sábado, 9 de mayo de 2015

Los Vengadores: La Era de Ultrón



Título Original The Avengers: Age of Ultron (2015)
Director Joss Whedon
Guión Joss Whedon basado en los cómics de Stan Lee y Jack Kirby
Actores Robert Downey Jr, Chris Evans, Scarlett Johanson, Mark Ruffallo, Jeremmy Renner, Chris Hemsworth, Samuel L. Jackson, Cobie Smulders, Paul Bettany, Elizaberh Olsen, Aaron Taylor-Johnson, Anthony Mackie, Don Cheadle, Idris Elba, Andy Serkis, Thomas Kertschman, Haley Atwell, James Spader, Alexis Denisof, Josh Brolin, Claudia Kim, Stan Lee






Tres años después del descomunal éxito que supuso Los Vengadores, Joss Whedon vuelve a ponerse al mando de la nueva entrega de los héroes más poderosos del mundo para ofrecer el penúltimo producto fílmico (el último será Ant-Man, de Peyton Reed, que verá la luz este mismo año) de la Fase 2 del universo cinematográfico creado por la productora Marvel Studios. Poco más de una semana después de su estreno Los Vengadores: La Era de Ultrón ha batido records de taquilla a nivel mundial, aunque sin superar a su predecesora, y ha agradado considerablemente a la crítica, no sin motivo. Tratando de no incidiro mucho, en la medida de lo posible, la estúpida polémica sobre el supuesto sexismo de Joss Whedon en el largometraje y los problemas de este último con Marvel y Disney, un servidor va a tratar de abordar esta crítica en un plano estrictamente cinematográfico, hablando de las muchas virtudes y pocos defectos de la última entrega en pantalla grande de la Casa de las Ideas.




Aunque pueda parecerlo por tomar su nombre Los Vengadores: La Era de Ultrón no adapta la famosa saga escrita por Brian Michael Bendis y dibujada por Bryan Hitch o el español Carlos Pacheco entre otros, sino que, utilizando como enemigo principal de los protagonistas al famoso robot genocida, extrapola características de las historias más célebres protagonizafas por la creación de Hank Pym (Tony Stark en la trama del largometraje que nos ocupa) para condensarlas en la interesantísima visión que el creador de Buffy Cazavampiros o Firefly da del famoso personaje. Pero este sólo es uno de los sólidos pilares sobre los que se solidifica este nuevo monumento al celuloide de entretenimiento bien entendido realizado y ejecutado para dar al espectador casi dos horas y media de fruición cinematográfica de primer orden que sin abrazar ningún tipo de pretensión y teniendo en cuenta que forma parte de un restrictivo universo fílmico cada vez más cohesionado ofrece una muestra de lo que es capaz Joss Whedon como narrador hasta cuando trabaja bajo la presión de unos productores que en ocasiones eran más enemigos que aliados.




Los Vengadores: La Era de Ultrón no se anda con medias tintas ni paños calientes y se abre con el émulo en pantalla grande de lo que sería un número Giant Size de los personajes en cómics. El ataque al cuartel genera del Barón Von Strucker (Thomas Kertschman) que sirve de prólogo al largometraje pone las cartas sobre la mesa para que Joss Whedon nos meta en el ojo del huracán desde los primeros minutos de metraje con unas secuencias de acción brutales (lo de la moto del Capitán América es una deliciosa sobrada) que culminan con un travelling trucado protagonizado por todos los personajes principales que sirve como inmediata respuesta o contrapunto al que culminaba la batalla contra los chitauri en New York en la primera entrega. Este puñetazo en la mesa por parte del creador de Dollhouse nos deja claro que los Vengadores están de vuelta y con más fuerza que nunca.




Esta ejemplar presentación que no da respiro también tiene sus carencias ya que al comenzar el film de esta manera se obvian prácticamente todas las consecuencias del resto de films de la Fase 2 de Marvel Studios ya que no sabemos cómo vuelve Tony Stark a recuperar sus armaduras teniendo en cuenta que las destruyó en Iron Man 3 o en qué situación se encuentran el Capitán América y la Viuda Negra con respecto a SHIELD después de lo acontecido en Capitán América: El Soldado de Invierno. Este fallo, que podria acentuar el hecho de que la tijera ha trabajado horas extra en la sala de montaje del largometraje, da un tono muy de cómic al conjunto de la película para eludir tener que transitar caminos que puedan transmitir una sensación de retoricismo con el fin de aburrir o molestar a un espectador que al ya conocer a los personajes sólo los quiere ver interactuar los unos con los otros y enfrentarse a un enemigo a la altura.




