Título Original Punisher: War Zone (2008)
Director Lexi Alexander
Guión Nick Santora, Art Marcum, Matt Holloway, basado en los cómics de Gerry Conway, Ross Andru y John Romita Sr
Actores Ray Stevenson, Dominic West, Julie Benz, Dash Mihok, Doug Hutchison, Wayne Knight, Colin Salmon, Keram Malicki-Sánchez, T.J. Storm, Bjanka Murgel, Larry Day, David Vadim, Romano Orzari, Tony Calabretta, Jon Barton
Punisher (o el Castigador como ha sido conocido siempre en España) es un personaje nacido en el seno de Marvel Cómics en 1974 a manos del guionista Gerry Conway y los dibujantes Ross Andru y John Romita Sr. El alter ego de Frank Castle es el antihéroe por antonomasia de la Casa de las Ideas, un ex marine que tras el asesinato de su mujer y sus dos hijos a manos de la mafia decide comenzar una cruzada para eliminar a todos los criminales que, según su estricto código moral, merezcan ser ejecutados a sangre y fuego. Punisher es la antítesis de superhéroes como Spiderman, Capitán América o Daredevil, un vigilante que se toma la justicia por su propia mano afirmando que las fuerzas de la ley de su país no ofrecen a los asesinos, violadores y traficantes un castigo que se ajuste al crimen. Después de años de subidas y bajadas y tras pasar por la mano de guionistas como Steven Grant, Carl Potts o un Garth Ennis que reinventó toda su mitología e idiosincrasia con el paso de sus historias al sello MAX y dibujantes como Jim Lee, Steve Dillon o Leandro Rivera el Castigador se hizo con un nombre dentro de la editorial de Stan Lee.
Como muchos otros personajes de Marvel, Punisher ha probado suerte hasta en tres ocasiones para trasladar sus aventuras en viñetas a la pantalla grande sin los resultados esperados. La primera vez que Frank Castke dio el salto al celuloide fue a manos del habitual montador Mark Goldblatt en labores de director y con el sueco Dolph Lundgren en la piel del personaje protagonista, tinte de pelo mediante para tapar su melena rubia, en The Punisher. El film se estrenó en España con el confuso título Vengador y como en ningún momento el personaje principal lucía la característica calavera blanca en su vestimenta pocos supieron en su momento que se trataba de una adaptación cinematográfica del famoso Castigador, El resultado fue una mediocre cinta de acción cafre y divertida que en poco se diferenciaba de las producciones propias de los action heroes de la era Reagan. Su seca visceralidad, un Dolph Lundgren de impionente fisicidad o la presencia de secundarios como Louis Gosset Jr o Jeroen Krabbé hacen que aún a día de hoy la producción destile cierto encanto demodé propio de los ochenta.
Ya en 2004 y en pleno arranque de la nueva era del cine superheróico con producciones como X-Men de Bryan Singer, Spiderman de Sam Raimi o Batman Begins de Christopher Nolan se estrenó El Castigador (The Punisher, nuevamente en su título original) auspiciada por Artisan Entertainment, en co producción con unos Marvel Studios que todavía no creaban su propio material de manera independiente, dirigida por Jonathan Hensleigh (guionista de productos como Armageddon o La Jungla de Cristal; La Venganza) y protagonizada por Thomas Jane en el papel de Frank Castle y con John Travolta como el villano de la velada. Aunque el film trataba de adaptar la etapa de Garth Ennis y Steve Dillon en el sello Marvel Knights el resultado fue un desastre de inabarcable estupidez, secuencias sonrojantes, violencia light, tramas endebles y secundarios intragables como el Howard Saint del protagonista de Pulp Fiction que no había por donde cogerlo. El proyecto pasó sin pena ni gloria y aunque funcionó bien en taquilla nunca tuvo una continuación e incluso se vio altamente superado por el cortometraje Dirty Laundry en el que el protagonista de La Niebla se metía de nuevo en la piel de Punisher con mucho mejor resultado.
Finalmente hacemos parada en el año 2008 para hablar de la cinta que nos ocupa, esta Punisher War Zone que supuso el tercer y último intento por trasladar los cómics del Castigador a la pantalla grande con los mejores resultados hasta aquel momento, pero no por ello consiguiendo el éxito que Frank Castle merecía. No son pocos los problemas a los que se enfrentó el film, desde el encontronazo de la productora Gale Ann Hurd (Terminator, The Walking Dead) con la directora asignada para sacar el proyecto adelante, la alemana Lexi Alexander que por entonces sólo había rodado la más o menos conocida Green Street Hoolingans, hasta el triste recibimiento que tuvo en la taquilla americana y que lo abocó a ser estrenado en no pocos países (España entre ellos) directamente en el mercado doméstico sin pasar por las carteleras. A continuación vamos a desgranar en la medida de lo posible esta Punisher Zona de Guerra que en nuestro país fue vendida estúpidamente como secuela de la versión de 2004 y que aún siendo un proyecto fallido y que no consigue estar a la altura de lo que se le exigía sí ofreció el mejor retrato que se ha realizado del personaje en el séptimo arte.
