Título Original: P2 (2007)
Director: Franck Khalfoun
Guión: Alexandre Aja, Grégory Levasseur y Franck Khalfoun
Actores: Rachel Nichols, Wes Bentley, Grace Lynn Kung, Philip Akin, Stephanie Moore, Miranda Edwards
Tras el escatológico título original de P2 se esconde la primera película en labores de producción del interesante dúo francés Alexandre Aja y Grégory Levasseur, autores de films como Alta Tensión o Reflejos. La dirección recae en el parisino Franck Khalfoun, protegido de los creadores de Furia, actor de teatro, asistente de dirección y debutante en el largo cinematográfico en esta, su ópera prima dentro del cine de género de terror y suspense.
Después de la considerable repercusión que obtuvo el remake de Las Colinas Tienen Ojos, cinta que no me canso de reivindicar y de la que algún día hablaré largo y tendido desgranando todo lo que la hace para mí un film indispensable dentro del cine de terror contemporáneo, Aja y Levasseur consiguieron hacerse un nombre en Estados Unidos como autores de cine de género. Con este respaldo detrás decidieron echar una mano a uno de sus amigos, Franck Khalfoen, que consigue con Parking 2 su visión del psychokiller cinematográfico de toda la vida.
Parking 2 es una correcta y aceptable cinta sobre un guarda de aparcamiento que secuestra a una joven del edificio en el que trabaja y con la que está obsesionado, la verdad es que con semejante mujer yo lo comprendo al chaval. Los papeles están interpretados por un poco creíble y bastante hostiable Wes Bentley y una Rachel Nichols que da bien el pego como vícitma que cambia de registro a lo largo del metraje (ecos del Doug Bukowski que interpretara Aaron Stanford en la ya mencionada revisión del film de Wes Craven) pero de la que sólo vemos el generoso y gratuito escote que lleva a lo largo de la película, que está metido con calzador, sí, pero lo cierto es que a nadie la amarga un dulce.
No hay nada destacable en una cinta como Parking 2. La intriga está debidamente desarrollada, el gore dosificado en buena medida y el metraje está lleno de lugares comunes y escenas que transmiten una considerable sensación de déjà vu. Pero todo está resuelto con soltura, la impronta de los productores se deja ver de vez en cuando, sobre todo en el tratamiento brutal que se da de la violencia, los dos actores cumplen con su trabajo, las pocas localizaciones están bien aprovechadas y la sensación de claustrofobia y hermetismo es notable.
Parking 2 sin contar nada nuevo, tampoco se deja influenciar por demasiados films del mismo estilo. Es un producto que no supone ningún paso adelante dentro del género pero que ofrece hora y media de cine entretenido bien resuelto. Ahora, por mucho que me gusten los mensajes sociales dentro del cine de terror, siempre que estén bien llevados y sean hasta cierto punto lógicos, que por ahí algunos entendidos digan que el personaje de Bentley representa a la América reprimida y ultraconservadora me parece una estupidez supina. Su rol es más simple que todo eso, es un psicópata de manual, que podía haber llevado a cabo sus fechorías en New York, Amstetten o el Ensanche barcelonés, gilipolleces las justas, señores míos.
Después de la considerable repercusión que obtuvo el remake de Las Colinas Tienen Ojos, cinta que no me canso de reivindicar y de la que algún día hablaré largo y tendido desgranando todo lo que la hace para mí un film indispensable dentro del cine de terror contemporáneo, Aja y Levasseur consiguieron hacerse un nombre en Estados Unidos como autores de cine de género. Con este respaldo detrás decidieron echar una mano a uno de sus amigos, Franck Khalfoen, que consigue con Parking 2 su visión del psychokiller cinematográfico de toda la vida.
Parking 2 es una correcta y aceptable cinta sobre un guarda de aparcamiento que secuestra a una joven del edificio en el que trabaja y con la que está obsesionado, la verdad es que con semejante mujer yo lo comprendo al chaval. Los papeles están interpretados por un poco creíble y bastante hostiable Wes Bentley y una Rachel Nichols que da bien el pego como vícitma que cambia de registro a lo largo del metraje (ecos del Doug Bukowski que interpretara Aaron Stanford en la ya mencionada revisión del film de Wes Craven) pero de la que sólo vemos el generoso y gratuito escote que lleva a lo largo de la película, que está metido con calzador, sí, pero lo cierto es que a nadie la amarga un dulce.
No hay nada destacable en una cinta como Parking 2. La intriga está debidamente desarrollada, el gore dosificado en buena medida y el metraje está lleno de lugares comunes y escenas que transmiten una considerable sensación de déjà vu. Pero todo está resuelto con soltura, la impronta de los productores se deja ver de vez en cuando, sobre todo en el tratamiento brutal que se da de la violencia, los dos actores cumplen con su trabajo, las pocas localizaciones están bien aprovechadas y la sensación de claustrofobia y hermetismo es notable.
Parking 2 sin contar nada nuevo, tampoco se deja influenciar por demasiados films del mismo estilo. Es un producto que no supone ningún paso adelante dentro del género pero que ofrece hora y media de cine entretenido bien resuelto. Ahora, por mucho que me gusten los mensajes sociales dentro del cine de terror, siempre que estén bien llevados y sean hasta cierto punto lógicos, que por ahí algunos entendidos digan que el personaje de Bentley representa a la América reprimida y ultraconservadora me parece una estupidez supina. Su rol es más simple que todo eso, es un psicópata de manual, que podía haber llevado a cabo sus fechorías en New York, Amstetten o el Ensanche barcelonés, gilipolleces las justas, señores míos.
Tú solo has visto esta peli por el escote de la tiparraca ¬¬
ResponderEliminarQué buen tiempo hace ¿no?
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