lunes, 26 de septiembre de 2011

No Habrá Paz Para los Malvados




Título Original No Habrá Paz Para los Malvados (2011)
Director Enrique Urbizu
Guión Michel Gaztambire y Enrique Urbizu
Actores Jose Coronado, Rodolfo Sancho, Helena Miguel, Juanjo Artero, Pedro María Sánchez, Nadia Casado, Younes Bachir, Karim El Kerem, Abdel Ali El Aziz, Nasser Aleh, Juan Pablo Schuck, Eduard Farelo




Octava película el director bilbaino Enrique Urbizu (si no contamos su interesante Adivina Quién Soy, una de las Películas Para No Dormir, dentro de la serie de cintas homónimas). No Habrá Paz Para los Malvados supone su tercera incursión el cine negro o de corte policiaco tras la simpática pero sobrevalorada Todo Por la Pasta y la sólida La Caja 507. Cachito y La Vida Mancha no las he visto y a pesar de que hay gente que las mete también de alguna manera en el cine noir yo no puedo dar fe de ello hasta que no me enfrente con las mismas.




Ya antes de su estreno oficial en cines gran parte de la prensa especializada nacional se deshizo en elogios hacia la última cinta como realizador de Enriquie Urbizu. Apuntando con convicción que era, no sólo la mejor cinta patria de lo que llevábamos mos de 2011, sino también de lo más logrado que iba pasar por el festival internacional de San Sebastián y que sería raro que se fuera de allí sin algún premio. De esto último no puedo hablar ya que no he visto el grueso de las cintas del festival Donostiarra, aunque el palmarés ya salió el Domingo pasado y no se llevó nigún galardón, pero sí es cierto que fue recibida con entusiasmo.




Lo que sí sé, siempre desde mi punto de vista, es que no es la mejor película española de lo que llevamos de año (con esto y esto o hasta esto compitiendo con ella lo tenía difícil) pero sí un thriller meritorio, con altibajos pero que finalmente merece la pena como producto cinematográfico. Hay muchos aciertos en esta No Habrá Paz para los Malvados, pero también algunas fallos, carencias o equivocaciones de guión que hacen mella en su estructura y desarrollo. Todo esto como comento sin dar al traste con el conjunto del film pero sí debilitándolo considerablemente.




No Habrá Paz Para los Malvados está protagonizada por un agente de policia de la división de gente desaparecida llamado Santos Trinidad. Un tipo alcoholizado, de gatillo fácil que sigue el caso de una chica cuyo paradero es desconocido y que se ve involucrado en un triple asesinato en un prostíbulo, con un sicario y un importante narcotraficante como víctimas. A su vez una juez sigue la pista a Santos gracias a un testigo que lo vio huir del lugar del crimen. Finalmente las dos tramas se entrelazarán y llegarán mucho más lejos de los que sus protagonistas pensaron en un primer momento.




Hay dos películas diferenciadas en No Habrá Paz Para los Malvados. Una es una interesante y sólida muestra de cine policiaco muy influenciada por el western (no es gratuito que el plano que abre el film sea el de una maqúina tragaperras con temática del oeste o el nombre del protagonista) protagonizada por un agente de la vieja escuela con ramalazos de Harry el Sucio pero también con algún apunte del Germán Areta de la magnífica El Crack de José Luis Garci (las escenas que abren ambos productos tienen bastantes puntos en común) propenso a los métodos expeditivos que lleva sobre sus espaldas una trama interesante, narrada con un pulso que nos remite tanto a Don Siegel como a Sam Peckinpah, a este último sobre todo en la recta final.




La otra es también una de investigación policial, pero localizada en las oficinas y protagonizada por jueces, comisarios, confidentes y esta es la que, a pesar de ser interesante, renquea, ralentiza el desarrollo y sobre todo perjudica a la otra trama centrada en José Coronado que sufre de titubeos en el guión y la estructura del mismo. La parte del film en la que seguimos los pasos de la juez Chacón no funciona como debiera y a pesar de que trata un tema delicado (los atentados del 11 M) sin sensacionalismo y afán documentalista o acusativo no llega a tomar una forma consistente, a lo que tampoco ayuda el trabajo poco convincente de una Helena Miguel a la que el papel no le va mucho a pesar de que el guión le llena de ideas inteligentes para resaltar su inexperiencia como cuando pregunta por el olor o las ganancias económicas del puticlub.