El final del prólogo con la visión de Tony Stark (que recuerda considerablemente a la más mítica portada del crossover ochentero Inferno, protagonizado por los mutantes de Marvel) también confirma que, siempre dentro de un entendimiento total del sense of wonder de corte más superheróico, esta Los Vengadores: La Era de Ultrón va a ser una cinta considerablemente más oscura y crepuscular que su predecesora de 2012. Aquí entra en escena un personaje de vital importancia como Wanda Maximoff, la Bruja Escarlata (Elizabeth Olsen) sometida junto a su hermano Pietro, Mercurio (Aaron Taylor-Johnson) a experimentos inhumanos por Von Strucker. Dicho rol (mutante al igual que su hermano y ambos dos hijos de Erik Lensher, Magneto, algo que en el film que nos ocupa se obvia por derechos de autor) utiliza sus poderes de hechicería para intentar que todos los miembros de los Vengadores se enfrenten a los mayores temores de su pasado o futuro, excusa narrativa por parte de Joss Whedon que le permite ahondar un poco más en la personalidad de sus criaturas para que en pantalla vayamos conociendo algo más de sus traumas y fantasmas ocultos.




Esta idea tan efectiva como poco novedosa no sólo permite, como hemos mencionado, al guionista y director diseccionar un poco más la mente de sus personajes sino también abrir nuevas tramas para dar el primer paso con respecto a lo que en un futuro serán Thor: Ragnarok o Capitán América: Civil War, aunque ello haya producido al cineasta algún quebradero de cabeza con los jefazos de Marvel Studio. En este sentido y refiriéndonos a el estudio de personajes parece como si Whedon quisiera enmendar que en la primera entrega de los Vengadores Ojo de Halcón y la Viuda Negra fueron los personajes más arrinconados y aquí les da un peso más que considerable acentuando los dilemas por los que pasa Clint Burton al ser consciente de que es un simple humano rodeado de supersoldados, genios de la robótica o semidioses y regalando a Natashan Romanov una relación sentimental con Bruce Banner magníficamente llevada (el detalle de la nana es brillante y un homenaje a clásicos como King-Kong o Frankenstein) que la hace más cercana y humana, no dejando de ser nunca una guerrera que puede valerse por sí misma en la tradición de otros personajes femeninos de Joss Whedon como Buffy Summer, River Tam o Ech , aunque cierto sector del púbico tan ignorante como cerril no ha sabido o querido verlo.




Los personajes ya los conocíamos de anteriores films de Marvel Studios, pero Whedon todavía quiere alternar acción de primera calidad con escenas de dosificada introspección para que cuando más vulnerables veamos a los protagonistas aparezca ese Ultrón que entra por derecho propio al panteón de enemigos cinematográficos Marvel más letales para machacarlos física y psicológicamente. Los que conocemos a Joss Whedon sabemos que a la hora de perfilar personajes de villanos el resultado son roles llenos de carisma, crueldad y humor negro que en la mayoría de ocasiones eclipsan a sus némesis en pantalla grande o pequeña. El Ultrón del autor de Astonishing X-Men no es sólo una máquina homicida, es una entidad con ambición, capaz de sentir desconcierto, ira, dudas e incluso utilizar la ironía (lo de que no puede vomitar físicamente para hablar del asco que le produce Tony Stark me hizo carcajearme en el cine) o evolucionar recordando en términos conceptuales y estéticos al memorable robot militar Adam de la cuarta temporada de Buffy Cazavampiros.




