Título Original The Nice Guys (2016)
Director Shane Black
Guión Anthony Bagarozzi y Shane Black
Actores Ryan Gosling, Russell Crowe, Matt Bomer, Kim Basinger, Yvonne Zima, Keith David, Margaret Qualley, Beau Knapp, Angourie Rice, Daisy Tahan, Abbie Dunn, Michael Beasley, Joanne Spracklen, Dale Ritchey, Terence Rosemore, Chace Beck, Kahallyn Summer Cain, Cayla Brady, Murielle Telio, Lexi Johnson, Gary Wolf, Maddie Compton, Michelle Rivera, Joshua Hoover, Charles Green, Scott Ledbetter, Amy Goddard, Brian Gonzalez, Ty Simpkins
John Milius, Oliver Stone, Lawrence Kasdan o Paul Schrader son casos de guionistas que pusieron sus trabajos a disposición de otros directores y que más tarde decidieron pasarse (unos con más éxito que otros) al campo de la realización para llevar a imágenes sus propios libretos. Shane Black pertenece a este tipo de profesionales, siempre dentro del celuloide de acción del Hollywood de los 80 y 90, pero hasta hace poco no recibió todo el reconocimiento que merecía. Arma Letal, El Último Boy Scout o Memoria Letal (The Long Kiss Goodnight) son buena muestra de que Black entendía profundamente los resortes de las buddy movies (films de acción protagonizados por personajes antagónicos en personalidad, normalmente policías) y gracias a ello podía incluso reírse de su labor como escritor en ellas con aquella incomprendida joya adelantada a su época llamada El Último Gran Héroe (Last Action Hero) que dirigió el gran John McTiernan en 1993 y en la que la parodia, el homenaje, la coña continua y la metarreferencia campaban a sus anchas junto a un desdoblado Arnold Schwarzenegger. Esos apuntes sobre metetextualidad, sobre jugar con los resortes de las películas de acción americanas eclosionó al 100% cuando en el año 2005 se puso por primera vez detrás de las cámaras con Kiss Kiss Bang Bang, un film protagonizado por unos inolvidables Robert Downey Jr y Val Kilmer que llevó hasta el extremo deconstruir las señas de identidad de esas ya mencionadas buddy movies que él ayudó a hacer famosas.
Contra todo pronóstico esa inclinación por diseccionar por medio de la sorna y la sátira un subgénero es la que utilizó en su única incursión en Marvel Studios en la polémica Iron Man 3 que escribió y dirigió sustituyendo a Jon Favreau. Un controvertido acercamiento a las aventuras de Tony Stark con un giro argumental relacionado con el villano, el Mandarín, que desagradó a muchos (sobre todo a los fans del personaje en los cómics) pero que era brutalmente coherente con lo que planteaba la cinta con respecto a los medios de comunicación y su uso como arma para transmitir miedo a a una sociedad que se cree todo lo que ve en una pantalla, buscando en el extranjero a un enemigo que siempre ha vivido en casa y tiene sus mismos rasgos. Tras el estreno de esta tercera parte de las correrías del Hombre de Hierro Black se tomó un respiro como director, saltó la noticia de su implicación en The Predator, la nueva entrega de la saga de los extraterrestres cazadores que él estuvo a punto de escribir en su origen (aunque al final sólo participó como actor en dicho film) y ya en el presente 2016 estrenó su nueva película como director, esta The Nice Guys que nos ocupa.
Te Nice Guys (titulada Dos Buenos Tipos en España) se estrenó en el pasado festival de Cannes recibiendo unas críticas aceptables pero no excesivamente elogiosas y esta vez un servidor está de acuerdo con nuestros vecinos franceses a la hora de evaluar el último largometraje de Shane Black. Por desgracia el tercer film como director del guionista de Una Pandilla Alucinante (The Monster Squad) no está a la altura de lo que se esperaba de él y más si tenemos en cuenta lo alto que dejó el listón con su ópera prima, la ya apuntada, Kiss Kiss Bang Bang que también abordaba este tipo de celuloide. Lo curioso es que Black pone en la coctelera de su último trabajo todos los ingredientes que él conoce y le pueden ofrecer un triunfo sin reservas como localizar y ambientar su historia e 1977, un dúo de actores entregados a la causa y unos secundarios que cumplen su cometido profesionalmente, acción, humor negro, algo de romance e incorrección política. El mayor problema con The Nice Guys es que a la hora de mezclar todos sus ingredientes Black prefiere dar más consistencia a la acción o la trama policíaca que al tono de comedia que en los diez primeros minutos de metraje prometen mucho para diluirse al poco tiempo y sólo mostrar la cara en momentos puntuales, varios, pero no los suficientes. Esta idea de estar más pendiente de construir una intrincada trama que interese al espectador con respecto a todo lo que oculta el caso de Amelia Kutter es la que sacrifica el lado sarcástico y vitriólico que por desgracia se ve muy escamoteado en pantalla.
