lunes, 20 de abril de 2015

Daredevil: Primera Temporada, nacer otra vez



"No estoy buscando penitencia por lo que he hecho , padre. Estoy pidiendo perdón ... por lo que estoy a punto de hacer."
Matt Murdock





En el año 2003 en pleno auge de nuevo cine inspirado en superhéroes de cómic con exitazos como X-Men, de Bryan Singer o Spiderman, de Sam Raimi, el director Mark Steven Johnson (El Inolvidable Simon Birch) se atrevió con la adaptación de uno de esos personajes no demasiado célebres fuera del mundo del arte secuencial como el Daredevil que crearon Stan Lee y Bill Everett 1964. El protagonista elegido para dar vida al invidente abogado Matt Murdock que de noche ejerce como justiciero en la piel de Daredevil fue el actor Ben Affleck al que acompañaron su futura esposa Jennifer Garner en la piel de la letal Elektra Natchios, Colin Farrell dando vida al mercenario Bullseye y el fallecido Michael Clarke Duncan como el capo de la mafia Wilson Fisk, alias Kingpin. La película fue un éxito, pero también una mediocridad, una inintencionada muestra de Serie B que amontonaba cientos de referencias (malentendidas en su mayoría) de la etapa de Frank Miller con el personaje y que ni en su montaje del director (que mejoraba sustancialmente el resultado final de la obra cinematográfica) conseguía sacar a la películas del saco de malas adaptaciones de personajes del mundo del noveno arte que han dado el salto al celuloide. Aunque algunos llegamos a disfrutar con aquel guilty pleasure a prácticamente nadie se le escapaba que la cinta del futuro director (de la todavía peor) Ghost Rider no había hecho justicia, ni de lejos, al vigilante que vela por la seguridad de los ciudadanos que habitan la Cocina del Infierno de la ciudad de New York.




No hace más de un año saltó la noticia que afirmaba que el canal en streaming Netflix (The Killing, House of Cards) iba a aventurarse en una nueva adaptación, esta vez catódica, de Daredevil y aunque la idea agradó al fandom algunas malas noticias relacionadas con el proyecto bajaron mucho los ánimos a los potenciales espectadores. Por un lado la elección del británico Charlie Cox (Encontrarás Dragones, Boardwalk Empire) parecía a todas luces un error de casting por no dar la talla físicamente para dar vida a Matt Murdock y por otro (bastante más grave) la salida como showrunner del talentoso Drew Goddard (La Cabaña en el Bosque, Cloverfield, Buffy la Cazavampiros) por las famosas “diferencias creativas” en favor de Steven S. Deknight (Spartacus, Smallville) tampoco apuntaba a que la gestación de la serie estuviera yendo todo lo bien que debiera dando así posiblemente como resultado un producto que no estuviera a la altura o que no cubriera las expectativas que se habían depositado en el. Pero el pasado día 10 de Abril salimos de dudas cuando Netflix puso en circulación los trece episodios que dan forma a la primera temporada de Daredevil y el programa resultante es todo lo grandioso que se ha dicho por la red y mucho más. Una serie que hace palidecer a cualquier otra produccion que adapta personajes de cómics a la pequeña pantalla como Arrow, The Flash, Agents of SHIELD o Constantine y degradando tanto a la versión cinematográfica que el pobre Mark Steven Johnson debe llevar una semana escondido debajo de su cama.




El Daredevil de Netflix que han ideado Steven S. Deknight y Drew Goddard (este último sigue como productor ejecutivo y escribe los dos primeros episodios para que los dirija Phil Abraham) toma como inspiración en viñetas, principalmente, las etapas de Frank Miller y la de Brian Michael Bendis a la que se añaden pinceladas de las sagas desarrolladas por otros guionistas que han sacado partido del personaje como Ann Nocenti, Ed Brubaker, Andy Diggle o Kevin Smith. Este tono urbano, oscuro y crudo que deja un poco de lado la cara más alegre y superhéroica del personaje (esa que borda Mark Waid) se amalgama con esa referencia televisiva que varios de mis compañeros han mencionado y que nadie se hubiera esperado en una serie de esta naturaleza, The Wire, la obra maestra catódica de David Simon y Ed Burns para la HBO de la que extrae tomarse su tiempo para poner en la mesa sus cartas sin miedo a que el espectador medio rechace la propuesta por no encontrarse con un producto procedimental y realizado en cadena de montaje repleto de roles unidimensionales regidos por blancos o negros éticos y morales a la hora de ser perfilados así como un contexto social muy concreto que sirve de subtexto al núcleo argumental. Porque dentro de las muchas virtudes de este Daredevil se encuentra, no sólo la fidelidad a la esencia y características generales de los personajes de las viñetas que extrapola a imagen real, sino la entidad que cobran los mismos a la hora de ser presentados y desarrollados cuando la historia que vertebra la temporada va tomando solidez. Porque si contra todo pronóstico Charlie Cox elabora un Matt Murdock/Daredevil de notable alto tanto psicológica como físicamente, Elden Henson sabe transmitir la socarronería y lealtad de Foggy Nelson o Deborah Ann Woll y Rosario Dawson enfundarse ejemplarmente los roles de Karen Page y Claire Temple respectivamente, es el brutal y poliédrico Wilson Fisk de Vincent D’Onofrio el secundario que nos confirma que Deknight, Goddard y compañía se han tomado muy en serio la escritura de caracteres y la minuciosa selección de actores para interpretarlos.




