Vampyr (Carl Theodor Dreyer, 1932) - Para su primera película sonora Carl Theodor Dreyer recurre a la novela Carmilla, de Sheridan Le Fanu, conjurando un híbrido entre sueño febril y alucinación expresionista cuyo legado sobrevuela casi toda la historia del cine de terror.
Wind River (Taylor Sheridan, 2017) - Taylor Sheridan vuelve sobre sus pasos, esta vez también como director, en un thriller fronterizo con esencia de western. Impecablemente escrito, rodado e interpretado augura un muy interesante cineasta, además de un excelente guionista.
El Anticristo (Alberto de Martino, 1974) - Aunque en su momento recibió cierto crédito y cuenta con un buen reparto no deja de ser un anodino exploit italiano de El Exorcista y La Semilla del Diablo con efectos especiales de barraca de feria y situaciones de comedia involuntaria
La Biblia Negra (David Pujol, 2001) - A pesar de cierta desgana y previsibilidad acierta al abrazar su naturaleza humilde de intriga con apuntes dramáticos. Mónica Randall encabeza con dignidad el reparto, pero es el fallecido Carlos Álvarez-Nóvoa quien se gana al espectador.
Goodnight Mommy (Veronika Franz, Severin Fiala, 2014) - Michael Haneke sobrevuela esta muestra de perverso terror psicológico que hubiera funcionado mejor como un corto. La meticulosa atmósfera y la labor de los tres actores ayudan a sobrellevar el metraje alargado en exceso.
Amer (Hélène Cattet, Bruno Forzani, 2009) - Lo que en su primer acto es un manierista y sensorial tributo a Mario Bava y Dario Argento degenera en ejercicio de estilo redundante y disperso volcado en enfatizar la sexualidad de su subtexto mediante los códigos propios del giallo.
Martin (George A. Romero, 1977) - El vampirismo como enfermedad mental interconectada por la consanguinidad, el despertar sexual y la empatía como antídotos para la locura. George A. Romero facturó con Martin su obra más extraña, una pieza íntimista, incómoda e imperfecta.
Berberian Sound Studio (Peter Strickland, 2012) - Homenaje al giallo desde sus mismas entrañas usando la ingeniería de sonido como excusa conceptual para emular la estructura narrativa y estética visual del subgénero mediante el metalenguaje y el influjo vampirizador del cine.
La Sombra de la Ley (Dani de la Torre, 2018) - Entre Sergio Leone, Michael Mann y Sam Mendes encuentra Dani de la Torre la inspiración para diseñar un producto visualmente impecable, destacable en lo actoral, correcto en lo narrativo, pero demasiado pendiente de sus referentes.