Director: León Klimovsky (1971)
Guión: Paul Naschy y Hans Munkel
Actores: Paul Naschy, Gaby Fuchs, Barbara Capell, Andrés Resino, Yelena Samarina, José Marco, Betsabé Ruiz, Barta Barri, Luis Gaspar, Ruperto Ares
El 30 de Noviembre del pasado año 2009 fallecía Jacinto Molina, conocido internacionalmente como Paul Naschy. Este actor, guionista, productor, director y escritor fue uno de los iconos más reconocidos del fantaterror español de la década de los 70, una especie de hombre del Renacimiento, un Fernando Fernán Gómez del cine de género que es mucho más famoso fuera de nuestras fronteras que en España.
La Noche de Walpurgis supuso la cuarta entrega protagonizada por Valdemar Daninsky el licántropo personaje creado por el mismo Naschy. El fim posiblemente sea una de las obras de género terrorífico más internacionales de nuestro país, con una legión de fans en lugares como Japón o Alemania (donde Naschy es todo un mito). La cinta está dirigida por ese artesano nacido en Argentina y afincado desde los años 50 en España, llamado León Klimovsky, un señor tan versatil como para rodar El Dr Jekyll y el Hombre Lobo, Escala en Tenerife o Muerte de un Quinqui con la misma eficacia y soltura.
La Noche de Walpurgis es un amalgama de monstruos clásicos del cine. Vampiros, licántropos, satanistas, muertos vivientes, aunque también es un homenaje a las producciones exquisitamente góticas de Roger Corman en el cine de terror (sobre todo a sus adaptaciones de cuentos de Edgar Allan Poe) y a la etapa de decadencia de la productora Hammer, que en sus últimos coletazos se volvió profundamente pop y descaradamente camp con producciones inolvidables como Drácula 73.
Pero lo más destacable del film es que a día de hoy se ve como una cinta mediocre, tirando a mala, con un guión escrito con una considerable simplicidad y personajes que dan más risa que otra cosa. De manera curiosa es precisamente eso lo que hace que el film con el paso de los años gane adeptos, su entrañable escasez de medios y sus limitaciones conceptuales son superadas por la ilusión y la imaginación de Klimovsky y Naschy como autores.
Lo que sí es cierto es que el film tiene momentos excelentes, como todos los relacionados con las apariciones de Wandesa Dárvula de Nadasdy, excelentemente rodados, dándole Klimovsky una atmósfera a las secuencias que recuerda directamente a las mejores obras del italiano Mario Bava, así como las escenas del ataque del licántropo siempre genialmente recreado por Molina o esos maravillosos desnudos insultantemente gratuitos, como el primero de ellos, con un primer plano de más de 30 segundos, de unos senos ensangrentados.
La Noche de Walpurgis, retitulada internacionalmente como Werewolf vs. Vampire Women o Shadow of the Werewolf, es una obra de culto dentro de nuestro cine. Una entrañable y humilde película, realizada con más cariño que eficacia. Muestra fehaciente de como Naschy vivía por y para el cine y que sin su influencia gente como Jaume Balagueró, Paco Plaza o Eli Roth tendrían poco que decir.
La Noche de Walpurgis supuso la cuarta entrega protagonizada por Valdemar Daninsky el licántropo personaje creado por el mismo Naschy. El fim posiblemente sea una de las obras de género terrorífico más internacionales de nuestro país, con una legión de fans en lugares como Japón o Alemania (donde Naschy es todo un mito). La cinta está dirigida por ese artesano nacido en Argentina y afincado desde los años 50 en España, llamado León Klimovsky, un señor tan versatil como para rodar El Dr Jekyll y el Hombre Lobo, Escala en Tenerife o Muerte de un Quinqui con la misma eficacia y soltura.
La Noche de Walpurgis es un amalgama de monstruos clásicos del cine. Vampiros, licántropos, satanistas, muertos vivientes, aunque también es un homenaje a las producciones exquisitamente góticas de Roger Corman en el cine de terror (sobre todo a sus adaptaciones de cuentos de Edgar Allan Poe) y a la etapa de decadencia de la productora Hammer, que en sus últimos coletazos se volvió profundamente pop y descaradamente camp con producciones inolvidables como Drácula 73.
Pero lo más destacable del film es que a día de hoy se ve como una cinta mediocre, tirando a mala, con un guión escrito con una considerable simplicidad y personajes que dan más risa que otra cosa. De manera curiosa es precisamente eso lo que hace que el film con el paso de los años gane adeptos, su entrañable escasez de medios y sus limitaciones conceptuales son superadas por la ilusión y la imaginación de Klimovsky y Naschy como autores.
Lo que sí es cierto es que el film tiene momentos excelentes, como todos los relacionados con las apariciones de Wandesa Dárvula de Nadasdy, excelentemente rodados, dándole Klimovsky una atmósfera a las secuencias que recuerda directamente a las mejores obras del italiano Mario Bava, así como las escenas del ataque del licántropo siempre genialmente recreado por Molina o esos maravillosos desnudos insultantemente gratuitos, como el primero de ellos, con un primer plano de más de 30 segundos, de unos senos ensangrentados.
La Noche de Walpurgis, retitulada internacionalmente como Werewolf vs. Vampire Women o Shadow of the Werewolf, es una obra de culto dentro de nuestro cine. Una entrañable y humilde película, realizada con más cariño que eficacia. Muestra fehaciente de como Naschy vivía por y para el cine y que sin su influencia gente como Jaume Balagueró, Paco Plaza o Eli Roth tendrían poco que decir.
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