sábado, 15 de octubre de 2016

Un Monstruo Viene a Verme



Título Original A Monster Calls (2016)
Director J.A. Bayona
Guión Patrick Ness, basado en su propia novela
Reparto Lewis MacDougall, Sigourney Weaver, Felicity Jones, Liam Neeson, Toby Kebbell, Geraldine Chaplin, James Melville, Garry Marriott, Joe Curtis, Kai Arnthal, Max Gabbay




Con sólo tres largometrajes Juan Antonio Bayona se ha convertido en uno de nuestros cineastas más internacionales. Procedente del mundo del videoclip y el cortometraje, el catalán debutó en el mundo del largo con El Orfanato en 2007, una mezcla entre terror y drama con una soberbia Belén Rueda como sufrida protagonista que sin inventar nada (los ecos a Supense, Al Final de la Escalera o su compatriota Los Otros, eran claras) conseguía hacer buen uso de los resortes narrativos de ambos géneros. Cinco años después dio el salto internacional (aunque en una producción que seguía siendo española, con la asociación de Apaches Entertainment y Telecinco Cinema) con Lo Imposible, un film basado en hechos reales que narraba la supervivencia de una familia al famoso Tsunami que arrasó Tailandia en 2004 y que tenía como protagonistas principales a Ewan McGregor, Naomi Watts y Tom Holland, el actual Spiderman de Marvel Studios, un excelente trabajo en todos sus apartados que sólo pecaba por entregarse en demasiadas ocasiones a cierta pornografía sentimental. Después de rodar algunos episodios para series americanas como Penny Dreadful y un cortometraje documental llamado 9 Días en Haití J.A. Bayona vuelve a la pantalla grande con un proyecto en el que se embarcó después de caerse como director de la secuela de Guerra Mundial Z. Este último film titulado Un Monstruo Viene a Verme (A Monster Calls en inglés) es una adaptación de la novela homónima escrita por el periodista y novelista Patrick Ness que en esta ocasión se ocupa también del guión de la obra. El último proyecto de Bayona detrás de las cámaras no sólo es su obra más redonda, sino también para el que suscribe el mejor film de lo que llevamos de 2016. Un triunfo total al que pocos fallos se le pueden achacar.




Un Monstruo Viene a Verme cuenta la historia de Conor (Lewis MacDougall) un chico de doce años, hijo de padres separados, que a parte de sufrir los abusos de algunos compañeros de clase tiene que asumir la enfermedad de su madre (Felicity Jones) que padece cáncer, la autoridad de su estricta abuela (Sigourney Weaver) que trata de hacerse cargo de él ante la ausencia de su progenitora mientras permanece en el hospital y la llegada de su padre (Toby Kebbell) tras conocer el delicado estado de salud de su ex mujer. Una noche Conor recibe en su dormitorio la visita de un enorme monstruo (Liam Neeson) en forma de un árbol de grandes proporciones que según sus propias palabras le contará tres historias tras las cuales él finalmente podrá verse en situación de narrar una cuarta que tendrá que ver con su vida y sus actuales miedos. Este es el argumento de Un Monstruo Viene a Verme, sacado de la novela de Patrick Ness, y en poco se aleja de la temática literaria de autores adscritos al género fantástico como Michael Ende o Terry Pratchet o a cineastas como el norteamericano Terry Gilliam que con obras como Héroes del Tiempo (Time Bandits), Brazil o El Imaginario del Doctor Parnassus se ha convertido con los años en uno de los cineastas que con más pericia a abordado la idea de huir de la cruda realidad por medio de la imaginación o la locura.




Un servidor tenía buenas vibraciones con respecto a este proyecto, no sólo por la sobrada soltura de Bayona como cineasta, sino también porque hace unos años vi en televisión un cortometraje rodado por él en el año 2002 titulado El Hombre Esponja que abordada con acierto una mezcla genérica entre fantasía y drama con un argumento muy parecido al de esta Un Monstruo Viene a Verme de la que fácilmente pudo haber sido el germen. El resultado de su último largometraje es sencillamente brillante y la sublimación de la quintaesencialidad del estilo Bayona, una propensión por amalgamar cine de género (terror, catástrofes, fantasía) con el drama, aunque cometiendo algún fallo con este último ya habitual en su impronta, par dar forma a la última entrega de lo que se ha conocido como la trilogía de las relaciones maternofiliales que empezó con su debut detrás de las cámaras y acaba con el proyecto que nos ocupa. El catalán consigue fusionar con una pericia magistral las dos vertientes de la obra, permitiendo no sólo que el realismo no chirríe a la hora de convivir con la fantasía, sino también creando una sólida armonía entre ambas que se solidifica en el relato desde la primera (y soberbia) aparición del Monstruo y no desaparece hasta el último plano que cierra la obra.




