domingo, 6 de mayo de 2012

Acero Puro, metal heart


Título Original Real Steel (2011)
Director Shawn Levy
Guión Leslie Bohem. John Gatins, Dan Gilroy y Jeremy Leven basado en la historia corta de Richard Matheson
Actores Hugh Jackman, Dakota Goyo, Evanegeline Lilly, Anthony Mackie, Kevin Durand, Hope Davis, James Rebhorn, Marco Ruggeri, Karl Yune, Olga Fonda, John Gatins





Basada en un relato corto de Richard Matheson (Soy Leyenda, El Hombre Menguante)  editado en 1957, Acero Puro es una entretenida y rutinaria cinta que mezcla con acierto el cine familiar, el de ciencia ficción y el de boxeo para parir un producto que sin aspirar a otra cosa que no sea entretener al espectador consigue dejar con una sonrisa en la cara a gran parte del respetable por el simple hecho ser un proyecto sin pretensiones y con buenas (y políticamente correctas) intenciones.




En el año 2020 los combates de boxeo entre humanos han desaparecido. Las peleas tienen lugar entre enormes robots controlados por personas. Charlie Kenton es un profesional dentro de este tipo de lucha y controla un robot con el que quiere ganar dinero para saldar varias deudas económicas. Un día se entera de la muerte de su ex novia y tras ello y un proceso legal deberá quedarse (contra su voluntad) con la custodia del hijo que tuvo con ella, Max, un chico de 10 años aficionado al igual que su padre a los enfrentamientos entre robots boxeadores.




No sé como de fiel será el film a el relato corto de Richard Matheson (no lo he leído) pero el largometraje no deja de ser una versión futurista de Yo, el Halcón (Over the Top) sustituyendo los pulsos por combates de boxeo robóticos y a Sylvester Stallone por Hugh Jackman. Añadamos al conjunto un poco del dramatismo de la inolvidable y tramposa Campéon de Franco Zefirelli, algo de la simpatía mecánica de la saga Cortocircuito y como no, apuntes de la cinta quintaesencial del cine pugilístico, Rocky, con (una vez más) Sylvester Stallone como protagonista (además de guionista) y John G. Alvidsen como director.




El resultado de la amalgama es una cinta de cine para todos los públicos 100% hollywoodiense, que no engaña a nadie y que no da (mucho) más de lo que promete, entretenimiento puro y duro. Padre irresponsable y canalla pero con corazón (muy en el fondo) que encontrará en hijo impertinente (pero noble y honrado) no reconocido no sólo una nueva vida sino también ese reflejo de sí mismo que lo convertirá en mejor persona permitiéndole ver su existencia desde una nueva perspectiva más amplia y comprometida.




Todo localizado en un contexto de ciencia ficción, falsamente distópica, y un submundo, artificiosamente sucio, de combates de boxeo entre máquinas bastante bien llevados a la pantalla gracias a unos efectos digitales más que dignos. La cinta se deja ver con interés pero no destaca en ningún aspecto, sobre todo por  tocar uno a uno todos los clichés sobre este tipo de largometrajes, dando forma a así a una historia previsible que hemos visto mil veces y que sabemos como va a acabar desde el primer minuto de metraje.





Todos los actores están muy decentes, desde Hugh Jackman que está en su salsa con este tipo de papel de tipo duro (hasta que algún director con personalidad no le entregue un papel algo más complicado y en el que tenga que entregarse más, el actor australiano nunca podrá mostrar el potencial que tiene y que pudimos vilsumbrar en The Fountain de Darren Aronofsky), hasta Evangeline Lilly como la actual novia del protagonista pasando por Dakota Goyo, el niño que al igual que todos los que puebla en este tipo de films se mueve entre lo entrañable y repelente.




Cinta para pasar el rato, con sus toques de drama, humor y mucha acción para ver una tarde en familia. Real Steel es un buen ejemplo de cine de evasión realizado con oficio (el justo y necesario) y que a pesar de adolecer de una considerable falta de personalidad (como casi todo el cine comercial americano actual) consigue llegar al espectador con una historia sencilla, directa y que incluso en su clímax puede llegar a emocionar, aunque en el trayecto casi se adentre en la sensiblería. Se lo perdonaremos por las dos horas de entretenimiento sin cortapisas que ofrece al espectador.


7 comentarios:

  1. Excelente blockbuster, con esta pelicula me paso lo mismo que con El castor, de Mel gibson, a priori me parecia el tipico bodrio que no sería capaz de terminar, y no solo las vi hasta el final, algo meritorio en los tiempos que corren,( jack y su gemela veinte minutos, ghost raider 2, 45 minutos...)


    Si no que me encantaron, bueno quizas no tanto, pero fue terminar y notar ese buen sabor de boca que te dejan las pelis que por algun motivo te han llegado.

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  2. Tuve la desgracia de ver seguidas ésta y Cowboys&Aliens: en ambos casos, dos buenos conceptos con pasta más que suficiente para haber fructificado en productos dignos. En ambos casos nos encontramos con dos pelis con argumentos tan manidos, tan tontos, tan chorras, que, tras su visionado, uno no puede sino insitir en sus tesis, más que confirmada tras Avatar, de que el cine comercial actual, salvo honrosas excepciones, esta hecho por y para tontos (del culo). Y, oye, sí, se dejan ver pero... joder ¿no se lo podrían currar un poco más? Que una cosa es no forzar las meninges de los espectadores, no se vayan a dormir, y otra cosa es pergreñar estas gilipolleces...

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  3. El problema es que con lo de "Se deja ver" nos hemos acomodado de una manera que sabemos que Hollywood normalmente no aspira a más, pero vamos, a mí esta de Acero Puro me agradó más que mucha mierda que he visto este año (o el pasado) que no ha sido poca precisamente.

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