Pero si en cuanto a personajes la aparición de Bruja Escarlata y Mercurio se revelaba como la gran novedad en cuanto a incorporaciones a los Vengadores es la no demasiada oculta inclusión en el grupo de la Visión la que ofrece algunos de los mejores pasajes de la velada. Con un génesis que varía considerablemente al de los cómics, pero con la misma rotundidad física y reflexión psicológica del personaje que habitaba aquellos, la versión que Joss Whedon y Paul Bettany dan del mítico robot creado y reinventado por el guionista Roy Thomas es de sobresaliente, exponiendo en pantalla a una inteligencia artificial de pureza casi mesiánica que cuando se convierte en un miembro más del equipo comandado por Steve Rogers ofrece algunos de los pasajes más intensos y técnicamente brillantes de un producto como Los Vengadores: La Era de Ultrón. El actor de Master and Commander o Dogville hace suyo al androide que todos conocemos de las viñetas aunque se tomen licencias con respecto a su historia e idiosincrasia y lo extrapola a la pantalla como pocos lo hubieran conseguido en su lugar.




Después de afirnar que a pesar de encontrarnos ante un blockbuster para reventar taquillas Joss Whedon se preocupa por sus personajes no vamos a eludir que los mejores momentos, las situaciones más destacadas y los pasajes que se quedan grabados en la retina del espectador al ver Los Vengadores: La Era de Ultrón son los de acción que una vez más son sencillamente avasalladores. Sirva como ejemplo el ya mencionada arranque del film que por muy bien ejecutado que esté palidece ante la brutal pelea entre Hulk y la armadura Hulkbuster, diseñada por el mismo Bruce Banner al alimón con Tony Stark y portada por este último. En esa frenética coreografía de caos y destrucción Joss Whedon y su equipo técnico dan lo mejor de sí mismos usando sabiamente un exceso de efectos digitales que en manos de otro director no hubieran transmitido nada más que vacuidad y que en las suyas exhalan solidez y realismo en todos y cada uno de sus fotogramas.




Pero como colofón en cuanto a secuencias de alto voltaje cabría mencionar el asedio al que el ejército de Ultrón somete a los protagonistas cuando tratan de evitar la caida de la ciudad de Sokovia una vez el villano la ha puesto en órbita. Allí debajo de la cúpula de la iglesia derruida, Joss Whedon ofrece la secuencia de acción más espectacular de todos los films de Marvel Studios, cohesionando prfectamente el uso de los CGI con un ballet de marcada fisicidad en slow motion en el que todos y cada uno de los personajes dan lo mejor de sí mismos y que tiene su culmen en el ataque a tres entre la Visión, Thor y Iron Man a Ultrón que parece una enorme splash page salida de la mano de ilustradores como Steve McNiven, Jerome Opeña o Stuart Immonen. Todo un derroche de técnica que el fan de los cómics disfruta como si volviera a tener diez años de edad y con el que queda totalmente extasiado.




Por el camino y a pesar de la presión de los productores en Los Vengadores: La Era de Ultrón podemos detectar, más que en la primera entrega, el sello de Joss Whedon, aunque considerablemente atenuado. Su sentido del trabajo en equipo sigue ahí, pero también su afán por diseccionar dicho grupo por mediación de los miedos e inseguridades de sus miembros, la presencia de, como hemos mencionado previamente, villanos carismáticos con los que en ocasiones hasta estamos de acuerdo  respecto a sus diabólicas intenciones, héroes caídos en decadencia por traumas del pasado, la sombra de organizaciones gubernamentales vigilando a los protagonistas (como la Iniciativa de la ya citada cuarta temporada de Buffy Cazavampiros, la Dollhouse de la serie homínima o la Alianza de Firefly y Serenity) y sobre todo el humor made in Whedon, que para el que suscribe siempre ha sido su mayor virtud como narrador y que en esta ocasión encuentra en las bromas de Tony Stark y la sorna de Thor sus mejores aliados.




Seamos claros, Los Vengadores: La Era de Ultrón es una entrega de Marvel Studios y como tal no puede meterse en terrenos inexplorados o experimentales tratando de ofrecer algo que los productores no quieren regalar a la platea, esa evolución a la que apela el mismo Ultrón en varias ocasiones durante el metraje. Al igual que los editores de los cómics de Marvel (y si me apuran también los de DC) no quieren que personajes que llevan décadas funcionando cambien un sólo ápice por si la sobreexplotada gallina de los huevos de oro deja de proporcionar dividendos. Por eso, y aunque algunos guionistas han tratado de cambiarlo, Spiderman siempre será un eterno adolescente y soltero, Batman un vigilante atormentado por la muerte de sus padres, los X-Men temidos y odiados, Superman el defensor inmaculado de la verdad, la justicia y el estilo de vida americano y los Vengadores los héroes más grandes del mundo.