Aquí Shane Black peca de confiado y deposita la mayor parte de su talento en uno de los dos géneros a los que recurre para dar forma a su proyecto, tomando la mala elección de dar menos peso al que le permite mostrarse como un narrador potente y con mucho gancho a la hora de encadenar gags y díalogos a velocidad luz y dándole más relevancia al más vistoso pero escasamente agradecido en cuanto a la escritura y el lucimiento de los actores se refiere. Dos Buenos Tipos exige mucho más humor, una cascada de situaciones tronchantes sin tregua como las que pudimos ver en Espías de Paul Feig o Deadpool de Tim Miller, films que aunaban el tono dinámico de tiroteos y persecuciones pero mayormente al servicio de la risa continuada que apele al desenfado y la carcajada cómplice del espectador casual. Por desgracia los momentos humorísticos de la película se espacian demasiado en el tiempo y no tienen toda la presencia que debieran. Por eso situaciones como la del coche del prólogo, la presentación de los dos personajes principales, la secuencia en la fiesta, la del retrete o varios de los gags de la recta final sólo son muestras fugaces de lo que podría haber sido el trabajo de Shane Black y su co guionista Anthony Bagarozzi si realmente se hubieran entregado sin reservas a la comedia desenfrenada, la sesión continua de situaciones pasadas de rosca que hicieran de los 119 minutos de metraje una experiencia de cine comercial frenético y alocado cuya única misión fuera desencajar la mandíbula del espectador.
Lo que más llama la atención es que Shane Black lo tiene todo para que ese humor explote y salpique de pintura azul a la platea desde el mismo arranque del metraje, no ya sólo porque al igual que suceddía con Kiss Kiss Bang Bang la trama sobre el matón a sueldo de buen corazón y el detective torpe que deben resolver un caso que mezcla pornografía con corruptelas políticas sea un terreno perfecto para parodiar las buddy movies con tanta mala baba como cariño por el subgénero sino porque sus dos actores principales son el perfecto catalizador para ofrecer gags de alto nivel. Russell Crowe se ocupa de ser el músculo (bueno, viendo su orondez en la película nadie lo diría), una mezcla entre Lino Ventura y Charles Bronson que se ocupa del rol de “tipo duro” de la velada a base de disparos, patadas y puñetazos dando perfectamente la réplica a un superlativo Ryan Gosling que devora la pantalla con su interpretación a lo Peter Sellers, con un uso impagable de la expresión facial (cuando encuentra un cadáver, pierde el habla, y sólo se expresa señalando el cuerpo inerte) y el humor físico que muestran una vis cómic hasta ahora desconocida en el actor de The Believer, Drive o Sólo Dios Perdona. Por ello se antoja más doloroso si cabe que Black no haya depositado más confianza en ese dúo de actores con una química intachable a los que se suma una entrañable Angourie Rice como la avispada Holly que comparte con ellos momentos tronchantes como ayudante más espabilada en lides detectivescas que la pareja de protagonistas.
De lo que no podemos acusar a Shane Black es de no ser consecuente con su estilo y su particular visión de ver el cine de acción. The Nice Guys es una socarrona carta de amor a las buddy movies con una trama que muestra deudas con films como El Gran Lebowski de los hermanos Coen, El Guateque (The Party) de Blake Edwards, la muy reivindicable Cosas que Hacer en Denver Cuando Estás Muerto de Gary Fleder o el cine exploit de los años setenta al que hace referencia paródica en todo momento lanzando dardos contra políticos, hippies o agentes de la ley. Tenemos ecos intertextuales que nos recuerdan a otros films escritos por él como Arma Letal o El Último Boy Scout (imposible no pensar en la deslenguada Danielle Harris de la cinta dirigida por Tony Scott y protagonizada por Bruce Willis al ver el descaro de Holly de Angourie Rice) y las secuencias de acción, como era de esperar viniendo de quien vienen, están bien rodadas y son vistosas en pantalla gracias a las dosis de humor incorrecto que tienen algunas de ellas (vecinas a las que vuelan la cabeza accidentalmente durante un tiroteo por estar mirando por la ventana, niñas arrojadas a través de cristaleras o mafiosos reventando contra el bordillo de una piscina tras improvisar un balconing) y cuando no le da por excederse con lo expositivo de su guión a la hora de dar pistas sobre la trama el ritmo es adecuado y certero, siempre que no volvamos a incidir en el tema de que el grandguiñol y la sana mala intención debería haber estado más presente a la largo del metraje.
Por desgracia Dos Buenos Tipos no ofrece todo lo que prometía y de hecho la desazón se hace notable cuando descubrimos que en sus trailers están prácticamente todos los gags potentes de su vertiente más cómica como producto de entretenimiento, transmitiendo cierta sensación de oportunidad perdida cuando termina su visionado. Como ya hemos comentado y al igual que otros cineastas duchos en cine de acción como Joss Whedon o el mismo Jon Favreau el punto fuerte de Shane Black es el humor, el mismo que siempre ha usado para reírse con cariño pero sin reservas de un subgénero que él ayudó a construir y al que en Kiss Kiss Bang Bang rindió mucho mejor tributo que en este, su último trabajo detrás de las cámaras. Ese no aprovechamiento de un género en favor del otro es el que desequilibra el conjunto de un producto como The Nice Guys, que ofrece mucho menos de lo que su interesante punto de partida y esperanzador arranque prometían en un principio. Incluso podríamos afirmar que Iron Man 3 era más agradecida en cuanto al humor que la cinta que nos ocupa, por mucho que con ello encendiera la ira de muchos fans de Marvel (los espectadores profanos no se tomaron tan mal ideas como la del Mandarín por el simple hecho de que no sabían quien era antes del ver la cinta) que no vieron con buenos ojos esa entrega a la mofa y la befa que destilaba su tono. Tras esta pequeña decepción sólo nos queda esperar a ver qué hace Black con esa The Predator con la que tratará de reverdecer los laureles de la saga ideada por John McTiernan y los hermanos Jim y Jon Thomas con el posible regreso de Arnold Schwarzenegger a la jungla para verse de nuevo las caras con los cazadores espaciales diseñados por Stan Winston y que posiblemente llegue a las carteleras de todo el mundo en el año 2018.
Crítica escrita originalmente para Zona Negativa
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