sábado, 15 de marzo de 2014

300: El Origen de Un Imperio



Título Original 300: Rise of An Empire (2014)
Director Noam Murro
Guión Zack Snyder y Kurt Johnstad basado en el supuesto cómic de Frank Miller
Actores Sullivan Stapleton, Eva Green, Rodrigo Santoro, Lena Headey, Jack O'Connell, Andrew Tiernan, David Wenham, Callan Mulvey, Andrew Pleavin, Yigal Naor, Ashraf Barhom, Vincent Walsh, Steven Cree, Trayan Milenov-Troy, Andrei Claude, Peter Ferdinando, Mark Killeen, Peter Mensah





Entre mayo y octubre del año 1998 Frank Miller editó por medio del sello Dark Horse la que a día de hoy sigue siendo su última gran obra como guionista e ilustrador. 300 fue una serie de cinco números en formato apaisado que narraba al estilo de su autor la célebre batalla de las Termópilas entre el ejército espartano comandado por el rey Leónidas y el persa encabezado por el rey Xerxes. Con la narración como autor del creador de Sin City al 100% de sus capacidades y el magnífico coloreado de su por aquel entonces todavía esposa Lynn Varley 300 se revelaba como una obra sobresaliente que con sus virtudes narrativas y estilísticas camuflaba en cierta manera ese mensaje de tufo derechoso que con los años se ha ido recrudeciendo dentro de su discurso como autor (y personaje público) hasta llegar al puro asco en la actualidad como pudimos ver en esa estupidez titulada Holy Terror o esta basura en forma de declaración social y política.




En el año 2006 al director norteamericano Zack Snyder, que venía de triunfar con su excelente remake de El Amanecer de los Muertos (titulada Zombie en España si nos referimos al film de 1978) de George A. Romero, dirigió una exitosa y testosterónica adaptación del cómic. Con una estética que hacía un uso de los efectos especiales para recrear (sobre todo) el entorno en el que se movían los personajes 300 era un desfile de sangre digital, cuerpos musculados y batallas campales en slow motion que tenía tanto de soflama fascistoide (aunque menos que el cómic, del que también suavizó su tono xenófobo hacia los persas y "su olor") como de ¿inintencionada? apología homosexual de las bondades del físico masculino. La cinta gustó a la crítica (en líneas generales) y a pesar de su polémica fue un éxito más que considerable en taquilla. De modo que la secuela no tardaría en llegar, pero el problema nació cuando Frank Miller no se ponía a trabajar en el cómic que serviría de base para la misma.




Esa secuela titulada Xerxes que narraría el origen del "dios-rey"de Persia nunca llegó a editarse oficialmente, pero la imparable maquinaria de Hollywood se puso manos a la obra para rodar la secuela de 300 independientemente de si Frank Miller decidía o no ponerse manos a la obra con el cómic. De modo que la Warner Bros y Legendary Pictures encomendaron a Zack Snyder la producción y co escritura (el otro guionista fue Kurt Johnstad, que también colaboró en la primera película) del proyecto cuya realización recaería esta vez en el poco conocido cineasta israelí Noam Murro (Gente Inteligente). Estrenada hace una semana en España 300: El Origen de Un Imperio da lo que se espera de ella, ni más ni menos, y en ese sentido dejará satisfecho, principalmente, a los que disfrutaron con la estética de la cinta del director de El Hombre de Acero y recibirá el rechazo de aquellos a los que se les atragantó la odisea digital de Leónidas y sus compañeros de armas.




La historia narrada en 300: Rise of the Empire tiene lugar antes, durante y después de la famosa batalla de las Termópilas, que ocupó el grueso de la primera película, narrando el origen del rey-dios Xerxes (Rodrigo Santoro) la influencia que en las decisiones bélicas y personales de este tuvo la sensual, peligrosa y manipuladora Artemisia (Eva Green) que era el brazo derecho del rey Darío (Igal Naor) asesinado este a su vez en presencia de su hijo, el mismo Xerxes, por el general griego Temístocles (Sullivan Stapleton) que encabezará una batalla contra el imperio persa después de que el rey Leónidas, marido de la reina Gorgo (Lena Headey) que clama venganza por su pérdida, y sus 300 espartanos caigan derrotados a manos del ejército de Xerxes. El enfrentamiento naval entre Temístocles y Artemisia marcará el porvenir de la democracia en Grecia.




300: El Origen de Un Imperio es, al igual que su predecesora, una orgía visual regada en violencia física, sangre digital, cuerpos apolíneos y belicismo desproporcionado. Una vez sabido eso es sólo cuestión de tomarlo o dejarlo, de entregarse a la hiperbolizada épica testosterónica que proponen Zack Snyder y su protegido Noam Murro o huir despavorido para no tener que meterse entre pecho y espalda otra entrega de peplum esteticista tan disfrutable como intrascendente. Esta vez se incorporan al reparto el australiano Sullivan Stapleton (Animal Kingdom) como el general Temísctocles y la francesa Eva Green (Casino Royale, Soñadores) como Artemisia siendo la elección del primero no precisamente un acierto y la de la segunda uno de los mayores logros del largometraje.




