viernes, 30 de octubre de 2015

La Cumbre Escarlata



Título Original Crimson Peak (2015)
Director Guillermo del Toro
Guión Matthew Robbins y Guillermo del Toro
Actores Mia Wasikowska, Jessica Chastain, Tom Hiddleston, Charlie Hunnam, Doug Jones, Javier Botet, Jim Beaver, Burn Gorman, Leslie Hope, Kimberly-Sue Murray, Emily Coutts, Gillian Ferrier, Matia Jackett, Martin Julien




Después de aquel mastodóntico y enteñable homenaje al género nipón Kaiju que supuso esa Pacific Rim que espera futura secuela, el cineasta mexicano afincado en Estados Unidos, Guillermo del Toro, vuelve a las carteleras de todo el mundo con su última obra ya asentado cómodamente (puede que demasiado) en una maquinaria de Hollywood que desde el descomunal éxito que cosechó con la mítica El Laberinto del Fauno parece darle carta blanca para abordar casi todo proyecto que se le pasa por la cabeza. En esta situación privilegiada y asociado de nuevo con Legendary Pictures el azteca nos trae La Cumbre Escarlata, superproducción de la Universal protagonizada por Mia Wasikowska (Maps to the Stars, Alicia en el País de las Maravillas, Stoker) Tom Hiddleston (Thor, Los Vengadores, Thor: El Mundo Oscuro) Jessica Chastain (Zero Dark Thirty, Marte, Interestelar) y Charlie Hunnam (Hijos de la Anarquía, Pacific Rim) entre otros. Tras unas primeras críticas que la tildaban de ser la mejor obra de la carrera de su autor, después su estreno ha sido recibida disparmente entre los que la han alabado como una de las más destacadas cintas del 2015 y los que se han sentido decepcionados con una obra que no ha ofrecido lo que se esperaba de ella, no por falta de calidad o una ejecución deficiente, nada mas alejado de la realidad, sino porque como en otras ocasiones ha sucedido (me viene a la cabeza el caso de El Bosque de M.Night shyamalan) los trailers nos han vendido una película de terror que está lejos de pertenecer de manera ortodoxa a dicho género. Huelga decir que a un ferviente incondicional de la obra de Guillermo del Toro como un servidor le entristece reconocer que por desgracia se encuentra más en este segundo bando que en el primero tras ver esta Crimson Peak en pantalla grande, sin afirmar por esto que nos encontremos ante una mala película o una obra fallida, como previamente hemos mencionado.




Poco después de ese excelente prólogo en el que tenemos las dos primeras referencias claras al dúo de cineastas a los que Guillermo Del Toro hará referencia continua a lo largo del film como son el Mario Bava de Las Tres Caras del Miedo (sobre todo a la maravillosa y todavía hoy aterradora tercera historia, La Gota de Agua) o el Roger Corman que adaptaba a Edgar Allan Poe en general y al de La Obsesión (The Premature Burial) en particular el personaje de Mia Wasikowska (apellidado Cushing de manera nada gratuita si tenemos en cuenta la pasión del mexicano por la Hammer Films aunque no sea en esta obra, paradójicamente, una de sus referencias más directas) afirma acerca de uno de los relatos que escribe algo como que: “La mía no es una historia de terror, la presencia del fantasma es una metáfora del pasado”. Con esto el director de Mimic parece realizar una declaración de intenciones, porque ciertamente La Cumbre Escarlata no es un relato de terror. El problema es que todo el material audiovisual que con el que se han vendido la película promocionalmente afirmaba que sí lo era y por ello no se puede culpar a aquellos que al encontrarse en lo último de Guillermo del Toro con algo que no andaban buscando se sientan decepcionados o puede que hasta estafados. Porque Crimson Peak es una película romántica, una versión gótica de la Rebecca de Daphne du Maurier que Alfred Hitchcock adaptó magistrtalmente al celuloide en 1940 añadiéndole apuntes de Sospecha, también del orondo director británico, incluso hasta podríamos apelar a que es un melodrama o folletín a lo Douglas Sirk localizado en la época Victoriana y con trasfondo sobrenatural, pero no una obra adscrita al terror más estricto, aunque evidentemente tenga bastantes apuntes del mismo y rinda tributo a muchas muestras clásicas del género que mencionaremos a continuación.




Porque eso es lo más desconcertante de una película tan peculiar como La Cumbre Escarlata, que siendo una declarada y sincera carta de amor al género del terror, ya sea en celuloide o literatura, está lejos como obra cinematográfica de ser una muestra clara del mismo. No tardamos en percibir el uso cromático de colores primarios en la iluminación propio de Mario Bava (heredado en los años 70 por su más digno sucesor, Dario Argento) o su amalgama de clasicismo y morbidez bífida (esa casa que supura cera roja por sus paredes como si sangrara y fuera perdiendo la vida poco a poco) visto en piezas como La Máscara del Demonio, el goticismo del ya mencionado Roger Corman que adaptaba a Edgar Allan Poe con esa aparición con físico y rostro de color rojo intenso que nos remite a La Máscara de la Muerte Roja, apuntes icónicos como una pelota roja y una silla de ruedas que nos retrotraen claramente a Al Final de la Escalera (The Changeling) de Peter Medak, el uso narrativo de infantes perversos que homenajea al Henry James de Otra Vuelta de Tuerca que más tarde llevara a la pantalla Jack Clayton con la mítica Suspense (The Innocents) a lo que habría que sumar las deudas pendientes, propias del director de Chronos, con literators como el inevitable H.P. Lovecraft, Bram Stoker o Clive Barker. Por todo ello y viendo el espectador el caldo de cultivo multireferencial que tiene Del Toro entre manos finalmente decida arrinconar durante gran parte del metraje de la obra el terror para entregarse a dar profundidad, con mayor o menor fortuna, a las relaciones interpersonales y sentimentales de sus heridas y lacónicas criaturas.




