Director: David Fincher (2008)
Guión: Eric Roth basado en el libro de F. Scott Fitzgeral
Actores: Brad Pitt, Cate Blanchett, Taraji P. Henson, Tilda Swinton, Jason Flemyng, Julia Ormond, Eric West, Elias Koteas, Elle Fanning
La única vez que Fincher no cumple con las expectativas que yo tenía depositadas en él. El de Denver se mete por primera vez en el género dramático, queriendo dar rienda suelta a una avalancha de sentimientos que por desgracia siempre están a flor de piel pero nunca salen a la superficie.
El Curioso Caso de Benjamin Button, es una buena película, que parte de una base literaria compleja, original y que hace que el espectador se plantee a sí mismo innumerables preguntas de corte existencialista, pero es una obra que a pesar de su perfección formal y su excelente acabado tanto artístico como técnico podría haber llegado a ser una verdadera joya atemporal si hubiera sido desarrollada de otra manera. Fincher y su guionista Eric Roth, a veces se quedan cortos (a la hora de transimitir la fuerza de su historia) y otras se pasan tres pueblos (ese metraje decididamente holgado, pero ciertamente nunca aburrido).
El mayor fallo es la falta de complicidad de la historia con el espectador, y se lo debemos achacar a Fincher, un genio desatado, un director virtuoso, conocedor del medio, pero que debe depurar su discurso a la hora de introducirse en el género dramático ya que el film trata por todos los medios de llegar al corazón del que visiona, pero no lo consigue, esto es debido a que Fincher como otros compañeros de profesión (Brian Synger, Oliver Assayas o David Cronenberg) es un cirujano de la mente humana, pero no de los sentimientos, su mirada por muy profunda que quiera ser sigue siendo aséptica y distanciada, por eso es difícil que el espectador empatice con Benjamin o cualquier otro de los personajes que dan forma a la cinta.
Su dirección es correctísima, pero el director de El Club de la Lucha quiere hacer un trabajo tan académico y clasicista que por el camino pierde la mayor parte de su autoría como cineasta y esos juegos tan personalizados que suele hacer con la cámara y que aquí quedarían perfectos, pero que brillan por su ausencia.
Los actores están perfectos, lo de Brad Pitt es bestial, sobre todo en la parte de la temprana vejez de Benjamin (aunque los soberbios efectos digitales y el excelente maquillaje ayudan bastante) Cate Blanchett también está exquisita (como siempre) y los secundarios bordan su trabajo.
No sé que pasa con los críticos de Estados Unidos que ultimamente se deshacen en elogios con películas que realmente dan menos de lo que prometen. La última cinta de David Fincher es una obra de visión casi obligada, una historia que a pesar de su esperpéntico punto de partida, en todo momento se muestra terrenal y creíble, pero ni obra maestra, ni un logro cinematográfico sin parangón. Lo único que a mí me queda claro es que El Curioso Caso de Benjamin Button quiere ser la gran epopeya americana llena de sonrisas y lágrimas, pero se queda solo en una cinta del Hollywood más in que gustará a la academia pero que no explora debidamente las múltiples posibilidades visuales y narrativas que la hubieran convertido en una verdadera obra de arte sobre la vida, el amor y el cruel e inexorable paso del tiempo, que como nos dijo hace unos años Gaspar Noé, lo destruye todo.
El Curioso Caso de Benjamin Button, es una buena película, que parte de una base literaria compleja, original y que hace que el espectador se plantee a sí mismo innumerables preguntas de corte existencialista, pero es una obra que a pesar de su perfección formal y su excelente acabado tanto artístico como técnico podría haber llegado a ser una verdadera joya atemporal si hubiera sido desarrollada de otra manera. Fincher y su guionista Eric Roth, a veces se quedan cortos (a la hora de transimitir la fuerza de su historia) y otras se pasan tres pueblos (ese metraje decididamente holgado, pero ciertamente nunca aburrido).
El mayor fallo es la falta de complicidad de la historia con el espectador, y se lo debemos achacar a Fincher, un genio desatado, un director virtuoso, conocedor del medio, pero que debe depurar su discurso a la hora de introducirse en el género dramático ya que el film trata por todos los medios de llegar al corazón del que visiona, pero no lo consigue, esto es debido a que Fincher como otros compañeros de profesión (Brian Synger, Oliver Assayas o David Cronenberg) es un cirujano de la mente humana, pero no de los sentimientos, su mirada por muy profunda que quiera ser sigue siendo aséptica y distanciada, por eso es difícil que el espectador empatice con Benjamin o cualquier otro de los personajes que dan forma a la cinta.
Su dirección es correctísima, pero el director de El Club de la Lucha quiere hacer un trabajo tan académico y clasicista que por el camino pierde la mayor parte de su autoría como cineasta y esos juegos tan personalizados que suele hacer con la cámara y que aquí quedarían perfectos, pero que brillan por su ausencia.
Los actores están perfectos, lo de Brad Pitt es bestial, sobre todo en la parte de la temprana vejez de Benjamin (aunque los soberbios efectos digitales y el excelente maquillaje ayudan bastante) Cate Blanchett también está exquisita (como siempre) y los secundarios bordan su trabajo.
No sé que pasa con los críticos de Estados Unidos que ultimamente se deshacen en elogios con películas que realmente dan menos de lo que prometen. La última cinta de David Fincher es una obra de visión casi obligada, una historia que a pesar de su esperpéntico punto de partida, en todo momento se muestra terrenal y creíble, pero ni obra maestra, ni un logro cinematográfico sin parangón. Lo único que a mí me queda claro es que El Curioso Caso de Benjamin Button quiere ser la gran epopeya americana llena de sonrisas y lágrimas, pero se queda solo en una cinta del Hollywood más in que gustará a la academia pero que no explora debidamente las múltiples posibilidades visuales y narrativas que la hubieran convertido en una verdadera obra de arte sobre la vida, el amor y el cruel e inexorable paso del tiempo, que como nos dijo hace unos años Gaspar Noé, lo destruye todo.
Pues ya lo dice usted todo, compañero.
ResponderEliminarPero si en sus comentarios se incluyen palabras malsonantes, no se corte un pelo y adelante con ellos.
ResponderEliminarExcelente film con sorprendentes escenas, me emocionó ver a Jared Harriscomo el capitán Mike, que lo inicia a descubrir su sexualidad xD Muy buena historia.
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