miércoles, 14 de noviembre de 2012

Universal Soldier: Day of Reckoning, it's time to rise



Título Original Universal Soldier: Day of Reckoning (2012)
Director John Hyams
Guión Doug Magnuson, Jon Greenhalgh, Moshe Diamant y John Hyams
Actores Jean-Claude Van Damme, Dolph Lundgren, Scott Adkins, Rus Blackwell, Mariah Bonner, Kristopher Van Varenberg, Andrei Arlovski, Audrey P. Scott





En el año 2009 sorprendió a propios y extraños Soldado Universal: Regeneración, tercera entrega de la mediocre, pero entretenida, saga impulsada por el alemán Roland Emmerich con aquella ya lejana primera parte estrenada en 1992 con el belga Jean-Claude Van Damme y el sueco Dolph Lundgren como protagonistas, interpretando ambos a dos soldados invencibles creados por el gobierno de Estados Unidos y que tuvo su secuela en 1999, esta vez cambiando al Lundgren por el luchador de wrestling Bill Goldberg, que aún siendo entretenida se alejaba de los, modestos pero competentes, aciertos del film primigenio.




Algún productor avispado decidió que esa tercera entrega estuviera dirigida por un artesano competente para que el producto saliera un poco de la mediocridad en la que estaban asentadas las filmografías de los dos intérpretes. El elegido fue John Hyams, hijo del realizador Peter Hyams (Atmósfera Cero, The Relic, 2010: Odisea Dos) y el resultado fue más que competente, una cinta de acción realizada con aplomo y pulso que se hacía fuerte gracias a unas escenas de combate con un acabado técnico impropio para este tipo de proyectos.




La cinta fue un considerable éxito a pesar de que en algunos países se estrenó directamente en el mercado doméstico. Supongo que por el éxito de Soldado Universal: Regeneración, film que revitalizó y mejoró la saga, (en ese momento era la mejor película de la franquicia) los productores decidieron dejar en nómina a John Hyams y le ofrecieron realizar la cuarta entrega y por lo que un servidor ha visto en pantalla con mucha más libertad creativa. Universal Soldier: Day of Reckoning no sólo es la mejor película de la saga con mucha diferencia, es también una rara avis dentro del cine de acción cafre, un sorprendente producto personal, oscuro y realizado con una pericia técnica sencillamente inusual dentro de su género, convirtiéndose por el camino en una de las cintas de género más interesantes del año dentro de este tipo de celuloide.




John (Scott Atkins) ha pasado 9 meses en coma tras haber sufrido un ataque en el que quedó herido de muerte y su mujer y su hija fueron asesinadas cruelmente. El autor parece haber sido Luc Deveraux (Jean-Claude Van Damme), antiguo militar del ejército de Estados Unidos que junto a su compañero de armas Andrew Scott (Dolph Lundgren), fue utilizado como conejillo de indias en un experimento para crear soldados invencibles y que ahora dirigen un ejército de unisols rebeldes. John deberá dar con ellos y descubrir el motivo por el que han acabado con su familia, pero durante el proceso más interrogantes se verán abiertos y él mismo pondrá en duda su origen y sus actos del pasado.




Universal Soldier: Day of Reckoning es como si Gaspar Noé (el pasaje del prostíbulo recuerda estilísticamente a Enter the Void) decidiera hacer una película dentro de esta saga pero dejando un poco de lado las señas de identidad de la misma en favor de unir Apocalispsis Now de Francis Ford Coppola con Robocop de Paul Verhoeven. El resultado es una ejemplar cinta de acción que va más allá de disparos, violencia o persecuciones, porque haberlas haylas, pero la historia quiere ir más lejos y a fe mía que lo consigue. Esta pelícua revela a John Hyams como uno de los directores de cine de género a seguir de cerca porque desde la humildad y siempre en segundo plano ha demostrado lo que vale y que tiene mucho que decir detrás de las cámaras en lo que a films de acción se refiere.




