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sábado, 20 de mayo de 2017

Guardianes de la Galaxia Vol. 2



Título Original Guardians of the Galaxy Vol. 2 (2017)
Director James Gunn
Guión James Gunn, basado en el cómic de Dan Abnett y Andy Laning
Reparto Chris Pratt,  Zoe Saldana,  Dave Bautista,  Bradley Cooper,  Vin Diesel,  Kurt Russell, Michael Rooker,  Karen Gillan,  Elizabeth Debicki,  Tommy Flanagan,  Sean Gunn, Pom Klementieff,  Chris Sullivan,  Sylvester Stallone





El presente 2017 nos trae la esperada secuela de Los Guardianes de la Galaxia, el cuarto film de la Fase 2 de Marvel Studios que se atrevía por primera vez a abordar un grupo de personajes totalmente desconocido para el gran público, La misión para el cineasta James Gunn (Slither, Super) se antojaba doble ya que por un lado debía intentar sacar adelante un producto en el que encontrábamos a individuos como Star Lord, Drax, Rocket, Gamora o Groot ajenos al espectador no iniciado en el Universo Marvel de los cómics y por otro extender el microcosmos cinematográfico de la Casa de las Ideas asentando las bases de la vertiente galáctica de la editorial que aloja a Spiderman, Pantera Negra o los Vengadores a la hora de ser extrapolada a la pantalla grande. El resultado supuso uno de los éxitos de crítica y público más sonados de la productora comandada por Kevin Feige de modo que era indispensable que la secuela formara parte de la actual Fase 3 que comenzó Capitán América: Civil War y tuvo su continuación en Doctor Strange.




Con prácticamente los mismos equipos técnico y artístico, pero algún nuevo fichaje en el reparto como Kurt Russell o Silvester Stallone, y James Gunn una vez más ejerciendo de jefe de ceremonias Guardianes de la Galaxia Vol. 2 llegó a pantallas de todo el mundo el pasado mes de Abril consiguiendo, una vez más, el beneplácito de gran parte de la prensa especializada y una recaudación en taquilla a nivel global que ha superado todas las expectativas depositadas en esta segunda entrega del grupo de superhéroes intergalácticos de Marvel Studios. A continuación vamos a enumerar las virtudes y fallos que podemos encontrar en el largometraje del cineasta curtido en el seno de la factoría Troma, tratando de dilucidar si su impronta dejará algún tipo de huella en el universo cinematográfico auspiciado por la famosa editorial de cómics norteamericana como sí lo hizo su hermana mayor hace tres años cuando ofreció un proyecto con una tonalidad y unas intenciones en cierta manera diferentes a las de los films protagonizados por Iron Man, Thor o el Capitán América.




El mayor acierto y el más destacado defecto de Guardianes de la Galaxia Vol. 2 es el mismo y este se hace patente en pantalla bien pronto. La soberbia escena de introducción de los títulos de crédito con Baby Groot bailando y el resto del grupo implicado en un brutal combate contra una criatura alienígena en segundo plano mientras suena de fondo Mister Blue Sky de Electric Light Orchestra deja claro bien pronto que James Gunn va a repetir casi al 100% la fórmula que le funcionó descomunalmente bien en la primera entrega. De este modo esta secuela incidirá en la naturaleza de perdedores con corazón de la banda de antihéroes, sus enfrentamientos personales por disparidad de caracteres que desembocarán en el afianzamiento de los lazos emocionales que los convierten en una peculiar y disfuncional familia, las referencias a la cultura pop de los 80 para apelar a la nostalgia del espectador y la utilización medida y muy bien calibrada de una banda sonora llena de clásicos con la que tocar la fibra sensible de gran parte de la platea.