Hiperbolizando y mejorando (gracias a lo avances dentro del mundo de los efectos digitales más que por otra cosa) el acabado estilístico de la 300 de Zack Snyder pero quedándose como producción lejos de la personalidad viril y rotunda de aquella esta secuela trata de abarcar mucho más que su hermana mayor (el metraje ocupa tres etapas temporales distintas de manera simultaneada) sin por ello destacar demasiado narrativamente ya que al querer relatar tantas tramas en épocas diferentes el sentimiento de dispersión argumental en el guión y los momentos anticlimáticos, o directamente obviados, hacen mella en la solidez del conjunto de la historia. Pero como espectadores somos conscientes de que un producto como el que nos ocupa no ha sido ideado para dar clases de escritura cinematográfica sino para ofrecer fruición visual y esteticista al seguidor de la franquicia.




Las escenas de lucha son más crudas y estilizadas (la sangre digital es más espesa y no desaparece al tocar el suelo como la de la primera 300) se recrean más en la casquería y las cámaras lentas y se realiza un efecto de retroalimentación con la serie Spartacus ya que si el programa creado por Steven S. Deknight bebía de la cinta de Zack Snyder es ahora esta secuela de Noam Murro la que toma muchos apuntes del efectismo visual de la serie que en su primera temporada estuvo protagonizada por el malogrado Andy Whitfield. En su aspecto la película es realmente fiel a la esencia de la cinta primigenia pero si algo nos deja totalmente claro es que el "sello de autor" de Zack Snyder es tan visual e impersonal que cualquiera puede plagiarlo haciéndolo pasar por suyo e incluso mejorándolo en varios momentos como en la primera batalla (la mejor del largometraje) el falso plano secuencia de Temístocles a caballo en plena batalla naval o el salto con travelling del soldado griego sobre el barco persa.




El mayor fallo de 300: El Origen de Un Imperio es, no sólo vivir a la sombra de la película  de 2006, sino también carecer de un protagonista del carisma y presencia del Leónidas al que dio vida un Gerard Butler incomensurable. Sullivan Stapleton tiene el porte fisico y las dotes para realizar creíbles coreografías de lucha, pero no tiene nada de personalidad, sus discursos palidecen al lado de los que espetaba el protagonista de la ácida Gamer y sólo cuando pone ojos de psicópata ofrece una labor algo más potable en pantalla. Pero para equilibrar la balanza tenemos a la Artemisia de una imponente Eva Green que devora el encuadre como sus malas artes, manipulaciones palaciegas, crueldad sin mesura y curvas de vértigo. El momento en el que "negocia" con Temístocles en privado es el más destacado de la velada y ahí la podemos ver en todo su esplendor empequeñeciendo al actor australiano.




Entre los secundarios volvemos a tener a un Rodrigo Santoro en su salsa como Xerxes y con él nace otro de los fallos más destacados del largometraje, porque si el cómic en el que supuestamente se basa la película toma su nombre como título es curioso que su aparición en la cinta sea más bien breve y casi anecdótica ya que después del (memorable) flashback que nos narra su nacimiento como rey-dios poco más se le ve en pantalla y la excusa de que parte de su ausencia es debido a que estaba formando parte de la batalla de las Termópilas no se sostiene demasiado porque como recordamos de la primera 300 su presencia en dicho enfrentamiento también fue bastante tangencial. Lena Heady vuelve como la reina  Gorgo y nuestra Cercei Lannister curiosamente da mejores discursos que Sullivan Stapleton y se implica mas físicamente en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo (bueno, el que tiene, que es sólo uno) que Eva Green que es el único apartado del film en el que la actriz de Sombras Tenebrosas no está del todo a la altura. También se echa de menos a gente como Dominc West (The Wire) o Michael Fassbender (Shame, X-Men: Primera Generación) pero que murieran en la anterior entrega hacia difícil el regreso de ambos.




300: El Origen de Un Imperio es un placer culpable que da lo que se espera de ella, cine cafre de evasión, acción hipertrófica a ritmo de música machacona, algo de sexo llevado a cabo por cuerpos curtidos en gimnasios hasta lo extenuante e inexistente rigor histórico, aunque una vez más la épica rocambolesca funciona a la hora de cumplir su cometido de inflar de testosterona el conjunto del largometraje. Hay menos batallas en tierra y más navales y falta un protagonista masculino que lleve a buen puerto el barco, pero como obra es tan fiel a la pieza original que hasta mensajes pro bélicos y subtextos filogays tenemos en el guión y sus lapidarios diálogos, aunque esta vez se reduce el tufo xenófobo y se da incluso un origen comprensible a la maldad tanto de Xerxes como de Artemisia. De modo que si los fans de la versión de Zack Snyder se quedaron con ganas de más estas es su película, pero a aquellos que salieron del cine en 2006 hartos de cromas, filtros, pectorales y frases que luego fueron parodiadas hasta lo indecible en la red les digo que elijan cualquier otra propuesta cinematográfica de la cartelera, que haberlas haylas y algunas de mucha calidad.



7 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Esta chica es un motivo (lo triste es que a veces el único), para ver un film, también se puede optar por buscar el escena erótica y evitarte la película

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  2. -Dígame, ¿Qué es lo que hace que la gente vaya en masa a ver una película?
    -Tetas.
    ...

    50 años y no hemos evolucionado nada XD

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    1. No se equivoque, no todas las tetas producen este efecto. Las de la señorita Green para mí, sí son aliciente. Pero como he dicho anteriormente, si la película es muy mala, se evitan los cachos sin tetas y santas pascuas :)

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