El prólogo del largometraje nos deja claro que esto no es uno de esos productos fusilado por directores venidos a menos obesionados con copiar las constantes del JohnWoo de su etapa china o el Tsui Hark que hacía cine en Estados Unidos. John Hyams realiza una declaración de principios cuando abre su film en plano subjetivo metiéndonos literalmente en la piel de su protagonista. Este pasaje (que una vez más nos remite al Gaspar Noé de su última obra)  ejecutado con pericia milimétrica nos permite experimentar visualmente cómo sería recibir una paliza de muerte y por otro nos incita a empatizar al 100% con el rol principal a la hora de ver en primera persona como ejecutan a su familia.




Esto no es una película de acción al uso, ni un desfile de hostias para el lucimiento de sus protagonistas para que no paren de repartir estopa mientras hacen comentarios jocosos antes de eliminar a sus contrincantes. Toda escena de lucha, persecución o tiroteo está plenamente justificada, llega en el momento preciso, no se fuerza en ningún momento y cuando lo hace está ejecutada con una profesionalidad sorprendente. Porque lo que más importa en Universal Soldier: Day of Reckoning es la historia que cuenta y cómo está expuesta en pantalla. No voy a llevar a nadie a engaño, la cinta es una película de acción al 100%, pero su autor se toma su tiempo, dirige con oficio, controla el tempo narrativo y en definitiva demuestra que lo que está narrando tiene cierto peso y hasta un mensaje interesante en su interior.




Puede que por eso la cinta haya decepcionado a algunos de los seguidores de la saga o a los fans más jihadistas de Van Damme y Lundgren, porque el director quiere, por primera vez y sin que sirva de precendete, rodar una buena película protagonizada por action heroes de toda la vida. Hay un uso cuidadoso de los encuadres y los movimientos de cámara, coreografías de lucha para quitarse el sombrero y una medida exposición de violencia explícita que envuelve todo el producto en una visceralidad cortante y descarnada que hace que cada golpe que reciban los personajes le duelan al espectador.




También hay quejas sobre que la presencia de Van Damme y Lundgren es más bien escasa en pantalla y eso es un hecho, pero el director consigue algo poco usual, hacer que aún teniendo pocos minutos de metraje ambos personajes tornen en ubicuos y sus sombras sobrevuelen toda la película, sobre todo el interpretado por el actor belga. Luc Deveraux cobra en Universal Soldier: Day of Reckoning una presencia mesiánica y es inevitable al verlo liderar a ese grupo de soldados universales (unisols) y con esa cabeza rapada al cero (y maquillada en la recta final) pensar en el mítico coronel Kurtz al que diera vida Marlon Brando en Apocalipsis Now. Los dos personajes de las anteriores entregas pierden minutos en pantalla pero ganan entidad como el totem del grupo rebelde el primero (Van Damme) y su mano derecha en segundo (Lundgren).




Pero el protagonismo recae en el Scott Atkins que interpreta a John. Él lleva el peso de la trama y el tono dramático. La construcción del personaje recuerda mucho a la del Alex Murphy del Robocop de Paul Verhoeven. Se hace un uso adecuado de sus recuerdos a modo de flashbacks y si bien el actor no tiene el carisma adecuado o las dotes interpretativas necesarias suple esas carencias con una presencia física y unas dotes encomiables para las escenas de acción que se acentúan gradualmente a lo largo del metraje, cuando el protagonista va redescubriendo su instinto para el combate. Pero si tenemos que hablar de rotundidad física no debemos olvidar hablar de Andrei Arlovski, que al igual que en la anterior entrega vuelva a dar vida a un brutal soldado que cada vez que asesta un golpe parece una apisonadora.




Con Universal Soldier: Day of Reckoning hablamos de buen cine de acción, pero no en el sentido de divertidas mediocridades al servicio del fandom como Los Mercenarios 1 y 2, no. Aquí no hay lugar para los comentarios hirientes, las referencias bufas o la autoparodia, porque lo que John Hyams quiere es dignificar este género y demostrar que se puede hacer un trabajo competente protagonizado por actores mediocres que tienen su punto fuerte precisamente en su fuerza física, no en sus poco destacables dotes interpretativas. Si alguien quiere disfrutar de un thriller bien hecho (la ya mencionada escena de arranque, y la matanza de unisols que hace John en el climax final en el falso plano secuencia son remarcables lecciones de técnica cinematográfica) con una interesante disertación sobre la deshumanización y una metáfora sobre la lucha contra la despersonalización a la que se ven sometidos los militares que no se pierda la película que nos ocupa, porque merece la pena.


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