Con esta afirmación somos conscientes para bien que vamos a ver una nueva muestra de cine comercial endiabladamente entretenido sustentado en el cariño hacia el material de partida, el carisma de sus personajes y el mimo que su guionista y cineasta va a depositar en la obra gracias a su labor como director de orquesta. Pero también debemos admitir para mal que una vez más Marvel Studios vuelve a ofrecer un proyecto que no sólo repite la fórmula de la productora sin añadir ningún tipo de variante o añadido original, sino que toma la  impronta de una pieza que se salió un poco del estatus establecido por la cadena de montaje diseñada por Kevin Feige, la primera Guardianes de la Galaxia, y la mimetiza hasta el paroxismo para que una vez más la división cinematográfica de la Casa de las Ideas ofrezca su lado más "empresarial" transitando el camino más fácil y convirtiendo lo que en cierta manera era una rara avis de Marvel Studios en una película más con su consiguiente secuela bajo el brazo.




Evidentemente desde un punto de vista cinematográfico y siempre que se haya disfrutado considerablemente de la primera entrega Guardianes de la Galaxia Vol. 2 se presenta ante el espectador como una space opera repleta de acción, humor, amor y un grupo de personajes carismáticos y entrañables que todavía tiene mucha deuda con Firefly y Serenity de Joss Whedon, algunas producciones de Stuart Gordon como Spacetruckers o Fortaleza Infernal y todo aderezado con la personalidad tosca y gruesa de James Gunn aunque sólo a los niveles que le permite una producción gestada en el seno de la Disney con una película calificada por edad como PG-13. En ese sentido pocas carencias podemos destacar de esta segunda parte ya que los profesionales que están detrás de su creación cumplen sobradamente con su cometido a la hora de ejecutarla con la pericia exigida, aunque sin llegar a las cotas de cohesión tonal y argumental de la primera versión del año 2014 como producto cinematográfico.




Aunque acabamos de afirmar que Guardianes de la galaxia Vol. 2 es prácticamente idéntica a su predecesora James Gunn ha intentado cambiar algunas características del producto, o darle más peso a unas que a otras. Vaya por delante que esta segunda parte no tiene tanto humor como la primera y al verse este más condensado en ocasiones funciona muy bien y en otras no tanto, por suerte el co director de Tromeo y Julieta sacrifica parte de la comicidad por una buena causa, la de dar más peso a aquellas emociones que ya se dejaron notar en la cinta primigenia de 2014 y aquí se acentúan y en ese sentido el acierto es mayúsculo ya que todo lo relacionado con Ego, los orígenes de Peter Quill, la recientemente recuperada relación con su peculiar progenitor y el rol que toma en la misma su "padre adoptivo" (contra todo pronóstico es el Yondu Udonta de Michael Rooker es el mejor personaje de esta secuela y suyos son algunos de los más destacables momentos del film) crean la verdadera materia prima que sustenta los mayores logros de todo el proyecto.




James Gunn sabe lo que los fans de Marvel Studios en general y los de la primera Guardianes de la Galaxia en particular quieren, de modo que a lo largo del metraje trata de ofrecerlo en cantidades industriales. Secuencias como la de apertura ya mencionada, los mecanismos de defensa de Rocket contra los socios de Yondu (con a apuntes visuales que recuerdan incluso a Astérix y Obélix), la relación entre Gamora y Nébula (imagino a Rob Liefeld excitarse sexualmente con la escena en la que el personaje de Zoe Saldana coge el cañón de la nave de su hermana), todas y cada una de las intervenciones de un Baby Groot robando escenas a diestro y siniestro, Yondu, Rocket y Groot escapando de los cazarrecompensas mientras el primero los va eliminando a todos con su yaka, los momentos íntimos entre Star Lord y Gamora o Drax y la adorable Mantis e incluso el buen intento por parte de Marvel Studios de ir superando su problema a la hora de perfilar villanos con un mínimo de profundidad emocional, algo que casi consiguen con el Ego de un magnífico Kurt Russell, pero no del todo.