En una de sus misiones para eliminar a toda una familia de la mafia italoamericana Frank Castle alias Punisher (Ray Stevenson) acaba asesinando por error a Nicky Donattelli (Romano Orzari) un agente del FBI que se encontraba infiltrado en el submundo del hampa. En el proceso el Castigador también lanza al criminal Billy Russoti (Dominic West) a una máquina trituradora de vidrio deformando su rostro y pasando de este modo a tomar la personalidad del criminal Jigsaw. Mientras el FBI sigue la pista de Castle por medio de la intervención de los agentes Martin Soap (Dash Mihok) y Paul Budianski (Colin Salmon) el vigilante tendrá que hacer lo posible por mantener a salvo a Angela Donnatelli (Julie Benz) y la pequeña Grace (Stephanie Janušauskas) viuda e hija del agente al que ha eliminado por error. Con la ayuda de su compañero Micro (Wayne Knight) Punisher tratará de cumplir su cometido, pero la aparición de "Loony Bin Jim" (Doug Hutchison) el demente y antropófago hermano de Billy Russoti añadirá considerables dificultades para que pueda llevar a cabo su complicada misión.
Punisher: War Zone es la versión estilizada y brutalizada de una película de la Cannon Films de Menahem Golan y Yoram Globus. Aunque su guión esté realizado por Matt Holloway, Art Marcum y Nick Santora fueron la directora Lexi Alexander y el director de fotografía Steve Gainer los que se ocuparon de dar el look a la cinta, para bien y para mal. En este sentido por el lado bueno realizadora y camarógrafo trataron de ceñirse escrupulosamente a la fuente en la que se basaban, la etapa de Garth Ennis en la colección Punisher MAX dirigida a lectores adultos, con la violencia más explícita y brutal jamás vista en una cinta protagonizada por el personaje de Frank Castle y por otro trasladando casi literalmente las viñetas de los cómics ( sirva como ejemplo el arranque en la casa de Gaitano Cesare, que está sacado de el tomo En el Principio) para que el trabajo del creador de Predicador o War Stories y las soberbias ilustraciones del portadista Tim Bradstreet (con homenaje en la película por medio del hotel en el que tiene lugar el clímax final de la trama) fueran extrapoladas a imagen real con la mayor de las fidelidades.
Por el lado malo debemos afirmar que aunque la violencia sea más cruda y visceral que nunca y que en ocasiones el film parezca una serie de ilustraciones de Tim Bradstreet en movimiento Lexi Alexander y Steve Gainer no comprenden lo que supone dar "iluminación de cómic" a su producto. Como ambos autores afirman en el audiocomentario del dvd del largometraje quisieron ser tan fieles a las viñetas que si en las mismas veían que sólo se utilizaba una paleta de tres colores esos serían los que trasladarían literalmente a la pantalla. Esta desnortada decisión convierte la fotografía del largometraje en un desfile interminable de horteras luces de neón que invaden prácticamente todos los encuadres del metraje. El contraste es complicado porque si bien las localizaciones poseen el tono sucio, urbano y oscuro de los cómics es esa innecesaria y deficiente iluminación la que resta naturalismo al conjunto y da testimonio de que tanto Alexander como Gainer demuestran no saber que para dar estética de cómic a una obra cinematográfica no es necesario copiarla descaradamente.
Otro de los defectos de Punisher: Zona de Guerra es su montaje. Como hemos mencionado previamente la directora Lexi Alexander tuvo algunos problemas con los productores y su nombre estuvo apunto de desaparecer de los títulos de crédito por voluntad propia, aunque al final la sangre no llegó al río. En palabras de la propia realizadora se afirma que los jefazos de Lionsgate no le permitieron poner en circulación algunas ideas que tenía para el film y eso creó ciertos roces. Esto que mencionamos se deja ver en pantalla cuando somos testigos de la deficiente edición de la obra, muy tosca y en la que hubo un enorme caos a la hora de alternar metraje rodado por la primera unidad y el que añadió la segunda que era básicamente el más gore y explícito. Todo esto nos hace evidenciar que seguramente exista un director's cut (de hecho la cineasta lo menciona en el ya citado audiocomentario) que daría más empaque al conjunto de la obra si algún día viera la luz (como ya sucedió con otros films del ramo como El Castigador o Daredevil) aunque dicha posibilidad a estas alturas sería considerablemente improbable.
