lunes, 22 de abril de 2019

Cementerio de Animales



Título Original Pet Sematary (2019)
Director Dennis Widmyer y Kevin Kölsch
Guión Matt Greenberg y Jeff Buhler, basado en la novela de Stephen King
Reparto Jason Clarke, John Lithgow, Amy Seimetz, Jeté Laurence, Hugo Lavoie, Lucas Lavoie, Naomi Frenette, Alyssa Brooke Levine, Maria Herrera, Obssa Ahmed, Bailey Thain





Aunque desde mediados de los 70 han sido cientos las adaptaciones cinematográficas y televisivas de obras literarias de Stephen King es desde hace un par de años cuando estas se suceden en cascada. El descomunal éxito de la nueva versión de It, el interés de plataformas como Netflix por la producción literaria del escritor de Maine con films como El Juego de Gerald y 1922 o la llegada de nuevas series como Mr Mercedes, La Niebla, 22.11.63 o Castle Rock dan buena muestra de la excelente salud de las traslaciones audiovisuales de los libros del autor de Rabia o La Mitad Oscura. A eso habría que sumar un King cada vez más benévelo a la hora de dar opinión de estos proyectos (recordemos sus buenas palabras hacia la fallida La Torre Oscura), sabiendo que la publicidad amable como compañera de los mismos juega también a su favor, y quedando así lejano en el tiempo aquel Stephen con predisposición a poner de vuelta y media piezas como El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980), Los Chicos del Maiz (Fritz Kiersch, 1984) o El Cortador de Césped (Brett Leonard, 1991) o llegando incluso a implicarse como productor o guionista en varias de ellas. Pero sería la soberbia versión de It a manos del argentino Andrés Muschietti la que abriría la puerta a una nueva ola de revisiones de libros de King conocedores de anteriores visiones para la pantalla grande y pequeña. Debido a ello el pasado año saltaba la noticia del desarrollo de una nueva película basada en Cementerio de Animales, que vería la luz 30 años después de la anterior adaptación.





La dirección fue asignada a Kevin Kolsch y Dennis Widmyer, cineastas curtidos en el género y habituales colaboradores en films como Starry Eyes o series como Scream, basada en la saga de culto ideada por Wes Craven y Kevin Williamson. Del guión se encargan Matt Greenberg (1498, Halloween H20) y Jeff Buhler (Nightflyers, The Prodigy) basándose, lógicamente, en la novela de Stephen King. El reparto está formado por Jason Clarke (Terminator: Génesis), Amy Seimetz (Alien: Covenant), John Lithgow (El Origen del Planeta de los Simios), Jeté Laurence (El Muñeco de Nieve) y los gemelos Hugo y Lucas Lavoie incursionando en su doble debut cinematográfico. Tras su paso por el Festival SXSW (South by Southwest) a finales del mes de marzo los elogios hacia le película se sucedieron tildándola de aterradora y una de las mejores producciones de lo que llevamos de 2019. Ya en el mes de abril con su paso por la cartelera estadounidense las reseñas de la prensa especializada se revelaron notablemente más tibias, algo que se acerca más a la realidad.




Durante su primera mitad Cementerio de Animales es una prototípoca cinta adscrita a la vertiente más contemporánea del género de terror. Se trata de un producto manufacturado con inexistente personalidad y una propensión por el ritmo acelerado cuya intención es impedir que haya un sólo pasaje a lo largo del film en el que no suceda algo impactante para atraer la atención del espectador. Esta delectación por el efectismo gratuito sustentado en paupérrimos jump scares a base de golpes de banda sonora anula casi toda posibilidad de progresión dramática o desarrollo adecuado de los perfiles de los personajes. Pareciera somo si Kevin Kolsch y Dennis Widmyer desearan quitarse pronto de en medio el “peaje” que supone rodar las escenas de interactuación entre sus protagonistas, de vital importancia para crear empatía con ellos, y así “pasar a la acción”. De esta manera, con el escaso bagaje añadido a los roles principales o lo mal definidas que están las relaciones afectivas entre los mismos, cuando empiezan a sucederse los hechos trágicos relacionados con los Creed resulta una ardua tarea identificarnos con ellos o sus traumas.




La apatía en una puesta en escena falsamente malsana y enfermiza, los sustos de baratillo eclipsando los pocos realmente efectivos o el triste trabajo con los personajes hacen que esa primera mitad del largometraje sólo pueda sustentarse en su pericia para que su naturaleza formulaica no aburra en casi ningún momento al espectador. Pero justo cuando pasamos el ecuador del metraje y acontece el accidente en la carretera, una de las secuencias más decentes del proyecto, Cementerio de Animales comienza a desangrarse profusamente hasta su final. La decisión de que en esta nueva versión sea Ellie, y no Gage, la que muera atropellada por el camión y posteriormente resucite mediante su entierro en el cementerio Micmac a manos de su padre no tendría porque ser una mala elección siempre que los guionistas supieran abordar con acierto el material y añadieran a este hallazgos que sustituyeran todo lo deshumanizador y terrible que había en ver a un niño de dos años convertido en un muerto viviente antropófago y homicida. El problema es que Matt Greenberg y Jeff Buhler dan muestra de una ineficacia total a la hora de realizar ese intercambio de roles entre Ellie y Gage, alumbrando como resultado un desastre mayúsculo.