Aunque su metraje se hace algo excesivo en la recta final, el uso más selectivo del humor unas veces funciona (cualquier intervención de Groot o Drax y su tendencia a reirse por todo) y otras no (hay chistes más gruesos sobre sexo y escatología que no pintan demasiado en un producto de esta naturaleza) y, una vez más, no inventa nada dejándose imbuir demasiado por el espíritu de la primera entrega Guardianes de la Galaxia Vol. 2 es un blockbuster que merece ser visto y disfrutado si el espectador sabe a lo que debe atenerse y no exige al producto algo que no puedo o quiere darle. Por el camino quedan varios pasajes memorables, algunos golpes de humor que incitan incluso a la carcajada, una emotiva despedida en la inmensidad del espacio y cinco escenas post créditos que merecen la pena por el humor que destilan varias de ellas y la información importante que aporta una en concreto con respecto al futuro de lo que queda de Fase 3 de una Marvel Studios que sigue en una excelente, aunque autocomplaciente, forma física.



jueves, 4 de septiembre de 2014

Guardianes de la Galaxia



Título Original Guardians of the Galaxy (2014)
Director James Gunn
Guión Nicole Perlman y James Gunn basado en el cómic de Andy Abnnet y Robert Lannig
Actores Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista, Bradley Cooper, Vin Diesel, Lee Pace, Josh Brolin, Benicio del Toro, John C. Reilly, Glenn Close, Alexis.Denisof




Seguramente fuera aquella cafrada titulada Super, protagonizada por Rainn Wilson y Ellen Page entre otros y estrenada el año 2010, la película que disparó el interés de la productora Marvel Studios para contratar los servicios del director norteamericano James Gunn para ponerse detrás de las cámaras del proyecto de llevar a imágenes a los Guardianes de la Galaxia creados por Arnold Drake y Gene Colan en 1969 y adaptados al nuevo mileno por la soberbia dupla formada por los británicos Dan Abnett y Robert Lanning (Imperativo Thanos, La Matanza de Texas). De esta última etapa en viñetas se alimenta este nuevo triunfo en celuloide de la Casa de las Ideas, que se revela como la mejor película basada en cómics del año, junto a los X-Men de Bryan Singer, al menos para el que suscribe.




La elección de James Gunn para pilotar esta mastodóntica nave era bastante arriesgada, ya que hablamos de un realizador curtido en la Serie B y el cine gore como pudimos ver en producciones como Slither o su ópera prima, Tromeo y Julieta, ideada bajo el manto de la factoría Troma de su maestro, el productor, guionista, director y pirado en su tiempo libre Lloyd Kaufman, padre del Vengador Tóxico y otras criaturas escatológicas, así como co realizador junto a Gunn de dicho debut inspirado (de la manera más lejana posible) en la obra de William Shakespeare. De modo que Kevin Feige y los suyos arriesgaron mucho, como en su momento lo hizo Sony al elegir a Sam Raimi para poner en funcionamiento su franquicia arácnida, pero el resultado no ha podido ser más alentador, convirtiéndose con todas las de la ley en el blockbuster más taquillero del año.




El mayor acierto del guionista del remake de Amanecer de los Muertos rodado por Zack Snyder en 2004 es que inyecta a su último largometraje una ironía y macarrismo que tienen una deuda (confesa y nada solapada por parte de los autores de la obra, ahí tenemos la divertida mención a Footloose y Kevin Bacon) con el cine comercial americano de los años 80. También se ha hablado recurrentemente de las influencia de las sagas de Star Wars o Indiana Jones, pero un servidor piensa que la mayor fuente de inspiración para que James Gunn haya dado forma a sus Guardianes de la Galaxia (sin contar los cómics que traslada a imágenes, lógicamente) es Firefly y su secuela catódica, Serenity, ambas salidas de la mano de otro chico Marvel Studios, Joss Whedon, memorables reivindicaciones de la filosofía y el código de honor propios de la figura del perdedor.




