Título Original Guardians of the Galaxy (2014)
Director James Gunn
Guión Nicole Perlman y James Gunn basado en el cómic de Andy Abnnet y Robert Lannig
Actores Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista, Bradley Cooper, Vin Diesel, Lee Pace, Josh Brolin, Benicio del Toro, John C. Reilly, Glenn Close, Alexis.Denisof
Seguramente fuera aquella cafrada titulada Super, protagonizada por Rainn Wilson y Ellen Page entre otros y estrenada el año 2010, la película que disparó el interés de la productora Marvel Studios para contratar los servicios del director norteamericano James Gunn para ponerse detrás de las cámaras del proyecto de llevar a imágenes a los Guardianes de la Galaxia creados por Arnold Drake y Gene Colan en 1969 y adaptados al nuevo mileno por la soberbia dupla formada por los británicos Dan Abnett y Robert Lanning (Imperativo Thanos, La Matanza de Texas). De esta última etapa en viñetas se alimenta este nuevo triunfo en celuloide de la Casa de las Ideas, que se revela como la mejor película basada en cómics del año, junto a los X-Men de Bryan Singer, al menos para el que suscribe.
La elección de James Gunn para pilotar esta mastodóntica nave era bastante arriesgada, ya que hablamos de un realizador curtido en la Serie B y el cine gore como pudimos ver en producciones como Slither o su ópera prima, Tromeo y Julieta, ideada bajo el manto de la factoría Troma de su maestro, el productor, guionista, director y pirado en su tiempo libre Lloyd Kaufman, padre del Vengador Tóxico y otras criaturas escatológicas, así como co realizador junto a Gunn de dicho debut inspirado (de la manera más lejana posible) en la obra de William Shakespeare. De modo que Kevin Feige y los suyos arriesgaron mucho, como en su momento lo hizo Sony al elegir a Sam Raimi para poner en funcionamiento su franquicia arácnida, pero el resultado no ha podido ser más alentador, convirtiéndose con todas las de la ley en el blockbuster más taquillero del año.
El mayor acierto del guionista del remake de Amanecer de los Muertos rodado por Zack Snyder en 2004 es que inyecta a su último largometraje una ironía y macarrismo que tienen una deuda (confesa y nada solapada por parte de los autores de la obra, ahí tenemos la divertida mención a Footloose y Kevin Bacon) con el cine comercial americano de los años 80. También se ha hablado recurrentemente de las influencia de las sagas de Star Wars o Indiana Jones, pero un servidor piensa que la mayor fuente de inspiración para que James Gunn haya dado forma a sus Guardianes de la Galaxia (sin contar los cómics que traslada a imágenes, lógicamente) es Firefly y su secuela catódica, Serenity, ambas salidas de la mano de otro chico Marvel Studios, Joss Whedon, memorables reivindicaciones de la filosofía y el código de honor propios de la figura del perdedor.
Pero también del ya mencionado género de Serie B o el cine de terror clásico bebe la cinta del señor que escribió las dos entregas en imagen real de Scooby-Doo. No es difícil encontrar a lo largo del metraje ecos de films como Fortaleza Infernal de Stuart Gordon en todo el pasaje de la cárcel (con divertido e inevitable cameo de Lloyd Kaufman) o guiños a clásicos del terror como la versión de Frankestein, que rodara en 1930 James Whale con Boris Karloff dando vida a la mítica criatura ideada por Mary Shelley, en momentos como en el que Groot ofrece una flor a una niña, imagen que sintetiza de manera soberbia la personalidad tan tierna como intimidante del personaje al que pone voz Vin Diesel en la versión original de la película y que volveremos a mencionar más tarde.
En Guardianes de la Galaxia James Gunn retrata a un atajo de perdedores que se venden al mejor postor o que se dejan llevar por primarios instintos de venganza. Como ya hemos mencionado previamente todo con un tono ácido (el que permite un producto cinematográfico dirigido a casi todos los públicos, no nos engañemos), que si bien podíamos encontrar en varias de las historias contemporáneas de los cómics, la guionista Nicole Perlman y el mismo director han acentuado en beneficio propio para que en muchas ocasiones el producto no se tome totalmente en serio a sí mismo e incluso se permita alguna referencia desmitificadora al cine protagonizado por superhéroes, sea este de Marvel Studios o no.
Pero también nos encontramos con una space opera ambiciosa formalmente, que posiblemente pueda considerarse ya como el proyecto más grande de la productora cinematográfica de la Casa de las Ideas (sí, en algunos aspectos es más arriesgada que Los Vengadores, aunque no sea mejor obra que aquella). Una cinta llena de acción, personajes carismáticos, efectos especiales abundantes pero siempre al servicio de la historia (los que recrean a Rocket o Groot son intachables) villanos intimidantes en el plano físico, una banda sonora deliciosa y sobre todo una perfecta equivalencia entre comedia y drama, ya que si refiriéndonos a lo primero tenemos chistes en sesión continua, bailes chulescos y roles amantes del arcano arte del bofetón a mano abierta, dentro de lo segundo destaca el pasado de Star-Lord (todo lo relacionado con su madre es sutilmente cálido dentro de la tristeza y da poso a la personalidad del protagonista) que ofrece algunas pinceladas que se mueven entre lo acertado y lo inesperadamente emotivo en un producto de naturaleza tan ligera.
Aunque el señor que ideo los cortometrajes PG-Porn (aquellos que contenían todo lo que nos gusta del cine pornográfico… excepto el sexo) sabe que está dando forma a un producto salido de Marvel Studios, de modo que se hace inevitable una entrega al exceso, la grandilocuencia y la acción ininterrumpida para que una platea en estado de máxima excitación disfrute con las correrías de unos personajes ajenos incluso para individuos duchos en el mundo del cómic. Hasta un servidor debe admitir que no ha leído demasiadas de las etapas de Guardianes de la Galaxia, siendo conocedor de más bien las modernas, con las que el grupo está viviendo una nueva edad de oro, que, según comentan algunas personas dignas de confianza, está desestabilizando el guionista Brian Michael Bendis con la colección actual de Peter Quill y sus compinches.