En el mismo momento en el que Ellie vuelve a la vida y comienza a hacer vida normal con su padre Cementerio de Animales deja de ser una película de terror rudimentaria para, en no pocas ocasiones, abrazar el ridículo. Los pasajes en los que Louis intenta, sin éxito, que su hija vuelva a ser la de antes de su fallecimiento se adentran en terrenos de la comedia involuntaria como puede verse en el del ballet, el baño o la noche en la que duermen juntos. Aquel hombre destrozado por la pérdida de su hijo viendo volver a este como una aberracción inhumana por su propia imprudencia y egoismo que encontrábamos en la novela de Stephen King o la primera película de Mary Lambert queda reducido aquí a un desubicado progenitor interactuando con una primogénita más parecida a una precoz toxicómana que a un muerto en vida. El penoso y escaso maquillaje que acompaña a la actriz adolescente o el exceso de diálogo tampoco ayudan a hacer creíble o coherente un tercer acto en el que las arbitrariedades, los giros pueriles de guión y las situaciones sonrojantes desfilan en sesión continua por la pantalla hasta su penoso remate final, una vez más incitándonos irremisiblemente a la carcajada por culpa de su resolutividad insustancial e innecesaria.




Por desgracia la ya mencionada apatía o el tono desangelado de la dirección y la escritura es extensible a la labor del reparto. Jason Clarke es un actor al que guardo cierta estima por sus excelentes trabajos en La Noche Más Oscura (Zero Dark Thirty) o El Amanecer del Planeta de los Simios, pero, a pesar del esfuerzo, su Louis Creed queda lejos de cumplir su cometido como núcleo dramático de la historia. Amy Seimetz por su parte parece totalmente desubicada con su personaje, como si por mucho que lo intentara este quedara fuera del relato adquiriendo un tono más testimonial que protagónico, aun contando con muchos minutos de metraje. Como era de esperar John Lithgow es el que sale mejor parado del casting y no precisamente porque la versión de Jud Crandall que ponen los guionistas y directores en sus manos sea merecedora de mucho elogio, pero el veterano actor de Dexter o En Nombre de Caín sabe salir airoso del envite. Hace un momento mencionábamos lo fallida que es la elección de Ellie como el personaje clave de la historia con respecto a su regreso de entre los muertos, enorme carencia de la que también es responsable el insuficiente trabajo de Jeté Laurence. La pequeña actriz no resulta creíble en ningún momento, haciéndonos echar mucho de menos al inmenso Miko Hughes que con una década menos de edad ejecutó una labor inmensamente más destacable que la de ella treinta años después.




Cementerio de Animales es una aproximación fallida a la novela de Stephen King. Lo es como adaptación de dicho trabajo literario y como largometraje, mostrando inexcusables carencias tanto en uno como en otro aspecto. Aunque nunca llega a abandonar el pedregoso terreno de la mediocridad el interés que podían haber ofrecido sus primeros cincuenta minutos de metraje se despeñan por un insalvable barranco en los cincuenta restantes por culpa de los declamatorios fallos ya mencionados y enumerados. Por lo tanto para un servidor esta nueva Pet Sematary no puede adscribirse a la lista de adaptaciones actuales de libros de Stephen King por las que merece la pena pagar la entrada del cine. Podemos salvar los pasajes protagonizados por Zelda, algún momento truculento, ciertas virtudes dentro del diseño de producción, el medido uso de los efectos digitales o el score del veterano de Christopher Young, pero más allá de eso poco o nada más. Los directores (parece ser que ya inmersos en la preproducción de Mamá 2, la exitosa cinta producida por Guillermo del Toro y dirigida por Andrés Muschietti) han mostrado su interés por rodar una precuela para narrar con ella el origen del célebre cementerio Micmac colindante al de mascotas. Esperemos que si deciden hacerlo el resultado sea algo más estimulante que el de esta olvidable nueva visión audiovisual de la célebre novela del marido de Tabitha King.



2 comentarios:

  1. Reseña publicada originalmente en Zona Negativa.

    https://www.zonanegativa.com/zncine-cementerio-de-animales-mas-alla-de-la-vida-y-la-muerte/

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  2. Hace poco empece a leer tus reseñas y me parecen tan adecuadas que da miedo. Me decepciono sobremanera el resultado de esta pelicula. Aplaudo tus palabras porque son demasiado correctas. Fue una despreciable representacion de la obra de king y un gasto innecesario de mis ingresos para ir al cine

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