domingo, 9 de agosto de 2009

The Hurt Locker, desconexión total



Título Original: The Hurt Locker (2008)
Director: Kathryn Bigelow
Guión: Mark Boal
Actores: Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty, Guy Pearce, Ralph Fiennes, David Morse, Christian Camargo





Llega a ser alarmante la cantidad de cintas que en Estados Unidos han sido alabadas y tildadas de genialidades y que luego no cumplen las expectativas que se tienen ellas (El Curioso Caso de Benjamin Button de David Fincher), que decepcionan (El Intercambio de Clint Eastwod) o que directamente son malas, como el caso que nos ocupa, The Hurt Locker, dirigida por la realizadora Kathryn Bigelow.



La amiga Bigelow es conocida por ser una artesana que no pasa de resuelta, aunque a veces nos ha regalado proyectos interesantes como K-19, the Widowmaker, Días Extraños, Le Llaman Bodhi o Acero Azul. Con The Hurt Locker se llevó hace cosa de un año varios premios internacionales y puso a la crítica a sus pies por el supuesto retrato real y humanista que se hace en ella de la actual segunda guerra del golfo que dura ya 6 años y que se ha cobrado innecesariamente la vida de más de un millón de pesonas, entre americanos e iraquíes.




La cinta sigue el día a día de un grupo de desctivadores de bombas del ejército americano en el país asiático. Se gradece que Hollywood se interese por hacer un tipo de cine sobre un conflicto bélico tan reciente sin moralina, ni partidismo alguno y por extraño que parezca, sin patriotismo de baratillo típicamente estadounidense, pero el precio a pagar es caro. The Hurt Locker carece totalmente de guión y consistencia narrativa, la implicación del espectador con los personajes es nula, nunca llegamos a sentir nada hacia los soldados que no sea indiferencia, por culpa de una total ausencia de empatía con ellos, sobre todo con el insoportable protagonista, interpretado con chula e insípida altanería por Jeremmy Renner. A los pocos minutos nos importa realmente una mierda si los militares consiguen desactivar las bombas o si vuelan por los aires todos ellos al intentar desmantelar uno de los numerosos explosivos que pueblan el film.




Kathryn Bigelow rueda de manera impersonal y con innecesario nervio, creyendo que el uso y abuso de la cámara al hombro da realismo a la cinta, cuando el resultado es el contrario, ya que lo que acentúa tal técnica visual es un artificio que llega a ser cargante. Es una pena que todos los directores de cine bélico de esta década tengan la poca originalidad de querer copiar al Steven Spielberg de Salvar al Soldado Ryan, película que revolucionó a nivel de realización el género, pero que ha tráido tras de sí una larga lista de imitadores de poca calidad.




The Hurt Locker
son dos interminables y anodinas horas con un reiterativo uso del subrayado, una dirección mimética, un guión inexistente y unos actores carentes de cualquier atisbo de carisma o sentimientos creíbles. Una cinta que queda empequeñecida al ser comparada con otras obras que han hablado del mismo conflicto bélico (de manera directa o indirecta), como Redacted de Brian de Palma o En el Valle de Elah de Paul Haggis y que hubiera sido más contundente y útil si hubiera sido gestada como un documental, que como el decididamente fallido ejercicio cinematográfica que es.



6 comentarios:

  1. y el golocóptero, y unos cuantos metros de film con cloroformo

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  2. ...y cortinas rosas en las duchas de un cuartel militar y un soldado que desactiva la bomba de un coche dándole patadas al maletero, si es que lo tiene todo la película esta.

    No se la pierdan.

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  3. ¿Golocóptero? ¿no es eso lo que nos pedimos para comer en la bocatería?

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  4. Malditos hijos de p, esto es para hablar de cine, del malo, pero cine al fin y al cabo... que hambre con lo del golocóptero ahora, hostia.

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