Sólo cuando las dos tramas se cruzan a media hora del final, el guión se encarrila y destila la solidez que debería haber tenido desde el primer minuto de metraje cuando los relatos se alternavan el uno con el otro. Con respecto a lo de tocar el tema de los infames atentados de Madrid por parte de los extremistas radicales jihadistas se les agradece a Enrique Urbizu y a su habitual co guionista Michel Gaztambire que lo traten con un tono de ficción (aquí no son mochilas localizadas en trenes, sino extintores colocados en un centro comercial) para que aquellos terribles hechos sobrevuelen todo el film pero no sean el centro de atención que pudiera convertir el largometraje en una innecesaria cinta política.




No soy un admirador de José Coronado, siempre me ha parecido un actor que se esfuerza pero que normalmente no convence delante de la cámara por destilar cierto artificio en la dicción y el lenguaje corporal. Pero sería injusto no mencionar que lo he visto hacer buenos papeles en Goya en Burdeos de Carlos Saura, Todos Estamos Invitados de Manuel Gutiérrez Aragón, en la ya mencionada La Caja 507 también de Enrique Urbizu o en varios capítulos de la serie Periodistas, aquel producto catódico patrio de finales los 90 que situaba a los miembros de esa profesión al nivel de poco menos que superhéroes.




En No Habrá Paz Para los Malvados Coronado posiblemente hace el mejor papel de toda su carrera, siendo de alguna manera su rol una extensión o radicalización (que ya es decir) del que hiciera en La Caja 507. El madrileño desprende naturalidad y fuerza, transmite miedo y compasión y tiene carisma. Llena de verdad un personaje con pequeños detalles fumando de una manera muy determinada, riendo de manera peculiar o sirviéndose esos cubatas de ron cargados hasta el culo de alcohol. El destino del personaje lo conocemos desde el primer minuto, pero no por ello deja de ser su final una magnífica mezcla de heroismo y crepuscularidad.




No Habrá Paz Para los Malvados merece la pena ser vista como resuelto thriller, una muestra de que en España se puede hacer buen cine de género y que Enrique Urbizu sabe como crearlo a pesar de algunos lastres y fallos. Pero a pesar de ser interesante, estar sustentada en un protagonista que llena la pantalla por sí solo, tener como telón de fondo un tema que está a la orden del día y tener en nómina a un grupo de secundarios de lo más profesionales (Juanjo Artero, Rodolfo Sancho, Pedro María Sánchez o un poco aprovechado Eduard Farelo) no es ninguna maravilla, ni un film que debiera, en manera alguna, dejar una huelle indeleble en el cine español contemporáneo, como se han aventurado a afirmar algunos.


5 comentarios:

  1. El problema de Urbizu es que, como director y guionista, no parece saber diferenciar muy bien las buenas ideas de las malas, y las mete todas en cada película.

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  2. Es cierto, siempre hay algo que falla en el conjunto se sus cintas, aunque sea de manera no muy grave en la mayoría de ocasiones.

    Veré Cachito porque usted la ha puesto bien y La Vida Mancha porque he leído por ahí que es una maravilla que hace llorar hasta a un machote como Carlos Boyero... a saber qué me encuenro.

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  3. Cachito es lo que es, pero dentro de lo ridículo de su propuesta (el día en que Pérez Reverte se metió a hacer ficción...) es muy simpática y tiene el Sancho Gracia más bestial que he visto jamás. En un momento ahostia a su propio hijo, bastante más crecido (y apuntando maneras) en No habrá paz para los malvados.
    Porque esa es otra, Urbizu parece querer siempre asegurarse un buen personaje en cada película y un actor de talento para interpretarlo. Resines en Todo por la pasta, Gracia en Cachito y Coronado en esta.

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  4. Muy de acuerdo contigo Armin. Buena película policíaca, con un protagonista sacado directamente del hard boiled, muy bien interpretado por Coronado. Se hace pesada a ratos, y es que la trama del juzgado le resta ritmo, más cuando hay un protagonista tan potente al que poder aprovechar en cada minuto del metraje, aunque no por ello le resta calidad. Muy buena película, me apunto Primos y Secuestrados. ;)

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  5. Conociéndote te recomiendo especialmente Secuestrados, por lo magníficamente que está realizada en todos sus apartados y el desasosiego que transmite.

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