Pero dentro de ese encorsetamiento formal y conceptual y al igual que la primera entrega de 2012 Los Vengadores: La Era de Ultrón es una muestra de lo mejor que puede ofrecer el cine comercial de Hollywood en pleno siglo XXI. Un producto de evasión dirigido a todos los públicos que ofrece diversión, frenetismo bien entendido, personajes creíbles dentro de un mundo paralelo al nuestro en el que todo puede pasar, comedia, romance, guiños al mundo de los cómics, actores de buen ver vistiendo sus mejores galas superheróicas y un director que sin poder ser él mismo al 100% ofrece un trabajo de orfebreria comercial que para sí lo quisieran los Zack Snyder, Michael Bay o Peter Berg de turno. Demostrando que es un enamorado de su trabajo y que idolatra a unos personajes de Marvel a los que considera suyos durante el tiempo en el que le dejan jugar con ellos.




Para finalizar y en un vano intento por conseguir que aquellos que van de progresistas y luchadores de causas importantes no se conviertan en radicalistas trasnochados que poco entienden de feminismo, misogionia o racismo (sí, también han llamado racista al director del largometraje) les recomiendo encarecidamente que traten de, no ya analizar, sino visualizar la obra previa a Los Vengadores: La Era de Ultrón de Joss Whedon. Allí conocerán a maravillosos personajes de ficción como Buffy Summers, Willow Rosenberg, Faith Lehane, Inara Serra, River Tam, Kaylee Frye, Zoë Washburn, mujeres hechas a sí mismas, que eligen qué hacer o no con su cuerpo y sexualidad o tomar las riendas de su vida sin depender de nadie para sentirse realizadas o sobrevivir. Mujeres adscritas a la ficción forjada en géneros como el terror, la ciencia ficción o la comedia que son un reflejo de todo lo que en el mundo real pueden llegar a ser nuestras madres, hermanas, sobrinas, abuelas, hijas, novias o esposas siempre desde la visión de un hombre que no entiende la igualdad como un concepto sino como una necesidad, como muchos otros de su mismo género pensamos y defendemos.


4 comentarios:

  1. Me aburrí como una ostra, y a punto estuve de salirme varias veces del cine. En ningún momento me pareció que se de verdad necesitaran a tanto superhéroe junto para luchar contra la amenaza. También tuve la desagradable sensación de que los personajes están bastante quemados, sobretodo mi favorito, Ironman. Y que el nuevo grupo no me gusta desde ya (la chica de los poderes telequinéticos es demasiado Top, así como el de la gema del infinito)

    Igualmente me parece que la relación de amor entre la espía y Hulk sobra y no logra credibilidad en ningún momento del metraje (salvo en el punto de la nana). Pero ojo, de que me parezca mal desarrollada y poco creíble, a tachar a Whedon de misógeno y racista hay un salto brutal, conozcas o no su obra anterior. Y si la conoces, menos sentido aún. El hombre que creo a Buffy, Willow, Faith, Darla, Drusila, Zoë, irana, Kaylee y a River que seguramente son varios de los mejores personajes femeninos que ha dado la televisión, es imposible que sea un misógeno.

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    1. Respetable, aunque no compartido, tu primer párrafo y coincidiendo al 100% con el segundo.

      ¡Un saludo y gracias por pasarte a comentar, Juan!

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  2. Cuando leí los problemas de Whedon con el twitter y busque información me quede alucinado. La polémica sobre la esterilización de Viuda Negra es demencial.

    Y también leí sobre los problemas con el guión y el montaje de la película. Habría sido muy interesante haber visto las pesadillas internas que atormentaron al equipo (más que la lucha entre Ironman y Hulk) así como un desarrollo mayor de la copía esa de Flash, que cuando muere te quedas completamente frío. Pero no, decidieron reducir la peli a hostias, fiesta, más hostias... Pos vale.

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  3. Resulta muy interesante lo que se menciona en este artículo sobre la adaptación del cómic en la segunda entrega de The Avengers, concuerdo con la opinión de que es una excelente entrega y una de las mejores del año 2015, sin embargo pienso que el exceso de personajes ha hecho deficiente la trama a pesar de ser muy entretenida.

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