Pero no sólo de una galería de personajes interesantes vive Daredevil, Netflix ha acertado de pleno al abordar la serie de maneara totalmente opuesta a como lo hacen otras cadenas norteamericanas a la hora de realizar programas televisivos protagonizados por personajes de cómics, algo a lo que ya apuntaba la versión de Powers, de Brian Michael Bendis ideada por el canal Playstation y que se confirma en la producción que nos ocupa. Poniendo en riesgo la posibilidad de perder espectadores infantiles la casa de Orange is the New Black ha tomado la sabia decisión de dar un tono más dirigido a un público adulto, como si nos encontráramos ante un producto más cercano a Sons of Anarchy o The Shield que a Smallville. La puesta en escena y el look visual que asienta Phil Abraham (The Killing, Mad Men) y que continúan al resto de directores implicados en la temporada, es seco, áspero y su atmósfera oscura retrata una Hell’s Kitchen en la que los más fuertes, en un émulo siniestro de la selección natural, pisotean a lo mas desvalidos. Pero donde más fuertes se hace esta primera temporada, y eso que formalmente es una de las asignaturas pendientes de la mayoría de series de television protagonizadas por (super)héroes, es en las escenas de acción, secuencias físicas en las que los realizadores toman como referentes el cine oriental (desde el coreano del Park Chan-Wook de Old Boy hasta el indonesio del Gareth Evans del díptico The Raid) para bordar caóticas coreografías de violencia sin concesiones vanalizadoras como esa pelea en la bolera del tercer episodio o el ya mítico plano secuencia que cierra el segundo episodio y que atesora en su interior uno de los mejores pasajes catódicos de lo que llevamos de 2015.




No sabemos qué futuro depara a esta ejemplar traslación de Daredevil a la, cada vez menos, pequeña pantalla. A día de hoy la confirmación de una segunda temporada no es segura, pero el resultado de estos trece episodios es tan brillante que el que buen sabor de boca ya nadie puede quitárnoslo. Netflix ha escuchado nuestras plegarias y no sólo ha rematado con una profesionalidad intachable la mejor serie sobre personajes de cómics jamás rodada, también puede que haya abierto la puerta a otras que de manera inteligente decidan tomarla como ejemplo para trasladar fielmente a imagen real a protagonistas del lado oscuro de Marvel como Punisher, Caballero Luna o ese Ghost Rider al que también va tocando honrar como es debido. Si la ya mencionada renovación se confima posiblemente nos quede un largo trecho para ver hasta donde puede llegar esta máquina bien engrasada cuando personajes como Elektra, María Tifoidea o Bullseye hagan acto de presencia. En caso negativo como fans del personaje creado por Stan Lee y Bill Everett podremos atesorar estos trece episodios para revisionarlos una y otra vez y así afirmar a los que quieran oirlo y a nosotros mismos que, aunque fuera una sola vez, un grupo de personas que admiraban al alter ego de Matt Murdock y su micrcocosmos en viñetas supieron entenderlo, asimilarlo y trasladarlo de la manera más fiel posible a un medio al que todavía le queda mucho camino por andar para ofrecer un reflejo digno de los personajes en papel con los que nos hemos criado. Daredevil puede llegar a ser un principio para todo eso y no cabe duda de que dar un firme primer paso mejor que este es imposible.



1 comentario:

  1. Entrada incluida en un artículo compartido publicado en Zona Negativa

    http://www.zonanegativa.com/znseries-marvels-daredevil-primeras-impresiones/

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