Título Original Robocop 2 (1990)
Director Irvin Kershner
Guión Frank Miller y Walon Green
Actores Peter Weller, Nancy Allen, Daniel O'Herlihy, Belinda Bauer, Daniel O'Herlihy, Tom Noonan, Gabriel Damon, Willard Pugh, Patricia Charnonneau, Felton Perry
Tras el enorme éxito de Robocop la Metro Goldwyn Mayer y Orion Pictures se pusieron manos a la obra con la secuela que se estrenaría tres años después de la puesta de largo internacional de la anterior entrega. De manera bastante inteligente tanto el director Paul Verhoeven como los guionistas Ed Neumeier y Michael Miner se desvincularon del proyecto dejando los mandos de la realización al veterano Irvin Kershner (Star Wars: El Imperio Contraataca) y la escritura a Frank Miller, por aquel entonces ya un nombre capital dentro del mundo del noveno arte gracias a obras como Batman: El Regreso del Caballero Oscuro y Batman: Año Uno para DC o Daredevil: Born Again para Marvel, y Wallon Green que reescribió el libreto del mismo Miller para supuesto enfado de este. Robocop 2 vio la luz en 1990 y enfrentarse con ella a día de hoy es tan desalentador como innecesario.
Una nueva ola de criminalidad asola la ciudad de Detroit cuando empieza a moverse por las calles una letal droga sintética llamada Nuke. El culpable de que esta sustancia se haya puesto de moda es un mesiánico delincuente llamado Cain que dirige una banda de narcotraficantes y asesinos a los que nadie parece poner freno. Para detener al grupo de Cain la policía enviará a Robocop (el agente Alex Murphy reconvertido en máquina) y su compañera Ann Lewis y con ello poner fin a los negocios ilegales del peligroso criminal. Pero la intervención de la corrupta OCP y su nuevo proyecto para hacerse con el control total de Detroit llamado Robocop 2 darán al traste con los planes las fuerzas de la ley para detener a los culpables del infierno en el que se ha convertido la ciudad.
Robocop 2 es un producto totalmente fallido, primero como secuela de la primera Robocop y después como obra cinematográfica. No sé cuánto del argumento original de Frank Miller quedó en el guión que se utilizó para dar forma al largometraje (no debió enfadarse demasiado por el asunto con los productores cuando él mismo intervino en un par de cameos en la película haciendo de científico fabricante de Nuke) pero el mismo muestra claros síntomas de que el autor de Sin City (o el mismo Wallon Grenn que lo reescribió) no entendió para nada el tono de sátira de la película de Paul Verhoeven, asimilándolo mal y reinterpretándola peor para esta segunda parte.
El tono ácido sólo se ve apuntado puntualmente (los anuncios de televisión y los informativos que pecan de exagerados) pero casi siempre de manera paupérrima y el contexto de un futuro regido por corporaciones formadas por empresarios agresivos cuyo fin es enriquecerse monetariamente está puerilmente expuesto (lo de la clausula del contrato que permite a la OCP arrebatar la ciudad al alcalde es una estupidez supina) dando una visión innecesariamente grandguiñolesca de lo que los autores de Robocop analizaron con mucha más inteligencia y humor tres años antes. El resultado es un guión que falla tanto en su estructura como en apuntes argumentales sonrojantes como cuando la OCP adultera las Directrices de Robocop para convertirle en un imbécil integral, degradando al personaje de la misma manera que Superman 3 y 4 lo hicieron con el personaje de DC al que daba vida el tristemente fallecido Christopher Reeve.
Por desgracia la realización de Irvin Kershner tampoco ayuda engrandecer el producto. El director de Nunca Digas Nunca Jamás está como de pasada, su puesta en escena es plana, su cámara taciturna e insípida y si las secuencias de acción se salvan en algunos de los momentos del metraje es más por el diseño de producción y la labor de los especialistas de escenas de riesgo que por su trabajo detrás de las cámaras. Aunque tenemos persecuciones explosiones, tiroteos, bastante violencia (aunque no tanta como en la primera parte y mucho peor rodada) y unos efectos de maquillaje, stop motion, animatrónicos y alguna pincelada de primitivos CGI (el rostro de Cain que sale en la pantalla que porta en la cabeza el robot que contiene su cerebro) que lucen bien en pantalla el tufo a telefilm inflando no desaparece durante toda la película que para colmo padece de un montaje mediocre que acentúa su acabado más bien pobre y caótico.
Curiosamente hay planteamientos y conceptos acertados en Robocop 2, que en ocasiones son puramente frankmillerianos, pero por desgracia son contados con los dedos y no salvan del naufragio el proyecto. El hecho de que un niño sea un importante capo de la mafia (muy políticamente incorrecta es la visión que se da de los críos en el futuro que refleja la película, no hay más que ver al curioso equipo de beisbol que asalta la tienda de electrónica) es toda una osadía para la época que no está mal desarrollada y el hecho de que un robot llegue a tener dependencia de estupefacientes incluso llegando a sufrir el síndrome de abstinencia es uno de los mayores aciertos de la cinta que acentúa la vulnerabilidad quebrada del personaje de Cain una vez ha sido reconvertido en máquina. Pero por desgracia a estos apuntes curiosos se contraponen desaciertos que hieren de muerte la película, como la subtrama sensiblera con la mujer de Murphy para incidir en la humanidad del protagonista.
Robocop 2 es un despropósito, una obra que a diferencia de su predecesora sí es una cinta de acción pura y dura a la que se le añaden por compromiso hereditario apuntes críticos sobre política y capitalismo pobremente abordados que palidecen ante el dechado de mala baba y sorna que daba forma al guión que Ed Nemumeir y Michalel Miner escribieron para la película de Paul Verhoeven. La cinta de Irvin Kerhsner es una hija de su tiempo, envejecida, hipertrófica e incompetente que no puede ofrecer nada de interés al espectador más allá de acción violenta y ruidosa. Su éxito en la taquilla fue moderado, pero arrasó en ventas en el mercado doméstico, de modo que la tercera entrega que comentaré en breve no se hizo esperar demasiado y aunque un servidor no la ha visto nunca según se comenta es un producto del todo vergonzoso.
Ya como apunte curioso para los fans de los cómics afirmar que Frank Miller no se desvincularía aquí del todo del personaje de Robocop a pesar de lo frustrante que supuso para él colaborar en el guión de la secuela ya que la tercera parte también partiría de un argumento de su propiedad que sería adulterado hasta lo bochornoso. Por último cabría destacar que años después, en 2003 concretamente, el sello americano Avatar Press editaría una serie de nueve números en los que Steve Grant al guión y el español Juan José Ryp a los dibujos adaptarían esta historia de Miller al mundo del cómic aunando en la misma todo lo que el autor de Holy Terror había ideado para Robocop 2 y 3 y que los productores desecharon para su enfado. A su debido tiempo esa obra será comentada en este blog.
Esta película es una obra maestra en comparación con su tercera parte. Advertido estás.
ResponderEliminarEstoy sufriéndola en mis carnes ahora mismo. En breve la crítica.
Eliminar¡Un saludo!
Estaba buena, un clasico.-
ResponderEliminar