James Gunn demuestra que con un presupuesto abultado puede rodar escenas de acción con una habilidad que no le conocíamos hasta que se ha topado con los personajes de Marvel. Peleas cuerpo a cuerpo, tiroteos, batallas interestelares, persecuciones en naves de distinto pelaje o dimensiones, una utilización de cámaras lentas para enfatizar la estilización visual de su impronta y todo ello resumido y condensado en la posiblemente más destacada secuencia de la película. La fuga de la prisión en la que Rocket y Groot forman equipo para protagonizar la escena más macarra y testosterónica de la temporada estival. A partir del: “Oh yeah” que Bradley Cooper hace pronunciar al personaje del mapache cuando coge el arma al vuelo todo es una orgía de desenfreno tan caótico como paradójicamente estudiado gracias a la puesta en escena del realizador.
He de admtirlo. Yo fui uno de aquellos que puso en duda las capacidades de Chris Pratt para dar vida al alter ego de Peter Quill, porque para mí siempre ha sido el hermano palurdo de Emily Van Camp en la simpática Everwood (la Doctor Alaska de los pijos como me gusta llamarla a mí) y aunque su breve pero simpático rol secundario en la magnífica Her de Spike Jonze (de la que hace tiempo que quiero hablar por estos lares) me dejó una buena impresión, no las tenía todas conmigo. Por suerte el actor de la terrible Wanted me ha callado la boca y ha insuflado carsima, chulería, fisicidad y humor a un personaje memorable. Un cruce entre Han Solo y Malcolm Reynolds que llena la pantalla con su presencia y verborrea descontrolada y manipuladora.
Lo que pocos sabíamos es que cuando créiamos que Rocket iba a ser el amo de la velada (¿a quién no le gustaría ver en pantalla a un mapache con armas tan grandes que producirían sueños húmedos a Rob Liefeld) al final resulta que este pequeñajo roedor interesado y de malas pulgas (enorme como Gunn nos cuenta una historia entera sólo con enfocar en plano detalle la espalda del personaje dejándonos ver sus heridas mecánicas) no sería tan efectivo si no fuera siempre acompañado por este árbol viviente que nos hace reír con su ternura (con su primera escena bebiendo agua de una fuente como si fuera un perro ya nos tiene ganados) para seguidamente arrancarnos una sonrisa nerviosa con su instinto salvaje (a la parte del ensartamiento de soldado me remito). En cierto segundo plano quedan el Drax el Destructor de Dave Batista, aunque sea el protagonista de algunos de los pasajes de acción y humor más destacados del film, y la Gamora de Zoe Saldana que a un servidor vuelve a confirmar en la película de James Gunn que es una actriz más bien mediocre. Como marca de la casa tenemos ya fuera del grupo al habitual Michael Rooker (The Walking Dead, Henry: Retrato de Un Asesino) dando vida a un soberbio Yondú que mantiene una química más que considerable con Star-Lord.
Guardianes de la Galaxia es un triunfo en muchos sentidos o vertientes. Por un lado vuelve a ser un acierto pleno de Marvel Studios tanto de crítica como de taquilla con el añadido de haber corrido el riesgo de dar a conocer un grupo de antihéroes prácticamente desconocido para el gran público, por otro es una cinta de aventuras ejemplar y megalómana con unos logros que la sitúan varios peldaños por encima del resto del cine comercial de Hollywood y por último supone la primera piedra para llevar el cosmos marvelita al mundo del cine, un universo riquísimo y lleno de personajes recuperables como Adam Warlock, Tirano, Legado, Magus oTerrax y que aquí ya ha dado muestras de un más que considerable potencial (ese magnífico Thanos que aguarda pacientemente su momento de gloria) y su multireferencialidad interna para los duchos en los cómics con los Nova Corps, el Guantelete del Infinito o ese personaje que aparece en la segunda escena post créditos y que puede dar mucho juego en un futuro próximo.
Por el camino a James Gunn le perdonamos algunos fallos como un villano cumplidor en lo físico (se nota la siempre magnética presencia del gran Lee Pace) pero poco definido en su personalidad (aunque no tanto como el Malekith de Thor: El Mundo Oscuro) en la figura de Ronan el Acusador o la poca cancha al Coleccionista de Benicio del Toro o a Glenn Close como Nova Prime, porque lo que nos ha regalado con Guardianes de la Galaxia es el primer paso para expandir un microcosmos que puede regelarnos en el futuro muchos buenos momentos de fruicioso ocio. Lo próximo: Ant-Man, cinta de rocambolesca gestación, Los Vengadores: La era de Ultrón que Joss Whedon parece haber terminado de rodar este verano y la secuela de esta Guardianes de la Galaxia a manos del mismo Gunn que se confirmó antes del estreno de la primera película. Ahora toca que DC se ponga las pilas con Batman vs Superman: Dawn of Justice para que la sana competitividad llene las carteleras de cine de superhéroes y con ello podamos ver por fin a la JLA desfacer entuertos en nuestras sufridas carteleras.
Una pelí soberbia cuyo único defecto es algo que empieza a ser tristemente habitual en las realizaciones de Marvel: Un villano como dios manda. Parecen de chicha y nabo, sin terminar de dar la sensación de ser una verdadera amenaza para las bestias a las que se tienen que enfrentar.
ResponderEliminarEn fin, espero que Thanatos sea un fiera y que no lo destroce Hulk de un único y glorioso puñetazo...