Sí amigos, inauguro una nueva sección para hablar de mis pecados privados, de mis secretos inconfesables, del lado más oscuro de mis gustos y las aficiones más furtivas de mis horas de ocio. Queridos blogeros, sí, soy fan, hasta la médula, de Rebelde Way.
Yo me crié viendo culebrones suramericanos como Topacio, Rubí, Cristal, La Dama de Rosa, Manuela (la mala de esta acojonaba tron) o Cara Sucia, no me gustaban, me parecían insulsas, pero finalmente por culpa de mi madre y mi hermana mayor caía en las redes de esas tramas simplistas, actores impostados, pasiones de baratillo y malos de opereta de tres al cuarto. He de admitir que he visto muchas, cientos, pero sólo destacaría dos, una fue la chilena Machos, que me parecía superior a la media, a pesar de no salir nunca de la mediocridad, puede que también influyera que en la publicidad que TVE le dedicó parodiaban el inicio de Reservoir Dogs y a partir de ese momento me cayó en gracia, pero vamos, no negaré que me entretenía. Aunque claro, la que sí disfruté como un crío cuando Cuatro empezaba como canal, que degusté con verdadero placer, es la que nos ocupa, la argentina Rebelde Way.
Rebelde Way, la serie creada por Chris Morena, es más mala que mandar a la abuela por droga, es como una versión porteña de Al Salir de Clase pero sin tanto matiz de ciencia ficción como aquella. Constó de dos (largas) temporadas y se emitió entre 2002 y 2003, fue un rotundo éxito en Argentina y otros países del sur del continente americano e incluso en Europa (aquí llegó mal y tarde, pero arrasó), Los derechos de la serie se vendieron a decenas de países, los cuatro protagonistas formaron un grupo musical para la chavalería (Erreway) que tuvo un gran éxito, el fenómeno Rebelde Way se hizo notar y coletea aún hoy, después de 6 años de la desaparición de la serie.
En Rebelde Way están todos los clichés de las telenovelas clásicas, personajes estereotipo, tales como malos muy malos, buenos muy buenos, chicos tímidos, chulos de manual, chicas inocentes, calientabraguetas desalmadas, pobres, ricos, sí, un desfile de despropósitos, pero aquí entra en escena lo jodidamente creíbles y carismáticos que son los putos argentinos a la hora de interpretar, todos y cada uno de los actores sacan oro de sus roles maniqueos, más quemados que el palo de un churrero.
La repelente y explosiva Mia, la pizpireta Marizza, el engreido Pablo, Manuel el humilde mejicano que era el que menos carisma destilaba de todos (Méjico mola, pero Argentina más), la dulce Luna, la acomplejada Felicitas, la chicazo Luján (mi favorita), el tímido y ceporro Marcos, el judío Nico, la arpía Pilar o Guido (aka Café) el puto amo. Todos daban pie a tramas estúpidas pero muy divertidas, con líos amorosos dignos de los Teletubbies, guerras de sexos que harían revolverse en su tumba a Spencer Tracy y Katherine Hepburn y apuntes surrealistas memorables como el antisemitismo y la homofobía de los alumnos o la presencia de La Logia, un amago de secta con encapuchados que puteaba internos.
La serie duró más que empalme de un novio, yo ni si quiera la vi acabar, en el proceso marcharon algunos, vinieron nuevos, se dieron forma trastornos capilares, pero ahí seguían todos, con sus canciones, sus calentones el el laboratorio, sus diálogos estúpidos recitados por los actores con sorprendente veracidad, los apuntes racistas politicamante correctos, los adultos dando por culo a los jóvenes "rebeldes" y toda una retalia de chiquilladas dignas de Espinete que a mí me alegraban durante horas y horas, mientras veía tramas entretenidas entre la sonrisa y la carcajada, chicas de buen ver y muchachos cargados de un admirable pasotismo. Sí, soy fan de esta jodida serie y ya va tocando echarle una revisión, Aguante Rebelde Way.
Es usted un poco más detestable, si cabe, por visionar rebelde way y encima contarlo.
ResponderEliminarY con orgullo, ojo, sabía que esta entrada era una bomba de relojería,perderé los tres fans que tengo o la mayoría de ellos.
ResponderEliminarPor suerte para ti nadie te tenía respeto hasta ahora, así que no pierdes nada.
ResponderEliminarEspero ansioso nuevas entregas de SECRETOS INCONFESABLES.
OH
ResponderEliminarDIOS
MIO
Por cierto, ¿es cierta la leyenda de que Luisana Lopilato se opero los pechos antes de la serie?
ResponderEliminarLuisana Lopilato se operó los pechos antes de nacer.
ResponderEliminarSe me cae un mito...
ResponderEliminarEso lo explica todo, cara de niña, cuerpo de diosa, no digo más.
ResponderEliminarTranquilo Miguel, cuando haga confesiones vergonzosas con respecto a música o cine ahí no se te caerá un mito, vomitarás encima de él directamente.
ResponderEliminarLa Lopilato se las operó a los 16, como regalo de sus papís, según tengo entendido.
Yo también veía la serie! enganchaba un montón! jajaja además que el acento argentino siempre me ha gustado.
ResponderEliminarYo admito que hubo una época que no me la perdía, a ver si recupero este tipo de entradas que daban mucho juego.
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