miércoles, 20 de julio de 2011

Kung Fu Panda, el furor del plantígrado



Título Original Kung Fu Panda (2008)
Director Mark Osborne y John Stevenson
Guión Jonathan Aibel, Glenn Berger




Definitivamente con Cómo Entrenar a Tu Dragón y esta Kung Fu Panda, Dreamworks ha dado un paso de gigante en lo que ha realizar cine de animación se refiere, llegando incluso con alguno de estos dos largometrajes a codearse dignamente con algunas de las obras salidas de la intocable Pixar. Sí, aún les queda camino para intentar hacerle sombra a la casa (sería difícil que llegaran a aconseguirlo) de John Lasseter y sus huestes, pero la compañía fundada por Spielberg/Geffen/Kratzenberg va por el buen camino y eso es algo que se agradece considerablemente.




Kung Fu Panda se sale por la tangente con respecto a otros productos de la casa como Madagascar, Monstruos y Alienígenas o las secuelas del ogro Shrek, y si bien es cierto que aún se respira en su trama una cierta inclinación por los clichés, la manera en que está llevada la misma y como están compensados estos últimos da como resultado un producto técnicamente destacable, argumentalmente efectivo y sobre todo, con un retrato de personajes tan sencillo como adecuado y con mucho sentimiento así como cariño, sobre todo a la hora de abordar la personalidad de su indiscutible y adorable protagonista.




Kung Fu Panda es ante todo una parodia del cine de artes marciales, en ese saco entran desde los largometrajes de Bruce Lee o Jackie Chan (doblador de un personaje en la cinta que nos ocupa) hasta productos como Karate Kid. Una mirada cariñosa hacia la filosofía oriental de la lucha, la disciplina y el honor. Un panda, hijo de un ganso experto en cocina oriental, es seleccionado a dedazo (de esto saben mucho Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba) por un antiguo maestro de artes marciales para ser el elegido, el Guerrero Dragón. Po, que se llama el plantigrado, es fanático del kung fu y de los 5 Furiosos, alumnos del maestro Shifu, discípulo a su vez del milenario guerrero Oogway. Poco después el primer alumno de Shifu, el renegado Tai Lung, escapará de una cárcel de máxima seguridad para enfrentarse con el Guerrero Dragón.




El mayor encanto del film es sin lugar a dudas su protagonista, el entrañable y achuchable Po. El panda (doblado en la versión original por un adecuado Jack Black en España por muy acertado Florentino Fernández) se gana el corazón del respetable en el primer momento que abre la boca. No sólo es el tipico rol bonachón, torpe, tragón y simpático, es que los guionistas no caen en el cliché de que el personaje se hunda al ver que su adiestramiento para ser el Guerrero Dragón le viene realmente grande desde el principio del proceso, de modo que la determinación (o simpleza) de Po le impide rendirse, ya que ve todo ese trayecto físico y vital es como un juego en el que se codea con sus ídolos.




De los secundarios también se puede sacar bastante jugo, Desde Shi Fu o el padre de Po hasta los 5 Furiosos, pero destacando sobre todos ellos el adorable Ooway, el maestro ya anciano y algo gagá que desprende carisma desde cabeza a caparazón. Una vez más afirmo que ninguno de estos personajes se desprende de cierto tono estereotipado (el que rechaza al protagonista, el que le apoya, el que le ríe las gracias) pero todos son creíbles y acertados en gran medida. Aunque como ya he comentado previamente el bueno de Po se come la película de principio a final.




Pero el técnico es otro apartado en el que la cinta me ha sorprendido gratamante, Hay varias escenas para destacar y recordar en Kung Fu Panda. El magnífico prólogo creado en el tradicional 2D. La huída de Tai Lung de la cárcel (excelentemente bien planificada). Las del entrenamiento de Po. Los flashback de Tigresa y Tai Lung con Shifu. La lucha final (que confirma que el amigo panda nunca será un luchador muy ortodoxo, pero sí muy cómico y efectivo) o la última y emotiva escena de Ooway en la película. Todos pasajes con un toque de elegancia, ternura y profesionalidad que hacen de Kung Fu Panda una experiencia cinematográfica realmente gratificante.




Kung Fu Panda es una película que realmente me ha sabido a gloria. No sé si por esa magia que desprende, porque me identifico con Po (mi apodo en el insitituto era Oso Panda, ahí lo dejo para que hagáis sangre conmigo cuando queráis) o porque realmente estamos ante una gran obra, posiblemente la mejor de la productora en lo que cine animado se refiere, que supone otro avance enorme de Dreamworks en el mundo de la ficción digital. Yo sólo sé que no me voy a perder esa secuela que se ha estrenado hace poco en nuestras carteleras. Porque este plantígrado lo merece.


3 comentarios:

  1. A mi me gustó mucho en su momento aunque la tengo que revisionar ^^

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  2. Eso, y la dos también, que tiene buena pinta.

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  3. Estoy por verla en VOS para escuchar la voz de Seth ainssssssss

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