Pero también del ya mencionado género de Serie B o el cine de terror clásico bebe la cinta del señor que escribió las dos entregas en imagen real de Scooby-Doo. No es difícil encontrar a lo largo del metraje ecos de films como Fortaleza Infernal de Stuart Gordon en todo el pasaje de la cárcel (con divertido e inevitable cameo de Lloyd Kaufman) o guiños a clásicos del terror como la versión de Frankestein, que rodara en 1930 James Whale con Boris Karloff dando vida a la mítica criatura ideada por Mary Shelley, en momentos como en el que Groot ofrece una flor a una niña, imagen que sintetiza de manera soberbia la personalidad tan tierna como intimidante del personaje al que pone voz Vin Diesel en la versión original de la película y que volveremos a mencionar más tarde.




En Guardianes de la Galaxia James Gunn retrata a un atajo de perdedores que se venden al mejor postor o que se dejan llevar por primarios instintos de venganza. Como ya hemos mencionado previamente todo con un tono ácido (el que permite un producto cinematográfico dirigido a casi todos los públicos, no nos engañemos), que si bien podíamos encontrar en varias de las historias contemporáneas de los cómics, la guionista Nicole Perlman y el mismo director han acentuado en beneficio propio para que en muchas ocasiones el producto no se tome totalmente en serio a sí mismo e incluso se permita alguna referencia desmitificadora al cine protagonizado por superhéroes, sea este de Marvel Studios o no.




Pero también nos encontramos con una space opera ambiciosa formalmente, que posiblemente pueda considerarse ya como el proyecto más grande de la productora cinematográfica de la Casa de las Ideas (sí, en algunos aspectos es más arriesgada que Los Vengadores, aunque no sea mejor obra que aquella). Una cinta llena de acción, personajes carismáticos, efectos especiales abundantes pero siempre al servicio de la historia (los que recrean a Rocket o Groot son intachables) villanos intimidantes en el plano físico, una banda sonora deliciosa y sobre todo una perfecta equivalencia entre comedia y drama, ya que si refiriéndonos a lo primero tenemos chistes en sesión continua, bailes chulescos y roles amantes del arcano arte del bofetón a mano abierta, dentro de lo segundo destaca el pasado de Star-Lord (todo lo relacionado con su madre es sutilmente cálido dentro de la tristeza y da poso a la personalidad del protagonista) que ofrece algunas pinceladas que se mueven entre lo acertado y lo inesperadamente emotivo en un producto de naturaleza tan ligera.




Aunque el señor que ideo los cortometrajes PG-Porn (aquellos que contenían todo lo que nos gusta del cine pornográfico… excepto el sexo) sabe que está dando forma a un producto salido de Marvel Studios, de modo que se hace inevitable una entrega al exceso, la grandilocuencia y la acción ininterrumpida para que una platea en estado de máxima excitación disfrute con las correrías de unos personajes ajenos incluso para individuos duchos en el mundo del cómic. Hasta un servidor debe admitir que no ha leído demasiadas de las etapas de Guardianes de la Galaxia, siendo conocedor de más bien las modernas, con las que el grupo está viviendo una nueva edad de oro, que, según comentan algunas personas dignas de confianza, está desestabilizando el guionista Brian Michael Bendis con la colección actual de Peter Quill y sus compinches.




James Gunn demuestra que con un presupuesto abultado puede rodar escenas de acción con una habilidad que no le conocíamos hasta que se ha topado con los personajes de Marvel. Peleas cuerpo a cuerpo, tiroteos, batallas interestelares, persecuciones en naves de distinto pelaje o dimensiones, una utilización de cámaras lentas para enfatizar la estilización visual de su impronta y todo ello resumido y condensado en la posiblemente más destacada secuencia de la película. La fuga de la prisión en la que Rocket y Groot forman equipo para protagonizar la escena más macarra y testosterónica de la temporada estival. A partir del: “Oh yeah” que Bradley Cooper hace pronunciar al personaje del mapache cuando coge el arma al vuelo todo es una orgía de desenfreno tan caótico como paradójicamente estudiado gracias a la puesta en escena del realizador.