Una vez mencionados los defectos de Punisher: War Zone ya sólo nos queda reivindicarlo como producto de evasión cafre y desprejuiciado. La cinta de Lexi Alexander es un desfile de salvajismo políticamente incorrecto en el que podemos ver a un Frank Castle desatado y sin cortapisas dando matarile a todo tipo de criminales desalmados y en el que asistimos a todo un muestrario de cabezas explotadas, rostros saltando por los aires, mutilaciones con hachas, gargantas atravesadas por distinto tipo de vidrios y cuerpos desmembrados, todo un ejercicio de fruición como celuloide fascistoide y divertido que haría las delicias de Chuck Norris o Charles Bronson con aroma a inflada producción de Serie B reventavideoclubs de los ochenta cuya única aspiración es ofrecer entretenimiento bestia en poco más de noventa minutos de metraje. Lexi Alexander demuestra destreza con las escenas de acción y puebla el film de tiroteos, peleas y pasajes de una estilización pulp que no da un respiro ni hace prisioneros. Una pena, que como hemos mencionado, su trabajo se viera cercenado o al menos debilitado, por un montaje que podría haber sido bastante más efectivo.
Ray Stevenson fue una acertadísima elección de casting. El actor de Roma, Dexter o las dos entregas de Thor es el mejor Frank Castle que se ha visto en pantalla grande hasta el momento. La fisicidad, su altura (más o menos un metro noventa) la presencia física y el dominio que tiene de las armas de fuego (el actor británico recibió entrenamiento militar durante el proceso de creación del film para parecer un verdadero marine) conseguían que en todo momento viéramos en pantalla al Punisher de las, ya mencionadas, ilustraciones de Tim Bradstreet, también estando a la altura en las secuencias dramáticas que tratan de ahondar (sin mucho éxito pero con buenas intenciones) en el drama que siempre supondrá para él la pérdida de su familia a manos de la mafia. En el lado contrario tenemos a unos desatadísimos villanos, uno, Jigsaw (con génesis descaradamente copiada de la del Joker del Batman de Tim Burton) en la piel desfigurada de un Dominic West que poco tiene que ver con su inolvidable y contenido Jimmy McNulty de la mítica The Wire y otro en el enano pero frenético cuerpo de un Doug Hutchison haciendo lo que mejor sabe, de demente con cara de asesino y viceversa. Estos dos personajes que pueden llegar a cargar al espectador no desentonan con el tono exagerado y espídico del film y por descontado que, por lo que se ve en las imágenes, los actores debieron pasarlo de vicio interpretándolos.
Entre los secundarios tenemos a un muy convincente Wayne Knight (Seinfield, Parque Jurásico) dando vida a Micro, el inseparable compañero de Castle que le proporciona su armamento y cuyo físico se adecúa totalmente al del rol de las viñetas, Julie Benz (Dexter, Ángel, John Rambo) y Stephanie Janušauskas dan el tono dramático como la familia Donatelli, por otro lado Colin Salmon (Resident Evil, Alien vs. Predator) y Dash Mihok (El Lado Bueno de las Cosas, La Delgada Línea Roja) son los policías que ayudarán a Frank en su encrucijada contra los criminales de New York. Todos estos se exponen como personajes unidimensionales, algunos con más peso que otros en la trama, pero sólo son comparsas para que Ray Stevenson se luzca como máquina de matar perfectamente engrasada y Dominic West y Doug Hutchison puedan torturarlos y agredirlos para exponer delante de pantalla su perfil de descerebrados villanos de opereta. Por ello poco importa que el casting haga un buen trabajo en líneas generales, son Castle, Jigsaw y Loony Bin Jim los que centran la atención a lo largo del metraje con sus desaforados actos de venganza el primero y sus sádicas pasadas de rosca los segundos.
Desde estas humildes cuatro paredes quiero reivindicar un divertidísimo y vikingo placer culpable a ritmo de nu metal como Punisher: War Zone. Esta producción de 2008 es lo más cerca que ha estado el séptimo arte de realizar una traslación digna del Castigador que fuera fiel a los cómics. Evidentemente se quedó a medio camino ya que nada del nihilismo, la desesperanza y la disección psicológica que Garth Ennis imprimió al personaje en los distintos arcos de la serie MAX encontramos en estos 108 minutos de metraje. Pero por primera vez los productores tuvieron el suficiente valor para exponer en celuloide toda la violencia y el salvajismo que eran necesarios para adaptar sus correrías. El problema es que las deficiencias del producto, sus carencias y una calificación R que en el género superheróico casi siempre ha sido sinónimo de exigua taquilla (lo de Deadpool casi ha sido un inesperado y existoso oasis en el desierto) dieron al traste con este intento de reboot que finalmente quedó en poco o nada. A falta de ver a Jon Bernthal en la segunda temporada de Daredevil me sigo quedando con Ray Stevenson como el, hasta ahora, mejor Frank Castle en imagen real y es una pena que Marvel no haya confiado en su talento para seguir dando vida al personaje, seguro que le hubiera sacado mucho partido.
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