Esta convergencia entre distintos géneros se revela de una construcción narrativa impecable cuando descubrimos que las apariciones del Monstruo sirven para que el drama que vertebra la historia central se desarrolle gradualmente y vaya ganando profundidad emocional. Esto confirma que el sustrato fantástico de la obra se cohesiona de tal manera con el real que si elimináramos el sentido de la metáfora y la simbología de la narración y la relación de la criatura con Conor se redujera a sus propios pensamientos sin ser metabolizados en pantalla en la forma de la enorme figura con apariencia de tejo a la que pone rostro (por medio de la captura de movimiento) y voz Liam Neeson el film podría haber sido un drama sobre el miedo y la madurez que hubiera fluido sin ningún problema, pero Bayona y su guionista rizan el rizo y cogen todos los problemas emocionales del personaje principal para amalgamarlos en una representación física descomunal, visualmente epatante y ejecutada con un sabio uso de unos efectos CGI que convierten al Monstruo en un ser palpable, cercano, tan intmidante como tierno. La presencia del Monstruo no sólo tiene una coherencia desarmante dentro del conjunto de la obra cinematográfica, también es expuesta en pantalla como un prodigio estilístico que se extiende por toda la imaginería que le rodea, ya que pasajes como los de las dos historias animadas sobre la Bruja y el Boticario (dos pequeñas obras de arte dentro de la película) el del ataque de ira en el comedor del colegio (esos dos puños cerrándose a la vez como si fueran uno solo) o la destrucción de la casa de párroco en la que Conor y el Monstruo casi se mimetizan en una misma figura pueden considerarse algunos de los mejores momentos cinematográficos del presente 2016.




Otra de las mayores virtudes de J.A. Bayona desde sus inicios en el mundo del cortometraje es su habilidad como director de actores, sacando lo mejor de los intérpretes que protagonizan sus obras cinematográficas, sobre todo en lo que a las actrices se refiere, ya que sólo tenemos que recordar las enormes labores de Belén Rueda y Naomi Watts en El Orfanato y Lo Imposible respectivamente para confirmar el especial tacto del catalán para trabajar conjuntamente con sus repartos. Un Monstruo Viene a Verme corrobora esta teoría con la enorme labor de un cast implicado en el proyecto y en el que todos saben driblar con un relato de un dramatismo más que notable que ellos resuelven con nota. Los primeros pasos en el largometraje de Lewis MacDougall son poco prometedores, cierta bisoñez y su inexpresividad juegan en su contra, pero poco a poco va haciéndose con su rol cuando el drama se va apoderando del desarrollo de acontecimientos y se empiezan a plantear desde el guión interesantes apuntes sobre el Bullying, la fe o las falsas apariencias que a veces proyectan las personas que nos rodean. Felicity Jones es el personaje más complicado de la película, no sólo por ser el núcleo central del devenir de la misma sino porque indebidamente abordado puede dar pie a lo lacrimógeno y tremendista, y aunque la protagonista de La Teoría del Todo o la próxima Star Wars: Rouge One hace una excelente labor Bayona utiliza en ocasiones su desgracia para adentrarse en cierto sensacionalismo emocional como también sucedió en su film anterior, aunque todo esté justificado en un sentido narrativo. Sigourney Weaver aporta señorío y veteranía a su papel de estricta pero justa abuela y Toby Kebbel queda un poco por debajo de sus compañeros como el padre de Conor, haciendo bien su labor, pero siendo eclipsado por el resto del reparto.




Antes de embarcarse en la mastodóntica secuela de Jurassic World que Steven Spielberg va a poner a su disposición con todos los medios propios de una superproducción hollywoodiense J.A. Bayona ha firmado la que es a día de hoy su mejor película como cineasta. Recomiendo olvidar la machacona e insoportable publicidad que Mediaset ha hecho de la obra, porque la adaptación que el español ha elaborado de la novela homónima de Patrick Neeson, con la inestimable ayuda de este al guión, no sólo merece totalmente la pena, es que para el que suscribe es la película más redonda y atractiva del 2016, no sólo por lo bien que está ejecutada en todos sus apartados, sino también por abordar una temática que siempre ha sido una de mis debilidades, la de una aterradora realidad que devora a los soñadores. El director de Lo Imposible ha querido realizar su El Laberinto del Fauno, y aunque no llega a los niveles de excelencia de la incotestable obra maestra del mexicano Guillermo del Toro (de cuya obra Un Monstruo Viene a Verme bebe en no pocas ocasiones) ha diseñado una pequeña joya en la que sus virtudes como narrador (una puesta en escena apabullante, una dirección de actores envidiable, un control ferreo de las altas tecnologías para que estas siempre estén al servicio de la historia y no al revés) solapan a su fallos (esa inclinación por el tremendismo dramático con el que incitar al espectador a soltar la lágrima de rigor) para ofrecer a la platea un efectivo manual para afrontar (que no vencer) sentimientos como el miedo, la culpa o la pérdida. En el proceso nos deja por el camino un puñado de imágenes y diálogos para la estantería del recuerdo y la idea de que muchos espectadores nunca volveremos a quedarnos indiferentes cuando un reloj marque las 12:07 horas de la madrugada.



1 comentario:

  1. Reseña publicada originalmente en Zona Negativa

    http://www.zonanegativa.com/zncine-critica-de-un-monstruo-viene-a-verme-de-j-a-bayona/

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