda 211), Ernesto Alterio (Perfectos Desconocidos), Carlos Areces (Balada Triste de Trompeta), Leonardo Sbaraglia (Ofrenda a la Tormenta) o Álex García (La Novia) conforman un reparto impresionante que, no lo neguemos, pone las cosas muy fáciles al director y a su co guionista, Fernando Navarro (Verónica). Con una fidelidad casi total a su propia novela, algún que otro detalle conceptual y la unión de dos de los personajes femeninos en uno solo marcan la diferencia en este sentido, Galán Galindo ha rodado una rara avis en una cinematografía como la española en la que el género superheróico no se ha cultivado salvo en contadas excepciones como la entrañable cutre Supersonic Man (Juan Piquer Simon, 1979), muestras más recientes como Superlópez (Javier Ruíz Caldera, 2018) o El Vecino (Miguel Esteban, Rául Navarro, 2019) e incluso rarezas como Diamond Flash (Carlos Vermut, 2013).
Orígenes Secretos mezcla un thriller policial a lo Seven (David Fincher, 1995) con la comedia y el drama, todo aderezado con ingentes cantidades de referencias al mundo del cómic superheróico o al cine que lleva dichas aventuras a la pantalla grande. El resultado es un producto harto competente y carismático en el que también funciona el contexto de encontrarnos ante una historia cuyo desarrollo tiene lugar en una ciudad tan reconocible como Madrid que Galán Galindo convierte en su particular Gotham City en la que un Bruce Wayne (Javier Rey) metido a policía de homicidios colabora con el Comisario Gordon (Antonio Resines) a punto de retirarse, un Robin (Brays Efe) en forma de aficionado al mundo del cómic, Catwoman (Verónica Echegui) como su supervisora, fan del anime o el cosplay e interés amoroso, o el Espantapájaros como un villano que asesina a su víctimas emulando los orígenes de superhéroes clásicos del mundo de las viñetas. No sólo en las aventuras del Caballero Oscuro quedan la referencias, Kick-Ass, Clerks o Watchmen tienen su hueco en los diálogos del guión o la potente dirección de arte cuya responsabilidad recae en Roger Bellés.
Al citar la dirección de arte es de recibo mencionar que no hay nada de amateur o cutre en la construcción de un proyecto como Orígenes Secretos. Galán Galindo y su equipo de colaboradores detrás de las cámaras han hecho todo lo posible porque la obra luzca de manera compacta desde un aspecto técnico. Localizaciones, maquillaje, vestuario, uso del CGI, todo acometido con una profesionalidad encomiable que sólo se ve algo mermada por unas escenas de acción un par de peldaños por debajo en cuanto a ejecución. El realizador ejecuta un trabajo meritorio con la puesta en escena, sin excesos ni florituras innecesarias que nos distraigan de la historia narrada, pero lo suficientemente resolutivo como para que su puesta en escena se antoje competente a distintos niveles ayudado por la fotografía de un veterana como Rita Noriega que ha llegado a trabajar, en este caso como operadora o asistente de cámara, con autores de primer nivel dentro de nuestro cine como Pedro Almodóvar o Carlos Saura.
A los miembros del reparto sólo podemos dedicarle buenas palabras. Javier Rey compone estoicamente un personaje serio cuando se debe a su trabajo y tangencialmente cómico cuando tiene que interactuar con un Brays Efe no sólo con su habitual soltura delante de la cámara, sino revelándose de cara a la obra como una especie de alter ego del mismo director. Antonio Resines se aleja de sus habituales papeles cómicos abordando un rol de tono más dramático, Verónica Echegui destila carisma y personalidad como Norma y Ernesto Alterio acomete uno de esos trabajos algo excesivos e irónicos con los que se siente bastante cómodo en los últimos años. También enriquece la labor actoral de Orígenes Secretos la presencia, muy capitular, de actores brillantes con personajes endemoniadamente divertidos, entre ellos Carlos Areces o un enorme Leonardo Sbaraglia emulando a un Alan Moore porteño. Lástima que la musa del director, Mariam Hernández, sólo tenga un breve cameo, porque es una experta a la hora de verbalizar los diálogos que Galán Galindo le suele escribir a sus personajes. Finalmente Aléx García también se enfunda un papel pequeño, de corte más heróico, que un servidor pensaba iba a ser un homenaje a Jason Todd que finalmente no llega a cristalizar.
No vamos a decir que Orígenes Secretos es una obra trascendente o de valores cinematográficos excelsos, porque no lo es y tampoco es su intención serlo. Pero ojalá sea un éxito y sirva de ejemplo para que en España perdamos esos complejos, ahderidos tanto a los profesionales del medio como a los espectadores, con respecto a que en este país no podemos hacer cine sobre superhéroes, porque aunque el debut de David Galán Galindo no es estrictamente un proyecto de esta naturaleza, ya que como hemos mencionado se hibrida con otros géneros, sí transmite verdadero cariño por este tipo de celuloide y sobre todo por los cómics. A partir de hoy podéis verla en Netflix porque ya ha sido subida al cátalogo de la plataforma de streaming y juzgar por vosotros mismos, pero nuestro deseo es que consiga muchas reproducciones y alabanzas por parte de crítica y público. No sólo porque podría dar pie a una más que probable secuela, sino también a que más cineastas de nuestra industria se animen a romper barreras en lo referido a un cine de género que lógicamente no va a conseguir en España el alcance y el descomunal triunfo de los blockbusters estadounidenses de Marvel Studios, DC Entertainment y derivados, pero que sí podría configurar una parcela en nuestra cinematografía con personalidad propia y aficionados que demanden este tipo de producciones.
Reseña publicada originalmente en una entrada doble para Zona Negativa.
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