Evidentemente que Guillermo del Toro y su co guionista Matthew Robbins (Mimic, No Tengas Miedo a la Oscuridad) decidan por medio de la escritura dedicarle la mayor parte de minutos del metraje al romance decimonónico protagonizado por los personajes de Mia Wasikowska y Tom Hiddelston o al secreto que este guarda junto a su hermana, a la que da vida la americana Jessica Chastain, no es óbice para que el director de las dos adaptaciones cinematográficas del Hellboy de Mike Mignola demuestre una vez más, y como casi siempre, que es uno de los cineastas más puros y talentosos del panorama cinematográfico contemporáneo. La puesta en escena de Del Toro en La Cumbre Escarlata alcanza cotas de puro arte aprovechando el mexicano ese diseño de producción descomunal que el presupuesto de 55 millones de dólares que la Universal Pictures ha puesto en sus manos (interviniendo también él como productor en el largometraje) y entregándose a una dirección de artística exquisita que se revela como un personaje más de la obra, sobre todo la mansión de los Sharpe a la que se mudan los personajes protagonistas tras abandonar New York. El productor de Mamá acaricia cada encuadre, su trabajo exhala un cuidado y cariño único a la hora de abordar una obra como la que nos ocupa y por la que siente verdadera pasión. Desde la ilmuninación hasta el diseño de vestuario, pasando por la soberbia fotografía de Dan Laustsen o la meritoria banda sonora de Fernando Velázquez, todos los apartados técnicos del film tienen el sello del jefe de ceremonias que se encuentra detrás de este festín visual y plástico que supone su novena incursión detrás de las cámaras. Tan hija de su autor es La Cumbre Escarlata que este se permite como proyecto jugar a la intertextualidad con referencias a otros trabajos del azteca como esas mariposas o la bañera que nos traen a la memoria la imaginería de El Laberinto del Fauno o ese último fantasma aparecido en la nieve cuya estética no hubiera desentonado con la de los espectros que poblaban el orfanato en el que se desarrollaba la trama de la nunca suficientemente reivindicada El Espinazo del Diablo.




Por desgracia, aunque en líneas generales todos los apartados funcionan en La Cumbre Escarlata y en lo referente al artístico Guillermo del Toro consigue arrancar de una delicada Mia Wasikowska, un trágico Tom Hiddleston, una perversa Jessica Chastain y un competente Charlie Hunnam interpretaciones que están a la altura de la producción en la que se ven embarcados como actores, son el guión algo rudimentario del cineasta y su colaborador Matthew Robbins y ese equívoco o definitivamente engañoso enfoque que la publicidad ha dado a la película, y que se ha convertido en su punto más débil o mayor enemigo, los que convierten el último trabajo del autor de Blade II en una oportunidad desperdiciada. Una pieza que hubiera sido mejor aceptada a nivel global y no tan criticada por un amplio sector del público si se hubiera mostrado desde el principio como el romance gótico que realmente es o si en su proceso de gestación hubiera sido abordada por sus autores como una verdadera horror movie, porque por desgracia las no demasiadas secuencias de terror que atesora la película en bastantes ocasiones bordean la excelencia y transmiten una atmósfera epdiérmica, impía y diabólica que se revelan como las mejores muestras dentro del film de lo que es capaz su autor cuando se entrega sin cortapisas o coartadas innecesarias a un género en el que en más de una ocasión ha demostrado sentirse como pez en el agua. La decepción en cuanto a la conceptualidad es un hecho, pero como anteriormente hemos apuntado en cuanto a la ejecución y profesionalidad con la que está rematada la obra está indudablemente a la altura como habitualmente sucede con prácticamente todos los proyectos en los que se embarca el mexicano. Por el momento nos quedamos con las ganas de que vuelva a entregarnos una obra maestra como Pan’s Labyrinth o al menos que tras la secuela de Pacific Rim decida ponerse manos a la obra con su amigo Ron Perlman para regalarnos la tercera entrega de su visión del Hellboy de Mike Mignola que muchos seguimos esperando como agua de Mayo. Este enteñable “cabrón” nos ha ofrecido demasiadas horas de ficción brillante como para no darle un voto de confianza por mucho que su prometedora última película no haya sido todo lo grande que se esperaba que fuera.


1 comentario:

  1. Crítica escrita originalmente para Zona negativa

    http://www.zonanegativa.com/zncine-critica-de-la-cumbre-escarlata-de-guillermo-del-toro/

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