RepartoBen Affleck, Joey Lauren Adams, Jason Lee, Dwight Ewell, Jason Mewes, Matt Damon
Clerks supuso un éxito a nivel internacional. La ópera prima de Kevin Smith era una bocanada de aire fresco dentro del cine independiente estadounidense y sirvió como carta de presentación para un guionista y director, más lo primero que lo segundo, con una mirada fresca, unos diálogos ágiles y mucho humor. Su segundo film, Mallrats, fue un relativo fracaso y no gustó tanto a la prensa especializada, por acercarse de alguna manera a un cine más mainstrean, aunque con la personalidad de su autor intacta. Para un servidor siempre fue una comedia excelente y por suerte el tiempo y los revisionados la han tratado muy bien.
Pero en 1997 Smith cerraría su mal llamada trilogía de New Jersey con Persiguiendo a Amy, la que supone sin lugar a dudas su obra de madurez como autor cinematográfico. La tercera cinta como guionista y director del autor de Batman:Cacofonía o Daredevil: Diablo Guardián se adentra por primera vez, de manera directa y bastante arriesgada, en el terreno de la comedia romántica. Sin renunciar a su discurso pretendidamente infantil, Smith construye una sólida historia sobre amor no correspondido, identidad sexual y amistad.
Por vez primera, y si lo miramos con cierta perspectiva puede que por última, Smith da algo de dimensión a sus personajes y no los deja pulular por la trama como estereotipos más o menos etiquetables. En Persiguiendo a Amy la mayoría de los roles y en especial los protagonistas interpretados por Ben Affleck y Joey Lauren Adams, tienen cierta dimensión y son más creíbles que los onanistas freak que suelen dar vida a los caracteres que pueblan las cintas del autor de Dogma o ¿Hacemos Una Porno?.
Persiguiendo a Amy confirmó algo que ya vimos en sus trabajos como guionista de cómic en trabajos como Green Arrow o Spiderman & Gata Negra, El Mal que Hacen los Hombres, que a Smith no sólo se le da bien escribir comedia, sino que se mueve con muchísima soltura, puede que incluso más, con un tono dramático como base. La atípica historia de amor entre Holden y Alyssa demuestra que su autor sabe de qué habla y controla bien los resortes del género romántico, sin acercarse al sentimentalismo barato o al pasteleo, gracias a no renunciar a sus señas de identidad y a sus ramalazos de humor entre entrañable y escatológico.
Porque seamos francos, por suerte el Kevin Smith de diálogos ágiles sobre sexo oral, vaginal y anal desenfrenado sigue aquí. También la intertextualidad con el resto de sus obras y la habitual aparición de Jay y Bob el Silencioso en la que los dos personajes tienen su momento de gloria. Por no mencionar a un Jason Lee memorable dando vida a Banky, un entrañable gilipollas prejuicioso que se gana al espectador a los cinco minutos de metraje con su deslenguada verborrea y su exacerbado egoismo.
Sí, Ben Affleck es la pura esencia de la inexpresión y la voz de Joey Laurel Adams esl del todo irritante. Pero la historia es creíble, las escenas románticas y las drámáticas del film son posiblemente lo mejor que ha dado Smith en toda su carrera, su trabajo en la realización técnica sigue siendo plano y estático, pero lo suple todo con el guión y la acertada dirección de actores. Persiguiendo a Amy es una obra valiente por parte de Kevin Smith, ya que mucho de lo que se narra en ella es autobiográfico y a día de hoy la considero un acertadísimo y nada autocomplaciente acercamiento al género romántico. También es la mejor obra de su creador, que nunca ha vuelto a ser tan sincero como cineasta como aquí y, viendo los derroteros hacia los que se dirige su filmografía actual, posiblemente no lo vuelva a ser.
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ResponderEliminarMe ha encantado, una historia de amor nada ñoña y con ese final que me ha encantado, película que voy a añadir a mi lista de favoritas a la de ya
ResponderEliminarSabía que te gustaría, moza, a ver si la pillamos en dvd, aunque está crudillo.
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