He de admtirlo. Yo fui uno de aquellos que puso en duda las capacidades de Chris Pratt para dar vida al alter ego de Peter Quill, porque para mí siempre ha sido el hermano palurdo de Emily Van Camp en la simpática Everwood (la Doctor Alaska de los pijos como me gusta llamarla a mí) y aunque su breve pero simpático rol secundario en la magnífica Her de Spike Jonze (de la que hace tiempo que quiero hablar por estos lares) me dejó una buena impresión, no las tenía todas conmigo. Por suerte el actor de la terrible Wanted me ha callado la boca y ha insuflado carsima, chulería, fisicidad y humor a un personaje memorable. Un cruce entre Han Solo y Malcolm Reynolds que llena la pantalla con su presencia y verborrea descontrolada y manipuladora.




Lo que pocos sabíamos es que cuando créiamos que Rocket iba a ser el amo de la velada (¿a quién no le gustaría ver en pantalla a un  mapache con armas tan grandes que producirían sueños húmedos a Rob Liefeld) al final resulta que este pequeñajo roedor interesado y de malas pulgas (enorme como Gunn nos cuenta una historia entera sólo con enfocar en plano detalle la espalda del personaje dejándonos ver sus heridas mecánicas) no sería tan efectivo si no fuera siempre acompañado por este árbol viviente que nos hace reír con su ternura (con su primera escena bebiendo agua de una fuente como si fuera un perro ya nos tiene ganados) para seguidamente arrancarnos una sonrisa nerviosa con su instinto salvaje (a la parte del ensartamiento de soldado me remito). En cierto segundo plano quedan el Drax el Destructor de Dave Batista, aunque sea el protagonista de algunos de los pasajes de acción y humor más destacados del film, y la Gamora de Zoe Saldana que a un servidor vuelve a confirmar en la película de James Gunn que es una actriz más bien mediocre. Como marca de la casa tenemos ya fuera del grupo al habitual Michael Rooker (The Walking Dead, Henry: Retrato de Un Asesino) dando vida a un soberbio Yondú que mantiene una química más que considerable con Star-Lord.




Guardianes de la Galaxia es un triunfo en muchos sentidos o vertientes. Por un lado vuelve a ser un acierto pleno de Marvel Studios tanto de crítica como de taquilla con el añadido de haber corrido el riesgo de dar a conocer un grupo de antihéroes prácticamente desconocido para el gran público, por otro es una cinta de aventuras ejemplar y megalómana con unos logros que la sitúan varios peldaños por encima del resto del cine comercial de Hollywood y por último supone la primera piedra para llevar el cosmos marvelita al mundo del cine, un universo riquísimo y lleno de personajes recuperables como Adam Warlock, Tirano, Legado, Magus oTerrax y que aquí ya ha dado muestras de un más que considerable potencial (ese magnífico Thanos que aguarda pacientemente su momento de gloria) y su multireferencialidad interna para los duchos en los cómics con los Nova Corps, el Guantelete del Infinito o ese personaje que aparece en la segunda escena post créditos y que puede dar  mucho juego en un futuro próximo.




Por el camino a James Gunn le perdonamos algunos fallos como un villano cumplidor en lo físico (se nota la siempre magnética presencia del gran Lee Pace) pero poco definido en su personalidad (aunque no tanto como el Malekith de Thor: El Mundo Oscuro)  en la figura de Ronan el Acusador o la poca cancha al Coleccionista de Benicio del Toro o a Glenn Close como Nova Prime, porque lo que nos ha regalado con Guardianes de la Galaxia es el primer paso para expandir un microcosmos que puede regelarnos en el futuro muchos buenos momentos de fruicioso ocio. Lo próximo: Ant-Man, cinta de rocambolesca gestación, Los Vengadores: La era de Ultrón que Joss Whedon parece haber terminado de rodar este verano y la secuela de esta Guardianes de la Galaxia a manos del mismo Gunn que se confirmó antes del estreno de la primera película. Ahora toca que DC se ponga las pilas con Batman vs Superman: Dawn of Justice para que la sana competitividad llene las carteleras de cine de superhéroes y con ello podamos ver por fin a la JLA desfacer entuertos en nuestras sufridas carteleras.