Título Original: La Chiesa (1989)
Director: Michele Soavi
Guión: Dario Argento, Franco Ferrini y M.R. James
Actores: Hugh Quarshie, Tomas Arana, Feodor Chaliapin Jr., Barbara Cupisti, Antonella Vitale, Giovanni Lombardo Radice, Asia Argento, Roberto Caruso, Roberto Corbiletto
La Chiesa, títulada burdamente en España El Engendro del Diablo, supuso el segundo largometraje del director italiano Michele Soavi bajo la protección del gran Dario Argento, ejerciendo aquí de productor y co guionista. Film de terror neogótico siguiendo la estela de autores como Mario Bava, Lucio Fulci o el ya mencionado Argento, pero tomando como referencia argumental films americanos de corte diabólico o satánico a los que haré referencia más adelante.
El Engendro del Diablo es un producto de notable irregularidad adoleciendo de un desnivel que hiere notablemente su conjunto. Los primeros 50 minutos del film son ejemplares. Soavi imprime fuerza a su flasback medieval, para más tarde narrar un relato de terror sobre catedrales malditas, mensajes ocultos, espíritus errantes, teología y ocultismo. La dirección excelente en todos los aspectos, dejando el realizador de Aquarius en pañales a coetáneos suyos como Lamberto Bava (resuelto artesano, pero siempre a años luz de su padre Mario) con un excelente uso de los encuadres, movimientos de cámara y el in crescendo narrativo.
El problema es que tras la excelente secuencia del travelling acelerado por la carretera y la del descubrimiento por parte de Evan de la cruz con la cabra de siete ojos, la obra se desinfla totalmente y se convierte en un insulso caos a partir del buñueliano encierro en la iglesia. Desde ese mismo momento empieza a darse forma un humor estúpido ausente hasta ese momento en el metraje llegando a chocar de lleno con la seriedad formal destilada por el producto desde su arrcnque. Los monstruos y criaturas demoníacas, previamente intuidas en lugar de mostradas explicitamente, hacen por fin acto de presencia y esta por desgracia se antoja ridícula y risible.
El mayor problema estriba en que si bien el film, aún contando con referencias a autores del cine de terror italiano en su primera hora, tenía personalidad propia y no trataba de emular ninguna cinta en concreto, en el último tercio la trama se transforma por obra y gracia del guión en un sucedáneo de El Príncipe de las Tinieblas, la semidesconocida y muy lograda cinta de culto del americano John Carpenter. Aunque también hay tiempo para fusilar impunemente a Roman Polanski, cuando el Michele Soavi decide copiar, casi plano por plano, la icónica e initable escena onírica de La Semilla del Diablo.
A pesar de que en su recta final pierde consistencia, La Chiesa es una producción merecedora de ser vista. Se trata de una pieza harto entrtenida de terror gótico, con escenas muy logradas, actores bastante solventes a la hora dar vida a sus estereotipados roles y una banda sonora excelente que mezcla de manera ecléctica temas del compositor Philip Glass con otros interpretados por la banda de rock italiano Goblin. Un film divertido, que cumple su cometido de entretener y hasta cierto punto inquietar, a pesar de llegar tantear la posibilidad de haber sido mucho más redondo de lo que al final resultó ser.
El Engendro del Diablo es un producto de notable irregularidad adoleciendo de un desnivel que hiere notablemente su conjunto. Los primeros 50 minutos del film son ejemplares. Soavi imprime fuerza a su flasback medieval, para más tarde narrar un relato de terror sobre catedrales malditas, mensajes ocultos, espíritus errantes, teología y ocultismo. La dirección excelente en todos los aspectos, dejando el realizador de Aquarius en pañales a coetáneos suyos como Lamberto Bava (resuelto artesano, pero siempre a años luz de su padre Mario) con un excelente uso de los encuadres, movimientos de cámara y el in crescendo narrativo.
El problema es que tras la excelente secuencia del travelling acelerado por la carretera y la del descubrimiento por parte de Evan de la cruz con la cabra de siete ojos, la obra se desinfla totalmente y se convierte en un insulso caos a partir del buñueliano encierro en la iglesia. Desde ese mismo momento empieza a darse forma un humor estúpido ausente hasta ese momento en el metraje llegando a chocar de lleno con la seriedad formal destilada por el producto desde su arrcnque. Los monstruos y criaturas demoníacas, previamente intuidas en lugar de mostradas explicitamente, hacen por fin acto de presencia y esta por desgracia se antoja ridícula y risible.
El mayor problema estriba en que si bien el film, aún contando con referencias a autores del cine de terror italiano en su primera hora, tenía personalidad propia y no trataba de emular ninguna cinta en concreto, en el último tercio la trama se transforma por obra y gracia del guión en un sucedáneo de El Príncipe de las Tinieblas, la semidesconocida y muy lograda cinta de culto del americano John Carpenter. Aunque también hay tiempo para fusilar impunemente a Roman Polanski, cuando el Michele Soavi decide copiar, casi plano por plano, la icónica e initable escena onírica de La Semilla del Diablo.
A pesar de que en su recta final pierde consistencia, La Chiesa es una producción merecedora de ser vista. Se trata de una pieza harto entrtenida de terror gótico, con escenas muy logradas, actores bastante solventes a la hora dar vida a sus estereotipados roles y una banda sonora excelente que mezcla de manera ecléctica temas del compositor Philip Glass con otros interpretados por la banda de rock italiano Goblin. Un film divertido, que cumple su cometido de entretener y hasta cierto punto inquietar, a pesar de llegar tantear la posibilidad de haber sido mucho más redondo de lo que al final resultó ser.
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